Capitulo 11.- Infiltración

Editado: 31/ 01/ 2021

Infiltración.

El medio apenas caía sobre el reino y dentro del palacio los Príncipes descansaban antes de embarcarse en una nueva guerra, tenían que lograr todos sus planes en la primera semana, y luego... si con suerte los reinos vecinos aceptaban el trató, tendrían que avanzar contra el imperio Uchiha. Con toques delicados la primer princesa acariciaba los cabellos rojos de su hermano menor que tranquilamente descansaba sobre el vientre de ella; todos se encontraban preocupados, las pequeñas luchas eran normales, leves enfrentamientos y detención de ladrones además de algunos traicioneros, pero... una guerra... eso era un tema distinto, derramamiento de sangre por Ley, y era algo con lo que esos tres príncipes debían luchar aunque no quisieran. Soltando un suspiro todos se miraron y sonrieron al instante por tal acción repetida, esta vez ellos se encontraban muy cómodos, sus ropas eran mucho más sencillas que lo usual, no tan pomposas ni elegante, simplemente se mantenían en pequeños batas disfrutando los últimos días de paz; Temari apenas cerraba los ojos ante el nuevo peinado que le hacía a su hermano menor cuando el sonido melodioso de un Laúd inundó la habitación, la primer princesa y el tercer príncipe subieron sus miradas plagadas de sorpresa hacia el hermano del medio, ese chico que normalmente no era de tocar para otras personas, de hecho odiaba hacerlo fuera de su habitación.

Incorporándose entre los cojines, ambos sonreían ante la tranquila pero melodiosa música que llenaba la sala, y simplemente se dejaban envolver pensando en todo lo que había ocurrido y lo que ocurriría a futuro mientras aquella melodía se volvía cada vez lenta y triste causando que sus sonrisas se desvanecieran por momentos, Kankuro suspiró dejando de mover los dedos y abriendo los ojos posó la mirada sobre sus hermanos.

—Ayer... —pronuncio algo fuerte —Me sorprendió ver a nuestros padres tomados de las manos.

La princesa sonrío tomando el hombro de su hermano menor —Es verdad, ¿Qué ocurrió en nuestra ausencia, Gaara?

El joven bajo la mirada y sonriendo se giró levemente hacia la mayor —Al parecer... Nuestro padre quiso que presentará a Lee con mi madre, nos mandó a tomar el té juntos y él llego con nosotros para el almuerzo, de pronto tomo la mano de nuestra madre y la beso, dirigió palabras de tranquilidad a la gente del lugar y entonces solo tomo asiento a nuestro lado... —Decía con la vista al suelo y una sonrisa que se dirigía a sus hermanos —Nunca lo había visto así.

—Es extraño —pronunciaba divertido el segundo príncipe.

Todos se miraron con una sonrisa, la primer princesa podía notarlo... desde que el Uchiha llego su padre no parecía de acuerdo con la idea del matrimonio, no se veía tan entusiasmado con la idea como la primera vez que se los dijo, ahora parecía molesto; y quizá era verdad que lo estaba, quizá todo lo del inicio había sido una trampa para hacerla tomar el trono, después de todo, aquel día.... Alguien le había pasado el mensaje de que el príncipe había sido llamado por el emperador; dudosa fruncia el ceño con tal idea, pero todas sus dudas se disiparon cuando su hermano menor la tomo por la mano.

— ¿Podrías contarnos la historia de nuestros padres? —preguntaba con dulzura y entusiasmo en la mirada.

La joven se vio sorprendida, pero solo asintió hacia ambos. Kankuro era muy pequeño en ese entonces como para recordarlo, y Gaara... el pequeño Gaara apenas y aguardaba en el vientre de su madre por nacer. La joven volvió a tomar los cabellos de su hermano acariciándolo con cariño mientras el mayor se acomodaba sobre un cojín con las manos en la nuca en espera de la historia, la historia de cuando todos ellos nacieron de un hermoso amor.

