Capítulo 27.- Favores dudosos.
— ¿Está segura de lo que está pidiendo? Un día está bien por nosotros, pero... Ya se han cumplido dos semanas.
—Y dentro de tres semanas más será tú coronación oficial —sonríe tranquila.
En la mesa de la sala se encontraban únicamente el tercer príncipe Subaku y las dos princesas Hyuga, la mayor de ellas estaba correctamente sentada mientras la otra tenía las piernas sobre la pared y se encontraba recostada en el suelo.
—Mi hermana mayor quiere quedarse príncipe tercero, pero con padre es imposible que eso pase de buena forma...
—Pero, —eleva las manos con las palmas abiertas —no es qué diga que seamos secuestradas... Solo, —agacha la mirada —puedes decir que esa es la forma de disculpa que quieres de nosotros.
—Él ya envío la carta, no sé por qué siguen discutiendo ésto.
— ¡Pero no lo explicaron a fondo! —explica apenada —solo dijo qué me estaría quedando unos días para arreglar los problemas que creaste.
—Sigo —cruza sus brazos —enojada porqué papá haya creído eso sin decir palabra en contra.
—En su defensa siempre has Sido muy problemática —contesta con ternura.
—Si... —Dice con ironía —desde siempre...cuándo afirmaron ¡Qué te darían la corona!
La chica se levanta manteniendo las manos sobre la madera del suelo. Gaara duda de sus palabras manteniendo la boca abierta entre un leve quejido, y simplemente suspira agachando la mirada.
—Yo...
— ¡Ha! ¡No quiero ponerlo en una situación difícil! ¡Si es muy complicado para usted me iré cuánto antes!
Elevando la mano hace detener las palabras de la mujer y enseguida levanta su rostro para mirar a ambas hermanas.
—Su padre nunca les ha permitido salir, ambas quieren venir a mi coronación y ambas querían venir a la boda de mi hermana... Lo cuál les agradezco.
—Oh, no es nada —expresa la menor —de verdad quería verla con un vestido tradicional, muchos dicen que es hermosa, y es verdad.
—De verdad queríamos darle un regalo de frente, para que sepa lo felices que estamos por ella —Dice al únisono con su hermana.
Entre una leve risa se relaja más —Oigan, tranquilas.
—Lo lamentamos, a veces nos animamos mucho —Dicen al únisono.
Sus risas cómplices hacen sonreír al príncipe que simplemente pone su sello en la hoja.
—Bien, tiene mi firma... —gira la mirada — ¡Lee!
El nombrado entra a la habitación y dando una leve reverencia se acerca hasta tomar el papel que su pareja le ofrece.
—Por favor que lo envíen hacia el reino Hyuga.
— ¡Enseguida!
El chico sale luego de una reverencia y con paso rápido sigue su andar para cumplir su misión.
—Bueno... —levantándose les dirige una sonrisa —Vayan a pasear por la ciudad, visiten los negocios y si necesitan cualquier cosa mis caballeros estarán cerca de ustedes... Además de que sus propios caballeros estarán con ustedes ¿Verdad?
—Si, así es, no importa lo que hagamos ellos seguirán cuidando de nosotras.
—Es molesto, —exhala un suspiro —Pero así es como hemos vivido toda nuestra vida.
Ambas hermanas se ponen de pie al lado de la otra, la mayor sonríe hacia su hermana y simplemente la abraza acariciando su cabeza.
—Muchas gracias por dejarnos quedar —da una reverencia.
—Lo agradezco de verdad, —da una reverencia —y nuevamente, lamento causar tanto problemas, aunque sé que debí pensar mejor las cosas... —sonríe ampliamente levantando el rostro —de verdad disfruté la fiesta de compromiso de su hermana.
El chico niega y simplemente espera en la puerta a qué ambas princesas abandonen la habitación para luego salir a su lado, la menor no tarda en avisar que estará visitando los establos mientras la mayor continua su camino al lado del príncipe.
—Sobre mi primo Neji... ¿Estamos bien?
—Claro que si princesa Hinata, es normal que haya gente en contra de nuestra unión aún cuando se retienen por nuestro poder... Simplemente me sorprendió la primer falta de respeto hacia mi poder, yo tampoco salía mucho de entre estás paredes así que jamás me tocó estar con alguien que desafiará mi decisión y voz.
