Capitulo 3

(POV Seras ')

Más tarde esa noche

Alucard y yo estábamos en nuestra habitación, en nuestros escritorios. Haciendo nuestra tarea asignada de nuestras clases. He tenido problemas con ello, a diferencia de Alucard que le resulto muy fácil. Él lo sabía todo! Vivió la mayor parte de la historia! Sabía francés! Él no tenía problemas con sus tareas de inglés! Estaba jodidamente estúpida! Me senté allí mirando cada pregunta y no sabía las respuestas a ninguna de ellos! Miré por encima del hombro a Alucard. El terminó su tarea y ahora estaba recostado en su asiento una vez más leyendo su libro de historia, que estaba a punto de terminar!. Me burlé y volví a mirar a mis pilas de papeles y libros. Entonces yo sonreí y apoyé la punta de mi lápiz en mi papel.

-Hey, Alucard, ¿verdad lo que causo era de la ...- Empecé a preguntar, pensando que podría o bien copiarme de mi Sire, o él me dará todas las respuestas.

-No- respondió simplemente y volvió a su libro. Chasquee mi lengua y mire a mi escritorio. Golpee ligeramente la goma del borrador de mi lápiz contra mi libro de historia. Dejé el trabajo de historia a un lado y miré a mi tarea de francés. Fue una asignación simple, una lista de palabras en inglés estaban alineados en un lado, en el otro lado estaban los espacios en blanco, simplemente había que traducir las palabras en inglés a francés, pero el problema era... que no podía hablar, leer o escribir en francés. Miré hacia atrás a Alucard.

-Maestro- le hable de nuevo.-¿Cómo se escribe gato en francés?- Le pregunté, poniendo una mirada de cachorro aunque el no podía verlos.

-Haga su propia tarea, Chica Policía- Mi Sire dijo con severidad y siguió leyendo. Suspiré y me dejé caer en mi silla. Yo iba a fallar mis materias. ¿Dónde estaba Pip cuando yo lo necesitaba? Luego me erguí en mi silla con los ojos muy abiertos. Pip! Eso es todo! Saqué el celular que Sir Integra me dio para la misión. Oí Alucard suspirar molesto cuando empecé a marcar el número de la Hellsing. -Ahora, ¿qué estás haciendo?- Él preguntó, mirando a su libro. Sonreí y le saqué la lengua.

-Sólo llamaba a Sir Integra como nos pidió- He utiliznado como excusa, esta vez él chasqueó la lengua. El teléfono sonó una vez ... dos veces ... tres veces ...

-¿Hola?- La Hellsing respondió.

-Sir Integra- le contesté contenta. Ella respondió.

-Ah, Agente Victoria, ¿cómo va la misión?- Ella preguntó.

-No muy bien, señor, no hemos conseguido nada todavía. No hay vampiro a la vista y no ha habido ningún asesinato... hasta ahora- Informé.

-Hmn- Ella tarareó. -Bueno, sigan hasta encontrar la fuente de todas estas desapariciones- Ella ordenó.

-Sí, señora- Yo le respondí, mis ojos rozaron mi asignación de historia. -Oh, Señora, me preguntaba si usted podría ayudarme-

-Haga su propia tarea, muchacha de la policía- Sir Integra dijo severamente. Me quedé mirando el teléfono en el asombro. ¿Cómo podía haber sabido lo que iba a preguntar?

-Sí, señora- Murmuré. -Antes de colgar, ¿puedo hablar con Pip?- Le pregunté, golpeando los dedos contra mi escritorio con impaciencia.

-Bernadotte?- Ella repitió y luego se echó a reír. -Definitivamente no puede ayudarte con su tarea.- Ella dijo, me muelen los dientes juntos.

-Sí, lo sé, sólo quería hablar con él ... lo echo de menos- Susurré- oí el gruñido de Alucard. Me estremecí.

-¿Echa de menos el acoso sexual?- Sir Integra murmuró, ella suspiró. -Está bien, espera- Oí movimientos en el otro extremo y luego todo quedó en silencio. Podía sentir los ojos de Alucard arder en la parte de atrás de mi cabeza. ¿Estaba celoso? ¿Estaba enojado porque estoy admitia que extrañaba Bernadotte? Entonces oí hablar distante a través del teléfono y luego una voz familiar.

-¿Hola?- Pip respondió.

