Primera cita

Quince minutos llevaba esperando Ichiroo, culpa de haber llegado demasiado temprano a la salida de la estación. Esta vez no viajaría dado que el karaoke quedaba en su misma vecindad, pero se ofreció a guiar a Susumu quien no conocía la zona. Los mensajes entrantes de Lime le distrajeron, había un mensaje de Sayuri lamentando que no pudiera ir con ellos y otro de Atsushi del mismo tenor. Al ser día de semana era difícil que pudieran desatender sus clubes, Sayuri iba al de música donde tocaba el koto mientras que Atsushi iba a uno de balonpié. Al contrario de sus compañeros, Ichiroo no participaba de ningún club prefiriendo en todo caso el tan conocido club de "irse a su casa". Aunque esto último facilitaba que pudiera ir temprano a cambiarse a su casa y dejar sus útiles para moverse más cómodo. Así y todo llegó antes del horario previsto para el encuentro.

El siguiente mensaje era de Susumu quién le envió un escueto "llegué" que iba seguido de un sticker de gatito sonriente. Solía usar con sus mensajes ese estilo de gatito, blanco con orejas rosadas y mirada de ojos enormes, que parecía expresar lo que el no podía poner en palabras. Sin embargo a Ichiroo aunque le parecían tiernos no dejaba de sentirse algo incómodo al recibirlos. Pensó que debía decirle que no los usara con él, pero de inmediato desechó la idea sabiendo que se incomodarían ambos, uno por sentirse coartado a expresarse de esa manera y él mismo por hacer saber que le provocaba esa incomodidad inexplicable.

De entre la marejada de gente que salía de la estación surgió Susumu, vistiendo sorpresivamente de ropa sport. Ichiroodaba por sentado que vendría directo desde su preparatoria con uniforme, pero parecía no ser el caso. Pero para ser ropa sport se lo veía demasiado elegante, enfrascado en una camisa blanca sin cuello muy ajustada al igual que sus pantalones grises y blancos a rayas, dándole un aspecto mucho más frágil y que la última vez que lo vio. De igual manera lo ajustado resaltaba curvas que confundieron por un minuto a Ichiroo, quién pensó inicialmente que se trataba de una chica hasta que se plantó frente a él, saludándolo con una inclinación y manos cruzadas sobre el regazo, aunque durante el saludo rápidamente cambió la posición colocando sus brazos a los laterales de su cuerpo.

— Esperó que cuides de mi — se excusó—, lamento llegar tarde.

Devolviendo el saludo, de inmediato volteó indicándole que le siga, pero más que todo para disimular su ligera confusión inicial, que jamás podría explicarle. De esa manera continuaron su camino al karaoke, con Susumu siguiéndole siempre un paso atrás, lo que provocaba más incomodidad a Ichiroo y no permitía que pudieran conversar. Así el silencio creó un ambiente algo incómodo para él, aunque Susumo parecía no tener problema con ello.

En la recepción del karaoke se encontraba la conocida asistente, que oficiaba de mesera o ayudaba en diferentes tareas.

— Te extrañaba Ichiroo-kun — le saludo jovialmente— ¿Traes a otro compañero? Aunque no traen ningún uniforme hoy...

— Gracias Aya-chan, espero que respetes nuestra privacidad hoy.

— ¡Oh, que malo! ¿Me vas a privar de tu voz? — se quejó, y agregó con una sonrisa maliciosa — Pero si necesitan privacidad, no soy quien para...

— ¡No es lo que piensas! — interrumpió Ichiroo, agradeciendo que desde unos pasos atrás Susumu no podía escuchar la conversación que se daba tras la ventanilla — Por favor dame las entradas y trae un refrescos en cuanto puedas.

Dentro de la sala de karaoke, Ichiroo y Susumu eligieron sentarse en las filas de asientos enfrentadas. Levantando la lista de temas con el código IQ de la mesa, comenzaron a chequearlas cada uno en sus celulares.

— Podríamos comenzar con algo rítmico — sugirió Ichiroo — quizás alguna intro de ánime como "Reencarné como un refrigerador en otro mundo y congelé al Rey Demonio"

— No lo veo ese tema ¿en qué pagina está?

— En la primera.

— La primera tiene temas interesantes — comentó Susumu al revisarla — este es muy bueno también, el de "Academia de Chicas Mágicas del Reino Mágico de los Conejos de Azúcar"

Ichiroo miró asombrado el celular.

— No tengo idea de donde estás mirando pero no encuentro para nada ese título.

Se miraron confusos.

— ¿Y si revisamos juntos una misma lista? — sugirió Susumu.

— Será lo más práctico— comentó Ichiroo, levantándose de inmediato y sentándose a un lado de Susumu.

Algo inquieto Susumu pareció estremecerse con la cercanía de Ichiroo, aunque no atinó a reaccionar de modo más evidente que sonrojarse al extremo.

— ¿Qué haces? — preguntó con un tono de voz que se iba esfumando al final de la frase.

Cayendo en la cuenta de que concentrado por ver la lista, se había sentado demasiado cerca de Susumu, se ruborizó a la vez.

— ¿No era la idea de repasar la misma lista...?