—Lo entiendo, pero en mi caso siempre ha existido alguien que desafíe mis ideas.
Sorprendido, el príncipe se detiene mirando la leve señalación de la princesa hacia su guardia que la esperaba en los pasillos.
—Mi primo siempre ha creído que mi forma de gobernar acabará con nuestro imperio, dice que soy muy misericordiosa y bondadosa... Que algún día dejaré entrar a alguien malo en nuestro reino y ese será nuestro fin.
— ¿Lo dice por la historia Uchiha?
—Si, aunque no sabemos mucho de su historia, recientemente se volvieron a elevar los susurros sobre ellos...
—Sus altezas —da una reverencia.
Gaara suspira al ver esa mirada de grandeza y simplemente pide al caballero que levanté la cabeza, Neji atiende con firmeza y su andar por los pasillos continua.
—Yo me supongo que su caballero ya le ha hablado de la reciente unión de su hermana con uno de mis trabajadores de los establos.
—El pequeño chico del clan Sarutobi —sonríe —He escuchado grandes historias sobre esos guerreros.
—Si, fueron de mucha ayuda para tomar estás tierras a pesar de que no eran de nuestra gente o villas cercanas, de hecho, jamás lo había pensado tan a fondo... —menciona emocionado —Ellos eran viajeros, estaban en busca de la paz y crear un lugar en el cual todos pudiéramos vivir, es una historia muy conocida entre mi gente... —sonríe con tranquilidad —Sin ellos nuestras tierras serían menos extensas, eran fuertes luchadores... —aprieta los labios con pesar —Pero parece ser qué perecieron durante la guerra, más tarde un miembro del clan llegó a nuestras puertas, su hijo partió en busca de aventuras y la idea del mundo que aquellos hombres tenían...
—Suena increíble, el miembro del clan que los trajo tiempo después ¿También es luchador?
—Si, es un hombre muy fuerte, llegaron en el tiempo... —suspira desviando levemente la mirada —Que mi padre tomo el control del reino. Se unió a mi padre en lucha, por igual es alguien muy fuerte, mientras que Konohamaru... Bueno, era un niño algo mimado, ahora mismo cumple labores de trabajo básico y tomará su posición tiempo más tarde, es como un castigo por ser tan desastroso como lo era.
—Pero Hanabi me comentó que es muy hábil con la espada y el arco.
—Si, el chico práctica por su cuenta y con... Oh, —sonríe elevando la mano levemente — ¡Caballero Naruto!
El joven rubio vuelve la y su sonrisa se expande mientras avanza con rapidez dando una reverencia a los líderes, al elevar la mirada puede ver detrás suyo a un joven ojiperla qué sonríe levemente y lo saluda elevando un poco la mano.
— ¡Oh! Claro, ¿Qué desean sus altezas?
Ambos se miran curiosos por ese segundo de dispersión del caballero y simplemente ríen con levedad; Gaara avanza posando su mano sobre el brazo del caballero.
—Este es Naruto Uzumaki, él a veces le da clases privadas al pequeño Konohamaru.
—Ya no es tan pequeño, —rie levemente —tiene quince años ahora.
—Oh, mi hermana por igual —sonríe entusiasmada.
—Si bueno, —sujeta su nuca perdido su pose de firmeza —no es por alardear, pero Konohamaru tiene un gran potencial para la lucha... —se inclina entre un susurro a la princesa —Aunque su nivel de aprendizaje deja mucho que esperar, —cruza sus brazos frunciendo levemente el labio —puede ser algo tonto a la hora de seguir instrucciones.
—Oh, lo comprendo —da un asentimiento.
Una leve risa rompe la plática del lugar, los de la realeza se quedan sorprendidos hasta volver la mirada levemente al chico que vuelve a tomar su pose y poner un rostro serio, mientras que Naruto sonríe con tranquilidad riendo levemente.
—Bueno... Por favor, —vuelve la vista a la princesa —disfrute su estadía hasta el día de mi coronación.
