Capitulo 1


Este es un fics Traducido, con permiso de su Autora Vampire from Hell

Titulo original: Alucard's Personal Hell

Titulo en Español: El infierno personal de Alucard

Autora: Vampire from Hell

Personajes: Seras; Alucard

Este es el link:

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(POV Seras ')

-¿Qué ?!- Alucard y yo dijimos bruscamente a la vez. Miramos fijamente al Hellsing como si estuviera loca. Sir Integra se sentó detrás de su escritorio, los ojos cerrados y un cigarro ardiendo entre sus dedos. Los archivos fueron dispersados delante de ella en la mesa. Ella suspiró y se pellizco la punta de su nariz. Luego abrió los ojos, dejando al descubierto sus ojos azules helados mirándonos, y habló.

-El gobierno de los Estados Unidos nos pidió que los ayudemos en una investigación- Repitió, ella echó un vistazo a los archivos en su escritorio. -Me informaron que ha habido varias muertes y desapariciones. Ellos creen que es el trabajo de los vampiros y pidieron nuestra ayuda- Integra nos miró y, mi Maestro dio un paso adelante.

-Entiendo muy bien- Alucard dijo, no estando feliz en absoluto acerca de la misión.

-Entonces, ¿qué es lo que no entiendes?- Preguntó Sir Integra, encogiéndose de hombros con una risita.

-¿Por qué tenemos que ir de incógnito como estudiantes?- Él gruñó, apretando los puños y rechinando los dientes.

La sonrisa de Sir Integra se ensanchó y se deslizó el cigarro entre los labios. Ella tomó bocanadas de humo y luego se lo quitó.

-Porque los que están desapareciendo y muriendo son los estudiantes que asisten a la misma escuela- Ella explicó, el humo se escapa de la boca al hablar.

-Pero por qué no podemos asistir a la escuela como profesores?- Le pregunté, dando un paso adelante. Los ojos del Iron Maiden se posaron en los míos. Señalándome con el dedo.

-Eres joven, Chica Policía- Ella comentó mientras se inclinaba hacia delante y apoyó los codos en la mesa -Deben encajar perfectamente entre los estudiantes-

-¿Y yo?- Alucard gruñó, atrayendo su atención hacia él. Miré a mi Sire, asustada por su furia. Yo sólo he estado aquí por casi un año, y nunca he visto a mi Maestro este enojado antes! Él realmente no quería hacer esta misión. Sir Integra sonrió hacia su mascota.

-Porque por fin encontré algo que te irrita- Ella contestó, echándose hacia atrás en su silla –De pago retrocedes una perra- Puse una mano sobre mi boca, tratando de ahogar una risita. Alucard gruñó y me miró por encima del hombro. Rápidamente cerré mi boca y me puse más recta. Volvió a mirar a su Maestro.

-Si ha habido tantas muertes en la escuela, por qué no solo cierran la maldita cosa?-. Le preguntó.

-Los estudiantes son ajenos a lo que está pasando a su alrededor. El gobierno está haciendo todo lo posible para mantener esto en secreto- Ella dijo, suspiró y se calmó un poco.

-¿Cuándo nos vamos?- Mi señor preguntó después de unos segundos de silencio.

-Esta noche. Ustedes van a ser trasladados en un avión a Washington. Ya fueron inscriptos. Walter empaco sus uniformes y un montón de bolsas de sangre. Quiero uno de ustedes que se contacte conmigo todas las noches, me mantendrán al día- Ella nos dio instrucciones, yo asentí con la cabeza.

-Sí, señor- Le contesté cortésmente, y ella se rio de nuevo.

-Te puedes ir- Ella sonrio y se giro en su silla dándonos la espalda a nosotros. Mi Maestro gruñó y giró sobre sus talones. Pasó junto a mí, en dirección a la salida.

-Vamos, Chica Policía- Él gruñó antes de abrir la puerta.

-Ya voy, Maestro!- Dije y lo seguí.

A la mañana siguiente

Hubo otro golpe en la puerta del baño.

-Apúrate, Chica Policía- Mi Sire gruñó mientras Alisé mi pollera negra. Me miré en el espejo con un suspiro. Mi nuevo uniforme era una camisa blanca a botón con una corbata roja, una pollera negra y medias.

-Ya voy, señor- Murmuré y salí del cuarto de baño. Alucard se sentó a los pies de la cama. Me detuve en seco, mirándolo con los ojos abiertos. Se veía mucho más joven, por lo menos de mi edad. Su nuevo uniforme era una camisa blanca a botón y pantalón negro. Contuve una risita cuando lo observe. Él me miró con los ojos de color verde oscuro.

