Capítulo 4.
Ella se mantenía callada mientras la bañaba con el agua del rio. Me gusta que sea así de callada pero no tanto. Quiero escucharla, su voz es aguda, como el canto de las aves por las mañanas o cuando el rio fluye.
Nosotros no somos bruscos con nuestras mujeres, las tratamos como lo mas sagrado que existe, desde pequeños no los enseñaron. Para todas las tribus, nuestras mujeres significan todo, lo bueno, lo puro, lo sagrado. Sin ellas, nuestras tribus no estuvieran en pie.
Desde que creci quería una compañera a quien enseñarle sobre el mundo, nuestro mundo. Ver crecer un vientre y que nazca mi hijo.
Ahora la tengo conmigo, pero se que ella no le gusta la idea.
—¿Te gusta?
—Eso creo —dijo ella en voz baja.
—No soy brusco contigo.
Toque su cuello y eche agua sobre el, ella cerro sus ojos disfrutando de lo cálida que era el agua del rio.
—Estamos yendo muy rápido ¿no lo crees? —me miró.
—No lo entiendo.
—De que me dices que soy tu compañera, tu mujer —le asenti—. Y a penas nos conocemos de ayer.
—¿Eso es problema?
—No se —dijo ella—. Jamás me han cortejado..
—Dices cosas extrañas —me rei—, pero seras mi mujer, Atuq va a protegerte de todos.
Le di un beso en los labios, ella se sorprendió o eso creo. Yo no se como hacer esas cosas, yo solo me dedique a cuidar de animales, eso de ser compañero es difícil, suelo ser muy bruto y no hacer las cosas bien, pero ahora que esta ella aquí, tengo que aprender a como ser cuidadoso.
—E-Ese fue mi primer beso —dijo en voz baja.
—¿Atuq fue el primero?
—Si.
—Oh —sonreí—. Eso es bueno, eso hace sentir a Atuq como el único, eso me gusta, hace sentir que mi corazón salte cual caballo salvaje.
—Dios, dices unas cosas —rió.
Ella es lo mas bello que mis ojos han visto.
(...)
Más tarde.
Cortaba los troncos para la fogata de esta noche y la comida. Mi perla estaba sentada comiéndose una fruta mientras los cachorros le tocaban el cabello y reían. Para ellos era curioso ver a una mujer como ella, que sea del color distinto al de nosotros.
—La blanca se esta adaptando rápido hermano.
—Así es —coloque los troncos junto a los demás.
—Ya buscamos en las demás tribus, no hay mas blancos a parte de ella.
—Lo sabia, tengo que decirle.
—Atik ¿la ha visto?
—No hermano, padre se niega, se niega a aceptar que una blanca sea mi compañera, aun mas por que esta aqui.. Pero no pienso correrla o dejarla, ella es mia.
—Atuq, eso todos lo sabemos —todos rieron—, eras el único sin compañera.
—Claro, ahora que la tiene no tardará en montarla.
—Oigan —tomé el hacha y los señalé— ¿olvidan lo que pasa cuando hablan de la mujer? La lengua se corta.
—Lo entendimos —todos callaron.
Mire de nuevo a Freya, le estaba dando de su fruta a los niños. Sonreía de manera linda. Camine hacia la choza de mi padre, el estaba sentado afilando su hacha.
—Padre —me sente frente a el—, hablemos de Freya.
—¿De la blanca? —no me miraba— ¿que esperas que diga?
—Padre, no te molestes conmigo, sabes que lo que digan los Dioses, se debe respetar.
—Eso lo se —dejó el hacha en el suelo—, el problema aquí es que blanca y que vino de otro lado... Podrían estar buscándola.
—Eso me queda claro padre, pero ella ya esta aquí y no puedo dejarla ir... Es mi compañera.
—¿Que pasa si ellos vienen por ella? Ya vivimos una guerra que fue desastrosa hijo, si a ella la encuentran dentro de estas tierras, corremos peligro.
