Capítulo 18.- Muerte.

Editado: 04/03/ 2021

Muerte.

Entre su cansancio y respiración pesada, Lee se encontraba llegando al palacio central de los Subaku con un pelirrojo desmayado en sus brazos. Deteniéndose miraba a los refugiados del reino Uchiha tapar el paso hacia el palacio central, inquieto y exhausto buscaba con desespero por donde ir y que hacer, su mirada viajaba desde el chico en sus brazos y la gente, hasta que se encontró con una mirada llena de pánico dirigida hacia él; los susurros llenan el lugar y Kankuro abre la boca sin palabras, dejando de lado lo que tenía en mano salía corriendo en su dirección mientras observaba al joven pálido que sostenía aquel azabache en sus brazos.

— ¡Hagan espacio! —exige a los refugiados — ¡Muévanse! —hacia espacio creando un camino por el cual ir — ¿¡Qué demonios paso Lee!?

—Cambio su plan... —Dice a prisa admirando la apenas visible respiración del chico —intento enfrentarse por su cuenta al emperador Fugaku... entonces solo me dijo que comenzó a doler... —lo mira aterrado.

—Diablos... —musita.

Con prisa abre las puertas de par en par dejando pasar a Lee hacia la sala de medicinas, el azabache acuesta a su pareja con sumo cuidado en la cama mientras el castaño comienza a buscar entre las medicinas la correcta para su hermano, al encontrarla corre en dirección a Lee diciéndole que la pase de su boca a la de su hermano para que el menor pueda beberla, el azabache asiente y sigue las instrucciones con prisa.

—Este tonto —musita preocupado sentándose al lado de ambos.

Lee suspira al terminar de darle la medicina, y tomando asiento acaricia el rostro de su pareja para luego tomar su mano y dejar caer su frente contra el cuerpo del pelirrojo, encogiéndose lleno de arrepentimiento.

—Debí intentar con más fuerza de detenerlo...

—No es tu culpa, —exhala un suspiro acariciando la mejilla de su hermano —Gaara es necio, Temari y él sacaron eso de nuestro padre... son taaan necios —sonríe encontrándose con los ojos del azabache —aunque fueras tú, te lo aseguro, él definitivamente iría contra el maldito ese... —exhalando un suspiro se pone de pie sujetando su nuca —aun así, gracias por traerlo cuanto antes, y... deberías de venir para contarle a mis padres la situación con los Uchiha.

El azabache asiente, pero su mirada vuelve al chico pelirrojo con nerviosismo.

—Si, tienes razón —sonríe a lo bajo —será mejor que vaya a buscarlos —informa el castaño —ahora vuelvo.

Apenas Kankuro salió de aquella habitación, Lee se levanto con el miedo en la mirada y tomando la mano de su amado depositaba un beso en ella para luego acercarse a su mejilla y hacer lo mismo, Exhalando un suspiro el chico se metía a su lado en la cama acurrucándose contra su cuerpo como la primera vez que lo vio caer en un estado similar.

La lucha ya se veía ganada, el equipo de Temari avanzaba alegre de su victoria para combatir al lado del equipo que había tenido mas problemas desde el inicio; Ino y Sai seguían luchando con suma seriedad y con cada hora que pasaba sus movimientos se volvían aun mas sincronizados para ir contra sus enemigos y luego cambiar con el enemigo del contrario entre una danza llena de confianza; Sakura avanzaba junto a sus chicas mientras Kakashi seguía masacrando a los Uchihas con todo el odio que tenía en su cuerpo, los guerreros Subaku y Hatake se apoyaban entre si llegando por fin al ultimo punto de batalla donde se encontraban los últimos Uchiha en pie, aunque exhausto y heridos, aun siendo una menor cantidad, esos hombres no se rendían y cuando podían herían a los contrarios. Chouji y Naruto dirigían al último grupo así que con prisa notaron la unión de los demás grupos; Temari se acercó hacia la guerrera castaña de coletas que había conocido en el reino de mujeres.

— ¿Has visto a Lee? —cuestiona entre su pelea.

—Surgio un problema, —informa —se han tenido que retirar hacia el reino Subaku.

Tomando una cadena de entre sus ropas, la guerrera brincaba hacia una caja obteniendo la mirada dudosa de la rubia a su lado, Teten rápidamente lanzo la cadena rodeando el cuello de un enemigo con ella para luego jalarlo hacia ella, poniendo fuerza comenzaba a ahorcar al sujeto mientras miraba de reojo a la rubia.

—El tercer príncipe no parecía tener heridas, pero estaba desmayado cuando Lee paso a pedir indicaciones a Sakura.

La pelirosa se hace presente cortando el brazo de un hombre que tenia pensado atacar a la rubia de coletas, con algo de sorpresa por la sangre que había salpicado, Temari regresaba la mirada y enseguida empuñaba su arma siguiendo con la lucha.