—Bueno —sonríe —Hace mucho tiempo atrás, un tanto después de la guerra, cuando aún se luchaba por espacios entre reinos... un joven caballero —bajo la mirada —Un joven caballero hijo de un hombre que era miembro de la corte del antiguo emperador fue embarcado en la pelea por el espacio para el imperio; nuestra madre decía que ese hombre tenía una mirada dura y luchaba con fiereza derramando sangre al paso de su espada... Aunque en silencio... —se acerca al oído de su hermano —Ese hombre ayudaba... —erguida los mira a ambos —a aquellos que no tenían que ver en aquella lucha, mas claramente los pequeños pueblos de campesinos que estaban entre medio de todo el caos. El emperador de ese entonces era sumamente desalmado, no le importaba que vida se quitara del medio con tal de conseguirlo todo... cientos de guerreros perdieron la vida por ese hombre, y en cada batalla que el joven pelirrojo de mirada fría peleaba, era normal que al menos una vida se salvara —observa la sonrisa de sus hermanos —Nuestros padres se conocieron durante una pelea en el pequeño poblado de madre, los abuelos y todos los campesinos estaban durmiendo cuando todo ocurrió... prendiendo fuego a las cabañas los ejércitos se abalanzaron sobre nuestro ahora imperio comenzando el ataque, en ese entonces este lugar era el más grande por eso atacaron tan cruelmente, pero bueno... tristemente los abuelos no lograron salir ante su avanzada edad, el tío Yashamaru se encontraba tratando de evacuar a toda la gente con seguridad... y nuestra madre estaba siendo torturada por el grito de dolor de nuestros abuelos, estaba destrozada delante de aquella casa mientras su mente vagaba en todos aquellos ruidos que llenaban el lugar, el blandir de espadas, los gritos por doquier, llantos y el olor a carne y sangre, entre lágrimas nuestra madre miraba el desastre a su alrededor cuando sintió el toque firme de una mano en su brazo que la atraía al pecho de alguien, el ruido de la espada enterrándose en algo y aquella voz ronca que se posaba sobre su oído "No veas" Cuando por fin ese hombre la soltó, ella se alejó sorprendida y avergonzada, su mirada se clavó sobre aquel rostro de roca sin sonrisa alguna mientras nuestro padre por igual la mirada manteniendo su espada llena de sangre en mano —ríe —a veces quisiera escuchar esta historia por boca de nuestro padre —sus hermanos ríen levemente sin poder imaginarlo —Bueno... una leve sonrisa logro cautivar a nuestra madre, y sin si quiera mirar...

—Él mataba a los enemigos con total facilidad —abría los ojos con una sonrisa.

—Y ella... —completa el pelirrojo —quedo encantada ante la magnificencia de ese hombre —con una sonrisa abraza un cojín.

—Si —ríe levemente —Las semanas pasaron luego de ayudarla a escapar de aquel derramamiento de sangre sin siquiera decirle palabra alguna, y un día, en las cercanías del reino había un lago... ahí se volvieron a encontrar. Para ese entonces el emperador estaba enfermo de poder, el reino estaba en plena construcción y el emperador aun deseaba más... en un arrebato de poder mando a todos sus caballeros para recorrer los alrededores del reino en busca de las más preciosas damicellas para su reino, nuestro padre al ser hijo de alguien de confianza fue puesto en esa misión, él no quería, pero debía hacerlo pues para ese entonces todo el parlamento ya tenía algo en mente para quitar el trono al emperador, y para ello... necesitaban que alguien pasara por lo bajo hasta poder posicionarse tras ese hombre sediento de poder. Esa vez en el lago un joven caballero bajo de su corcel y avanzó hacia nuestra madre que sorprendida solo pudo mirarlo con una leve sonrisa...