—Correré el riesgo padre, ella es mi compañera, mi mujer y sera la madre de mis hijos... Le prometí que la cuidaría y eso hare. No iré en contra de los Dioses, tu mismo lo dijiste, llegaría una calamidad a la tribu, si se va en contra de sus deseos.
—Por los Dioses hijo ¿has visto a esa mujer? Es blanca, jamas podria adaptarse a esto.
—No me importa su color de piel, me importa es ella y solo ella padre. Yo te respeto como el Inca de esta tribu y como mi padre, pero yo a ella la defenderé de quien sea.
Nunca en mi vida le he hablado de ese modo a mi padre por que siempre lo he respetado, pero ahora que ella está conmigo, no pienso dejar que nada ni nadie le haga daño. Si alguien siquiera la toca o le hace daño, lo asesinaré sin piedad.
La lealtad en nuestra tribu es valiosa, tan valiosa como el agua que corre por el río, como la brisa del cielo y la nieve de nuestras montañas, así, debemos cuidarla y si nadie dentro de esta tribu acepta a mi mujer, me largo con ella.
—Te has prendado de ella ¿cierto? Hijo, ni siquiera las has montado.
—Lo haré cuando ella quiera, yo no obligo a nadie y sabes eso padre. Ella no conoce nuestras costumbres, dale tiempo.
—Espero que no estés cometiendo un error Atuq, recuerda bien que perdiste a tu madre por los blancos.
—Eso me queda claro, pero no puedes juzgar a todos los blancos padre, Frederick fue un buen humano.
—Pero ha pasado tiempo y no sabemos si los blancos son peores que antes, así que ve con cuidado, pero de mi parte, ella no tiene mi confianza.
Entiendo que el no confíe en los blancos, mi madre fue asesinada por uno cuando nos invadieron, ella esperaba a mi hermano y fue asesinada brutalmente por ellos. Pero debe entender que ella inofensiva, ella sería incapaz de hacer algún daño. En cambio los de ella si.
—Mantenla vigilada.
—No la vigilaré como un ladrón —negué—, yo me encargaré de cuidarla.
Me puse de pie y salí de la choza, busque con la mirada a Freya pero no estaba en donde la deje sentada, camine por todos lados y no la encontre.
—Atuq.
—Ahora no Aruma, estoy buscando a mi mujer.
—La blanca se fue —me detuve y la mire.
—¿Que hablas? ¿Se fue?
—Si, empezó a quejarse de los insectos, del calor, que quería a su padre, de todo —hizo una mueca—, debe estar perdida o quizá ya esta muerta.
—Calla —me acerque a ella—, no hables de mi mujer...
—¿Me cortarás la lengua?
—Si y te mutilaré si llegas a hacerle algo..
—La blanca no merece estar aquí, ella no es uno de nosotros... Y si muere, mejor para todos.
No escuche nada mas, solo saque mi hacha y solté un silbido para que Lomo viniera a mi, me adentre al bosque con el a mi lado, miraba a todos lados y no había nadie. Estaba preocupado por que ella no conoce nada de esto, ademas de que esta a punto de anochecer.
—¡Freya!
Al alzar la voz, no obtuve respuesta de ella, ya la noche estaba cayendo y eso me preocupa por que esto oscuro, es peligroso.
Camine un poco mas y escuche a Lomo aullar, rapidamente llegue a el, miraba a Freya tirada en la grama, deje mi hacha en el suelo, la toque y esta vez estaba caliente, sus mejillas estaban rojas y sus labios igual.
La tome en mis brazos y camine rápidamente de regreso hacia la tribu, todos me vieron pasar con ella hacia mi choza, la acosté y salí de nuevo por la chamana, estaba preocupado y ansioso por que ella no se movía, solo respiraba de una manera que no me gustaba.
La chamana empezó a revisarla, incluso la desnudo, luego su mano alzo su tobillo.