-Pip!- Yo dije, feliz por una vez por escuchar el pervertido francés.

-¿Qué pasa, Ma chérie?(querida)- preguntó.

-Sólo necesito un poco de ayuda con francés- Le dije, leyendo mi tarea francesa en silencio. Él se rió de mí.

-Bien, bien- Dijo a través de risas. Sonreí, finalmente, alguien que me ayudaría.

-¿Cómo se escribe gato en francés?- Empecé con la primera pregunta, pero luego una mano más grande encerrando sobre la mía me obligo a terminar la llamada. Estiré el cuello hacia atrás, y me quedó mirando un Alucard sonriendo. -Hola, maestro- Le susurré tragando saliva. Retiro el celular de mí y se lo metió en el bolsillo.

-Has perdido los privilegios del celular- Él ronroneó, yo gemí y se inclinó en mi cabeza. Él se rió y me alborotó el cabello.-Sir Integra me dijo que eras una estudiante aplicada. ¿No me digas que hiciste trampa todo el camino del estudio?- Yo le frunció el ceño.

-Por supuesto que no!- Le contesté. -Estoy teniendo dificultades para comprender esto. Necesito ayuda, Maestro- Susurré, mirando hacia atrás para mirarlo.

-Entonces pide ayuda, no esperes que te dé todas las respuestas- Dijo mientras sacaba su silla y se sentó a mi lado. –Ahora, ¿que es lo que te dificulta, Childe?- Él preguntó mientras miraba mis papeles. Le sonreí a mi señor, agradecida de que en realidad estaba pasando su tiempo libre para ayudarme.

(POV de Alucard)

Unas horas más tarde

Cerré mi libro de historia, terminando de leer el último capítulo. Lo coloque en mi escritorio e iba a recoger mi libro de francés. Pero me detuve cuando escuché el gemido de Seras. Miré por encima de mi hombro y me quedé mirando a mi Draculina. La cabeza de Seras descansaba sobre su escritorio, sin soltar el lápiz, ya que descansaba sobre una hoja de papel. Me reí ligeramente cuando me di cuenta de que se había quedado dormida. Coloque mi libro francés sobre el escritorio y me levanté a mi altura. Sonreí mientras caminaba hacia el escritorio de Seras y me quede a su lado. Cogí una de sus hojas de tarea y miré su trabajo. Ella respondió a todas las preguntas a la perfección, sin perder uno solo. Cogí su tarea de francés y miré su trabajo.

-Hmn- yo tarareaba cuando vi algunos errores pequeños. Miré hacia abajo a Seras, los hombros levantados con cada pequeña respiración. Tal vez debería empezar a enseñarle francés y otras lenguas útiles. Después de todo, un día seremos libres de Hellsing y ella vendrá conmigo a mi castillo. Ser rey era un trabajo muy duro, siempre estabas ocupado. Seras podría convertirse en mi mano derecha y venir conmigo a otros países por negocios. Apilé sus papeles en su libro de historia y lo cerré. Puse todos sus libros a un lado junto con su lápiz. Seras se movió y bostezó. Me reí y cogí a mi Draculina, sosteniendola en mis brazos. La llevé a la cama y la acosté. Ella inmediatamente se aferró a la almohada con una sonrisa suave y cayó en un sueño profundo. Le revolví el pelo y me acerqué a mi ataúd. Yo a travesé la madera y me acosté. Mis ojos verdes brillaban en la oscuridad como me quedé mirando la tapa de mi ataúd. Yo no podía dejar de pensar en nuestra vida después de Hellsing. ¿Vendría Seras conmigo a Rumania? ¿Y si ella quería quedarse o viajar sola? O peor, ¿y si ella encuentra a su amante o compañero para entonces? Volveré a estar solo. Sentí un vacío y la depresión se instaló. ¿Por qué estaba tan molesto si mi incipiente no viajaba conmigo? Era el momento para que ella sea independiente y dejar el nido. Suspiré y me relaje en mis sábanas de color carmesí, con la esperanza de desprenderme de mis pensamientos y caer en un sueño. Pero no podía dejar de pensar en Seras. Ella no me puede dejar! No lo voy a permitir!