—Claro, muchas gracias... —vuelve la mirada a su caballero —Neji, vayamos al patio delantero, me parece que las señoritas Haruno tendrán una fiesta de té.
— ¡Ha, yo los acompañó! De hecho, —ríe apenado —me pidieron que les sirvieran carne, vengo de hacer la orden a los cocineros.
Entre leves risa el grupo de tres sale al patio principal entre una charla dirigida por el caballero rubio que hace sonreír a ambos Hyuga. Al llegar pueden ver la sorpresa de las Haruno que sin borrar sus sonrisas solo dejan de reír para admirar a la princesa; es Sakura quién se levanta a prisa para llegar frente a su nueva amiga y sonreír ampliamente entre el tomar de su mano.
— ¡Venga! Pensé que ya no venías, déjame presentarte a las chicas.
Las Haruno se mantienen sentadas sobre las rocas de decoración, el borde de la fuente o una que otra silla, Hinata sonríe mirando la mano comenzar a girar hacia cada una de las nombradas.
—Y finalmente, Tenten, ella es muy hábil con cualquier tipo de arma, e Ino... Es medio boba —bromea.
— ¡Oye! —ríe divertida.
—Pero además de ser una excelente luchadora sabe un poco de medicina, es una buena médica.
—Mucho gusto, —da una reverencia — ¿Empezamos la fiesta?
Las chicas se miran y entre risas y carcajadas siguen sus charlas, Sakura sujeta la espalda de Hinata para hacerla avanzar hacia las demás mientras el caballero rubio sujeta el hombro de su compañero alejándolo del grupo de chicas hacia la sombra del corredor.
—No tienes que preocuparte, las guerreras Haruno son geniales... Aunque si quiere probar su fuerza puedes pedir luchar con una, cada cual tiene su don con ciertas armas, o... La emperatriz Sakura en fuerza.
—No... —analiza el rostro del chico a su lado —confiaré en tí.
— ¿En mí? —cuestiona divertido para luego rodear su hombro —No hombre, confía en ellas.
Con una sonrisa más tranquila el joven Hyuga volvía la mirada hacia el grupo de mujeres, todas reían a carcajadas y sin tapujos mientras empujaban a la líder Hyuga a unirse en su diversión.
Por el pasillo un Uchiha se detenía cruzándose de brazos mientras mantenía la mirada sobre su pareja y el como aquellos brazos que lo abrazaban durante la noche ahora abrazaban a otro tipo que sonreía cerca de...
— ¿Sasuke?
Bajando los brazos da una leve reverencia hacia el nuevo líder Uchiha que solo ríe entre el despeinar a su pequeño casi hermano.
—Deja esas formalidades, sabes muy bien que tú y yo somos como hermanos.
—Si... —suspira dirigiendo la mirada hacia su pareja.
Dudoso, el hombre seguía la mirada del chico a su lado y una sonrisa crecía sobre sus labios.
— ¿Celos Sasuke?
— ¿¡Qué!? —avergonzado desvía la mirada — ¡Claro que no!
—Pues así mejor, no es necesario, —rodea al chico por los hombros —estoy seguro de qué solo necesitas llamarlo, y al segundo tendrás a tu cachorro Uzumaki moviendo la cola delante de ti.
— ¡No es un cachorro! —expresa enfadado.
—Por tí lo sería.
El azabache bajo la mirada, sabía que eso verdad, no importaba la situación o el momento, ese chico siempre estaría para él, pero... Su interior se contraía en dudas y miedo, en la posibilidad de verlo alejarse al lado de cualquier doncel o doncella.
— ¡Naruto!
Gritó sin pensarlo, el chico volvió la mirada con prisa y su sonrisa creció luminosa como era costumbre. El chico pidió un momento a su compañía y rápidamente se puso en marcha hacia el hombre que llamaba por él.
—Buenos días su alteza Uchiha —da una reverencia.
—Naruto... —giñando el ojo al Uchiha a su lado y solo da media vuelta —Me voy, Izumi debe estar enfadada de qué este tanto tiempo lejos.
— ¡Hasta más tarde! —eleva el brazo con entusiasmo.
Apenas el líder desapareció por el pasillo Naruto volvió su animada mirada hacia su pareja que mantenía la mirada baja entre su inquietud.
