Capítulo 21.



Dos días después: 


Han pasado dos dias, habiamos tomado la decisión de irnos mañana mismo. Por más que lo pensé no podemos seguir aquí, mas que todo por la seguridad de Atuq, quien ha estado demasiado inquieto desde la reunión. 

Lo mejor que podemos hacer es irnos. Mi papá preparó una embarcación comandada por el, se iba a encargar que llegaramos a salvo a la tribu. Ha estado callado por que me iré, se que para el no es sencillo por que soy lo único que le queda, ahora si va a estar solo por mucho tiempo. 

Pero el entiende que mi deber es estar con Atuq en la tribu. 

Mi nana en tiempo récord hizo algunos vestidos sencillos para mi, de esos que usan las chicas del servicio, son frescos y ligeros, se lo agradecí con todo mi corazón ya que aun no me sentía del todo cómoda que en la tribu estuviesen viéndome casi que desnuda. 

Mi papa logró convencer a Atuq de llevarse algunas semillas de aqui para que pudiéramos sembrar algunas frutas y otras cosas allá, eso seria de mucha ayuda para la tribu. También le dio unos cuantos barriles de pólvora, no se para que se los dio pero Atuq gustoso los recibió al igual que armas, mi padre es un gran coleccionistas de armas corto punzantes, así que le dió a Atuq un par de hachas enormes y otras no tanto, al igual que cuchillos y una espada. 

Atuq estaba fascinado con eso ya que la de el estaba un poco dañada. 

Al inicio el no quería aceptar nada de mi papa pero al final lo hizo por educación y por que yo se lo pedí. Ahora estábamos empacando lo que nos llevariamos. 

Estaba triste eso si, por que me iba a hacer mucha falta mi papá, el prometió visitarme cuando pudiera y espero que lo cumpla, no quisiera que el se quedara solo, pero no quiero separarme de Atuq. 

—Hija. 

—Hola papá. 

—¿Podemos hablar? 

—Yo saldré —Atuq salió de la habitación. 

Caminamos hacia el sofá que está en mi habitación, mi papá me tomó de las manos y suspiro. 

—Voy a extrañarte mucho hija. 

—Y yo a ti papá —respondí afligida—, sabes que eres el hombre más importante en mi vida. 

—Lo sé —me sonrió—, solo quería decirte que te amo hija, que eres lo mas hermoso que me ha pasado y lo más valioso que me dejó tu madre... Por favor cuídate mucho, no te dire que si te sientes mal con el regreses, por que se nota que Atuq daria la vida por ti, por ese lado estoy muy aliviado. 

—Estaré bien, sabes que si. 

—Quiero darte algo —busco algo en su traje y me entregó una pequeña bolsa—, era de tu madre. 

Era un collar pequeño, dentro de el había una pequeña pintura de mi madre y al lado estaba la de el. 

—Es para que nos tengas presentes siempre. 

—Esta hermoso —mi voz se quebró—, Dios papá, esto es muy difícil —susurré. 

—Lo se —lo miré—, pero ya no debes seguir aqui, creeme que como tu padre he querido cuidarte y protegerte de todos, pero estás ahora con un hombre que va a seguir haciéndolo, me alegra que hayas encontrado a alguien que sería capaz de dar la vida por ti —acarició mi cabello—, siempre seras la luz de mis ojos Freya. 

Me acerque a el para abrazarlo, dejarlo aquí seria demasiado dificil para mi, ya nos habíamos separado la primera vez, pero esta dolía mucho por que no sabía cuando iba a volver a verlo. 

Mi padre ha sido mi héroe por mucho tiempo, ha sido la persona que mas he amado en mi vida, me siento orgullosa de que siempre fue un buen hombre. 

—Te amo mucho hija mía. 

—Y yo a ti papá —nos separamos del abrazo. 

—Te dejo empacar, iré a verificar que todo esté en orden con el barco —asentí. 

Mi papá salió de la habitación, se que a el no le gusta que lo mire asi, como un hombre sensible, el y su tonta creencia de que los hombres no deben ser débiles ante las mujeres. Aun así me reconforta la idea de poder despedirme de el, a pesar de que el mismo me dejará en la tribu, no desea despedirse alla, lo conozco y se que no quisiera hacerlo. 

Me alegra saber que el acepto a Atuq como el hombre que me acompañara el resto de mi vida, que a pesar de todo ellos se llevaron bien y el aprendió algunas cosas de mi padre. Puedo decir que lo quiere como a un hijo y que puede estar tranquilo de que Atuq, me va a cuidar y me va a proteger con su vida. 

Mire de nuevo el collar, suspire de alivio de que al menos los tendría conmigo. También me sentía emocionada por que tenia una leve sospecha, una en la que una posible vida estaría creciendo dentro de mi. No estoy del todo segura pero creo que hay una enorme posibilidad, llevo algunos dias de retraso y se que si eso sucede, podría estar esperando un bebé. 