—No podíamos hablar tan profundamente del tema, pero solo parecía un desmayo, —informa tranquila —tu hermano debe estar... —patea el estomago de su rival —bien. —sonríe clavando el arma en la cara de su adversario.

Temari devuelve la sonrisa hacia aquella chica y entre su preocupación vuelve a la lucha contra los Uchiha.

—Solo nos queda esperar que sea así.

Algo agotada, Sakura suspiraba contra un cadáver y se levantaba atando con más fuerza la soga de su blusa improvisada, pero apenas sube la mirada tomando un respiro de descanso puede notar la mirada furiosa de un peliplata que extrae su arma del estomago de un enemigo, su vergüenza la hace bajar la mirada mientras su corazón se agita con culpa, y para despejar su mente vuelve la concentración al campo de batalla. Naruto se distrae por decima vez causando que casi lo maten, de no ser por Chouji que lograr parar la espada del Uchiha y lo hace retroceder con el empuje del arma.

— ¡Naruto! —Dice con enfado — ¡La mente en la batalla! ¡Han matado a cinco y tú sigues perdiendo la concentración! —las armas chocan y de un nuevo empujón hace retroceder a su rival.

De un solo movimiento deja a su rival ahogándose con su propia sangre mientras se gira decepcionado por la poca intención que el rubio ponía a sus palabras.

— ¿Qué buscas? —expresa rendido inspeccionando que nadie más los ataque.

—Sasuke, ¿No lo has visto? —pregunta preocupado.

Chouji frunció el ceño, pero de pronto empuja a Naruto aun lado haciendo avanzar su espada sobre un enemigo que trataba de herir al rubio, con un rasguño en su costado Chouji corta la cabeza del hombre frente a él.

—Hace tiempo que fue al palacio, debe estar enfrentándose a su padre —notando la preocupación de su amigo se acerca sujetando su hombro —Oye, no sé qué relación tengas con él, pero si vas a seguir tan perdido en esta lucha —observa de reojo sus alrededores —es mejor que pierdas la vida haya donde no puedo verte, que aquí a mi lado.

Entre una sonrisa divertida, Naruto asiente comenzando su camino lleno de ánimos hacia el interior del palacio central, evadiendo un arma el rubio se deslizaba por el suelo causando la risa de Chouji, el pelirrojo avanza con prisa deteniendo al hombre que iba por su amigo. Al entrar al castillo se puede observar el cansancio de una lucha incesante, Sasuke respiraba con agitación mirando de reojo las heridas en sus brazos y piernas sin apartar por completo su atención de hombre con el cual luchaba, por su parte Fugaku a duras penas se mantenía en pie ante los cortes que adornaban su cuerpo; con una sonrisa el azabache mayor subió la mirada hacia su hijo mientras quitaba el exceso de sudor de su rostro.

—Parece que te entrene bien, o... —avanza con la espada en alto —quizá solo he envejecido... —ríe apretando su agarre — ¡Debe ser eso!

Con toda la presión de su cuerpo logra lanzar a su hijo al suelo, el azabache abre los ojos con pánico percatándose de la distancia de su arma, y con el terror pintado en el rostro volvía la mirada hacia su padre tragando saliva ante su inminente final.

—Mamá... buscaba lo mejor para todos, para su gente y para quiénes no lo eran... —su mirada se cristaliza —Itachi solo quería elegir por si mismo a quien amar, y yo también.

El emperador sonríe mientras apunta su arma al pecho de su hijo, el azabache menor ni se inmuta, y eso sorprende al emperador que sin querer deja escapar unas lagrimas ante el odio obtenido por los ojos de su hijo.

— ¡Sasuke! —lanza su espada.

Con sorpresa el azabache sujeto la espada clavándola en el estomago de su padre antes de que si quiera el hombre pudiese reaccionar, escupiendo sangre, los ojos de Fugaku se posaban sobre su hijo mientras caía de rodillas envuelto en dolor... el menor parecía triste y adolorido por matarlo, pero también sonreía levemente, Fugaku lloro sin más al verlo.

—Yo lo sé... Sabia que ella... —tose sangre inclinándose sobre el suelo —quería... lo sabia y aún así... —más sangre desborda de sus labios —Lo siento.

La mirada de su padre sube llena de remordimientos, y sin saber como actuar Sasuke retira la espada rápidamente, levantándose el chico miraba con terror la escena de su padre muriendo, y con sus temblorosas manos sujetaba su espada elevándola; de un solo golpe preciso degolló a su padre para evitarle mas sufrimiento, y mordiendo su labio observa entre sus lagrimas la escena de su padre muerto... de la sangre carmesí manchando el suelo... la sonrisa que se mantenía sobre ese rostro sin vida.

