Cap 27,28,29,30,31,32,33,34
Cap 27
Jennifer
Al aproximarnos a la enorme mansión de aspecto antiguo, escuchamos ruidos provenientes de ella, al parecer estaba evitada por alguien. Tragué saliva estando consciente del peligro y me dispuse a tocar la puerta, al hacerlo una mujer de piel rosácea apareció, sus ropas al igual que una rosa que llevaba consigo, también eran del mismo color, su aspecto era la de una hechicera.
La mujer sonriendo nos dijo "¿Sean bienvenidos, que necesitáis?".
-Hola, necesitamos donde quedarnos esta noche...Si no es mucha molestia.
-Ya veo...Claro, pasen. La señora estará contenta de recibir visitas.
-Muchas gracias.
Nos adentramos a la mansión, brillantes candelabros había en aquel lugar, elegantes cuadros también y varias habitaciones y largas escaleras poseía.
-Que hacéis niños vagando solos por este lugar? -pregunto la pelirosa.
-Estoy buscando a mi sobrino y saber otras cosas...Recuerdos, por cierto, no soy una niña, aunque eso parezca. -respondió Jennifer incomoda.
-¿Eres un niño?
-¿Ah? No...Me refiero a que ya soy adulta.
-Ah bueno bueno, perdon por la confusión, mmm...Ah, se me olvido presentarme, yo me llamo Ainokaori, fragancia de amor, soy una elfa y pertenezco a esta familia, los Kruger.
-Mmm ¿y por qué llevas una rosa...rosada también? -pregunto curioso el felino.
- Ah, es para usarla en caso de un ataque, mi poder es usar la fragancia de esta rosa para tener a cualquiera a mis pies y así controlarlo.
Gaido se alejó, ya que, por su buen olfato, iba a ser sensible si usaba esa fragancia con él.
Narrador
Mientras conversaban con la mujer, otra persona entro al salón, era una joven con cabello y alas rojizas, llevaba consigo un tipo de ser extraño.
-¿Hermana quiénes son estas personas?
-Oh hermana, son visitas, solo vienen a pasar la noche aquí y aparte nuestra señora estará feliz de recibirlos- respondió la pelirosa.
-Está bien, pero ten más cuidado de a quien dejas entrar.
- La mujer de cabello rojizo se acercó a Jennifer y compañía- Hola, bienvenidos y por favor no hagan tanto ruido. Mi nombre es Bulg-eun.
-¿También eres una elfa?-pregunto Mia emocionada puesto que le fascinaban aquellas criaturas.
-Sí, todas aquí somos elfas y sirvientas de nuestra señora, a la cual suelen llamar la mujer solitaria quienes no la conocen bien. Somos inofensivas para los humanos.
-¿Puedo saber porque la llaman "mujer solitaria"?
-Claro...La razón es que hace tiempo su esposo murió y aparte esta mansión está alejada de lugares donde solía haber personas, y a algunos no les gustaba acercarse ya que el bosque que está cerca de aquí está encantado o eso piensan por nuestra presencia, pero en realidad el nombre de ese bosque es Cefit.
-Señorita...¿Qué es eso que lleva consigo? Sus orejas parecen las de un gato, pero al mismo tiempo parece un fantasma ya que está flotando-pregunto Mia.
-Es un paenteom gaideu, son seres guías que son como mascotas.
-Ohh ¿cómo Gaido?
-Seré un guía, pero no una mascota-menciono Gaido ofendido.
-Jennifer sonrió burlona ante el comentario- Bueno, y tienen hab-.
Dos voces interrumpieron en el lugar, dos niños con aspecto de hadas aparecieron discutiendo.
-Suspira- ¿chicos que les pasa ahora? -menciono la peliroja molesta.
-Él no me quiere devolver mi peluche-respondió el niño de cabellos castaños.
-Sí, pero tú me quitaste mi conejito-Siguió el niño de cabellos rubios.
-Ya basta y vayan a dormir-menciono enojada.
Los niños con la cabeza agachada asintieron y subieron las escaleras.
-¿También hay hadas?-pregunto Gaido- pensé que iban a ser pequeñas.
-Sí, pero las hadas son muy interesantes, aunque algunas no pueden estar bajo la luz del sol-dijo la pelirosa.
-¿Por qué?-pregunto Mia.
-Se mueren, según un viejo cuento que jamás logre entender para ser sincera.
-¿Podrías contarlo?-siguió preguntando curiosa la pequeña.
-Claro, había una vez un hada que sin querer mato a la esposa de un príncipe y este con rencor decidió buscar venganza, pero un día el hombre débil y cansado cayó al suelo y el hada decidido ayudarlo, la ingenua hada se enamoró del hombre, pero cuando este despertó, ella se escondió. Este siguió buscando a aquella mujer para matarla y el hada triste se rindió y decidió pararse bajo la brillante luz del sol y murió. Eso es todo, el cuento explicaba por qué las hadas no soportan al sol, pero a pasar de los años fragmentos del cuento se perdieron. También Vivian gigantes junto a las hadas, pero estas especies decidieron separarse.
-Wow...Que genial-menciono Mia fascinada.
Mientras tanto una mujer de piel azul y con una cicatriz en el ojo entro al salón y llamo a las elfas.