—Estas raro últimamente... —sujeta las manos de su pareja mientras inclina su rostro — ¿Ocurre algo? ¿Quieres que vuelva a abrazarte?
El chico no dice palabra alguna y solo da un asentimiento, Naruto suspira y sin dudarlo rodea el cuerpo de su pareja descansando sus manos unidas sobre la espalda baja del Uchiha.
—Esto me está inquietando, estoy preocupado por estos bajones de frialdad... —sonríe.
El chico ríe y golpea el pecho de su pareja —Idiota... ¿Quieres que mejor te ignoré?
— ¡No, no! —sonríe más tranquilo —me gusta el Sasuke que pide abrazos.
El chico sonrío y simplemente rodeo el cuello de su pareja para atraerlo a sus labios. El Hyuga suspiro desanimado y simplemente dirigió la mirada hacia su princesa que estaba más animada junto a las Hyuga.
—Eres algo... —menciona el Hatake —Un poco único, primero odiando a los reinos vecinos y luego... —cubre su boca entre una leve risa —enamorandote de un caballero Subaku.
Con el ceño fruncido el joven vuelve la mirada hacia su princesa y simplemente bufa con enfado.
—Eso no es algo de su incumbencia.
—No tienes el mínimo derecho de decirme eso, —ríe con tranquilidad —faltaste al respeto a mi mujer, a mi gente y mis amigos... Alguien como tú estorba a esta unión.
Sonríe retador — ¿Me está amenazando? Creo haberlo derrotado con la espada.
—Si... No estaba usando toda mi fuerza, eres... Un simple guerrero, qué te hayan dado un título algo grande no quita eso... Tú opinión realmente no interesa Neji Hyuga, eres un simple ciervo bajo las órdenes de aquella dulce chica que es abrazada por mi pareja.
El enfado se hace del joven que da media vuelta hasta tener de frente a aquel hombre, sus miradas se retan; los ojos del Hyuga muestran completo respeto mientras los del Hatake un poco de burla. En la mesa de las damas la Hyuga se levanta preocupada y las guerreras Haruno dejan su charla para acercarse a ambas princesas listas para defenderlas.
— ¿Qué pasa Hinata? Pareces aterrada.
—Neji... No es por hablar de más, pero él es un genio a la hora de la batalla, también es un pensador excepcional cuando se trata de emboscadas o ataques, no es que piense que el líder de los Hatake sea débil... —la mirada de la pelirosa se dirige hacia su pareja con prisa —pero Neji no es de andarse con juegos... Y no respeta mi título.
—Oh, no... Lo lamento, pero no pienso —avanza entre su damas —permitir que un idiota cualquiera intente faltarle al respeto a mi hombre.
Las guerreras bajan la guardia entre una risita cautelosa que hace avergonzar a su líder, Hinata trata de avanzar, pero Ino y Tenten la detienen recargándose de sus hombros.
—No se preocupe princesa Hinata —sonríe arreglando su fleco —ella no siempre actúa sin pensar.
—No será muy agresiva ya que estamos hablando de una persona de otro reino —Dice tranquila Tenten.
La princesa duda más de lo que ocurre y tragando grueso avanza con ambas guerras siguiéndola. Los hombre se retaban, pero antes de que las princesas llegarán Naruto llegó de la mano con su pareja, al cuál soltó apenas vio la tensión del momento; sin dudarlo abrazo por el hombro al Hyuga hasta apartarlo un poco, Neji dejo de fruncir el ceño y tomo calma.
—Por favor, no discutamos emperador Hatake —da una reverencia con sumo respeto —le pido perdón por lo que el guerrero Hyuga haya hecho para enfadarlo, es... —observa al hombre a su lado —un poco corto de mecha, se enoja muy fácil —sonríe ampliamente —es difícil la unión para él así que...
—No sigas, —pide con calma —no tenía deseos de pelear, solo estaba hablando con él.
Con paso tranquilo el Hatake sale al patio hasta rodear el hombro de su pareja, le susurra algo y al segundo elevan la mano en despedida hacia el Hyuga.
—Ese... —retiene sus palabras.