-¿Qué es tan divertido, Seras?- Mi Sire gruñó mientras se levantaba en toda su estatura, todavía mucho más alto que yo.

-Nada- dije en voz baja y me aparte de él. Él suspiró y me siguió hasta la puerta.

-¿As bebido suficiente sangre?- Pregunto cómo nos alejábamos de la habitación del hotel. Yo asentí con la cabeza.

-Sí, mis poderes están bajo control y puedo tolerar el sol- Le dije mientras cerraba la puerta detrás de nosotros. Él sonrió y me acompañó hasta la limusina que estaba esperándonos.

-Bueno- Él ronroneó, metiendo las manos en los bolsillos. -Si tienes algún problema ponte en contacto conmigo- Asentí con la cabeza.

-Sí, señor- Ronroneé como el conductor abrió la puerta trasera para nosotros con una inclinación de cabeza. Me deslicé en primer lugar, y mi Maestro me siguió. La puerta se cerró y el conductor entró, preparándose para salir. Miré por la ventana y me pregunte como sería la escuela.

-No has asistido a la escuela antes?- Preguntó Alucard. Él debe haber oído mis pensamientos. Lo miré, él me miró con una ceja arqueada. Suspiré y sacudí la cabeza, apartando la mirada de él mientras me acomodaba en mi asiento.

-No, fui educada en el orfanato. Esta es la primera vez que asiste a una escuela pública- Dije mientras miraba por la ventana con una pequeña sonrisa. En realidad estaba muy emocionada. No podía esperar para ver cómo era la escuela. Espero poder hacer amigos. Alucard se rio y apartó la vista de mí.

-Es una escuela privada, Seras.- Él me dijo, miré hacia él.

-¿Y? ¿Cuál es la diferencia?- Yo pregunté.

-Sólo algunos niños se les permite asistir. Sobre todo si tus padres tienen acceso económico como para permitirlo- Explicó. -Sólo una ronda de niños snob, dormitorios, profesores, los nueve metros- Él dijo con un gesto de la mano. Mis ojos se ampliaron y me acerque más a él.

-Los dormitorios?!- Repetí, asustada un poco. No puedo compartir un dormitorio con un humano! Tenía que dormir en mi ataúd! Necesitaba beber sangre en privado! ¿Y si algo termina pasando y muestro accidentalmente un poco de mi poder?. Alucard me miró.

-No te preocupes, Sir Integra lo estableció de modo que compartamos una habitación de estudiantes- Él me dijo, y yo arqueé una ceja.

-¿Cómo?- Susurré.

-Estamos asistiendo como hermano y hermana- Él resopló, mirando por la ventana. -Me negué ir por tu apellido, así que tú eres Seras Dracul.- Él me dijo. Mi ceja se crispó con molestia. Me quejé y la mirada de él. ¿Qué estaba mal con mi apellido? ¿Y por qué tenemos que fingir ser hermano y hermana? -¿Quieres que asistamos como amantes?- Él preguntó con una amplia sonrisa. Sacudí la cabeza. Tratando de librarme de una imagen de Alucard y yo besándonos y tomándonos de la mano. "Nunca, ni un millón de años!" Él se rio de mis pensamientos.

-Ya casi llegamos Sr y Lady Dracul- El conductor nos informó. Alucard se rió y chasqueó la lengua.

-¿Qué pasa, Lady Dracul?- Mi señor se burlaba de mí. yo rodé mis ojos y le sonreí.

-Cállate-. Jugué y lo empujé juguetonamente. El coche llegó a las grandes puertas de hierro. Me quedé mirando el cartel que anuncia el nombre de la escuela.

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El coche se detuvo y un guardia se acercó a saludar al conductor. Los dos intercambiaron algunas palabras. El guardia se volvió hacia nosotros y luego sonrió con un gesto. Las puertas de hierro se abrieron y continuamos en nuestro camino. Un sinuoso camino conducía a una escuela blanca gigante. Los estudiantes estaban alrededor del patio, todos vestían con ropa casual, ya que era el fin de semana y no tenían clases. Un par de chicos estaban jugando con una pelota de fútbol. Algunas chicas charlaban bajo un árbol. Algunos de los estudiantes miraban a la limusina, ya que condujo hasta la escuela. Suspiré, mirando fijamente a la escuela con cautela. El coche se detuvo frente a la puerta principal. Un hombre mayor estaba de pie en la escalera, esperando pacientemente por nuestra llegada. El hombre andaba, al menos, alrededor de los cuarenta y pico. Era bajo, pero aún más alto que yo. Llevaba un traje de color beige y su cabello castaño estaba decolorando. A medida que nos bajamos del coche y lo inspeccione de cerca me di cuenta de que él era un poco regordete, y estaba un poco nervioso. Él me recordaba a Sir Penwood. Sonreí y caminé alrededor del coche hacia el director. Alucard ya se puso de pie frente a él. Vio cómo el hombrecillo nervioso, con indiferencia, con las manos en los bolsillos una vez más. La sonrisa del director se amplió y extendió los brazos.