— "¿Eres la chica... de la otra vez?" Le dijo nuestro padre "¿Cómo entraste aquí?" —pronunciaba con una sonrisa tocando levemente las cuerdas de su instrumento.

—Y dudosa nuestra madre le contestó "En nuestra búsqueda por salir del campo de batalla mi hermano pidió un favor a un conocido del nuevo reino" —sonriente se miraba al espejo con el nuevo peinado hecho.

Ella sonrío haciendo recostar a su hermano sobre su vientre nuevamente —Él sonrío, parecía no poder creer el volver a encontrarla, pero ella estaba encantada y con una sonrisa salía del lago tomando la pesca del día entre sus manos "Parece... que el destino nos ha vuelto a encontrar, pero en una situación menos peligrosa" dio galante mientras admiraba cada detalle de la cara de nuestra madre así como ella lo veía a él "Parece ser así" luego de limpiar sus manos nuestra madre le tendió la mano a nuestro padre que con una sonrisa sostuvo su mano depositando un beso sobre sus nudillos —sonriente acaricia el cabello de su hermano —después del saludo comenzaron a hablar de sus vidas antes de que el emperador deseara iniciar aquella guerra. Los días pasaron y cada vez que se encontraban sentían que debían estar juntos, o al menos así lo sentía nuestra madre, se sentía feliz al estar al lado de aquel hombre apuesto y caballeroso que la hacía reír, naturalmente el amor surgió entre ambos... A los siete meses de tenerme en su vientre, nuestra madre dijo que él le pidió un tiempo para volver a encontrarse, y unas semanas luego el pánico inició, el emperador había muerto así que para cuando nací había miles de noticias sobre la muerte de aquel hombre... y entonces él volvió con una sonrisa en cara pidiendo a nuestra madre que se desposara con él, nuestra madre dudo, pero aun así fue una entrada directa al reino... una vez dentro ella pidió que tuviéramos una casa pequeña fuera de todas esas personas con dinero... nuestro padre dudo un segundo, pero accedió a aquella petición, y la vida siguió pasando tranquilamente para ellos que ya habían decidido tener a su segundo hijo, entonces... El tío Yashamaru se negó a continuar con la relación entre nuestra madre y nuestro padre.

—Es cierto... —abriendo los ojos, Kankuro asiente —lo había olvidado... en ese entonces el Tío Yashamaru fue quien escucho los rumores.

Gaara subió la vista a su hermana, pero la plática se vio interrumpida por un azabache que se asomaba suavemente por la puerta atrayendo la mirada de los tres príncipes.

—Lo lamento... —pronunciaba arrepentido de abrir —no quería interrumpir, acabo de terminar con los planes del estratega Shikamaru y pensé en venir a ver a Gaara, pero si están ocupados...

—No —pronunciaba dulcemente la mayor —solo hablábamos del pasado de nuestros padres, puedes entrar si quieres, después de todo Gaara ya se cansó —hace enderezar a su hermano —de estar entre mis brazos —los observa juguetona — ¿Quién mejor para remplazarme?

— ¡Temari! —se quejó avergonzado dando un leve golpe al muslo de la joven.

Entre risas ambos hermanos mayores se dedicaban sonrisas divertidas mientras miraban como el joven azabache se desarmaba entrando hacia el pelirrojo que ya lo esperaba algo ansioso, colocándose tras su espalda para abrazarlo miraba de reojo a los otros chicos por sobre los hombros de su sonriente pareja.

— ¿Y de que me perdí? —cuestiona con una sonrisa.

—Nada muy interesante, el nacimiento de Temari —Decía el castaño que afinaba su instrumento con calma.

— ¡Oye! —reía divertida lanzando una almohada a la cara de su hermano —Bueno... ahora nuestra familia ya está dentro del reino y Kankuro por nacer, pero... —poniendo suspenso los miraba a todos —El tío Yashamaru ha escuchado los rumores sobre la muerte del anterior emperador a nuestro abuelo...