— ¡Oh, Naruto! —rodea su boca con una de sus manos — ¡Iruka quería verte, espero puedas ir pronto al reino!
— ¡Muchas gracias! —sonríe.
Apenas el Hatake invita a ambas princesas para que sigan con su fiesta, Neji gira la mirada al chico que sonríe animado.
— ¿Iruka?
— ¡Oh! —se aparta del agarre —si, así se llama, Umino Iruka...
—Basicamente como su padre, —informa el Uchiha —Naruto es un huérfano de guerra como muchos otros, en su caso fue encontrado por un hombre de los Hatake... Y criado por otro durante un tiempo.
—Si... —rodea el hombro de su pareja mientras se recarga de la baranda —fue a mis cuatro años cuando el maestro de Lee me encontró... Apenas estaba siendo aceptado por lo Subaku, él es un guerrero Hatake al igual que mi padre Iruka.
— ¿Te adoptó?
—Si, a mis seis años dimos un viaje hacia el reino Hatake de dónde él provenía, en ese entonces Lee se quedó en el reino Subaku ayudando con la limpieza de escudos y espadas, estaba fascinado con ser un guerrero, —confieza con una sonrisa nostálgica —al llegar al reino Hatake lo recibieron con mucho cariño y algo de duda, lo habían dado por muerto... Nos quedamos al menos un mes completo, en ese mes conocí a mucha gente, pero... —aprieta los labios para luego suspirar —entre toda esa gente, sin ser presentado, ante mí se presentó un hombre de buen corazón.
—Paso qué —sigue el Uchiha —un ladrón robo a una mujer del reino, Naruto fue un bache, —ríe— un verdadero bache en el camino del hombre, el bolso cayó al suelo y el ladrón huyó... Pero la gente culpó a Naruto sin conocimiento de lo que había pasado.
—Fue entonces que Iruka San hizo su milagrosa aparición, sin dudarlo recibió un puñetazo por mí... Recibió las malas palabras, las quejas, dió un pago, y a pesar de todo me invitó a comer con él... Nos conocimos más a fondo, y al igual que yo, él era un huérfano de guerra.
—Naturalmente algo hizo clic.
—Si... —sonríe hacia su pareja —me llevó con Guy San y luego de una charla decidieron la adopción, por eso mismo nuestra estadía se alargó durante un mes, pero... Aunque la vida en el reino Hatake era increíble y tenía un amoroso padre... Había vivido por dos años con los Subaku, con Lee qué era como mi hermano.
—Prefirío fielmente volver con su primera familia.
—Y aunque soy feliz aquí, la verdad es que hace mucho que no veo a mi padre, estaba algo preocupado con todo lo que ocurrió... Pero las misiones me evitaron el viajar libremente al reino Hatake, y al ser un campesino y maestro promedio él no podía irrumpir en llegadas reales.
—Bueno, —sonríe levemente —al menos ahora podrás ir a verlo con todo más calmado... —recarga sus brazos de la baranda —Y la unión lo hará más sencillo.
Naruto ríe entre un asentimiento —Pensé que te disgustaba la unión.
—Un poco... —observa hacia los tres líderes que comen animadamente —pero sucederá aunque yo no lo quiera, eso la hace feliz... —vuelve la mirada a los azules ojos que le miran —a todos los hace felices.
El chico sonríe permaneciendo a su lado, pero su mirada se aparta con prisa para viajar sobre su pareja que levemente se acomoda a su lado observando al igual que ellos la fiesta llevada a cabo en el patio.
—Naruto.
La llamada del Hyuga hace que ambos vuelvan la mirada dudosos, y sin mirarlos el Hyuga sonríe levemente.
—Tengo una pequeña duda sobre mi habitación.
—Hu... ¿Hay algún problema?
—Si, creo que el baño está mal instalado porque por la mañana se hizo un lío y ahora todo el suelo está...
—No digas más, —vuelve la mirada sobre su pareja —Sasuke, iré a ayudarle con su problema ¿Nos vemos más tarde en la ciudad?
—Si...
Ante esa palabra el rubio toma camino con el Hyuga y aquella plática sobre el problema del baño; el Uchiha suspira y pasando la mano entre sus cabellos negros se atreve a avanzar con dirección a la habitación del Hyuga.