En ese momento entro Aya con las bebidas, quien al sorprenderlos en esa situación no pudo contener una risita, aunque se contuvo de de decir nada. Solo depósito los vasos de bebidas y asomada desde la puerta se quedó mirándolos con ojitosbrillantes sin decidirse a salir del todo.

— Ya está bien, Aya-chan — agradeció Ichiroo, tratando de lograr que la asistente se retirara de una buena vez.

Decidido a no empeorar más la situación Ichiroo comenzó incómodamente a leer la pantalla del celular de Susumu, que algo rígido conservaba prácticamente para sí. A medida que leía, Ichiroo atrajo la mano que sostenía el celular para poder leer mejor, incapaz de decírselo directamente. El contacto de la piel le trajo el recuerdo de aquella primera vez que tropezaron y le sostuvo de la mano, y ahora combinada con la fragancia del perfume que usaba, bastante más fresco que en la sala del productor, le hipnotizó completamente. La suavidad de su piel y calidez, junto al aroma que le elevaba los sentidos le hicieron perder la noción del tiempo, solo interrumpido por una queja de Susumu.

— Ya... suficiente... — se quejó, mirando hacía un costado, cerrando los ojos.

Es que Ichiroo no había soltado su mano, que retenía en la suya. Volviendo en sí, se incorporó y disculpándose bastante torpemente volvió a su ubicación en la línea de asientos de enfrente.

— Elige cualquier tema que gustes — invitó tratando de cambiar el incómodo ambiente lo antes posible.

Sin decir más nada, tecleando rápidamente hizo sonar un tema muy conocido, seguramente apostando a lo seguro. Ichirootomó el micrófono y comenzó a cantar. A los pocos compases, para impostar mejor la voz se levantó y dirigió espaldas a la pantalla, cantando de memoria las letras. El tema en sí era moderado, y le sirvió para relajarse un poco. Veía a Susumuque le observaba inicialmente sorprendido y finalmente como fascinado. Al terminar el tema parecía haber perdido algo de su timidez al hablarle.

— ¡Fantástico, Ichiroo-kun, no creía que tendrías ese tono tan potente de voz!

— No es un tema que me haya exigido potencia especialmente — respondió más dudando que con falsa modestia.

— ¡Entonces no puedo imaginar lo que debes dar con toda tu voz!

Por toda respuesta Ichiroo se inclinó. Para el siguiente tema, el entusiasmado Susumu se levantó y compartiendo micrófono armonizaron sus voces perfectamente. A pesar que el tema estaba interpretado originalmente para un solo intérprete, la melodía fluyó y pudieron crear texturas complejas y hacerlas funcionar aún improvisando. Aunque Susumuno parecía notarlo en su entusiasmo, el acercar tanto su rostro al de Ichiroo para cantar al micrófono que sostenía le incomodaba bastante, pero no lo suficiente para hacerlo dudar de las melodías que iban tejiendo.

Luego de un par de temas cantados con una facilidad como si se conocieran de años, comenzó a sonar uno que Ichiroodesconocía por completo. Para no estorbar entregó el micrófono a Susumu y se sentó, relajando su garganta con sorbos de bebida.

Para el nuevo tema, con una introducción instrumental bastante larga, Susumu cerro sus ojos concentrándose, y comenzó finalmente a cantar suave y lentamente sin abrir sus ojos. La cadencia de la melodía no correspondía a los temas enérgicos que venían cantando hasta el momento, y permitió a Susumu expresar a flor de piel nuevos sentimientos que acapararon la atención de Ichiroo, que se sintió transportar a un plano diferente. Había escuchado muchos temas lentos en su vida, pero tener a alguien interpretando uno frente a él era una experiencia completamente nueva y diferente. La voz melodiosa de Susumu creó un ambiente que envolvía y arrastraba a cualquier a que estuviera cerca, abriendo los ojos los elevó hacia lo alto pareciendo desplegar una plegaria que sobrecogía de emoción, y la emoción que despertaba en Ichiroo le hacía alucinar como si estuviera viendo decenas de flores imaginarias rodar por detrás del increíble intérprete. Luego de unos compases el ritmó cambió de improviso y la canción arrastró a Susumu a una faceta completamente diferente, rebosante de energía pero no menos atrapante, llegando a entusiasmar tanto a su único oyente que comenzó a acompañar el ritmo con sus palmas.

Al finalizar le preguntó por el origen de ese tema, a lo que Susumu respondió evasivamente no sin antes subir su rubor en forma inesperada. Aunque la melodía inicial ya se había grabado en la memoria de Ichiroo, de manera indeleble.

Al terminar la sesión, agotados como si hubieran hecho ejercicio o corrido por kilómetros, salieron a paso cansino. Al pasar cerca de Aya, los miraba con los ojitos brillantes, y sus manos entrelazadas junto al rostro.

— ¿Lo hiciste de nuevo Aya-chan? —preguntó molesto Ichiroo.

— ¡No me perdonaría perderme algo así en toda mi vida!

— ¿A qué se refiere? — preguntó Susumu.

— Nada, solo a algo a lo que debería acostumbrarme en adelante. Algo a lo que ambos deberíamos acostumbrarnos.

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