-Bienvenidos, Sr. y Lady. Dracul. Me alegro de que ustedes asistan a nuestra escuela- Él dijo, sus ojos parpadeantes alrededor -Yo soy el decano, director Gilligan. Por favor, entren, les entregare sus horarios- Él dijo, haciendo un gesto hacia la puerta detrás de él. Lo seguimos detrás de él tan pronto como entramos, las puertas se cerraron detrás de nosotros -El gobierno me ha informado que ustedes son profesionales, ¿es cierto?-Él preguntó, mirando a Alucard. Mi Padre sonrió e hizo un gesto hacia mí.

-Yo soy el profesional, ella todavía está en capacitación- Mi Sire bromeó. Lo miré y chasqueó la lengua.

-No- discutí, cruzando los brazos y mire al director Gilligan -Soy un profesional también, señor- El director suspiró, molesto con nuestra disputa.

-Sí, sí- Él resopló, y girando sobre sus talones. Seguimos tras él por el pasillo.-Los profesores y los estudiantes todavía no son conscientes de lo que está pasando. Me gustaría que siga siendo así-

-Por supuesto, señor- Comprendiendo por qué. Él asintió con la cabeza y entramos en su oficina grande. Se sentó detrás de su escritorio y se paso con un pañuelo por la frente sudorosa. Él suspiró y bajó la cabeza. Después de unos largos segundos cruzo los dedos y volvió a mirar hacia nosotros.

-¿Cuánto tiempo creen que tardarían de encontrar la fuente de nuestro problema?- Él preguntó, mirando hacia mi Sire.

-Seras y yo tenemos que buscar la zona y averiguar lo que la gente sepa. Podría tomar una semana o dos- Él dijo mientras cruzaba sus brazos y encogiéndose de hombros. Sostuve mis manos detrás de mi espalda y moví los pies. Yo realmente no quiero quedarme aquí por mucho tiempo.

-Deja de quejarte- Alucard ordenó en mi cabeza.

-Muy bien- dijo el director y se levantó en toda su estatura. -Será mejor que empiecen- Él dijo mientras recogía dos pedazos de papel y nos entregó una cada uno. Leí el papel que sostenía que estaba escrito mi nombre y varias clases.

-Tenemos que asistir a las clases?- Le pregunté, mirando al director.

-Podría ser cualquiera, Chica Policía- Alucard me dijo -Un profesor o incluso un estudiante. Necesitamos comprobar con todos- Me quejé.

-Esto va a tomar una eternidad- Me quejé, colgando mi cabeza.

-Deja de quejarte- Alucard gruñó otra vez, mirándome -Ahora, vamos- Ordenó. Caminé junto a él en dirección a la puerta.

-El número de su dormitorio es el 83 en la residencia de los chicos. ¿Creen que podrán encontrar por ustedes mismos?- Él preguntó, volviendo a sentarse detrás de su escritorio.

-Nos las arreglaremos- Le respondí y cerré la puerta detrás de nosotros. Alucard ya estaba a mitad de camino por el pasillo, pero enseguida llegue a él. -Maestro, ¿qué pasa si no podemos encontrar el origen del problema? Quiero decir, podría ser alguien de afuera de la escuela-

-¿Estás cuestionando mis habilidades?- Él preguntó, mirándome. Suspiré y dejé caer mis hombros.

-No, señor- Murmuré, entrecerró los ojos.

-Mientras que estamos encubierto puedes llamarme Alucard. La gente encontrará extraño si me llamas Maestro o Señor- Dijo. Entonces me sonrió y me crucé de brazos.

-Eso significa que no me llamaras Chica Policía- Yo le dije, riendo para mis adentros. Él se rio y negó con la cabeza, pero nunca respondió.

