Jennifer

Desperté en lo que parecía ser un templo japonés, me sentía cansada y a mi lado se encontraba aquella máscara de la cual ya no tenía ese mal aroma, el lugar era muy tranquilo y acogedor. Aunque yo me sentía con tantas ganas de llorar que hacía que sintiera un nudo en mi garganta.

—Sebastián...—mencioné derramando cálidas lágrimas.

Estoy agotada, quiero verlo y abrazarlo fuertemente. ¿Por qué tuvieron que arrebatármelo?, sabiendo los peligros que asechan, seguiré buscándolo, ese es mi único deseo. Continuar vagando hacia un nuevo mundo en busca de mi amado y apreciado bebé. Me preguntó...Si María y Sofía seguirán con vida.

Narrador

Mientras Jennifer lloraba en silencio, Dieter se acercó a ella con una taza de Té.

—¿Estás bien?

—Eh... Si. —mencionó limpiándose el rostro.

—Has luchado por bastante tiempo...—ofreció el té a la joven—. ¿Has perdido algo?

—Si... ¿Cómo lo sabes?

—Puedo saber muchas cosas, es una de mis habilidades. Pequeña, no te rindas y lograrás conseguir lo que deseas.

El hombre de cabellos blancos le brindo una brillante sonrisa, la cuál hacia calmar a Jennifer.

—Este mundo es cruel, pero al mismo tiempo hermoso, tú decides a cuál eliges ver. Deja de recorrer ese camino lleno de espinas y deja atrás esa locura, tienes que aprender a controlarte.

—Lo sé, no quiero hacer daño... Pero esas voces me hablan y discuten lo que esta bien y mal, me nace una insaciable sed de sangre... No sé cómo detenerlo.

—Entonces domina aquellas voces que te obligan a hacer cosas que no quieres, no permitas que te controlen. Es tu cuerpo, es tu mente y es la prisión de aquellas voces.

—¿Cómo sé que podré hacerlo? E derramado mucha sangre...Cometí varios pecados imperdonables.

—Todos merecen el perdón pequeña, supera los obstáculos por más difíciles que sean, te harán más fuerte, pero siempre sonríe y mantén la calma. Todo esto es como un juego, gánalo.

—¿Podrían...Ayudarme? Antes me habían dicho algo de "mis vidas" y que no sabía quién era. Quiero saber más de mí, quiero ser fuerte para salvar a mi sobrino y ayudar a los débiles, no quiero lastimar a nadie más.

—Te ayudaremos, sólo sigue avanzando. Tienes un corazón puro llorando, corrompido cómo una rosa blanca teñida de un color carmesí.

—Avanza—mencionó una voz a lo lejos.

Era el hombre de ojos azules y cabellos castaños el cual se encontraba en la puerta apoyado mientras los observaba.

—Buenos días Ethan, veo que escuchaste todo. Nosotros la ayudaremos, yo en su control y tú en sus movimientos de combate para que sepa defenderse contra cualquier oponente.

—De acuerdo, pero soy algo estricto a la hora de enseñar.

Dieter

Esa niña... Es especial. Aunque no está en nosotros ayudarla en recordar esas cosas.

Puedo ver que tuvo un pasado terrible, y esas personas quiénes se llevaron a su sobrino... Ya los había visto antes. Hace bastantes años.

Jennifer

Estoy agradecida que estos hombres me ayuden, pero a pesar que quiero volverme fuerte, no soy más que un humano sin importancia, sin él me siento vacía, espero que con ellos pueda olvidar parte de mi inmenso dolor. Pero sin él, mi vida es solo una decoración que brilla sin sentido.

Estoy... Tan desequilibrada, siempre cambio de opinión y pienso de manera diferente, ¡decídete de una jodida vez!, ¿por qué estoy tan rota? Quiero que ellos logren ayudarme... A arreglarme, sufro de ansiedad todo el tiempo, ¿Dónde está Dios?, ahora estoy peor de lo que estaba y me arrebataron lo único que me quedaba, mi salud empeora y ahora estoy más enojada, pero la presencia de esos dos hombres me calma, es extraño... Ojalá ellos sean mis salvadores quiénes impidan que siga matando.

¿Todo esto es un sueño o una alucinación?, porque no soy una asesina, aunque a veces pierda el control, a causa de todos los seres que habitan en mi interior. Ya no quiero soportar este mal, en el infierno esta mi mente y de mi mente es difícil escapar, soy una víctima también. A veces esas voces me dicen que mate, que desgarre la carne humana, pero esas ideas son deplorables y si les hago caso en vez de ayudarme, me harían condenarme más en este nuevo mundo de porquería. Pero si yo pierdo ellos también lo harán, después de todo están en mi puto cuerpo, debería ser yo la quién manda aquí. Desde que estoy en este hermoso templo, me dieron una habitación muy elegante y limpia, pero todas las noches tengo que decir "¡cállense ya!" a estas voces que se pelean en mi cabeza, no me dejan descansar y sé que esos chicos se dan cuenta de mi lucha constante contra aquellos seres que conviven en mi interior.

Dieter

Al siguiente día si no hubiese sido que las heridas de Jennifer se curan de inmediato, hubiese despertado llena de rasguños y moretones, dado que empezó a autolesionarse mientras duerme. A veces reprime sus lágrimas, tengo que explicarle que ser fuerte no es no llorar, no es callar ni ocultar que estas mal, ser fuerte es aquel que sus problemas enfrentará. A pesar de que en ella el sol sea opacado, sé que podrá volver a brillar, busca lugares en donde olvidar sus males, pero olvida que habitan en ella. Cree que el mundo es ausente de bondades, es por eso que no confía en casi nadie, pero confió en nosotros pues ya estaba por decaer. Esta bien pedir ayuda si ves que tus pies ya se cansaron de caminar. Ella es especial, pero no lo sabe, no permitiremos que las cicatrices se marquen en su piel. No hay que dejar que el dolor de ayer defina quién eres hoy.

Jennifer

Se que a veces lo que digo es confuso, hay seres en mi cabeza que me hacen decir lo que piensan, que cambie mi opinión y mi manera de ver las cosas. Ya no sé quién soy, no sé si podré ver alguna vez aquellos seres que viven en mi cabeza, simplemente no puedo entender lo que sucede en mi mente... No me gusta, vivo una contradicción, buscó la igualdad y a veces ser superior.

¿Sabré pasar las pruebas que Dios me pondrá?... Quiero brillar tal cómo la luz de sol, por favor denme el poder que me hace falta. Quiero despertar el valor en mi aunque el dolor me golpee nuevamente siempre mi sueño de recuperarlo defenderé, juntare todas mis fuerzas y entrenaré con la ayuda de estos dos hombres, para vencer a lo que me lastima... ¿Se hará realidad el sueño de mi corazón?, ellos me animan a seguir, pediré al ser más poderoso que exista que me preste su poder para ayudar a todos y recuperar lo que me hace falta, Sebastián... Cambiare este destino y lo que me depara, dejaré de ser débil. Aunque este hecha pedazos, seguiré avanzando, nada me arrebatará ahora mi voluntad, creeré en aquella luz que mencionó Dieter y veré el mundo de otra forma.