-Hermanas, nuestra señora se dio cuenta que hicieron pasar a estas personas, ella quiere verlos.
-Está bien hermana mayor-respondieron ambas elfas.
Capítulo 28
Jennifer
Seguimos a las tres hermanas y pasamos de un salón a otro y en el había una enorme escalera, todo el lugar era muy elegante, subimos y nos encontramos con un largo pasillo con varias puertas y en el fondo del extenso pasillo había una puerta de color rojo, se escuchaba una agradable melodía de una caja de música, al entrar a aquella habitación una mujer de larga cabellera castaña y un camisón blanco se encontraba parada sostenida de un bastón, mientras observaba una llave, la mujer nos observó con sus ojos esmeralda.
-Buenas noches mi señora-repitieron las hermanas mientras se inclinaban.
-¿Estas son nuestras visitas?... Que lindos niños, y que hermosa mujer eres tu querida-mencionó sonriendo levemente la mujer de cabellera castaña.
Jennifer saludo con su mano y guardo silencio.
-Sé que eres una mujer adulta con apariencia de niña...Mi nombre es Terra, lamentablemente me encuentro enferma y tengo que tomar mi medicina para descansar.
-Ya veo, ojalá pronto se recupere-respondió Jennifer.
-La enfermedad de la señora no se puede curar...Aun no encontramos la medicina para su problema-Menciono la elfa de piel azul mientras desviaba la mirada.
-Lo siento... Espero que logren encontrarla pronto.
-¿No te preocupes, necesitan una habitación para dormir? ¿Vedad?, por favor chicas acompáñelos a unas habitaciones donde puedan descansar.
Narrador
La pelirosa llevo a Gaido y a la niña a sus habitaciones, mientras que Jennifer observo a la mujer y decidió marcharse.
-Querida...Veo en ti mucha fortaleza, quiero pedirte un favor.
-¿Cual? ¿De qué trata?
- Hay personas quienes experimentan con pobres niños y quería saber si podía detenerlos, pero es muy peligroso... El bibliotecario Car te puede explicar más del tema.
-Está bien...¿Donde se encuentra?
-Debajo de la escalera hay una puerta escondida, allí esta.
-ok
Jennifer se despidió de la mujer y salió de la habitación, bajo las escaleras y observo que, si había una puerta de color verde debajo de la estructura, al entrar se encontró con inmensos estantes llenos de libros, bajo la pequeña escalera que se encontraba y sus ojos se toparon con los de un joven de cabello negro y ropa del mismo color. Jennifer se presentó con el chico quien amable respondió a su saludo, el joven sostenía un libro de color azul con dibujos de rosas blancas.
- ¿Usted debe ser una de los visitantes, sea bienvenida y que deseas?
-La señora Terra me dijo que sabias más de esas personas que experimentan con niños y supongo que también con adultos.
- Ya veo... Si se del tema, te lo contare solo porque la señora lo pidió. El laboratorio se llama 000G, si pretendes ir allí debes tener mucho cuidado.
-¿cuidado por qué?
-Debido a la experimentación, hay seres que son violentos. Son convertidos en máquinas de matar y se rumorea que ellos crearon aquel virus que vuelven a las personas agresivas y con ese deseo de la carne humana.
-Que horrible...Terra me pidió si yo podría ir para detenerlos.
-una petición un tanto peligrosa... Los niños son los más afectados, pobres niños, los que fallaron ahora bajo tierra están.
-¿A donde se encuentra aquel lugar?
-¿Iras?...Esta bien, cerca de uno de los bosques de este lugar en el centro se encuentra, un tipo de hospital deteriorado. Escucharas el crujir y los lamentos de aquellos niños quienes les espera un destino lamentablemente.
-Está bien...
Jennifer se marchó de la biblioteca y fue hacia donde Mia y Gaido, estos ya estaban dormidos, Gaido ya había vuelto a la forma de un gato indefenso. Decidió no dormir para poder pensar bien todo y ver como enfrentaría aquellas criaturas que alguna vez fueron personas normales y detener esa experimentación que llena de seres violentos a este mundo infectado.
Jennifer
En toda la noche escuchaba esas voces en mi cabeza, ya me daban igual, con vista cansada traté de mantenerme despierta, pero fue en vano y al siguiente día desperté mientras observaba el amanecer por una ventana cerca de mi cama. Me levante de la cama haciendo rechinar la madera despertando así a Mia y a Gaido, no quería que vinieran conmigo por el peligro, pero ellos insistirían, fui al gran salón y le avise a una de las elfas que ya nos marchábamos, antes le entregue a Mia el collar de esmeralda.
-¿Qué es esto?-preguntó Mia.
-Es para protegerte. Es como un amuleto o eso creo.
salimos de la mansión mientras observaba como la señora y sus sirvientas nos gritaban que tuviéramos mucha suerte. Caminamos nuevamente por ese bosque, el cual era tétrico y los arboles carecían de hojas, había mucha niebla lo cual afectaba a nuestra visión. Con dificultad y por suerte sin encontrarnos a ninguna criatura, logramos llegar a aquel hospital el cual se veía abandonado y sombrío.
-¿Están seguros que quieren entrar conmigo? Pueden regresar con la señora.
-Yo soy tu guía, obviamente no me iré -respondió Gaido.