—Fue picada por una serpiente.
—¿Que hay que hacer?
—Sacar el veneno, sal y llama a las curanderas.
—¿Salir? ¿Por que tengo que salir?
—Por que yo la voy a atender, tu no debes estar aquí.
—Pero...
—Obedece Atuq.
No me quedo de otra que salir de la choza, las curanderas entraron con cosas en sus manos. No paso demasiado tiempo cuando escuche los gritos de Freya, iba a entrar pero la mano de mi padre me lo impidió.
Yo no dejaba de mirar mi choza, tenia unas inmensas ganas de ir y sacarlas a todas por que la están haciendo gritar.
Ahora entendía la angustia de mis hermanos cuando escuchaba a sus mujeres gritar por algún dolor o por parir. No pensé que esta angustia fuese tan grande. De pronto los gritos ya no se oyeron mas, una a una fue saliendo, pero mis pies no se movían hasta mi choza.
—Espera un poco —escuché a mi padre.
(...)
Sostenía su pequeña mano, ya estaba por amanecer y ella no había despertado aun. Me sentía mal por haberla dejado sola en ese momento. Pero al menos sabia que todo estaba bien con ella.
No dormi, no podia hacerlo por que era injusto que yo descansara mientras que ella estaba enferma, eso no es lo que se debe hacer.
Hace un momento busque fruta y agua del rio para cuando despertara, quería que lo hiciera, quería ver sus ojos bonitos. Escuche ruidos salir de su boca, rápido me coloque de rodillas a esperar que despertara y así lo hizo.
—Mi perla ¿como sentir? ¿Duele? —toque su frente y ya no estaba caliente.
—¿Que paso? —su voz salió extraña.
—Te pico una serpiente ¿por que te fuiste? El bosque es peligro.
—Lo siento.
—No lo sientas, no lo repitas.
—Quiero agua.
Ella se sentó y le di el agua, se la bebió rápido.
—¿Querías dejar a Atuq?
—Si, queria irme —empezó a llorar—, no quiero estar aqui... No pertenezco a este lugar.
—Claro que si —me senté y le tome el rostro—, perteneces aqui, con Atuq.
—Quiero irme con mi padre, llévame con el.
—Pero padre no está aquí —negué—. Mis hermanos buscaron y no encontraron a padre.
—Dios mio —lloro mas fuerte.
—No llores, Atuq se siente mal por oírte llorar...
—No lo entiendes —quito mis manos de su cara—, yo no quiero estar aquí, quiero saber si mi padre esta bien si todos en el barco sobrevivieron... Aunque creo que eso no paso —se limpió el rostro— soy la única que sobrevivió.
—Se que extrañas a padre, pero no debes sentirte así, Atuq te cuidara para que no te sientas sola.
—Lamento haberme ido...
—No lamentes, no —negué—, extrañas a padre y eso entiendo, Atuq entiende.
Con mis manos limpie sus lagrimas, ella hizo muecas pero al menos ya no llora. Tome la fruta y se la di para que comiera.
—Come, eso te dará fuerzas.
—Gracias Atuq.
—Me gusta que me llames Atuq —tome su rostro de nuevo y me acerque a mirar sus ojos—, tus ojos ser como el cielo, es mi favorito.
Ella no me dijo nada, solo nos miramos un momento, luego de eso se acerco a mi para pegar su boca con la mía. En un solo segundo, nos estábamos besando, pero esta vez no era como en el rio, era mejor y me estaba gustando.
La fruta paso al suelo, por que yo me subí encima de ella mientras nos besabamos, ella tomo mi mano y la coloco en su pierna desnuda, gruñí al sentir lo suave de su piel, era como sentir una pluma suave.
Mi mano se metio mas alla para seguir tocando, seguir explorando lo suave que era su cuerpo. Solté su boca y bese su mejilla y mandíbula. Ella soltaba sonidos agudos que me erizaban la piel.