— ¡Ha! —sonríe con asombro —es verdad que dicen que fue asesinado silenciosamente.

—¡Mm! —asiente —El tío Yashamaru estaba en su trabajo en los establos cuando escucho aquellos rumores y de inmediato se puso a investigar más sobre aquel incidente, esa noche llego a la casa y los miró a ambos en la cocina tranquilamente platicando, con brusquedad la alejo de él y rápidamente le hizo frente a nuestro padre "Eres un asesino" le gritó, nuestra madre actuó rápidamente interponiéndose en su camino e intentando calmar al tío Yashamaru, pero el tío simplemente siguió hasta sacar a aquel hombre de la casa, el tiempo paso, y con la interferencia de nuestro tío la familia volvió a salir del reino a un pueblo no muy lejano. Cuando Kankuro nació nuestro padre hizo acto de presencia unos días después, pero esta vez... con algunos caballeros... —suspira —los caballeros se encargaron de alejar al tío y ponerlo bajo su control mientras nuestro padre, con una cara distinta se presentaba frente a nuestra madre apartándonos de él... esa noche hubo una gran discusión, nuestra madre lo desconoció por primera vez, y...

Su mirada viajo hacia el menor de ellos con total duda, el joven pelirrojo sujetaba con fuerza la manga del chico que lo tenía entre sus brazos, Lee se percató de aquellas miradas y con una sonrisa se inclinó sobre la mejilla del pelirrojo proporcionándole un suave beso que lo hacía subir la mirada con una leve sonrisa; los ojos cian del pelirrojo se encontraron con los de su hermana y Temari viajo hacia su segundo hermano que solo suspiraba concentrándose en las cuerdas de su instrumento, quizá esa era la peor historia...

—Pasaron muchas cosas y mi madre se negaba a dejar al tío Yashamaru e ir con él, pero él seguía yendo a nuestra casa, seguía demostrándonos su poder y obligándonos a estar lejos mientras hablaba con nuestra madre... Um... Gaara nació cuando él estaba en planes de tomar el control del nuevo reino, y luego llegaron los caballeros y un dictado real; a costa de matar a su propio padre se había hecho del trono del lugar, nos obligó a vivir en el reino, nuestra madre se vio como una prisionera bajo su control, y desde entonces... desde que la tomaron como prisionera nosotros tomamos este odio por nuestro padre, nunca conocimos su cara buena... al menos nosotros no —sujeta el brazo del segundo príncipe con una sonrisa.

—Si... —musitaba encogiéndose entre los brazos de su pareja —mi padre siempre fue cuidadoso conmigo, a veces me mostraba sonrisas... —se aferra al abrazo de su pareja —a veces lloraba a mi lado...

La puerta de la habitación se vio siendo abierta, con una sonrisa y mirada dolida la emperatriz de castaño cabello claro se mostraba ante sus hijos con dolor, sobre su rostro se mostraba una leve sonrisa que parecía no poder mantenerse.

—Es hora, mis niños...

Los hermanos se miraron entre sí, y Gaara se incorporó mirando al chico que lo abrazaba mostrar un semblante lleno de dolor. En una habitación un poco lejana un azabache apenas terminaba de recoger sus pertenencias; de reojo se detuve un momento para admirar al chico rubio que se encontraba sentado en su cama sonriendo con un semblante de satisfacción en el rostro. Con enfado el rubio chasqueo la lengua volviendo a lo suyo.

—No sonrias como idiota, no hago esto por ti, esta bien que me guste tener sexo contigo, pero es solo eso.

—Si... —divertido lleva las manos a la nuca dejándose caer en la cama —claro, ya te creí.

— ¡Eres un! ...—se aproxima.

— ¿Sasuke? —abre la puerta mirando a un rubio que se levantaba con prisa de la cama —Shisui te busca —se adentra sin problemas en la habitación —dice que ya es hora.