-Y yo...yo soy...yo te quiero mucho y quiero ayudarte-siguió Mia poniendo rojos sus cachetes
Sonreí pero estaba preocupada de lo que podría pasar, abrimos la puerta, la cual emitió un chillido fuerte produciendo un eco en todo el lugar, había poca iluminación, mientras mas avanzábamos mas se escuchaban entre las sombras las personas sufriendo, veía sombras pasar y pensé que podían ser almas de los niños que yacen perdidas, nos encontramos con una ventana dónde se veía una habitación, la cual contenía camas y a varios niños, entre sola a investigar y ya estaban muertos...Unos no tenían manos y otros ya no tenían dedos y otros simplemente estaban desfigurados, al parecer dejaron que agonizaran, esperando que la muerte llegue... Estos niños solo tuvieron miedo, más al fondo se escuchaban gritos desgarradores.
Salí de aquella habitación y Mia tomo mi mano fuertemente, estaba asustada, caminamos por el largo pasillo, y más habitaciones con personas, niños mutilados solo encontrábamos. De pronto detrás nuestro escuchamos las voces de unos hombres con máscaras raras de color blanco, y nos tomaron por sorpresa, no nos quieren soltar, cuando intente hacer algo me inyectaron algo en mi cuello haciéndome dormir.
Capítulo 29
Jennifer
Al despertar vi una luz alumbrándome y a varios hombres con herramientas, y me clavan agujas en todo mi cuerpo, las agujas son punzantes, no puedo moverme... Estoy atada, no puedo gritar, mi cuerpo no responde, ¿qué puedo hacer? No otra vez.... ¿Gaido y Mia dónde están?, quiero huir, pero no puedo y me clavan cuchillos que queman la carne y me ponen sueros llenándome de un líquido extraño.
No sé cuánto tiempo paso, pierdo la noción, siento que me levantan y me llevan a un tipo de vitrina llena de un líquido trasparente, me conectan varios cables en mi cuerpo y un respirador. ¿Veo máquinas alrededor y parecen estudiarme, que intentan hacer? Me duele el jodido cuerpo, no sé qué hacer.
Lagrimas derramo y flotan en este líquido, murmuran "pureza que debemos corromper" los rastros de las agujas, se empiezan a notar, mis heridas se curan, pero quedan cicatrices visibles que arruinan mi piel, siento mucho sueño. ..
Narrador
Jennifer quedó dormida y jamás despertó. El proyecto el cual se denominó "proyecto 01R" fallo y dejaron la habitación en el olvido, mientras Gaido y Mia se encontraban encerrados en una habitación oscura, aun no les habían hecho daño, pero los mantenían vigilados.
-Donde diablos estará Jennifer- exclamo desesperado el felino.
-Tengo miedo gatito.
-Yo igual...Pero tranquila, ya veremos qué podemos hacer.
Un hombre se acercó y abrió la puerta.
- Que mala decisión de venir a un edificio en ruinas, justo al final del pasillo se encuentra su amiga, pero la habitación está bloqueada ya que el experimento fallo.
-¿¿Experimento?? ¿¡Que le hicieron a la señorita!?-grito enojada Mia.
-Cierra la boca mocosa -menciono el hombre de cabellos blancos- solemos recoger a niños abandonados, o a personas que se ven débiles. Aquí tenemos una tecnología para crear seres agresivos y con un collar dominarlos a nuestro antojo.
-Están locos...-menciono Gaido.
-Tal vez, a veces a las personas especiales, solemos quitarle el cerebro para examinarlos, y esa chica parece muy especial, pero lástima que fallo el intento de estudiarla, no ha despertado aún. Cuando intentan escapar les cortamos la cabeza o aplastamos sus cuerpos, incluso cortamos sus extremidades.
Gaido y Mia guardaron silencio ante la mirada del sujeto, quien sonrió con malicia.
-Tal vez luego haremos eso con ustedes-mencionó antes de cerrar la puerta con seguro.
Gaido no podía transformarse, al parecer le habían inyectado algo que se lo impedía.
Pasaron los días y Jennifer aun no despertó, cuando el hombre regreso dejo la puerta sin seguro y Mia aprovecho para escaparse a pesar de los llamados de Gaido de que no lo hiciera, corrió desesperada por los pasillos en busca de quien la salvo, pero esta se detuvo al ver a aquel hombre sonriendo con tres perros cerca de él, estos no poseían pelo y sus dientes eran muy grandes al igual que su musculatura.
-¿Creíste que iba a ser tan fácil dulce niñita?.
Mia corrió lo más que puedo hacia la habitación en busca de Gaido, el hombre soltó a los perros quienes persiguieron a Mia, la pequeña con respiración agitada empezó a llorar y a gritar de desesperación, tenía mucho miedo. Mientras agitada se encontraba esta se tropezó con sus propios pies y cayó al suelo, se dio la vuelta observando a los tres perros enfrente de ella botando saliva de sus hocicos, una mirada de horror se mostró en su pequeño rostro y antes que pudiera gritar que la ayudasen, los animales empezaron a morder cada parte de cuerpo y arrancando sus extremidades y sacudiéndola por todo el pasillo manchando el suelo y las paredes de sangre, solo se escuchaban el eco de los lamentos de la pequeña, una última lagrima salió de sus ojos y su corazón se detuvo, los perros se alejaron y se fueron con su dueño el cual también se marchó. Gaido quien volvió a su forma humana, vio todo lo ocurrido, pálido y sin saber qué hacer, se sentó en un rincón de la habitación con la mirada perdida.