—Na... Naruto —soltaba el arma retrocediendo con torpeza —Na... Naruto —sollozaba tembloroso.

Al girarse se encontró frente a su pareja, Naruto le miraba en pánico y totalmente destruido con lo hecho, mientras las manos del azabache se aferraban a las ropas de su pareja, este suspiraba aliviado abrazando al chico que temblaba con dolor. Un buen rato pasa para que ambos salgan del palacio con un saco ensangrentado, todos los que aun peleaban volvían la mirada hacia la entrada del palacio notando lo que los Uchihas temían; soltado la bolsa, Sasuke los dejaba ver la cabeza de su líder rodar por las escaleras, esos largos cabellos negros ahora teñidos de un carmesí obscuro. Sasuke avanzo tomando una profunda respiración.

—Se... —los mira directo — ¡Se muy bien que ustedes son los grandes seguidores de mi padre! ¡Qué creían que él tenía absoluta razón en su pensar! ¡Pero esto no acabará en mas derramamientos de sangre! ¡Los reinos se han creado de la guerra!

Los líderes de los otros imperios se acercaban al lado del Uchiha sujetando su cuerpo en señal de apoyo a su palabra y perdida.

— ¡Pero ya es tiempo de terminar eso! —la rubia sonríe a todos — ¡Iniciemos ahora, no más muertes! ¡No más guerra!

— ¡Las ideas de su líder estaban podridas por el rencor! —menciona la pelirosa — ¡Pero ésta puede ser nuestra última lucha! —sonríe — ¡Les pedimos dejen sus armas en el suelo si es que quieren ser parte de un imperio mucho mejor!

Todos los Uchihas se miraban dudoso sin saber que elección tomar, algunos se aferraban a sus armas con mucha mas fuerza, mientras otros ya dudaban al punto de casi soltar las espadas repletas de sangre sobre el suelo.

— ¡Sus familias estarán seguras! —añade el peliplata ante la duda — ¡Su propio pueblo se encargo de ello! ¡Sus familias están a salvo!

Ante aquellas palabras y sus recuerdos, algunos hombres soltaban sus espadas mientras otros las empuñaban dispuestos a herir a mas gente, pero los arqueros no permitieron eso y rápidamente terminaron con la vida de muchos guerreros; los dos príncipes y reyes bajaban la mirada ante los muerto no dispuestos a mejorar.

—Nuestro pueblo se cansó de vivir el odio, —termina de decir —El reino Uchiha estará sin emperador porque yo... renuncio a mi título, y... dejaré en el cargo a nuestro hombre de más confianza —sonríe por lo bajo —Shisui, sube por favor.

Aun ante su sorpresa, el azabache hace caso a la petición yendo al lado de aquel chico y le dirige una sonrisa antes de inclinar la cabeza con respeto.

—Vamos, —sonríe amistoso sujetando su hombro —La cabeza arriba nuevo emperador, y pongamos esto claro... —los mira a todos — ¡El imperio Uchiha abrirá sus puertas mientras el proyecto de un gran imperio esta en marcha! ¡El imperio Subaku ya ha creado un tratado de paz que firmaremos dentro de... —observa a Temari!

— ¡Dentro de cuatro semanas... hasta que reparemos un poco el daño de este lugar, y de nuestra confianza! —sonríe algo avergonzada.

Sasuke asiente — ¡Firmado ese tratado, Shisui proseguirá explicándole a todo nuestro pueblo los puntos clave del mismo, las haruno nos van a brindar telas y alimentos por lo perdido! —la pelirosa asiente con una sonrisa — ¡Y los Hatake nos brindaran su fuerza para que nosotros les brindemos nuestra lealtad!

Los hombres no parecían inconformes, pero aun tenían ciertas dudas sobre su futuro, uno de ellos se decidió a avanzar levantando la mano para hablar, Sasuke sonríe más tranquilo haciendo señas a su sucesor para que le de la palabra al hombre.

— ¡Si! Haa... —comenta nervioso —lo siento, ¿Qué es lo que te causa inconformidad?

—Mas que inconformidad... —su mirada se dirige al príncipe anterior —Príncipe Sasuke... —el pelinegro sube la mirada — ¿Qué será de usted?

—Oh... —musita por lo bajo —Estoy... planeando irme lejos de todo esto, viajar... pero por el momento estaré quedándome en el reino Subaku.

El hombre baja la cabeza comprendiendo sus palabras, y esta vez es un joven guerrero Uchiha el que avanza quitándose el casco.

— ¿Y nosotros podemos viajar a los otros imperios o... seguirán desconfiando de nosotros?