A medida que entramos en el dormitorio de los chicos me di cuenta de que unas cuantas puertas estaban abiertas. A medida que pasábamos juntos a ellos, que curiosamente asomé a cada habitación. Encontré dos chicos hablando en una habitación. En otro un chico fumaba pero tenía varios ventiladores que van liberando el humo y el olor. En la tercera sala un niño sentado en su cama con tristeza, mientras que su compañero de cuarto se inclinó en la puerta. Como hemos pasado los chicos se acercaron rápidamente a sus puertas y nos miraban con los ojos muy abiertos. -Mast ... Alucard- me corregí. -¿Por qué nos están mirando?

-No, ellos están mirándote- Él contestó, pero no le importó a los chicos y siguió caminando por el pasillo casualmente.

-¿Qué?- Le susurré sorprendida al mirar atrás a los chicos. Cada uno tenía una amplia sonrisa en su rostro. Me sonrojé y me acercó más a mi Maestro. Él se rio y sorprendentemente pasó un brazo alrededor de mi hombro. -Actúan como si ellos nunca han visto a una chica antes-

-Los pequeños vírgenes quieren lo que no pueden tener- Alucard se rió entre dientes. Nos detuvimos frente a una habitación. Él desenvolvió su brazo de mí alrededor y abrió la puerta, entrando dentro. Miré hacia atrás en los chicos que todavía me estaban viendo. Entonces supe que iba a odiar absolutamente este lugar.-¿Vas a entrar!?- Alucard gruñó mientras tomaba mi corbata roja y me jalo a la habitación. Chillé y caí boca abajo en el cuarto oscuro. Él se rio mientras cerraba la puerta y pasó por encima de mí.

-Maestro, tú eres malo- Me quejé pero todo fue amortiguado porque mi cara estaba enterrada en la alfombra. Utilicé mis antebrazos para apoyarme. Alucard eligió su cama y se sentó a los pies de ella. Él me dio una sonrisa llena de dientes. Mis ojos se movieron alrededor de la habitación. No muy lejos de su cama estaba la mia. Nuestra habitación era simétrica. Ambos teníamos el mismo tipo de escritorio y el mismo armario. Mi Sire chasqueó los dedos, y en ambos lados nuestros ataúdes con nuestras pertenencias en la tapa. Me puse en pie y me senté en mi cama. Suspiré y miré hacia abajo en mi horario.

Primer período, Educación Cívica y Economía del Sr. Bacher. Segundo período, Drama de la Sra Larter (1). Tercer período, Álgebra de la señora Stiffler (2). Cuarto período, la señora Charleston Exteriores Lenguaje- francés (1). Quinto período, Dual-crédito del Sr. Darren Inglés. Sexto período, señorita. Escritura Creativa de Judd. Período de la Séptima, Física del Sr. Lancester. Y finalmente octavo periodo, habilidades para la vida del señor Stacy.

Yo estaba totalmente reservada, ¿cómo iba a hacer mi misión cuando tuve clases que atender? Miré a mi Sire. Acostado sobre su cama, con las manos sosteniendo su cabeza mientras descansaba sus ojos.

-Maestro-, le susurre, mirándolo.

-¿Qué pasa, mi Draculina?- Él respondió.

-¿Puedo ver tu horario?- Le pregunté, suspiró y se agachó, sacó el papel doblado de su bolsillo y me lo entregó.-Gracias- Murmuré y lo abrí.

Primer período, Educación Cívica y Economía del Sr. Bacher. Segundo período, Drama de la Sra Larter (1). Tercer período, Anatomía de Mr. Tatemon (1). Cuarto período, la señora Charleston Exteriores Lenguaje- francés (1). Quinto período, Educación Física del Sr. Warton. Sexto período, Álgebra de la señora Stiffler (2). Período de la Séptima, Dual-crédito del Sr. Darren Inglés. Octavo período, Psicología de la señora prill.

Le sonreí a sus clases y miré a mi Sire.

-Tenemos algunas clases juntos- Anuncié.

-Hmn- Él tarareó, realmente si cuidar.

-Tenemos cívica juntos- Empecé, bajando nuestros horarios. -Junto con el teatro y la francesa- Yo le dije. Él no respondió. Suspiré y me acosté en mi cama, mirando al techo. -Cuando empezamos nuestras clases?-

-Lunes- Murmuró, yo gemí, que era mañana. Entonces me di cuenta de lo asustada que estaba. La última vez que estuve cerca de los niños de mi edad era cuando vivía en el orfanato. Odiaba estar allí. ¿Qué pasa si esta escuela era exactamente igual? ¿Los otros niños me odiarían? ¿Los profesores me ignorarían o mirarían hacia otro lado como si yo fuera una especie de buscapleitos?

