Capitulo 5.
No sabía bien lo que estaba haciendo o lo que quería hacer, pero el me había provocado con solo un beso, no creí que Atuq besara así de bien, aunque no se si fue así ya que jamás nadie me había besado o tocado.
Pese a que se que estamos yendo bastante rápido, creo que ellos no conocen el término de esperar hasta el matrimonio, no es para menos, no conocen nada más que esto que los rodea.
Leía sobre erotismo a escondidas de mi padre en la biblioteca, las doncellas me prestaban aquellos libros para poder leer lo que era sentir placer.
Muchas veces me imaginé haciendo esas cosas con el hombre con el que me casaría, experimentar el deseo, el toque y todo lo que tenga que ver con el placer.
Me había tocado antes, pero no me sentía satisfecha, sentia que mi cuerpo pedía mas de lo que yo quería o podía tener.
Ahora frente a mi está este enorme hombre de piel canela que brilla, lleno de marcas y músculos bastante formados, quizá sea mejor que como lo describen en los libros.
Atuq es lindo, bastante tierno, pero algo me dice que no lo es en la cama, el mismo me lo ha dejado en claro. No quiere romperme.
Quizá lo diga por su fuerza o por qué piense que soy demasiado frágil.
Se acercó a mí y acarició mi cabello con lentitud, luego me tocó la mejilla. Nuestras miradas no se despegaban en un solo segundo, ninguno decía nada lo que aumentaba la tensión en mi cuerpo.
Mis manos un poco temblorosas se fueron a las tiras de lo que cubría su parte baja, las solté y baje su prenda, me relamí los labios al ver el enorme amigo que tiene.
—¿Que es lo que harás? —su voz se volvió más gruesa de lo que ya era.
No le respondí, solo tome el amigo en mi mano comprobando que era más grande de lo que había imaginado. Moví mi mano de abajo hacia arriba y Atuq gruñó con fuerza.
Lo metí a mi boca sin esperar, el soltó un jadeo fuerte que me hizo estremecer, moví mi cabeza un poco pero el me tomó del cabello y movió mi cabeza con fuerza, mi mirada se fue hacia su rostro y este estaba con sus ojos cerrados, el ceño fruncido y la boca abierta.
Era la primera vez que hacía algo como esto y sinceramente no sabía si lo estaba haciendo bien o no.
Pero yo creo que sí, por qué el jadeaba sin control.
Atuq gruñó de nuevo yo me esforzaba por conseguir aire por qué no quería soltarme el cabello. Solté una arcada cuando su pene se hizo más grueso, lo saco de mi boca con rapidez y luego se corrió.
Ambos estábamos jadeando pero el estaba peor que yo.
Se puso de rodillas y me tomó del mentón con fuerza para besarme, metió su lengua dentro de mi boca, trate de seguirle el beso pero no pude por qué estaba siendo bastante brusco y sinceramente esto me gusta más.
Al separarnos del beso yo era la que jadeaba sin control.
—Deja de hacer eso —me tomó del cuello—, no provoques a Atuq así, por qué no quiere montarte a la fuerza, pero tu no ayudas.
—Lo siento —murmuré.
—Deja de decir que lo sientes, Atuq es fuerte y no quiere lastimarte.
—Lo se, no lo haré de nuevo... Pero a ti te gustó.
—Claro que gustó, ninguna mujer me hizo esto jamás.
—Espera... ¿No te has acostado con otra mujer?
—No —el agarre del cuello se aflojó—, Atuq jamás ha tocado a una mujer, somos como el águila, cuando escogemos una pareja, es nuestra pareja de por vida y yo no había tenido la mía y no toque a más mujeres, eso no es correcto...
Estaba sorprendida por lo que me había dicho. Pensé que un hombre como el ya tendría experiencia en esto pero me equivoqué. Bueno, no es que sepa demasiado sobre ellos y su cultura.
—Debo irme —se apartó de mi y se acomodo su prenda—, Atuq tiene que cazar.
—¿Me dejarás aquí?
—Si —tomó su hacha—, no pasara nada.
—No me dejes aquí sola.
—No estas sola, estas con tribu. Puedes salir a conocer.
—Pero...
Se fue sin más, yo me quede como idiota dentro de la choza. Cuando salí, el ya se iba con sus hermanos hacia el bosque, yo estaba sin saber que hacer o que decir.
Aun no sabia exactamente cual era mi papel dentro de esta tribu, tampoco savia como asimilar el hecho de que soy la mujer de Atuq por cosas de los Dioses que el nombra muy seguido.