—Ha... —traga grueso volviendo a lo suyo —sí, ya casi estoy Izumi.

Ignorando a la mujer y al joven rubio, que entre su vergüenza se mantenía en pose de firmes aun sin la camisa encima, el azabache continuaba arreglando sus cosas. La joven dudo un segundo, pero simplemente sonrío y elevo la mano como saludo al joven rubio.

— ¡Hola! Soy Izumi, amiga y por el momento escolta del príncipe Sasuke.

—Solo Sasuke Izumi —Pedía entre un suspiro.

—Ha... —sus ojos dudaban tomando camino hacia la azabache —Hola, yo me llamo Naruto, iré como guardia del príncipe tercero... —mira de reojo al azabache que parece atento a la plática mientras continua con sus cosas —Un gusto —sonríe dando una leve reverencia.

—Lo mismo —sonríe reverenciando por igual, al encontrarse con la mirada contraria solo sonríen —Sobre el ataque, espero que no se sientan incómodos con nosotros, nuestro grupo tiene sus razones... —confiesa cabizbaja.

—Ella era con quien estaba saliendo mi hermano en aquel momento (decidí hacer bisexual a Itachi, y algo poliamoroso) por ella y alguien más, él no accedió a casarse... por ellos dos y porque la emperatriz Sakura... pues ya sabes —informa el azabache.

El joven rubio asintió sin pedir mas explicaciones y simplemente se ofreció a ayudar a Izumi llevando las maletas del príncipe Uchiha, la joven no dudo en hablarle de aquella trágica historia de amor mientras comenzaban su camino al carruaje Uchiha. Llegada la hora, nuevamente todo el pueblo se encontraba reunido para despedir a su querido príncipe quien estaba por partir hacia el imperio Uchiha. Con un leve abrazo el joven se despidió de su familia, su hermana se apresuró a tomarlo por los hombros antes de dejarlo ir.

—Si cualquier cosa llegara a pasar... —dirige la mirada al azabache de gran estatura detrás de su hermano —salgan los dos de ahí sin importar nada, te estoy encargando la vida de mi preciado hermano menor caballero Lee... solo llévalo a un lugar seguro, un lugar que nadie conozca, huyan lejos de aquí... nosotros nos haremos cargo de cualquier problema que se produzca aquí.

El pelirrojo y su pareja suspiraron con pesar dirigiendo la mirada hacia toda la familia real, sorpresivamente nadie parecía estar en contra de eso, ni siquiera el emperador, así que ambos dieron un firme asentimiento. Soltando un suspiro el joven Uchiha subió al carruaje dejando en la puerta de entrada a su caballero mas confiable, y a Naruto quien a lo bajo se acercó entre susurros.

— ¿Enserio debo ir afuera?

— ¿Piensas dejar que Izumi vuelva a viajar bajo el rayo del sol? —Decía sin mirarlo.

El rubio bajo la mirada resignado, de pronto sintió una mano en su hombro y se encontró con aquel hombre de mirada seria que por primera vez sonreía así fuera levemente.

—Ellos necesitan establecer bien el plan de acción, no es tan malo ir en los caballos.

El rubio sonrío con un leve asentimiento a lo que una leve mirada fue dirigía hacia ambos hombres sonrientes. Luego de una última despedida el joven pelirrojo avanzo al carruaje, y tomando la mano de su caballero como apoyo, subió siendo seguido por su caballero. Sin tanta espera le carruaje salió a prisa con dos caballeros adelante dirigiendo el vehículo y dos atrás en sus respectivos caballos. Dentro del carruaje los príncipes se miraban inquietos de lo que vendría, el azabache no pudo contener mas esa platica con la mirada y simplemente se giró hacia la ventana.

—Estas yendo a la boca del lobo, ¿Estás seguro de todo esto? —cuestionaba.