Abrí mi tapa y cruce la habitación. Me paré alado de la pequeña rubia, mirándola. Entonces me tranquilicé lentamente. Seras nunca me dejaría. Ella era una buena incipiente, una buena chica. Sonreí a mi Draculina y luego me acosté en la cama con ella. Yo hice cucharita con Seras, envolviendo mis largos brazos alrededor de ella, y embocar en ella. Y tal vez yo nunca la dejaré ir. Me reí entre dientes ligeramente. Enterré mi nariz en su cabellera rubia y respiré. Tiene la fragancia de su shampú de fresas. Ronroneé y apoyé la cabeza en su almohada. Ahora me sentía contenido al tener a Seras envuelta en mis brazos. Mis ojos se cerraron y caí en un sueño tranquilo.

A la mañana siguiente

Sentí a Seras moverse pero no se despertó completamente. La chica se quedó sin aliento y se movió un poco más contra mí. Ronroneé suavemente cuando su culo se frotasuavemente contra mi polla.

-Uh ... Maestro- Seras susurro, sonando sorprendida y nerviosa. Mis ojos se abrieron y nos miramos en la parte posterior de la cabeza. Ella agarró mis manos que tenían un conocimiento ajustado a su alrededor. -Qué estás haciendo?- Ella preguntó, un rubor brillante apareció en sus mejillas. Sonreí y sacudí mi mejilla a lo largo de ella. Ella me miró por el rabillo del ojo. Tiré de ella aún más cerca con una risita.

-¿Qué te parece?- Ronroneé en su oído. -No, ¿qué se siente?- Le pregunté cómo apreté mis manos alrededor y frotando mi dolorida polla contra su culo apropósito. Seras chilló y trató de zafarse de mis brazos, pero no pudo.

-Maestro, para!- Seras ladró, asustada como ella se retorció en mis brazos. Sus piernas ligeramente pateando contra la mía, ella seguía tratando de zafarse de mis manos, y trató de mover su cara de la mía.

-¿Por qué? Me gusta dónde estás- Ronroneé y acaricie su cuello, inhalando su aroma dulce. Ella se tensó al sentir mi cálido aliento contra su piel. Entonces ambos pensamos lo mismo.-Oh- dije en voz baja, al oír sus pensamientos. Tenía miedo de que la mordiera y no lo disfrutaría. -¿Hay que poner eso a prueba?- Seras negó con la cabeza y una vez más trató de escapar.

-¡Maestro! ¡No! ¡No!- Ella rogó pero con voz severa. Les mostré mis colmillos y ellos rozaron su piel suave. Gemí, realmente con ganas de saborearla. –Alucard- Ella gimió, entonces la mordí en el cuello. Un pequeño grito se le escapó y ella arqueó la espalda. Tenía la cabeza apoyada en mi hombro mientras yo bebía de ella. Su sangre seguía dulce y delicioso como cuando le di la vuelta. Ronroneé cuando mi mano tocaba su mama. Seras gimió y arqueó la espalda. Busqué a tientas el pecho con fuerza, frotando mi palma sobre su pequeño pezón apretado. –Alucard- Seras gimió y encerrado sus manos sobre las mías. Olí su excitación y reí. Esa es mi chica. Mi mano se deslizó hacia abajo y toque debajo de la falda. Ella abrió la boca en un grito silencioso y me enseñó los colmillos. Sus ojos brillaban de un rojo oscuro en la lujuria y la pasión. Ella quería más. He utilizado un solo dedo para frotar su clítoris en sus bragas. La chica jadeó mientras la tocaba de manera inapropiada.-Maestro- Seras gimió de nuevo.

Mi lengua se deslizó sobre su cuello. Ella empuñó las sábanas y cerró los ojos con fuerza con un pequeño gemido. Retiré mis colmillos y miré las marcas de pinchazos. Salía sangre de los dos orificios profundos. Me agaché y besé su cuello con ternura. Seras cambió rápidamente la cabeza y apretó sus labios con los míos. Ella gimió en mi boca y me besó con más fuerza. Gruñí y la acerque más, profundizando el beso. Me froté contra su clítoris más rápido. Podía sentir lo mojado que esta través de sus bombacha. Los ojos de Seras se abrieron, todavía eran de un rojo ardiente. Mi polla me dolía aún más al verla. Quería coger aquí y ahora. Yo quería follarla duro y rápido. Quería inmovilizarla abajo, atarla, hacerla sangrar, hacerla gritar, y hacerla rogar por más. Mi demonio rugió, buscando la misma cosa. Sentí que Seras estaba a punto de venirse, pero antes de que pudiera alcanzar el orgasmo me aparté con una sonrisa socarrona. Seras me miró absolutamente pasmada. Sus ojos volvieron a azul y ella siguió agarrada en mí.