-¿Por qué?...No hice nada...Mia...Jennifer...¿Por qué?
Gaido agarro su cabeza y empezó a gritar con miedo e impotencia por no haberla ayudado, por no haber detenido a aquella niña de suéter verde. En todo el lugar resonaban sus llantos y quejidos.
Al final del pasillo de aquella habitación, la joven abrió sus ojos mostrando unos ojos verdes y fríos.
Capítulo 30
Jennifer
¿Dónde estoy? ¿Qué es este líquido?, mi cuerpo tiene varios cables o tubos conectados a mi cuerpo, solo escucho un ruido de máquinas que resuenan en está habitación oscura, observo papeles salir de esas máquinas, siento algo salir de mi cuerpo, solo escucho un estruendo y el cristal se rompió, caí al suelo mientras el líquido se derramaba por todo el suelo. Me quito uno por uno estos cables de mi cuerpo dejando heridas en mi piel que se curan de inmediato dejando cicatrices.
Me levanté del suelo, mi cuerpo desnudo estaba y mi cabellera cambio a un color rosado, en un pequeño espejo que se encontraba vi que mis ojos verdes eran, me coloco una bata que se encontraba tirada, vieja y con polvo. Veo la vitrina que rota esta, en la base había un nombre o un código, y en los papeles había estudios de mi cuerpo. Me siento enojada, pero al mismo tiempo siento ganas de reír, es extraño...Al parecer jugaron con mi cuerpo, cambiando mi aspecto.
Siento algo en mi espalda, un cosquilleo y al verme en aquel espejo veo tentáculos negros mientras se volvían transparentes...Apenas recuerdo lo que sucedió, trato de abrir la puerta, pero está cerrada, preocupada por Mia y Gaido empiezo agitarme y a patear la puerta, mi fuerza no bastaba. Pero mis tentáculos se hacen más largos golpeando a todo a su alrededor, uno de ellos choco contra la puerta abollándola, y con ellos logre abrir la puerta. Descalza empiezo a correr por el largo pasillo gritando el nombre de Mia y Gaido.
Pero más cerca estoy, veo un charco de sangre y un cuerpo desmembrado tendido en el suelo.
-P-pero que...Mia..No no.
Caí al suelo de rodillas y tome la cabeza de Mia y la abrace.
-No otra vez, ¿¡por qué!?
Desesperada comienzo a llorar, nosotros...ella no merecía esto. Solo era una niña.
Narrador
La inmoralidad que hay en este lugar es tan repulsiva, pobres almas inocentes que cayeron en las manos de personas que sólo son escoria en este mundo y quieren destruir todo. Jennifer enojada y llena de impotencia, las voces resuenan más fuertes haciendo doler su cabeza, de a poco pierde el control, quiere asesinarlos y destruir sus cuerpos hasta no dejar nada. Su suerte llego a su fin.
Jennifer
Mi mente descompuesta, no los perdonare, su piel desgarrare, siempre recordare esto y no los dejare descansar. Esta vez les hare caso a las voces para vengar la muerte de esta niña que no quería estar sola. "No lo olvides, mátalos a todos", "somos tú" me dicen las voces, repitiendo hasta aturdir mis oídos.
Narrador
La locura se presentó y Jennifer se dirigió hacia a aquellos hombres quienes estaban por lastimar a Gaido, ellos al verla, jamás imaginaron que su proyecto fue un éxito, pero esta vez su experimento, aunque un collar poseía para controlarla, este no funcionaba, los hombres desesperados se ofrecieron ayudarla, pero ya era tarde para perdonar. Jennifer dio un grito que provoco una ráfaga lanzando a los hombres contra la pared, los hombres sacaron unas armas y empezaron a dispararle, pero las balas salían expulsadas de su cuerpo cicatrizando, sus tentáculos furiosos empezaron arrancar cada parte de sus cuerpos y dejándolos agonizar, pero el hombre de cabellos blancos y lentes era su mayor objetivo, pero este al verla sonrió.
-Los demonios que llevas dentro y tu instinto asesino me fascinan. Mi hermoso trabajo, una gran máquina de matar...Lastima que no está bajo mi control. Vamos mátame-menciono el hombre, mientras tomaba a su gato Eros y lo ahorcaba.
-¿Por qué?...¿No es tu compañero?-menciono Jennifer de forma fría.
-Solo es un estúpido animal.
Jennifer sonrió y empezó a reírse sin control.
-Me divertiré contigo-menciono la joven con una gran sonrisa.
Gaido observaba asustado y confundido al ver a Jennifer así, perder el control después de lo sucedido, su mente empeoro y su piel desgarrara, lo romperá desde adentro, la nueva joven nació de su experimento repulsivo, no pensaron antes de actuar, fallas que la trasformaron, ella lo devorara. Un tentáculo tomo a Gaido y lo saco de la habitación y cerró la puerta, esta clavaba sus tentáculos en el cuerpo del hombre y abría su estómago y uso esa habilidad inconscientemente de nuevo de no dejar el cuerpo morir, el hombre daba gritos desgarradores y sangre botaba de su boca, pero este se reía nervioso del dolor.