En los establos una joven ríe con entusiasmo mientras ayuda al chico con el apalear del estiércol.
— ¿Qué harías si te lanzo un poco de estiércol?
— ¡Oh por dios, no te atrevas!
Soltando las palas se pusieron en posición dispuestos a tocar el excremento, sus risas salían mientras giraban. Bajo la sombra de un árbol cercano a los establos el segundo hermano tomaba asiento junto a su mano derecha, el joven Inuzuka y su cachorro de gran tamaño que se echaba sobre el pasto.
— ¿No hemos estado muy juntos últimamente?
— ¿Te molesta? —cuestiona entre el poner sus manos tras su nuca y recargarse de la banca.
—No, —acaricia la cabeza de su can —pero... Tu coqueteó es algo pasado de moda.
— ¡Ja! ¿Pasado de moda? —lo mirá con diversión.
—Oh, claro que lo es, Señor vas a ser mi mano derecha y te cargaré de trabajo para que permanezcas a mi lado todo el día.
—Y luego te invito la cena y el almuerzo para compensar el trabajo, claro que también... —descansa su brazo sobre los hombros del guerrero —te complazco con mi dulce y carismática presencia.
— ¿O si? ¿No es molesta y nerviosa presencia?
Entre su jugueteo ambos se acercan al contrario hasta estar a centímetros del rostro ajeno; tragando grueso analizan el rostro contrario y los labios que podrían tocar con solo dar un paso al frente.
— ¡Mierda!
— ¡Cuidado!
Al volver la mirada ambos hombres terminan lanzándose de pecho al suelo, sus miradas sorprendidas suben con algo de enfadó hacia los chicos que simplemente se contraen sobre si mismos como si esperarán un golpe. Los hombres suspiran y de pronto ven a los chicos extender los brazos con una cara de miedo intensa. Sobre suyo cae una gran cantidad de excremento fresco.
— ¡Kono... HAMARU!
— ¡MIERDA! ¡ES MIERDA MALDITA SEA!
El castaño intenta quitarse el excremento del cabellos mientras Kankuro se levanta hecho una furia y quitándose la mayor de excremento sigue su camino con zancadas que aterran a los jóvenes. Hanabi sonríe y simplemente toma al chico de la mano para salir corriendo junto a él.
— ¡Vengan aquí pequeños demonios!
— ¡Akamaru, no te alejes así de mí!
El can se echaba por momentos para cubrir su nariz ante el fuerte olor mientras Kiba lloraba amargamente quitando el excremento de su cabello, pero su furia de pronto lo hizo levantar, con paso rápido alcanzó y superó la carrera del tercer príncipe qué aunque sorprendido solo sonrío y al segundo siguió en la carrera por atrapar a ambos chicos.
En la habitación del Hyuga Naruto salió del cuarto de baño algo dudoso, rascando su nuca subió la mirada hacia el Hyuga que había soltado su coleta bien peinada y ahora tenía el cabello suelto junto a una bata cómoda.
—Ahí dentro no hay ningún desastre... —ríe incómodo —Quizá alguien se dió cuenta y vinieron a arreglar, después de todo hacen limpieza por la mañana.
—Um... Si eso está arreglado, ¿Puedo pedirte otro favor?
Los ojos azules del hombre duraron sobre la puerta y luego sobre aquel chico que sonreía cálidamente mientras arreglaba su bata de ceda.
— ¿Qué ocurré?
—Mi hombro, —sujeta con dolor la parte del cuerpo que dolía —ha estado molestando desde la pelea con el líder Hatake, creo qué... —sonríe apenado acomodando sus castaños cabellos detrás de su oreja —quizá si me sobre esforcé para vencerlo, solo un poco.
El rubio ríe levemente —Si, bueno... —observa de reojo la puerta —el líder Hatake ciertamente es alguien fuerte.
— ¿Podrías darme un masaje? —baja levemente su bata dejando ver un hematoma.
—Uy... Se ve algo grave, quizá... Creó qué será mejor decirle a un doctor o masajista profesional.