-Vas a tener que ganarlo- Ronroneé y besé la punta de su nariz antes de que yo saliera de la cama. Seras gimió con molestia y cayó de espaldas sobre su espalda.

-Eso fue muy injusto- Ella se quejó en voz baja, y miró hacia el techo. -No puedo creer que hicieras eso ... Yo no voy a rogar para que me toques- Murmuró. Caminaba de vuelta hacia ella y la agarre por el tobillo. Me apoye en las piernas de mi incipiente y la enjaule. Ella me miró con indiferencia, con los brazos cruzados sobre sus pechos deliciosos.

-Al final aceptaras, mi childe- Ronroneé a ella, rozando un mechón de pelo detrás de la oreja. Luego sonrió hacia mí.

-Oh, ¿eso es lo que quieres?- Ella preguntó.-Haré lo que sea por una A- Ella dijo burlonamente. Luego rodeo sus ojos y chasqueó la lengua. –Eres mi mentor, pero no voy a estar jugando a la niña de la escuela inocente cachonda- Ella me dijo, sacudiendo la cabeza.

-Lastima- Susurré.-Podríamos haber tenido un montón de diversión- Dije con un encogimiento de hombros. Entonces me incliné y capture sus labios. Los dos nos sumergimos de nuevo en la lujuria y sin ninguna tipo de dudas. Seras envolvió sus brazos alrededor de mi cuello, asegurándose de que no podía escapar esta vez. Me reí con diversión y lamí el labio inferior antes de terminar salí fácilmente de su abrazo. Miré a Seras, sus brazos estaban alrededor de mí sueltamente, sus ojos estaban cerrados.

-Está bien- susurró, acordando el pequeño juego que quería jugar con ella. Me reí y me levanté de la cama. Ella me miró.

-Tal vez más adelante, si eres buena- Me burlé de ella. Las mejillas de Seras se encendieron en un rojo brillante y escondió su rostro entre las manos.-¿Empezamos a dirigirnos a clases?- Le pregunté, haciendo un gesto hacia la puerta. Seras deslizó sus manos hasta su frente y miró hacia mí.

-Pero ¿qué pasa con nuestra sangre?- Ella preguntó.

-Yo ya me alimente. Date prisa- Ordene. Me acerqué a mi escritorio y reuní todas mis cosas para la clase. Seras se puso de pie y corrió hacia su bolso. Mientras ella jugaba con el cierre, salí por la puerta, dejándola sola.

-¡Maestro!- Seras me llamo, pero la ignore y me fui al pasillo para dirigirme a mi primera clase.

(POV Seras ')

Tiré mi bolsa de sangre vacía a la basura y corrí hacia mi escritorio. Iba a llegar tarde a clase! Reuní todos mis libros y papeles y corrí hacia la puerta, cuando la abrí, me tropecé y caí boca abajo. Dejé escapar un pequeño gruñido de frustración y miré mis papeles que estaban dispersos por todas partes.

-Maldita sea- gruñí, empecé a recoger mis papeles.

-Hey!- Alguien gritó: Miré para ver a dos chicos cercanos. Corrieron hacia mí y se pusieron de rodillas, ayudando a recoger todos mis papeles.

-Gracias- murmuré, recogiendo mis libros y me puse de pie.

-No hay problema- El alto, guapo rubio dijo con una encantadora sonrisa mientras se levantaba en toda su estatura. Los dos me entregaron mis papeles. Yo los puse dentro del libro de historia. Entonces me abracé a mis libros, mirando a los dos chicos que verificaba a salir. Me chasquee la lengua y la mirada de ellos.

-Así que, uh, veo que has estado visitando a su novio por la noche- El otro rubio alta dijo. Suspiré y cerré la puerta del dormitorio.

-En realidad compartimos el cuarto- Murmuré avergonzada. Me aparté de ellos.-Tengo que ir a clase. Gracias por la ayuda-

-Sí, claro- El segundo macho respondió.

-Hey, tal vez podamos salir alguna vez- El otro dijo, miré hacia él con el ceño fruncido.-Soy Will y este Tristán- El primer hombre se presento. Les di una sonrisa suave.

-Soy Seras- le contesté, deteniéndome en seco y frente a ellos un poco. Ellos sonrieron y se acercaron a mí.