Jennifer se acercó y saco con sus manos sus tripas lentamente, sus uñas se volvieron garras las cuales uso para arrancarle un ojo y metérselo en la boca hasta al fondo de su garganta. El hombre desesperado empezó a llorar.
-¿Uhm? ¿Por qué lloras? ¿Acaso estás viendo a los muertos, a los niños con los cuales jugaste? Yo seré la jefa de este mundo lleno de miseria, todo esto que estoy haciendo es poco después de que mataste a muchos sin piedad. Reza a tu Dios, morirás en agonía.
Jennifer corto sus orejas y lo dejo morir, la habitación oscura se había vuelto de un rojo brillante, Jennifer sonreía levemente mientras que las voces reían. Un obstáculo que no soporto y término destrozándolo, sus ojos verdes, la reina quiere ser y cambiar su destino y acabar con todos los que se metan en su camino. Su mente colapso, pero su objetivo aún mantiene, solo no se controlará con los malos y acepto sus pecados. Esta maravillosa pesadilla sin fin, no importa cuánto niegue su naturaleza asesina, las voces la harán recordar que está hecha para luchar y para dominar.
Capítulo 31
Jennifer
Al acabar con él, empecé a sonreír mientras contemplaba mi obra de arte, abrí la puerta y vi a Gaido asustado en su forma humana tapándose sus oídos, me hizo recordar a Sebastián, pero aún me sentía extraña, tenía que acabar con todos los de aquel lugar y si no lo hacia seguirían haciendo lo mismo una y otra vez.
-¿Estas bien Gaido?-pregunte desviando la mirada.
-Eso debería preguntarlo yo...¿Tu estas bien?
-Quizás, sé que manche todo de sangre. Estoy consciente de lo que acabo de hacer.
-Aun así, te noto rara...
-Si...Me siento extraña y me hace sentir bien el haberlo matado.
Narrador
Jennifer tomo la mano de Gaido y siguió caminando por los pasillos hasta que se topó con un enfermero, el cual trato de atraparla para dormirla. Pero apenas el hombre se acercó, esta se abalanzo hacia él y mordió su oreja hasta arrancársela. El hombre empezó a gritar y a insultarla.
-¡Zorra de mierda!, ¡estás loca!-grito el hombre desesperado mientras se desangraba.
-¿Que si estoy loca? Lo creo también, seria ofensivo que pensaras que estoy cuerda -menciono sonriendo- Gracias por hacerme más fuerte a causa de su asqueroso experimento.
-Jennifer...-menciono Gaido detrás de ella.
-Shh...Todo lo que ellos me inyectaron corre por mis venas, quizás hay un monstruo detrás de esta máscara-menciono mientras sacaba su máscara la cual había guardado después de que la atacaran aquellos seres de piel grisácea.
El odio se desborda, obligada a quedarse en el acantilado, la vida a veces es cruel, su mente está peor de lo que esperaba, no tendrá piedad contra los que hacen daño a los que aprecia.
Jennifer.
Mi madre me dijo "no te metas en problemas " quien iba a decir que mi vida estaría rodeada de ellos, voy a matar a este hombre quien grita de dolor. Con mis manos aplaudo y su cuerpo explota llenando todo con más sangre el lugar y manchándome mas, al igual que el rostro de Gaido.
-Oh...Lo siento Gaido, no fue mi intención ensuciarte.
Gaido guardo silencio, seguimos avanzando hasta escuchar unos gemidos extraños, soy incontrolable, recuerdo las palabras de aquellos hombres que me ayudaron, pero ahora me siento tan enfadada, quiero acabar con todos ellos. Estoy loca, todo el mundo sabe que soy un poco retorcida, solo matare a esas personas quienes daño hicieron a esos niños que eran inocentes.
Es tiempo de levantarse, y acabar con ellos, cubro mis cicatrices con unas vendas que estaban guardadas en un mueble, enfrentare el miedo y voy a destrozarlos por todos aquellos niños. Siento el pulso en mis venas como un luchador, nada puede detenerme ahora, la sangre, sudor y las lágrimas hacen que el dolor tenga un sabor más dulce, una parte de mi quiere destruir, tengo que admitir que soy una hipócrita.
Las voces siguen hablándome, riéndose y otras se lamentan, al parecer nunca podre liberarme de ellas, a veces los escucho en mis sueños y me recuerdan mis tormentos y corrompen mis lamentos, no me puedo controlar de nuevo, siento que vuelve esta sed de sangre, estas voces siempre estarán en mí, toman forma en mi piel estas voces que se manifiestan.
Gaido
¿Parece darle igual todo lo que hizo, asi es jennifer en verdad? Los mato sin ninguna piedad.
-¿Que sucede?-Preguntó Jennifer mirándome fijamente.
- Ah...no, nada. Estoy bien.
-Qué bueno y...Lo siento por todo lo que viste.
No entiendo, al parecer actúa normal conmigo, su odio solo está dirigido a este lugar... ¿Que pasara por su cabeza?