—Veo que estás mejor —mire hacia la voz de una mujer mayor—, Atuq te encontró rápido.
—Si, me salvó la vida.
—Por que es su deber —dijo ella—, soy Aitana, la chamana de la tribu y tu eres Freya, la compañera de Atuq.
—Habla muy bien mi idioma.
—Soy una anciana que presta mucha atención —sonrio—, ven conmigo.
Ella camino y yo la seguí hasta una choza, supongo que es la de ella. Era igual de espaciosa que la de Atuq, supongo que todas lucen así por dentro. Me invitó a sentarme con ella, luego se sentó, en medio de ambas había una pequeña fogata.
De un tazón sacó agua y lo echo sobre la fogata haciendo que la choza se llenara de un humo espeso. De pronto en el humo apareció la silueta de una pareja tomada de la mano, lentamente se fue aclarando para así, revelar que éramos Atuq y yo.
—¿Como..? —jadee.
—Los Dioses tienen un destino —la mire—, un destino para todos nosotros, este es el tuyo y el de Atuq, estar juntos.
Mi mirada volvió a aquellas siluetas, no podía dejar de mirarlas.
—Naciste para estar con el y el nacio para estar contigo —volví a mirarla—, se que es difícil asumirlo, pero es su destino, ya está forjado.
—No se que decir —murmure.
—Aceptar el destino, si ambos se separan, el equilibrio de la Tribu se verá afectado...
Atuq y yo nos separamos bruscamente, todo se había tornado gris, luego había fuego, cadáveres por todos lados y hombres de mi raza matandolos a todos ellos.
No podía creer lo que mis ojos estaban viendo.
—E-Eso no puede pasar —negué—, aquí todos son inocentes —de mis ojos salieron lagrimas.
—Por eso debes mantenerte fuerte, por ti, por Atuq y la tribu.
—Pero ¿Por que yo? Yo no soy de la misma raza que Atuq, soy de la raza que los invadió hace años.
—Tu corazón no es como el de ellos, por eso el Dios del mar te envió para que fueses fuerte e invencible al lado de tu compañero... Tu vienes de las lágrimas del cielo —alzó los brazos hacia arriba—. Por tus venas corre sangre guerrera.
En el humo se mostro la silueta de una mujer peleando, pero esa no era yo... ¿Quien sera?
—Serás la Reina Inca —me dijo y luego sonrio.
Aun no entendía que era lo que significaba eso, del por que precisamente yo, seria la compañera de Atuq, aun me quedan demasiadas dudas.
(...)
Estaba atardeciendo y Atuq no regresaba, yo estaba sentada afuera de la choza junto con los niños quienes no paraban de tocar mi cabello.
En el rato que llevo sola, observe el como viven aquí.
Algunas mujeres se encargan de la comida, otras de hacer ropa y tejer, las que están embarazadas hacen artesanía para colocar la comida entre otras cosas menos pesadas. Los hombres que se quedan aquí, traen lo que han cosechado, ayudan con la comida y restauran las chozas que lo necesiten.
Todos y cada uno de ellos posee al menos un arma, ya sea lanza o hacha, pero pocos llevan arco y flechas.
Cada choza es iluminada por dentro, algunos de ellos están en los árboles vigilando.
Cosechan y siembran maíz, trigo y sorgo. Comen frutas y verduras como la papa entre otras, también tienen muchas plantas medicinales. Me gusta por que todos ellos se ven muy sanos, hasta la chamana que es la mas anciana de este lugar camina mejor que yo que estoy joven.
Supongo que es por estar rodeados de tanta naturaleza.
Hasta ahora es que me doy cuenta de lo hermoso que es este lugar. Lo verde de los arboles, lo colorido de las aves y las mariposas.
No se escucha mas nada que no sea el rio, la brisa y las hojas moverse con el viento. Nada comparado con estar en Inglaterra, que había ruido la mayor parte del tiempo.
Jamás había apreciado la naturaleza así, siempre las veía en cuadros que hay en casa o en libros. No se compara con esto, con respirar el aire puro.
Escuche risas masculinas, Atuq y sus hermanos venían riendo y celebrando. Atuq traía en su hombro un enorme trozo de carne. Luego todos celebraron y los niños se fueron corriendo hacia el, todos alzaron las manos hacia el cielo como símbolo de agradecimiento.
Atuq colocó el trozo de carne sobre un tronco y el resto de sus hermanos colocaron lo demás.
—Atuq consiguió un enorme ciervo —se agacho a mi altura—, lo mejor para mi perla.
—¿Lo cazaste para mi?