-Así que, ¿qué dices? ¿Quieres pasar el rato con nosotros en algún momento?- Preguntó Tristán, Tamborileé mis dedos contra la columna vertebral de mi libro. Parecía divertido salir con chicos de mi edad. De pronto una mano se posó en mi hombro y alguien me jaló hacia atrás. Alucard se adelantó y se puso delante de mí. Mi sonrisa se cayó y mis ojos se ampliaron. Podía sentir los celos y la ira que irradiaba mi Padre. Él estaba a punto de desgarrar la garganta de alguien. Los chicos miraron a mi señor, un poco de miedo que brillo en sus ojos.

-Ella ya ha decidido- Alucard gruñó, su mirada se intensifico. Se burló y metió las manos en los bolsillos.

-Tío, que sólo quería pasar el rato con ella- Tristán argumentó, haciendo un gesto hacia mí mientras miraba a Alucard. Oí el demonio de Alucard gruñir con furia. Yo temblaba. Esto no es bueno. Son buenos chicos, yo realmente no quería que se metieran en problemas con el director y Sir Integra debido a estos chicos idiotas que no saben nada.

- Ella ya ha decidido- Alucard repitió con los dientes apretados. Esta vez él apretó los puños, me miró mientras conducía sus uñas en las palmas de las manos y la sangre brotó. Tristán frunció el ceño a mi Maestro.

-Lo que sea- Dijo rodeando sus ojos y luego se fueron. Alucard se quedó allí durante un largo minuto. No respiro, ni hizo movimiento, excepto por sus manos que temblaban de furia. Me encogí un poco, por temor al vampiro mayor y poderoso. Mis instintos me dijeron que corriera, pero no lo hice. Él es mi maestro, yo no ... no debo temerle. Él nunca me haría daño. Sali de mis pensamientos cuando mi señor se volvió hacia mí. Todavía podía ver la ira ardiendo en sus ojos. Él me miró, absorto en sus pensamientos acerca de algo.

-Maestro?- Susurré, preocupada por él. De repente, Alucard se abalanzó y me inmovilizó contra una pared cercana. Mis libros cayeron al piso, cerca de nuestros pies, mis papeles esparcidos por todas partes una vez más. Gruñí cuando Alucard inmovilizó los brazos a ambos lados de mi cabeza y apoyo su cuerpo contra el mío. -Alucard!- Le grité, asustada de lo que estaba haciendo. ¿Qué se le metió? ¿Por qué estaba haciendo esto? Entonces Alucard aplastó sus labios a los míos con rudesa. Miré hacia arriba, mirando profundamente a los ojos. Él me miró, la lujuria brillaba en ellos. Le di una mirada suplicante, deseando que me deje ir. Su agarre en mis muñecas era doloroso, podía sentir cada centímetro de su cuerpo y se estaba volviendo loco. Su beso no fue por pasión, no era como antes. Gemí y traté de empujarlo lejos, pero su agarre se apretó y él profundizó el beso. Cerré los ojos con fuerza, pero todavía podía sentir sus ojos ardiendo en mí. Pero lo peor fue... que todo el mundo nos estaba mirando. En el pasillo del dormitorio de los hombres, todos los muchachos se detuvieron para mirar. Bocabarra y apuntando a nosotros. ¿Por qué debe avergonzarme así? Una lágrima de sangre se deslizó por mi mejilla. Finalmente Alucard me soltó y caí de rodillas, perdiendo el equilibrio. Olí y miré a Alucard que todavía miró hacia mí. -¿Por qué?- Susurré, tratando de contener las lágrimas para que nadie vea que lloraba sangre.

-Debido a que son seres humanos. Una mordedura de un vampiro sería simple advertencia a otros vampiros para demostrar que eres suya. Para ellos todo lo que necesito es un simple beso- Explicó en mi cabeza, pero todavía sonaba tan frío y oscuro como si fuera dirigido hacia Will y Tristan. Aparté la vista de él y poco a poco empecé a recopilar mis papeles.

-Yo no soy tuya- Le susurré con un resoplido, mi labio inferior temblaba. Tenía muchas ganas de llorar pero me negué.-Alto!, Alucard- Le rogué, cerrando los ojos. Él agarró mi barbilla y me hizo mirar de nuevo hacia él. Estaba arrodillado frente a mí, el resplandor de intensificación.