-Alucard- susurre, las lágrimas brotaron cuando me senté en la cama y lo miré.

-¿Qué?- Él gruñó, yo sabía que él estaba molesto conmigo. Me puse de pie y me acerqué a él. Antes de darme cuenta yo estaba acurrucada junto a Alucard, que buscaba comodidad. Sus ojos se abrieron y él envolvió un brazo alrededor de mí. Apoyé la cabeza en su pecho, dejando que las lágrimas cayeran.

-Tengo miedo- admití, él me acarició el pelo con la otra mano. Cerré los ojos, relajándome en su cálido abrazo. Y nos quedamos en silencio...

(POV de Alucard)

La habitación estaba más oscura que antes, cuando el sol se puso y vino la noche. No me importaba porque yo todavía era capaz de ver como si fuera de día. Me quedé mirando a Seras. Ella se había calmado hace unas horas y ahora estaba dormida en mis brazos. Respiraba muy ligeramente, su pecho rozando mi lado con cada respiración. Tenía la cabeza apoyada en mi pecho, su brazo alrededor de mi cintura. Mis brazos estaban envueltos alrededor de ella, mi pulgar cepillando su espalda. Me reí en mi pequeño Draculina y tome la mejilla, apoyando mi frente contra la suya.

-Nunca, ni en un millón de años, ¿eh?- Repetí sus palabras. -Vamos a ver- Ronroneé, mirando en su rostro suave y redondo. -Has recorrido un largo camino, mi Draculina. Es el momento para que te adentres más en la oscuridad conmigo. Es hora de que te haga mía- Seras suspiró y se acurrucó más contra mí, y nuestras piernas entrelazadas. Me reí, dándole una amplia sonrisa. Empujé mi pierna entre las de ella para que este a horcajadas sobre mi pierna.

Tomando a Seras como mi incipiente era una de las mejores ideas que he tenido. Desde que fue capaz de beber, sus poderes se han desarrollado, y es una digna vampiresa perfecta, siempre he querido. Ella sería una reina perfecta que he estado buscando. Envolví mi brazo alrededor de su cintura y cerré los ojos. La decisión de descansar un poco antes de empezar mis malditas clases.

La Mañana Siguiente

Me desperté justo cuando el sol comenzó a ponerse. Parpadeé unas cuantas veces y miré a la ventana que estaba por encima de nuestras camas. Las cortinas gruesas mantienen la luz del sol fuera, pero claramente podía escuchar el canto de los pájaros y los estudiantes hablando. Miré Seras, encontrando que ella todavía está dormida. Le di un suave sonrisa y me senté, soltándola. Me puse de pie, estirando mis miembros entumecidos. Entonces me acerqué a la cama de Seras y agarré nuestros horarios. Antes de meterlos en el bolsillo Miré el horario de Seras. Me hubiera gustado que la mitad de mi clase este mas junto al de Seras. Pero teníamos que investigar. Un vampiro podría estar al acecho en cualquier lugar por aquí. Chasquee la lengua y metí los horarios en los bolsillos. Me acerqué a la maleta Seras y tomé dos bolsas de sangre. Esto debería mantener nuestra sed por un tiempo. Podemos volver por la tarde para conseguir un poco más. Regresé a mi cama y miré a la chica dormida. Estaba acurrucada en una bola apretada, la mitad de su rostro enterrado en las sabanas.

-Seras- susurré, empujando su muslo con la palma de mi mano. Ella gimió suavemente y entreabrió los ojos -Seras- repetí, ella se movió la cabeza y me miró con ojos cansados.

-Maestro- respondió ella mientras se sentaba y se frotó uno de sus ojos. Debo haberla sobresaltado porque en cuanto le tendí una bolsa de sangre ella jadeó sorprendida. Sus ojos se posaron en los míos y ella me miro durante unos segundos. Le sonreí, todavía esperando pacientemente a que ella tome la bolsa de sangre. Luego miró hacia otro lado y tomó la bolsa de sangre. -Gracias, Maestro- Murmuró, ella asomó una paja en la bolsa y empezó a chupar la sangre. Me reí ligeramente y mordió mi bolsa, mis colmillos fácilmente atravesaron el plástico. Seras alejo su paquete de sangre fuera de sus labios por un segundo. Ella miró al suelo con tristeza y luego cerró los ojos con un suspiro. -Ciento lo de anoche- Seras susurró. Arquee una ceja y continúe con mi alimentación.-Yo fui débil por un momento, pero te prometo que no volverá a suceder- Ella dijo, la confianza brillando en sus orbes azules mientras que me miraba. Acerco su paquete de nuevo a sus labios y yo estaba terminando la mía. Bajé la bolsa de sangre y di un paso hacia Seras. Ella me miró con curiosidad mientras ponía una mano en su hombro.