No quiero hacerme ilusiones ni nada por el estilo, pero si quisiera que fuese realidad, quiero estar segura para poder decirle a mi papa y a Atuq. 

La idea de ser madre estaba descartada desde hace mucho, pero ahora que encontré el amor de mi vida, sueño con formar nuestra propia familia, de solo imaginarme un bebé identico a el, se me pone la piel de gallina, sería demasiado hermoso un bebe de ambos, si Atuq es así conmigo, no me lo quiero imaginar como padre, sería un hombre realmente protector y dulce. 

Dios, quisiera que si fuese verdad, quisiera poder traer al mundo a un bebé nuestro. 

—Mi perla —mire a Atuq—, tu padre dice que hay que comer. 

No se que es lo que me pasa pero, quiero saltar encima de el y desnudarlo, de por si el es muy hermoso, ahora lo veo el doble de hermoso. 

Tengo que controlarme. 


(...) 

Al dia siguiente: 


Me despedí de todos los trabajadores de la hacienda y de mi nana. Atuq le agradeció un buen rato por haberme cuidado bastante bien durante mucho tiempo. 

Ya era hora de irnos, yo debía adelantarme con Atuq al barco ya que mi papá tenía algunas cartas que revisar antes de poder irse. 

Ambos nos subimos al carruaje, me despedí de nuevo y el carruaje comenzó a andar. No iba a mentir, iba a extrañar este lugar, aquí fue donde crecí, donde me crié y en donde aprendí muchas cosas. Este lugar siempre vivirá en mis recuerdos. 

Atuq me tomó de la mano para brindarme algo de calma puesto que si me sentía triste por irme, por que sé que no regresaré. Mi lugar es la tribu y estar al lado de Atuq como debe ser. Sentí como el me besó la mejilla, aquello me hizo sentir mucho más calmada. 

—Llegaremos mañana a la tribu, nuestro hogar. 

—Si, nuestro hogar. 

Pose mi mano en mi vientre y lo acaricie por encima del vestido. Algo me dice que si es cierto, que tengo un bebe de Atuq en mi vientre, no tengo dudas de ello, nuestro hijo crece dentro de mi. 

El carruaje siguió su camino hasta el muelle después de un largo rato, ya todos estaban subiendo las cosas al mismo, estaba feliz por un lado por que me llevaría algunos libros para poder entretenerme mientras esté allá. 

Planeo enseñarle a los pequeños el idioma, también a leer y escribir. Puede que algunos se opongan a la situación, pero me gustaria que pudieran leer todos los libros de aventuras que llevaba, les mostraré que no es malo hacerlo. 

Atuq y yo subimos al barco, el como al inicio comenzó a revisar todo, consiguió su hacha para sostenerla y hacerse ver intimidante, claro que funcionó, los hombres que lo veían estaban un poco asustados. En el barco estaba aquel chico que había ido a la reunión, decidió que quería irse a la tribu con nosotros ya que la suya está invadida por Franceses. 

El muchacho es un poco más joven que Atuq, aunque igual de alto que el, se nota que ha pasado por mucho desde que llego, no es para menos, los Franceses son mucho peores que los Ingleses, ellos son mucho más crueles y más despiadados con sus esclavos, incluyendo los Americanos. 

He oído rumores que los Americanos abusan de sus esclavas y las dejan embarazadas pero no reconocen a sus hijos por que salen de color. 

Hasta ahora jamás he entendido el por qué esas personas hacen algo como esto. Van a otros sitios que no han sido explorados para tomar mano de obra gratis, para mantenerlos en situaciones horribles y someterlos a incontables abusos. 

Jamas voy a entender con que fin, se pisotea tanto a una persona solo por su color de piel. 

—Señorita Smith, estamos listos para zarpar. 

—Pero, mi padre no ha llegado. 

—Esperaremos unos minutos más, sabe que no podemos permanecer demasiado tiempo aquí. 

Solo asenti. Mi papa no se ha aparecido y no se por que, el dijo que vendría rápido, pero no puedo verlo, sonreí al ver su caballo venir hacia el muelle, pero así como sonreí, dejé de hacerlo al ver que algo no andaba bien. 

—Algo no anda bien.. —susurré. 

El caballo se detuvo justo en el muelle, lo primero que vi fue a Atuq correr hacia el para levantarlo y subirlo a su espalda para después subirlo al barco, todos se acercaron a el y comenzaron a correr de un lado a otro. 

—Zarpen —lo escuché decir con mucha dificultad—, zarpen ahora.. 

—¡Suelten las velas! —alguien gritó. 

Corrí hacia ellos, cuando se apartaron divise un enorme charco de sangre, mi padre estaba herido, me acerque a el y puse su cabeza en mi regazo, sus ojos miraron los míos. 

—V-Vas a estar bien papa.. Lo vas a estar. 

