—¿Cómo te sientes? —preguntó mi madre quien se encontraba al lado de la camilla.

Sentía mi cuerpo pesado, me sentía muy cansada y mi voz se dificultaba al hablar.

—Me siento cansada—Dije en voz baja.

—vamos,come un poco —Dijo colocando una bandeja con comida encima de mí.

—Sabes que la comida de aquí no es buena—me quejé.

—Tienes que comer,por tu bien, llevas dos días aquí y no has comido nada. —Dijo haciendo señas indicándome que comiera.

—Está bien—Dije mientras empezaba a comer.—Esto es asqueroso—Dije terminando de comer.

—¿Qué te he dicho sobre no menospreciar la comida?—Dijo tomando la bandeja.

—Que es malo hacerlo—Disculpa,no lo vuelvo a hacer —Volví a decir.

—Voy a llevar esto— Salió con la bandeja .

Di un leve suspiro ,se escuchó el sonido de la puerta abrirse ;Levi entró caminando despacio hasta llegar a mi camilla.

—Hola,¿cómo te sientes?—Preguntó mientras tocaba su cabello.

—Me siento mucho mejor—le respondí con una sonrisa.

—¿Por qué no me habías dicho que estabas enferma?—Preguntó tomando mi mano.

—Pensé que lo sabias—pues no,soy un fantasma,no un adivino—Dijo besando mis labios.

—Pero ...No—Interrumpió mi frase—Ni se te ocurra decirlo.

—Yo vine a  ayudarte,mi misión es que estés bien.   —Ahora me tengo que ir—Repuso.

—¿Vas a volver? —pregunté.

—Sí,estaré siempre que me necesites—Se escucha el sonido de la puerta cerrarse.