-No hay nada de qué disculparse, Childe- Le dije. Ella ladeó la cabeza hacia un lado, pero seguía escuchando. -Esta escuela te despertó malos recuerdos, trayendo de vuelta los sentimientos que no puedes controlar. Estoy aquí cuando me necesites, Seras, y siempre lo será- Seras bajó la bolsa de sangre y la mirada hacia el suelo. Podía sentir que mis palabras la habían consolado pero ella también estaba confundida.

-Parece que usted ha estado en la misma situación antes, Maestro- Seras respondió, mirando hacia mí. Se recostó en la cama, dejando que apoyan sus brazos mientras miraba hacia mí. -¿Estoy caminando fuera de la línea?-

-Lejos de la raya- Gruñí, apretando los dientes mientras mis ojos ardían carmesí por una fracción de segundos. Yo puedo tener algunos sentimientos humanos pero lo último que iba a hacer era compartir mi debilidad al mundo. Ella asintió con la cabeza y se puso de pie, pasando junto a mí.

-Lo siento, señor, no va a suceder de nuevo- Ella dijo, echando la bolsa de sangre vacías. Luego me miró con una pequeña sonrisa infantil. -Vamos, es mejor que vayamos a clase antes de que lleguemos tarde- Su pequeña mano tomó mi mano más grande y me llevó hasta la puerta. En el camino tiré mi bolsa de sangre vacía. Ella abrió la puerta y me llevó al pasillo. Cerré la puerta detrás de nosotros y una vez más tomé la mano de mi incipiente con una pequeña sonrisa. Seras bajo la mirada hacia donde estaban conectadas nuestras manos y luego a mí. -Alucard, ¿quién va a creer que somos hermano y hermana si siempre estamos tan cerca?- Ella preguntó, y me incliné hacia ella con una amplia sonrisa.

-Ha habido un cambio de planes- Yo empecé.-ya no somos hermanos, ahora somos amantes- Ronroneé mientras envolvía un brazo alrededor de su cintura y la atraje hacia mí. Sus ojos se ampliaron y trató de alejarse, pero no la deje ir.

-Señor, ¿cuándo decidiste esto?!- Ella preguntó en mi mente, tratando de escapar de mis manos.

-Justo ahora- Respondí y la jalé al final del pasillo. Algunos de los chicos nos miraban con curiosidad, ninguno de ellos sonrió al ver la manera en que yo estaba sosteniéndola. Le sonreí a ellos y reí para mis adentro. Estreche la chica aún más con un pequeño gruñido como advertencia, aunque dudo que alguno de los seres humanos lo oyeran.

-No puedo creer que acabas de cambiar el plan!- Seras gruñó, mirando hacia mí. Me reí y tamborileaba los dedos contra su cintura. Ella golpeó mi mano.

-Deja de hacer eso!- Ella aulló.

-Relájate, sólo disfruta de ello- Ronroneé en su mente mientras íbamos a nuestra primera clase.

-Disfruta de ello?- Ella repitió, chasqueando la lengua. -Va a ser difícil-

-Debido a que estás sintiéndote incómoda- Gruñí -Estamos encubierto, Seras, debes fingir que realmente somos amantes- Susurré, ella suspiró y puso una sonrisa falsa. -Bueno- Ronroneé. -Ahora, ¿qué tal una prueba- nos detuvimos en el pasillo y la obligue a mirarme. Ella me miró con el ceño fruncido. Me incliné con una sonrisa y le di un beso en los labios. Sus ojos se ancharon y un rubor apareció en sus mejillas. Ella gimió y trató de alejarse, pero la acerque más a mi cuerpo. -No está actuando como un amante, Seras- Le dije, besando más fuerte y acariciando sus cintura a propósito. Ella suspiró y me devolvió el beso, cerró los ojos y pasó un brazo alrededor de mi cuello. Ronroneé y profundice el beso, nuestros colmillos tintinearon juntos. Podía sentir que la mayoría de los chicos nos estaban observando. Bueno, entonces nadie va a tratar de tomar lo que es mío por derecho.

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