"Tú siempre serás mía- Él gruñó, dejando al descubierto sus colmillos en mí.-Durante el tiempo que quiera- Dejó mi barbilla y se puso de pie. -Esto ya no es un juego, Seras Victoria. Tengo la intención de mantenerte. Eres mía, y nadie más puede tenerte- Nos miramos el uno al otro durante unos largos segundos. No podía creer lo que estaba diciendo. Olí y volví a mirar a los otros niños en la sala. Estaban mirando a mí o a Alucard. Fruncimos el ceño a los ser humanos y todos ellos rápidamente desviaron la mirada, fingiendo estar ocupados. Recogí el resto de mis papeles y los metí descuidadamente en mi libro de historia. Alucard me agarró del brazo y me tiró hacia arriba. Apreté los dientes y lo mire mientras me aleje de su alcance. Él me dio una mirada muy oscura, en silencio de amenaza a obedecerle. A continuación, envolvió su brazo alrededor de mi cintura y me atrajo posesivamente cerca. Chasquee la lengua e intenté distanciarme de él, pero no me lo permitió. Los chicos nos miraban desde la esquina de sus ojos como empezamos alejándonos el dormitorio.

Me quedé mirando el suelo mientras me guiaba el camino. En silencio, preguntándome a mí misma si yo estaría en esta posición si nunca nos hubiera dado esta misión. ¿Por qué Alucard está interesado en mí, de repente? ¿Siempre ha estado interesado? ¿O se inicio una vez que este pequeño juego comenzó? ¿Qué es lo que vio en mí? Miré a mi Sire. Sus ojos estaban entrecerrados, la ira y los celos pasaron en ellos. Entonces miré hacia abajo a su mano que acunó a mi lado. Me abrazó posesivamente... pero con ternura. Él se aferró a mí como lo haría con un amante. Sus dedos acariciaron suavemente mi lado. La sensación era delicada y una suave sonrisa apareció en mis labios. Una sonrisa apareció en la cara de Alucard y continuó su acto. Me reí y trate de alejarme, pero él tiró de mí más cerca. Una sonrisa gigante agrieto mi cara y se rió un poco más. Envolvió sus brazos alrededor de mí y nos dio la vuelta. Me colgué mis libros y me apoyé contra mi señor. Él rió entre dientes ligeramente hacia mí mientras se recostaba contra la pared y me abrazó.

¿De qué estoy preocupada? Tal vez... esto era bueno para nosotros. Quién sabe, tal vez Alucard es mi partido correcto. Por lo menos estamos tratando. Esto podría ser divertido. Le permití que me abrasara más, me miró por el rabillo del ojo. El vampiro anciano rio disimuladamente y luego miró por delante de nosotros. Levanté mis libros un poco y traté de ocultar mi emoción de él. Un rubor apareció en mis mejillas y mi sonrisa se ensanchó. ¿Ahora que Alucard y yo somos novios que arriamos ahora? Esta mañana estaba bastante caliente. ¿Va a ser así todo el tiempo entre nosotros? ... es como yo esperaba que sería. Toda la pasión y la lujuria entre nosotros... yo quería que sucediera de nuevo. Pero esta vez realmente espero que me deje llegar al orgasmo. Nunca he tenido un orgasmo antes, y todos esos sentimientos en mí bajo vientre me dijo que iba a ser increíble cuando lo alcance. Pero ¿cuándo? ¿Cuándo vamos a hacerlo? Oí Alucard reírse, Estiré el cuello hacia atrás y volví a mirar a mi Sire. Su pecho vibró contra mi espalda. Mi Señor me dio la vuelta, mis pechos aplastados contra su pecho. Me alegré de ver uno de sus habituales sonrisas en su rostro. No me gusta cuando él estaba tan enojado, me asusta.

-Te dije que si eres buena- Repitió, hice un puchero en mi labio.

-Pero soy buena- Le susurre, dándole ojos de cachorro de nuevo. Él me dio una amplia sonrisa y me revolvió el pelo.

-Luego, más tarde- Alucard prometió, yo le sonreí. Acomode mis libros en el brazo y tomé su mano. Nos dimos la mano como él nos dio la espalda a la puerta del salón de clases. La Clase ya había comenzado, el maestro estaba en medio de la conferencia de hoy. Ni el profesor y nuestros compañeros de clase prestaron atención cuando entramos.

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