—Necesitamos que la antigua emperatriz este fuera de ese lugar para que el imperio Haruno ataque a nuestro lado, aun si el imperio Hatake va y quita los extras que rodean el imperio Haruno ellas se negarían a combatir a nuestro lado ya que esa mujer esta presa en las mazmorras Uchiha... esa mujer es importante para ellas, y por eso lo es también para nosotros.

El joven azabache dirigió la mirada a esos ojos cian que parecían decididos, y solo asintió dándole la razón; con un leve movimiento de mano un pergamino fue extendido por sobre las ventanas dejando ver un mapa del imperio Uchiha, el azabache dirigió la mirada al caballero del pelirrojo.

—No creo que lo dejen ir contigo, él debe tener distraído a mi padre mientras Izumi y tú toman camino hacia las prisiones.

Dejándole espacio para explicar, el azabache se corrió en el asiento dejando que la joven a su lado comenzara a detallar cada parte del castillo principal a sus invitados, les explicaba los puntos a los cuales podían emprender huida si cualquier cosa salía mal; mirándose de reojo ambos chicos asintieron ante la explicación. En la parte de fuera, donde dirigían a los caballos, el rubio dirigía la mirada hacia el azabache a su lado, y algo dudoso bajaba la mirada mientras entrelazaba sus manos con pena.

—Izumi me platicó un poco sobre el príncipe Itachi que en paz descanse... ¿Eran amigos? —cuestionaba casi en un susurro.

— ¿Conmigo? —sorprendido lo miraba de reojo —sí, éramos... algo más que amigos, pero fuimos unos amigos muy cercanos por un buen tiempo —sonríe cabizbajo —trabajamos en muchas misiones junto, hasta le ayude con su amorío.

— ¿Por qué su padre hizo eso? —cuestionaba con seriedad.

El joven azabache suspiro —No lo sé, todo paso cuando la madre de ellos murió... —sube la mirada al camino —la señora Mikoto siempre estuvo en contra de los pensamientos Uchiha, al igual que muchos que hasta ahora nos hemos mantenido en silencio. Cuando... Fugaku, el emperador, se desposo con ella... bueno, si hubo amor, pero con el tiempo ella comenzó a avanzar tratando de evitar el derramamiento de sangre innecesario durante la guerra por territorio... —su mirada regresa sobre el joven a su lado —La señorita Mikoto siempre ayudaba a la gente en secreto, tanto al pueblo como a los de fuera, y una vez... alguien externo llego en busca de ayuda, todos suponen que era alguien con odio hacia los imperios y las guerras, la mataron... fue mientras ella trataba las heridas de aquel hombre, en ese entonces fue Itachi quien mato al hombre y dio aviso al pueblo. Desde ese entonces el emperador Fugaku comenzó a cambiar, todo lo que la señorita Mikoto había logrado... él lo sello y lo guardo como el recuerdo de que... no podemos confiar en nadie mas que en nuestra gente, y luego Itachi se negó a casarse, cuando se negó a seguir las palabras de su reino por las excusas de un reino vecino... él sin piedad se atrevió a quitarle la vida amenazando con esa muerte al príncipe Sasuke.

En silencio el viaje siguió su curso mientras en el interior del carruaje el joven pelirrojo no se permitía soltar la mano de su pareja, delante suyo los dos azabaches concentraban sus mentes en la meta del plan, si cualquier cosa salía mal no solo ellos morirían, Naruto, el caballero Lee y el príncipe que viajaba con ellos... una guerra azotaría todo el lugar y mucha sangre correría frente a ellos. El príncipe Sasuke abrió los ojos mirando como el caballero frente a él mantenía la vista concentrada en el paisaje mientras el chico pelirrojo a su lado mantenía la mirada baja tratando de centrar su mente, ambos se sostenían fuertemente las manos. Entre un suspiro por lo bajo apretó su propia muñeca tratando de centrar su mente, no podía pensar en el futuro, debía tener la cabeza fría como siempre y actuar en presente según dictaba el plan.

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