—Yo... —Sakura da un paso adelante —No es que desconfíe de ustedes que han decidido soltar sus armas, pero en mi reino tenemos una pequeña regla contra la entrada de los hombres que no creo que sea buena levantar hasta que la construcción del nuevo imperio termine... —se encoge de hombros apenada —son reglas de nuestra fundadora, y ahora que ella se encuentra bien —niega.

El hombre asiente y dirige la mirada al peliplata que sorprendido asiente —El reino Hatake siempre ha tenido las puertas abiertas para quiénes se quieran acercar.

El joven sonríe aliviado y esta vez mira hacia la rubia que por igual asiente — ¡Mm! Son libres de visitarnos, aunque debo advertirles que nuestro rey es un poco especial... y quizá necesite tiempo para no verlos con malos ojos después de que nos declararon la guerra y pensaban robarnos a mi hermano menor.

Algunos guerreros comienzan a reír divertidos y a conocerse entre ellos, los Uchiha comienzan a alabar las habilidades de las Haruno mientras por fin los líderes pueden descansar mirándose con una sonrisa, Temari suspira aliviada mirando al azabache que se encuentra a su lado.

—Gracias... y lamento que tuvieras que acabar con la vida de tu padre por tu cuenta.

—Y yo lamento que él... de algún modo lastimara a Gaara —expresa apenado.

—De hecho, Gaara ha tenido una salud frágil desde pequeño... poco a poco sus males fueron desapareciendo, pero uno de ellos se quedo en su cuerpo, su corazón es muy débil... —sonríe levemente —pero aun así tuvo la fuerza para venir y enfrentar esta guerra.

El azabache sonríe levemente entre su asentir. Con la mirada gacha Sakura se mantiene en silencio y nerviosa por el odio que aun tiene en el rostro su pareja, pero Kakashi ignora esa mirada y simplemente avanza a sus hombres pidiéndoles que comiencen a juntar los cuerpos y cavar tumbas, todo el mundo comienza a movilizarse con más calma en el aire, pero aquella chica se mantiene atrás, abrumada, cubriendo su herido cuerpo; apenas Temari se aparta para hablar con su pareja y Naruto se lleva a Sasuke, Kakashi se acerca a aquella chica con pasos lentos y pesados mientras su rostro muestra una tristeza profunda que hace bajar aun mas la mirada jade de la chica.

—Yo... lamento mucho no haber podido protegerte —confiesa con la voz hecha un hilo —Fui un inútil por no poder protegerte... debí, debí saberlo... debí intuirlo y simplemente... —aprieta sus puños desviando la mirada —yo...

Con lagrimas en los ojos la pelirosa miraba las lagrimas escapar de esos ojos siempre serios y tranquilos, sin palabras se aferro a su caballero uniéndose en aquel cuerpo que la hacía sentir tan tranquila al sostenerla, el hombre se aferra con fuerza a su chica dejando caer su rostro sobre los cabellos rosa de ella.

—Yo soy quien lo lamenta, ni siquiera pude... —comienza a llorar —tratar de pedirte ayuda, fui tan... estúpida —se aferra con mas fuerza.

El peliplata lloraba sujetando a aquella chica mientras sus dedos viajaban por las heridas en su piel de porcelana, abrazándola con fuerza cierra los ojos tratando de olvidar aquellas marcas. En una esquina del reino dos jóvenes se encontraban en total silencio, Naruto suspiraba apenado mirando como su pareja suspiraba con inquietud y una mirada triste.

—Yo... —un leve mareo casi le provoca caer.

— ¡Cuidado! —lo sujeta con prisa —Sasuke, —se arrodilla abrazándose a la cintura del azabache —se que fue duro, frente a mí no tienes que preocupare por aparentar estar bien.

El azabache observa el rubio cabello de su pareja y exhalando un suspiro acaricia aquellos cabellos mientras sus lagrimas comienzan a fluir, entre sollozos el chico cubre su rostro causando que su pareja se ponga de pie y lo cuide entre sus brazos.

—Lamento mucho que tuvieras que hacerlo tú... yo debí haber llegado antes... yo te dije que no te dejaría solo, pero aun así...

—No, —limpia sus lagrimas subiendo la mirada —Bueno... gracias, si no fuera por ti que llegaste en ese momento yo sería... el que estuviera muerto, y esta lucha estaría perdida... —sonríe entre sus lagrimas —además... fui yo quien huyó de ti —lo atrae a sus labios —pude haberte advertido a donde iba, pero... quería hacerlo... quería acabar con todo de una vez por todas... que él muriera en mis manos... en mis manos, no como... no como Itachi que murió en las manos de un desconocido.

Los ojos azules se mantienen sobre aquel rostro dolido mientras delicadamente sus manos limpian aquellas mejillas llenas de lágrimas, el Uchiha sonríe con calma en la mirada sabiendo que al menos seguía vivo.

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