El rubio toma camino a la puerta, pero de pronto aquel joven lo detiene por el brazo.
—No me gusta que los extraños me toquen o vean mi piel, normalmente hacen comentarios que me ponen incómodo... ¿No puedes hacerlo?
Al ver la indecisión del joven, el Hyuga sube su bata vencido y cabizbajo.
—Esta bien, lo entiendo, entonces... —suspira Sujetando el área herida —supongo que tendré que esperar a que nos vayamos en tres semanas, en casa la gente masajea en silencio.
—Um... Tres semanas es mucho, si lo dejas así podría volverse peor...
Detiene sus palabras admirando el blanco rostro que mantenía una sonrisa frente a él, negando vencido avanza.
—Vamos, acuéstate... Supongo que tendrás alguna loción por aquí...
—Si, es medicinal de hecho, —toma asiento en la cama bajando su bata y hatandola a su cintura —siempre la llevó conmigo cuando salgo del reino Hyuga.
El chico asiente mirando al joven levantarse levemente para después recostarse boca abajo. Inhalando profundo avanza hacia la cama, limpia sus manos con agua de una vasija y sube a horcajadas, su mirada encuentra el líquido que debía poner, y apenas lo vierte en la espalda blanca del hombre... Puede ver una sonrisa dirigirse a él.
—Voy a... Empezar.
—Si, adelante.
Suavemente cayeron sus manos sobre aquella espalda, y luego de suspirar, el chico comenzó a frotar sobre la tersa piel hacia el hombro; las palmas se extendían y sus dedos se contrarían sobre el músculo mientras el Hyuga suspiraba de manera relaja.
—Eres bueno con los masajes... —ríe levemente — ¿Has pensado en ser profesional?
—Hu... —ríe —creo que no, lo mío es más la brusquedad.
—Vaya, que sinceridad.
—Si bueno, el luchar no es algo de lo cual avergonzarse.
—Mm-Mm lo comprendo.
—Sé que hay gente a la cual no le gusta, —comenta más relajado —pero luchar es increíble, la adrenalina corre por tus venas a la hora de empuñar tu arma en práctica... La idea de derrotar a alguien que haga daño es... No lo sé, te llena de algún modo, no solo estás tomando un arma para jugar, lo estás haciendo para proteger a tu gente.
La charla siguió por un tiempo, el masaje acabó y ambos chicos estaban sentados cerca de la gran ventana mientras platicaban profundamente sobre cualquier cosa que se les viniera en mente. Poco a poco el Hyuga se acercaba al caballero qué simplemente seguía con la plática muy animado; historias de la niñez, de la adultez, de conocidos.
Sasuke suspiró con el corazón en mano, y totalmente derrotado dió un paso para alejarse de aquella habitación donde solo se escuchaban risas y una buena plática. Pero su andar se detuvo, no solo por los gritos que se dirigían hacia él, sino que también por su necesidad de tener a aquel chico cerca suyo.
— ¡Corre Konohamaru, ya vienen! —expresaba agotada y preocupada.
— ¡Ki... Kiba al frente!
Los chicos se detuvieron abruptamente mirando en ambas direcciones de las cuales venían los gritos y olores fuertes. Sasuke cubrió su nariz y sin dudarlo abrió la puerta de golpe apuntando a ambos chicos una salida mientras él se escondía detrás de la pared. Los jóvenes sonrieron victorioso y con un andar rápido entraron a la habitación sorprendiendo a los hombres de adentro cuando saltaron a la cama para salir por la ventana.
— ¡Oye! —grita enfadado Kiba.
El Uchiha se encogió de hombros y simplemente señaló la dirección tomada por los chicos; entre un gruñido de enfado Kiba se adentro brincando sobre la cama y dejándola manchada con excremento, Kankuro fue el siguiente en entrar y al dar el salto de salida dejo caer excremento que aún había en su cabello contra los hombres de la habitación.
— ¡Lo siento estirado!
— ¿¡Qué!? —expresa con asco.
— ¡Tercer príncipe! —se ponía de pie yendo tras ellos — ¡Nos vemos más tarde Neji!
— ¡Recuerda que casi somos familia, llámame por mi nombre!