Narrador
Los gemidos se hacían más fuertes y se escuchaba un crujir, al acercarse mas vieron a dos siluetas, al observar detenidamente vieron que eran dos niñas unidas, cocidas en su torso, con el cuello sumamente largo y un rostro grotesco, de su boca caía mucha saliva y mostraban unos dientes afilados, sus brazos eran largos como sus garras, poseían también tentáculos con unas cuchillas en la punta. No hablaban, solo emitían sonidos incompresibles.
-Pobres niñas-menciono Jennifer acercándose a las gemelas- acabare con su dolor, vamos vamos, duerman niñas.
Los tentáculos salieron de su espalda, eran de un color negro con rayas blancas, las puntas parecían a las de una flecha, estos eran bastantes y muy largos, poseían una fuerza inhumana y estos le arrancaron las cabezas a las gemelas, sus cuerpos caminaban torciéndose hasta caer. Gaido tapo sus ojos por unos momentos, no sabía a quién tenía que guiar, era tan cruel con quiénes la dañan o dañan a quienes ella protege.
Jennifer se acercó al cuerpo y vio que en sus brazos decía "23". Solo los nombraban con números, como simples ratones de laboratorio, Jennifer noto que ella también poseía un número "01R"
-Qué asco- menciono Jennifer como siempre.
-Hay que salir de este lugar- respondió Gaido nervioso.
-Si.
Mientras más se acercaban a la salida, se escuchó un ruido, como si activaron algo, junto a varios gruñidos. Jennifer tomo a Gaido y corrieron hasta la salida. Una vez afuera, viendo aquel bosque sombrío, la joven se dio la vuelta observando a varias personas con aquel virus corriendo hacia ellos, una vez que estuvieron lejos de aquel hospital en ruinas, levanto sus manos y de estas salió una leve luz mientras que todo el lugar exploto, la joven sorprendida de lo que había logrado. Al parecer esos médicos habían despertado una pequeña parte de ella, mientras que sus recuerdos aun permanecían bloqueados.
Jennifer agitada se dejó caer de rodillas agotada y sonrió nuevamente.
-¿Que sucede?-pregunto Gaido
-Nada...No sucede nada- respondió Jennifer con una sonrisa mientras lágrimas se escapaban de sus ojos- Mia...Perdóname.
Capítulo 32
Jennifer
Esta tristeza que no desaparece, las contradicciones que hay en mi interior. Estoy cansada, perdóname Mia por no haber estado contigo y hacerte sonreír una vez más.
Tengo apariencia de una niña pero mente de una psicópata e hipócrita, mi mente está hecha una porquería, me rio de mis actos, por estos pensamientos que me confunden, creí que ella iba acompañarme pero simplemente se fue de mis manos, quiero romper todo pero aún tengo que proteger a Gaido, no quiero decaer, no aguante su muerte y acabe con sus vidas, me rendí ante las voces pero usándolas a mi beneficio, a veces parece no importarme nada, a veces fuerzo una sonrisa y fingir que algo me preocupa o me produce placer, aunque los actos que he cometido tan asquerosos son, en realidad odio la sangre, pero ya me manche con ella y esta no desaparecerá, quiero ser una chica normal, recuperar mi vida a pesar de todo.
Perdí mi máscara y mis armas en aquel lugar que destruí, pero no seré débil, aunque no tenga una espada, quiero estar en un trono y volver todo como era antes, quiero ser una reina o más que eso, porque ellas suelen ser libres de ir a donde quieran o eso creo. Yo seré la ley, seré la salvación y no dejaré que me traten como un simple juguete con el que pueden jugar y destrozar, seré el creador del caos para los malos, soy el dolor en carne y hueso, la voluntad de lucha, quiero ser el orden, es muy contradictorio, por eso, quiero ser el todo.
Narrador
Agobiada y frustrada se encuentra la joven, tratando de ordenar sus pensamientos, disminuir esos impulsos que destruyen su poca cordura, su acompañante se encuentra nervioso por cómo se encuentra su amiga, no sabe que decir ante la situación, ante la muerte de una niña que vio con sus propios ojos. El dolor de la joven es tan grande que ignora el del felino. El infierno se levanta nuevamente dentro de ella. Tiene miedo de volver hacerlo, algo que no se puede revertir, se escuchan ruidos a la lejanía, pero a ella le da igual, Gaido se percata del peligro y trata de llamar su atención, pero esta no reacciona, hundida en sus pensamientos esta.
Jennifer.
Estos seres son más grandes de lo que yo puedo controlar en estos momentos, estoy como en una habitación, encerrada con ellos, con todos mis recuerdos más oscuros. Mis manos están temblando, pero estas voces me siguen hablando, son muy ruidosas, una pelea del bien y el mal hay en mi interior, no se quien ganara. Solo quiero dormir, pero tengo que avanzar.
Estoy temblando, tengo el corazón roto, quiero derramar las tripas de todos aquellos que intenten hacernos daño, pero siempre con respeto ¿Verdad señor Dieter?, mi mente se a distorsionado de nuevo, estoy agradecida con ellos por lograr avanzar...A mi manera, quiero que ellos sean los cadáveres y yo la asesina, perdón Gaido pero tengo que hacerlo, no te preocupes yo te protegeré. Gracias a ese experimento puedo ser el Diablo y ellos los pecadores.