—Así demostramos cuanto queremos —sonrio.
Ese gesto me pareció tan único y tan lindo.
—Me gusta verte sonreír mi perla —se acercó y se puso de rodillas—. Atuq hará lo posible por ser feliz contigo y tu conmigo.
—Eres muy dulce.
Le tomé el rostro y le di un corto beso, esta vez ninguno fue torpe, el beso era distinto, era mas suave y delicado. Pero Atuq lo fue intensificando poco a poco, luego se detuvo bruscamente.
—No podemos hacer esto aquí afuera, no debo dejar que miren a mi perla.
—Esta bien.
—Ven, vamos —tomo mi mano y me puso de pie para llevarme hacia sus hermanos, desde aquí no he podido verlos o hablar con ninguno—, ellos son hermanos, mis hermanos.
Cada uno de ellos inclinó su cabeza hacia mi, yo puse la mano en mi espalda por que queria extenderla para que la estrecharan.
—Son Ikal, Tanok y Canek mis hermanos... —los señaló a cada uno.
—Hola, soy Freya ¿ellos me entienden? —le pregunté a Atuq.
—Ellos entienden, poco menos que yo, pero entienden.
—Un gusto conocerla.
—Es más blanca de cerca.
—Si si lo es, adiós.
Me tomo de la mano de nuevo y me llevó de regreso a la choza, yo me senté en la cama y el empezó a sacarse el hacha de la espalda al igual que los cuchillos, todo eso lo colocaba en las paredes.
—Atuq.
—Mmmh.
—Oye, ven aquí.
—Estoy afilando arma —dijo sin verme.
Me puse de pie para ir hasta el, lo abrace por detrás y el dejo de hacer lo que estaba haciendo, me gusta como huele, huele a hierba mojada y agua de rio.
—Estas molesto ¿por que?
—Por que no quiero que nadie te mire.
—Pero si tu me presentaste —rei—, luego dices que yo soy extraña.
—Pero a Atuq no le gusta que otros miren tu piel —dejó el hacha sobre la mesa y se volteo—, no deben.
—Nadie va a tocarme Atuq... Dijiste que soy solo tuya ¿verdad?
—Si, eres solo de Atuq.
—Entonces quedate tranquilo... —le sonreí.
—No mires a nadie más que no sea Atuq, quiero que tus ojos sean solo para mi —me tomo de las mejillas—, que esa sonrisa sea solo para mi, para nadie más.
—Es una promesa.
—Mi perla cumple promesa, yo cumplire todo lo que me pidas —se arrodilló ante mi y me abrazo las piernas, yo toque su cabello—, Atuq se siente contento por que estas aqui.
—Eres muy dulce Atuq —me miró y sonrió—, además de lindo.
—¿Eh? ¿Lindo? No —negó—, Atuq no ser lindo, Atuq ser letal como un jaguar.. Jaguar no es lindo.
—Pero para mi si lo eres —me rei—, el hombres mas lindo que he conocido.
—Eso hace sentir a Atuq especial y cálido como ceniza recién apagada.
Me soltó y se puso de pie, su brazo rodeo mi cintura y me alzo con mucha facilidad.
—Soy bruto, pero prometo que te trataré bien y cuidaré de ti.
—No siempre puedes hacerlo, me pico una serpiente y no pude defenderme.
—¿Quieres aprender? —asentí— No, si aprendes no necesitarás a Atuq y eso no me gusta.
—Pero quiero aprender, ser util aqui... No puedo depender de ti siempre, todas las mujeres saben pelear, yo quiero aprender.
—No se —se quedó pensando un momento—. Tengo que pensar si es bueno o no.
Le di un beso corto.
—Sigue convenciendo a Atuq así..
—Oye que tramposo —rei.
Me llevo a la cama y se subió encima de mi.
—Quiero amarte como el sol ama el agua cuando atardece, así como el ave al viento... —rozo su nariz con la mia—, estoy agradecido con los Dioses por haberme enviado a mi destino.
Eso fue tan hermoso, me ha dejado sin palabras. Era lo mas hermoso que había escuchado en mi vida.
Hola hola espero que esten bien y que el capítulo haya sido de su agrado. No olviden dejar sus votos y comentarios, recuerden que eso me ayuda mucho.
Hice imágenes con la IA, estan hermosas.
AMO A ATUQ es todo un hombre. 🔥
Bueno, prontito se viene drama jeje por que hay mucho amor por aca jajaja y el drama no puede faltar.
Dejenme saber si les gusta la historia.
Besos, Rosslix.
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