— ¡Muy bien! ¡Vamos por esos chicos revoltosos Kankuro! ¡Mostremos nuestra juventud!
Entre un grito de guerra chocaron los puños y se dividieron los caminos. Neji frunció el entrecejo confundido y simplemente gruñó con enfado levantándose de la cama que ahora tenía suciedad igual que su cuerpo.
—Es molesto verte coquetear con mi pareja.
En la puerta el Uchiha se mantenía de brazos cruzados mientas admiraba al Hyuga que fruncía el ceño con asco mientras él mantenía su rostro frío.
— ¿Quién coquetea?
—Tú.
Sonríe — ¿Qué pruebas hay? Es solo tú imaginación Uchiha.
—No bromees, —adentrandose frunce levemente el ceño —Naruto es una persona atractiva y guapa, encantadora a la hora de hablar, amistosa, —empuja el pecho del contrario con su índice —tú en cambio eres mucho más idiota que yo, una... —observa la suciedad en el pecho contrario —mierda irrespetuosa, algo que ni siquiera yo soy. —sonriendo retrocede un paso —No me importa lo qué estás intentando, no lograrás nada con él, porque Naruto me ama y eso no va a cambiar por un idiota de linda cara.
—Podemos apostar si es lo que gustas —sonríe ampliamente.
—Sinceramente, púdrete.
Sin más el chico se pone en marcha lejos de esa habitación. El Hyuga ríe levemente y lo sigue hasta detenerse en su puerta.
— ¿Qué pasa Uchiha? ¿Esa confianza es fingida? ¿No confías en una lucha contra mi atractivo? Es normal, soy muy apuesto a comparación de tí... Eres tan simple... —borra su sonrisa —Y molesto.
—Cuándo no te ceden lo que quieres siempre es molesto.
Sin volver la mirada se adentra en la habitación dejando que la Hyuga se adentré detrás suyo.
— ¿Qué haces Neji? Basta de estos juegos por favor, estoy cansada de este comportamiento... Creéme, preferiría dejarte el trono, pero padre no lo permitirá hasta el día que muera... Soy de la primera rama, es la costumbre.
—La costumbre es estúpida, no tienes los atributos para convertirte en emperatriz, eres débil y blanda... Perdonas vidas que no deben ser perdonadas, permites que te traten como un simple trapo sucio arrojandote al lado apenas alguien está en desacuerdo contigo... El reino Hyuga se vendrá abajo contigo al mando.
— ¿Y qué? Ese será mi problema, no tuyo.
Sonríe incrédulo mirándola de frente —No quieras comportarte como una adulta Hinata, no lo eres, solo eres una princesa consentida.
—Una princesa consentida que ha estudiado día y noche, qué ha entrenado con los mejores, qué ha desarrollado buenas ideas de comercio y expandido el reino Hyuga sin siquiera tener la corona principal en la cabeza —eleva el mentón con firmeza —y claro... Una princesa consentida amarrada al casamiento con un idiota.
Sonríe — ¿Creés que yo estoy feliz con eso?
—Obviamente no, si estás coqueteando con un guerrero Subaku. Y pensar que Neji Hyuga, el firme seguidor de las normal Hyuga... Está rompiendo la regla principal entre las primeras ramas.
—Contigo al mando paso a ser menor a la segunda rama.
—Seras mi esposo Neji, nuestros hijos serán de la primera rama.
El silencio se hace de la habitación mientras el Hyuga quita las sábanas manchadas dejándolas aún lado.
—Da igual, ésto que estas haciendo no es enserio... Simplemente estás en contra de mi coronación, te estás revelando al casamiento... Y aunque me hace feliz, el hecho de que estás irrumpiéndo en una relación ajena es un serio problema, no para mí, para ellos... Solo déjalos en paz, yo hablaré con mi padre el llegar, tampoco quiero esta boda.
La Hyuga sale de la habitación entre un suspiro, y en el interior el hombre cubre su rostro con ambas palmas para dejarse caer sentado, su mirada sube hacia la puerta donde aquella chica había salido, y un suspiro escapa de su boca. No estaba jugando con el chico rubio, de verdad le gustaba. Pero... Había algo más que no le había dicho a nadie.
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