No pude detenerme y seguí bajando hasta sus lindos y pequeños pechos, con cuidado los bese pero su olor me desesperaba, olia a las más ricas flores del campo. Baje hasta su abdomen y deje un beso en el, sobre este había una marca linda en forma de hoja.
—Atuq no puede —acerque mi rostro al de ella—, no quiero romperte.
—Me deje llevar —susurró.
—Dejar llevar es cuando quieres algo pero no sabes como detener —ella asintió—, entonces me deje llevar.
—Tus manos son enormes y ásperas.
—¿Ah si? —mire mi mano, no había nada en ella— No veo nada malo.
—No es malo, o eso creo —sonrió un poco—, gracias por cuidarme Atuq.
—Te dije que cuidaría a mi perla y eso pienso hacer... Cuando te cures, te enseñaré a matar animales peligrosos, por ahora duerme más, si me quedo, no se que hare.
—¿Puedo tocarte un poco?
—¿Tocar? ¿Donde?
—Aquí.
Sus pequeñas manos tocaron mi pecho, luego mi abdomen y bajo hasta la tela que cubre mi cuerpo, gruñí de nuevo cuando me toco el pene, su mano era tan pequeña que no lograba rodearlo por completo.
—Por Dios, es enorme —susurró.
—Si lo tocas así yo...
Lo soltó, dejándome endurecido y con algo de dolor. Tengo que calmarme un poco por que si me pierdo en esto, podre lastimarla y eso no es lo que quiero, es mejor controlar mis deseos antes que hacerle daño a ella.
—Algun dia voy a montarte —le dije y ella no me miro—, pero es cuando estés lista, Atuq sabe esperar.
—Y-Yo..
—Iré al río —me puse de pie y note que estaba erecto—, no saldré así, nadie puede verme asi.
—Dejame ayudarte..
—¿Como? ¿Sabes como quitar eso? —señale mi erección.
—No, pero he leído, ven.
No se que es lo que pretende hacer, pero esto me duele y necesito liberarme.
Hola hola, espero que esten bien y aqui les dejo otro capítulo. ✨
Quiero aclarar algunos puntos importantes:
Atuq y su tribu son completamente inventados por mi, no use ningún tipo de Indígena o algo parecido ya que no quería faltar al respeto a ninguna cultura.
He leído sobre costumbres indígenas y de eso me nutrí para esta historia, aclaro que las culturas y costumbres de la Tribu del Sol, son completamente inventadas, pero tome un poco de cada cultura indígena de Latinoamérica para crear las mías propias es decir, las de la Tribu del Sol.
Mi historia está inspirada en Pocahontas, pero yo quise hacerla al revés, eso si, no tiene nada de la historia mencionada, pero de ahí vino aquella inspiración.
Aquí recalco lo valiosas que son las mujeres indígenas en dicha tribu ya que poco se habla de ellas y quería enfatizar lo importante que son y eran en aquella época. Aqui las dejo como lo más sagrado que tiene cada Tribu, por eso es que Atuq cuida de ella como su perla.
Por otro lado, Atuq habla bien pero es en su idioma indígena, pero cuando habla con Freya, dice algunas palabras sin sentido, por que recordemos que ella es Inglesa y el es un Indígena y medio entiende el idioma de Freya.
¿Por que lo aclaro? Para que no vayan a haber confusiones mas adelante y que pienses que es error de gramática.
Ya aclarados algunos puntos, les dejare imagenes hechas con la IA.
Recuerden que la IA no es cien por ciento exacta, pero en fin QUE ME LLEVE EL INDIO🔥🥵
PD: Atuq mide 1.92 y Freya 1.60.
Quisiera que la IA me diera las imagenes que quiero pero eso no pasara jajaja espero que les haya gustado y POR FAVOR dejenme sus comentarios y votos, que eso me ayuda muchisimo.
Besos, Rosslix.
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