Sus gritos serán música para mis oídos, los muertos me quieren arrastrar hacia la oscuridad. Pero Tú, Sebastián serás mi Luz y Gaido mi Guía, no fracasare otra vez, los engañare con mi frágil apariencia... Lo siento Mia por dejarte morir, la forma en que he cambiado a veces me gusta porque puedo acabar con todos aquellos que dañan hacen solo por placer. A pesar de toda esta mierda, sobreviví, ahora cambiamos los roles y ya no sentiré temor ante nadie. Me pondré de pie, quiero demostrarle a Dios y a todos los superiores que seré capaz de llegar a lo alto como ellos, superando los desafíos que la vida me dé, aunque este al borde de la muerte, renaceré de las cenizas como un fénix. Quiero ver la verdad y verlo a él.
Gaido
Escuchaba cada vez más cerca aquellos ruidos, más y más cerca sonaban, pero Jennifer no me apresta atención, también estoy dolido por Mia...Verla morir, ¿por qué no pude hacer nada? Solo vi como la despedazaban aquellos animales repugnantes, ella se ha vuelto más fuerte, pero pierde más su mente, es inteligente, pero a veces se siente bien cuando hace sufrir a alguien que ha cometido algo malo frente a sus ojos. Su deseo de venganza es tan grande que lo oculta tras una sonrisa falsa que siempre me brinda, yo tampoco estoy bien, maldita sea date cuenta que yo sufro por Mia y por tus cambios repentinos.
Estas en un sueño donde no puedo despertarte, en un agujero donde tú misma te metiste, tu esencia asesina me atormenta, tus ojos verdes son sombríos y expresan felicidad ante el sufrimiento. Quiero ayudarte y sanar tus heridas, soy tu guía después de todo, quiero salvarte, hay algo diferente en ella desde que salimos de aquel lugar. Algo se acerca a nosotros, pero ella aun esta con la mirada perdida pensando si luchar o no, es muy indecisa.
Tu despertar está fallando, tu destino se oxida si sigues con esos cambios, creo que no deseas despertar en realidad, aunque desconoces todo de ti, pobre niña que fue corrompida, quiero que encuentres la paz, la luz del sol no quiere que llores. El aire se vuelve tenso, eso se acerca, pero tú no te mueves.
-¡Esto no es lo que espero de ti! -exclamó Gaido- tú eres fuerte y amable, no debes destruir todo.
Jennifer se dio la vuelta y solo me observo.
-No tienes que bañarte en sangre para conseguir tus objetivos, por favor reacciona.
Jennifer siguió observándome, pero no respondió- sé que estas perdida y no sabes que hacer, quiero que seas feliz y sonrías de corazón y no sea fingido, aun no es tarde.
- No voy a dejar solo todo lo que tengo, a Sebastián y a ti...-respondió Jennifer mientras siguió observando aquel lugar en ruinas.
Jennifer
Aun no es demasiado tarde como menciono Gaido, quiero acabar con sus vidas, pero debo intentar controlarme y mantener bajo control mis impulsos. Esta vida es injusta y una oración a Dios no me salvara en este mundo, solo mi voluntad de pelear. El mundo que conocimos ya no está, quiero recuperarlo, nos arrebataron nuestras vidas y nosotros no la supimos apreciar. Adolescentes ciegos fuimos y ahora lo que nos tocó vivir es aún peor y nos destroza por dentro.
Debo controlar esto, he fallado varias veces, pero no debo rendirme, soy como una tonta rompiendo las reglas, estoy demente, pero creo que no tanto o no lo sé. Me encuentro en un mundo de dolor, pero tengo un gran amigo a mi lado, quien trata de sanar mi salud mental, ojalá logre estar bien y deseo poder mantenerme firme ante los obstáculos... No dejare que yo me convierta en el problema y sé que si sigo intentando puede que algún día te encuentre y sepa quien en verdad soy, no me detendré hasta que resuelva todo, pero mis pecados grabados en mi están, quizás estoy loca, pero al menos quiero ser la que siempre sonríe y hace reír a los demás, lo intentare de nuevo, solo por mi amado Sebastián y mi gran y fiel compañero Gaido, perdón por no haber visto que también sufrías... Lo siento.
Capítulo 33
Narrador
Algo se acercaba a ellos, el ambiente se volvía más tenso, Gaido no lograba transformarse aun y volver a su forma de ataque, el manteniendo la forma de un joven frágil con orejas y cola de gato, y ella sin armas, no sabían que hacer. Jennifer observaba a su alrededor decidida a luchar sin sus armas. Entre los árboles una mujer alta y con un tipo de armadura grisácea y oxidada, incrustada en la piel manchando todo de sangre, llevaba puesto en su rostro una mascara como las que usaron los doctores durante la peste negra. Arrastraba un arma de gran filo y de gran tamaño, esta se reía a carcajadas mientras decía "el mundo estará cubierto de sangre, a la mierda el ser humano".
-Jajaja miren que tenemos aquí, estáis acabados.
-¿Qué carajo quieres?-pregunto Jennifer con mirada amenazante.
- Ohh tenemos a una niña con agallas, destruiste ese hermoso lugar donde crearon aquel virus que te hace perder la habilidad de razonar, por eso los matare.
