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"Para luchar contra el mal, tienes que entender la oscuridad."

Nalini Singh.

Dorian había tenido una infancia feliz como cualquier otro chico. Sus padres le dieron todo lo que pudieron. Bueno, todo no. Mientras sus compañeros exhibían sus regalos costosos. Dorian apenas recibía regalos.

A falta de juguetes Dorian se tuvo que entretener con otras cosas. Se armó una resortera y mataba pájaros con unos compañeros que había hecho en la escuela.

Sus padres le prohibieron usar la resortera, ya que consideraban que era un juego violento. Así que Dorian comenzó a dibujar graffitis en los trenes con unos amigos. Como esta actitud también molestó a sus padres y consideraron que su hijo no estaba yendo por el buen camino, decidieron llevarlo a un psicólogo.

-¿Por qué te portas mal y no haces caso a tus padres?-Indagó el psicólogo mirando a Dorian mientras se acomodaba en el sillón.

-Ellos no me dejan hacer nada. Ni siquiera puedo divertirme -respondió Dorian recostado en la cama

-¿Matar pájaros con una resortera te parece divertido?

-Todos mis amigos lo hacen-se quejó

-Me han dicho que pintas los trenes con aerosol.

-Ellos no entienden mi arte-respondió con sarcasmo

-Pintar los trenes no es arte-comentó el psicólogo-¿Dime Dorian que cosas te molestan?

-No soy Dorian, mi nombre es Abbadón.

El psicólogo anotó esa observación en su cuaderno.

-Yo pensé que estaba hablando con Dorian ¿quién es Abbadón?

-Soy yo.

-Pensé que te llamabas Dorian.

-Él está durmiendo ahora.

-Entonces, Dime Abbadón ¿qué cosas te molestan?

-Ya te dije mis padres me molestan, no puedo hacer nada. Siguen vivos porque Dorian los quiere, pero yo no, los aborrezco.

-Ellos quieren lo mejor para tí.

Abbadón se levantó de la cama y salió sin saludar.

La sesión con la psicóloga tuvo que darse por finalizado. Aunque Dorian no volvió acudir a ninguna otra sesión. Esta pasó los informes a sus padres y le dijo que su hijo sufría un trastorno disociativa de la personalidad. Que tiene otra personalidad llamada Abbadón.

Dorian siguió creciendo, ya adolescente. Vivía con ambas personalidades. Sus padres se acostumbraron a ello. Cuando se portaba bien le llamaban Dorian y cuando tenía un mal comportamiento le decían Abbadón.

Una noche escuchó a sus padres discutir.

-¡Esto no da para más! Estoy harta quiero terminar la relación-dijo enojada la madre-eso sí tú te quedas con la tenencia de tu hijo-dijo la madre.

-Porque no hacemos al revés. Yo me quedo con la casa. Y tú te quedas con tú loco hijo.- Continuó el padre -, las madres siempre quedan con la tenencia de sus hijos por ser madre.

Dorian que era una persona sensible no le gustó nada escuchar que querían deshacerse de él. Esa noche no pudo dormir. En cambio a Abbadón que le gustaba resolver todo con la violencia decidió hacer lo inesperado. Tomó el bate de baseball, ese año a Dorian lo habían elegido capitán del equipo de baseball de la escuela, y con el mismo bate se dirigió a la habitación de sus padres.

Estaba furioso y dolido. Tenía mucha bronca encima. Abrió la puerta,
y comenzó a descargar fuertes golpes en el cuerpo de su padre y luego en el de su madre, los terminó matando a golpes. Ambos padres murieron. Cuando Abbadón terminó de golpearlos soltó el bate. Dorian vió el horror y no pudo evitar dejar escapar una lágrima en su rostro. ¿Qué has hecho Abbadón?

Dorian llamó a la policía y avisó lo que había hecho. Aunque nunca contó porque lo había hecho dijo que tuvo sus motivos. Al poco tiempo llegó la policía lo esposó y se lo llevaron para hacerle un par de preguntas.

-¿Quién mató a tus padres?

-Fue él, fue Abbadón-dijo Dorian entre lágrimas

-Tus huellas están en todos lados.

-Les juro que no fuí yo-gritaba

Al escuchar su declaración y en el que se consideraba inocente. Lo transfirieron a una evaluación psiquiátrica en el que se le diagnosticó trastorno disociativo de la personalidad. Lo consideraron una persona con problemas mentales y lo alojaron en un psiquiátrico transitorio.

Lo habían dejado en compañía con otros internos. Pero cuando Abbadón comenzó a golpear a sus compañeros lo consideraron un individuo peligroso. Porque cuando se convertía o dejaba de ser Dorian perdía los estribos y se volvía una persona violenta se volvía Abbadón. Comenzaron a dejarlo aislado en una habitación. Lo dejaban salir cuando no había nadie. Así que estuvo la mayor parte del tiempo solo.

Una vez en el psiquiátrico transitorio Dorian fue al baño e intentó suicidarse. Primero rompió el espejo con varios golpes al vidrio y luego tomó una parte rota. Quería cortarse las venas.

-¿Qué haces Dorian? ¿Estás loco?

-¿Ahora yo soy el loco? Cuando tú has matado a mis padres.

-Ellos no te querían, lo sabes, los escuchaste.

-Pero no por ello tenías que matarlos

-Hice lo correcto. De todos modos ibas a estar solo, te iban a dejar solo.

Dorian tenía el espejo roto en la mano apuntando a su vena. Luchando con Abbadón, quien le convencía de no hacerlo.

-No tienes que hacerlo Dorian. La culpa es sólo mía-dijo Abbadón

-¡Sal de mi cabeza!- gritó Dorian -Déjame morir.

Pero Abbadón no lo dejó y tomó el espejo y le rajó la mejilla izquierda. Y comenzó a sangrar. Dorian lloró del dolor y lloró más porque Abbadón no dejó que muriera. Era la marca de Abbadón en su cara para que no se olvidara de él.

Cuando los enfermeros llegaron vieron que Dorian había querido suicidarse. Tenía las manos con sangre cortadas por los vidrios del espejo y la cara rajada. Lo llevaron a la enfermería y lo curaron. Le dieron sedantes y lo mantuvieron en cama. Después de varios días se recuperó.

Dorian no olvidaría aquella vez que Abbadón le salvó la vida y le cortó la cara para que no se olvidara que él también existía dentro suyo.

Estuvo allí dos años bajo tratamiento pero no ver mejoras en su conducta lo derivaron a un nuevo psiquiátrico que buscaban "nuevos internos para una nueva experiencia" Aunque no les importaba de que trataba la experiencia, lo único que importaba era que fueran internos que no les importaran a nadie. Y por cada chico enviado recibirían una paga.

Sus compañeros de la preparatoria lo recordarían como "el chico que asesinó a sus padres y jamás volvió a clases." Su sueño de ser capitán del equipo de baseball de la escuela también se vió truncada. Nunca hubieran pensado que uno de los chicos más aplicados podía volverse un asesino. Porque a Dorian le gustaba estudiar y tenía una de las mejores calificaciones de su clase. Pero todo eso se volvió humo igual que todos sus sueños como el de tener una vida feliz. Dorian no volvió a tener una vida normal, jamás la tuvo.

Canción: Monster-Starset