Los hombres comenzaron a auxiliarlo, tenía una herida en su costado que no se veía para nada bien. 

Esto no está bien. 

¿Qué habrá pasado? 


(...) 


No se cuanto tiempo ha pasado pero mi padre no mejoraba, la herida estaba empeorando al igual que su fiebre, desde entonces no me he despegado de el, he estado bajándole la fiebre pero no funcionaba con nada. 

Atuq me dijo que cuando llegaramos a la tribu la chamana podía curarlo, pero aún faltaba para llegar o no lo se, no he salido del camarote desde que mi padre llegó herido al barco. 

Yo estaba completamente asustada. Mi padre seguía inconsciente y no sabíamos quién lo había herido así. 

—El señor que lleva el barco dice que estamos por llegar —mire a Atuq—, hay que moverlo para bajarlo, cuando lo hagamos iré por la chamana. 

—Gracias —susurre—, mi padre necesita salvarse... No puedo perderlo. 

—Come un poco ¿si? —me entrego pan y mermelada—, se que sabe feo pero debes comer mi perla. 

—Gracias —comencé a comer, la verdad no tenía hambre pero el no me dejaría en paz hasta que me comiera toda la comida. 

—Hija —deje el plato en la mesa.

—Papá.. —susurré. 

—Freya.. Lo siento —dijo con dificultad—, lo siento. 

—No hables ahora papá, estás muy herido ¿bien? —tome la tela y la sumergí en el agua para colocarla en su frente. 

—Flor —susurro el nombre de mi madre—, hice lo que pude para criar a nuestra hija, ya es momento de irnos a casa.. 

—Basta papá —sollocé—, no digas nada.. 

—Te amo Freya.. —suspiro. 

Y así, fue como lentamente mi padre cerraba sus ojos y dejaba de respirar. 

El camarote del barco se balanceaba suavemente con el vaivén de las olas, pero para mi, el mundo parecía haberse detenido. Sentada junto a la cama estrecha, observaba cómo mi padre se quedaba sin aliento, su rostro pálido y sudoroso bajo la luz tenue de la lámpara me causaba un dolor que era difícil de explicar. 

El sonido del mar golpeando el casco del barco se mezclaba con el ritmo irregular de mi respiración. Acaricie su mano, sintiendo la frialdad que se apoderó por completo de el, el susurró palabras de amor y consuelo antes de irse, aunque sabía yo podía escucharlas, eso me dolía.

Había perdido a mi padre, se habia ido de mi lado. 

—Papa —susurré. 

Me acerque a el para abrazarlo con fuerza y soltar mi llanto. La persona que mas amaba en el mundo se había ido, me había abandonado. 

—Señorita ya llegam... General —escuche al capitán. 


(...)


Todo se había vuelto un enorme y completo caos. Al llegar a la isla en donde está la tribu, los muchachos del barco bajaron todo y lo dejaron en la orilla, se negaron en ayudarnos y decidieron dejarnos aquí para después irse.

Estaban asustados al no tener un guia como mi padre que los llevará de regreso a salvo, ahora debían huir de lo que sea que los quiera perseguir. 

Atuq y el muchacho ordenaron todo en la orilla y el se fue hacia la tribu a buscar ayuda, yo, no me despegaba del cuerpo de mi padre, me negaba a hacerlo. 

Estaba destrozada, me sentía sola. Mi padre me había abandonado. 

Mire hacia los árboles, todos los hermanos de Atuq comenzaron a llevarse todo, su padre, se acercó a mi. Pero cuando vio a mi padre, su rostro se desfiguró. 

—He aha ka hana a kēlā kanaka ma ʻaneʻi? (¿Qué hace ese hombre aquí?)

—E ka makua, ua make ʻo ia, ʻo ia ka makuakāne o Freya (Padre, el está muerto, es el padre de Freya)

—ʻO ia kou makua kāne? ʻAʻole hiki, ʻo kēlā kanaka ka mea nāna i hoʻouka kaua iā mākou i nā makahiki he nui aku nei. (¿El es su padre? No puede ser, ese hombre fue quien nos invadió hace muchos años.)

—He aha kāu e ʻōlelo ai makua kāne? (¿Qué dices padre?)

—Aole au e poina i ka helehelena o ke kanaka keokeo nana i pepehi kou makuahine. (Jamás olvidaré el rostro del hombre blanco que asesinó a tu madre)

—ʻO kēlā? ʻO ia anei? (¿Que? ¿Fue el?)

Atuq me miró, no sabía lo que estaban hablando, pero al ver la cara de su padre, supe que esto no era nada bueno. 



Hola hola, espero que esten bien, aqui les dejo el capítulo de El Inca, no olviden dejar sus votos y comentarios. Recuerden que la historia está por finalizar, cada vez estamos mas y mas cerca de los capítulos finales. ✨❤

Gracias por todo el amor que le han dado a la historia. 

Besos, Ross. 

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