-Solo eres un experimento más.
- Y tú ahora también lo eres jaja, eres tan patética niña estúpida, este mundo se vuelve cada vez más maravilloso.
Jennifer
Me daba tanto asco tan solo de escucharla hablar, he visto la muerte tan de cerca que ya soy distinta, tengo oscurecida el alma, ellos experimentaron con la mutación en personas inocentes, acabar con la amenaza es uno de mis objetivos. Con un collar me intentaron dominar, no me lo puedo sacar, pero al menos no funciona en mí.
Gaido
Una batalla feroz se desata, Jennifer golpea a su oponente con una fuerza inhumana rompiendo un poco la máscara de aquella mujer, puedo ver todo lo que ha sufrido, pero en ella puedo ver que prefiere no luchar, un adversario tan duro, lanza por los aires a Jennifer cayendo al duro suelo, este ser agarra su cabeza y la levanta, pretende romper su cráneo y acabar con la pelea rápido, pero su cuerpo se ha vuelto más fuerte, una fuerza tan alta que inquieta. Libera su poder sobrenatural y con su mirada como medusa vuelve piedra poco a poco al ser, su sed de venganza es más fuerte, dejarla apartada y escondida en un rincón experimentando con ella fue todo un error, mientras estaba dormida solo veía sombras pasar observándola y estudiándola eso la hizo enojar. Estoy tan enfadado de no poder ayudarla, odio esta forma humana de niño dulce.
Narrador
Jennifer quiere estar a nivel de los dioses, quizás nunca fue normal y lo que hay dentro de ella quiere desatar, mato a muchas personas y odiaba no poder controlarse, no quiere perder lo poco que queda de ella, está acostumbrada a combatir, no tiene miedo de morir. Hace años que ocurrió y no lo olvidara, no sabe quién es, sus manos están manchadas de sangre, si esto es lo que debe ser, lo será dando dolor a los que daños hacen.
Las piernas del ser de piedra ahora son, su capacidad de moverse fue limitada y ahora arrinconada esta, no tiene mucho control y no es tan rápida con ese gran arma.
Jennifer
Aprovecho para acercarme a ella y con solo mirarla sus brazos se desprenden de su cuerpo haciendo gritar a la criatura.
- ahora que me ves bien, te mostrare que la bondad que tenía la he perdido hace mucho tiempo, ya no tendrás salvación.
Aunque siga adelante, el futuro es cruel y mi pasado me seguirá atormentando, sus pequeños ojitos es lo que recuerdo, esas memorias me van estremeciendo.
- Te odio, te odio- repitió la mujer- odio a los humanos, son tan asquerosos y viles.
- Quiero ser más fuerte y que un ser superior me otorgue todo su poder...Muere- Su cuerpo siguió convirtiéndose en piedra para luego desmoronarse.
-Jennifer...-menciono. Gaido-
-¿No pasa nada...Gaido, que tengo que hacer para vencer a mi mente?
Narrador
El tiempo va fluyendo y la indiferencia de su mente se está apoderando, aunque no quiera hay algo que la arrastra hacia la oscuridad. Rosa cubierta de espinas, cogiste la espada de la venganza, odio hay en tu corazón
Jennifer
Me pregunto si pertenezco a este mundo...No he llegado a conocer lo que hay dentro de mi ser. Quisiera teñir la oscuridad de blanca luz del sol.
-El mundo también puede ser increíble, si aún tienes una oportunidad ¿porque te haces daño? -menciono Gaido.
Capítulo 34
Jennifer
Qué lugar más sombrío...Quiero enfrentarme a mis días más oscuros, mis cicatrices son pintura de guerra, suelo contradecirme bastante. La sangre que e derramado por el ¿valdrá la pena?, espero que si, a veces me produce placer el hacer sufrir a sucios malnacidos, mi lado más oscuro quiero encerrarlo, pero no puedo controlarlo del todo, me enoja bastante ver a seres que hacen daño a inocentes solo por gusto, no quiero rendirme ante ellos, soy como una celda de prisión.
Seré más fuerte que mi tormenta, el estar roto me dio fuerzas para seguir adelante, enfrentando y usando estas voces a mi favor. Perdóname querida Mia por no haberte salvado, tratare de evitar que algo así vuelva a suceder, no quiero que dañen a los que me importan, por eso quiero ser capaz de borrar toda la oscuridad, he matado a inocentes también, lo que vuelve todo esto contradictorio y confuso, a veces me domina un demonio que no sacio, pero no debo dejar que mi parte más oscura consuma a la parte buena, él...Mi amado bebé, cuando logre verlo podre borrar toda esta oscuridad y este instinto asesino, este infierno que vivo para encontrarte, alimentan mi ansiedad, no quiero matar, pero no tengo opción porque tengo eliminar a cualquiera que se interponga en mi camino. ¿Quién soy yo?, a veces soy una psicópata y eso deteriora más mi cabeza.
Narrador
Contaminada por bacterias por aquel experimento, su mundo de contradicciones, su cuerpo se volvió más resistente pero su mente se cae a pedazos, su único objetivo que mantienen su poca cordura es su querido bebe y su fiel acompañante. Ella desearía que hubiese otra salida libre de muertes, pero las voces no se van, algunas dicen cosas horribles.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top