A Capella
El productor hizo pasar a ambos jóvenes a una sala de grabación, era la primera vez que ambos entraban a una así que sus ojos no se cansaban de curiosear en todo lo que les rodeaba. Un gran ventanal de vidrio separaba la sala de mezcla donde se quedó el productor, de la que tenía los micrófonos aislada acústicamente de todo a su alrededor. Parecía los estudios donde los seiyuus se mostraban en documentales mostrando como doblaban a los personajes de anime. Solo que aquí no había proyecciones, y ambos cantantes se ubicaron frente a los grandes micrófonos de frente al ventanal donde asomaba el sonriente productor, mostrando alegremente su pulgar hacia arriba en señal de confianza.
— ¡Muy bien, demuestren de qué están hechos! — sonó su voz estruendosa a través de altoparlantes.
Los jóvenes se miraron aterrorizados.
— ¿Y la música? — preguntó Ichiroo, reaccionando estremecido a la amplificación de su propia voz saliendo del retorno.
— Comenzaremos con algo a capella— respondió sin borrar su sonrisa el productor — ¡Así que empiecen!
— ¿A capella? — repitió Susumu horrorizado.
— A capella — asintió resignado Ichiroo —, hagamos un tema rítmico, será más fácil así.
— ¿Qué tema puede ser? ¿Recuerdas el de...?
— ¡Empiecen que me aburro! — tronó el productor casi aturdiéndolos.
Ichiroo recordó una de las canciones que pudieron cantar juntos en el karaoke, y comenzó a dar palmadas a su pierna marcando el tiempo mientras cantaba las primeras líneas. Pensó que la mejor manera de resolver la duda era justamente no dudando. Haciendo un gesto de asentimiento marcó la entrada de Susumu, que visiblemente asustado entró en la segunda estrofa también como solista. Alternaron de esa manera dos estrofas, y para la segunda entrada Susumu comenzó esbozando una sonrisa poco más confiado. Sin embargo sin música de fondo, a pesar de cantar correctamente sonaba vacío. Para terror de Susumu el productor no dejó que termine su estrofa.
— ¡No espero ver como cantan por separado, me aburro! — tronó — ¿no son capaces de cantar juntos? ¡No necesito dos solistas, sino un conjunto! ¿Pueden hacerlo?
Susumu miró a Ichiroo aterrorizado, sus ojos miraban suplicantes pidiendo socorro. De alguna manera Ichiroo a quien le daba lo mismo que saliera bien o no aquella audición, sintió que no debía defraudar a su colega, de alguna manera sintió el deber de proteger esa fragilidad para evitar que se desintegrara allí mismo de miedo frente a sus ojos.
— ¡Sí, podemos hacerlo! — gritó, y se volteó hacia Susumu — Vamos con esta...
De inmediato comenzó a cantar otro tema más lento, sabiendo que podían hacerlo bien, pero cuando le dio entrada a Susumu con un movimiento de cabeza, el joven aterrorizado no pudo cantar una sola nota. Solo la mirada aterrada y ojos con lágrimas que comenzaban a desbordar le indicaron que estaban en una situación crítica. Dejó de cantar de inmediato y los segundos de silencio que siguieron parecieron eternos.
— ¡Pase lo que pase a su alrededor el show debe continuar! — gritó el productor exasperado — ¡si quieren triunfar deben manejar la presión como si fuera el sustento de cada día! ¡La presión lo es todo, lo que despierta la adrenalina, y lo que los hará sentir vivos cada minutos que los oprima hasta vaciarlos como naranjas exprimidas!
Ichiroo cerró los ojos unos segundos, cualquier cosa que hiciera solo generaría una doble presión sobre su compañero, que pasaría de la fase de exprimido a la de explosión sin duda alguna. Los abrió nuevamente y solo le dijo.
— Mejor empieza cantando tú, recuerda algún tema de los que cantáramos juntos al otro día, pero no te preocupes por mí.
— ¡Pero el productor dijo que cantemos juntos...!
— Y eso haremos, pero empieza tú cuando te sientas listo, olvídate de mi y del productor, trata de disfrutar del canto como lo hacías el otro día.
Susumu pareció dudar, pero la confianza de las palabras de Ichiroo surtieron efecto. Mirándole a los ojos, comenzó a cantar lentamente, mientras Ichiroo asentía conn una sonrisa. Este gesto terminó por aliviar a Susumu que tomó progresivamente confianza hasta que Ichiroo comenzó a armonizarlo antes de que termine su primer estrofa. Sin competir en volumen solo dejó que su voz en segundo plano agregara florituras y adornos melódicos que parecieron crear una línea musical de acompañamiento. Más entusiasmado con el marco que le ofrecía la voz de Ichiroo, el joven comenzó a desplegar de inmediato las dotes que dejó ver en el karaoke, inundando la sala con su voz sin dejar de mirar en todo a momento a su compañero. La acústica de la sala ayudó a que solo sus voces llenaran todo el espacio, sin música de fondo dejaron que la improvisación los llevara y entretejieron sus voces como si hubieran conocieran exactamente que haría el otro. Apenas una mirada o leve movimiento de las manos permitían que ambos se pusieran de acuerdo en lo que vendría, una comunicación más allá de las palabras, casi telepáticamente. Tanto era así que a veces sonreían como dejando ver que que adivinaban la idea que iban a desarrollar al unísono.
Al terminar, finalizaron la línea melódica tarareando como queriendo disfrutar hasta la última nota del tema. Ichirooofreció su palma en alto, que sin dudar Susumu chocó con la suya festejando por anticipado, aunque ambos habían olvidado al productor, que los miraba desde el otro lado del vidrio con la boca prácticamente abierta.
— Eso... estuvo interesante — dijo algo confundido, como no sabiendo que comentar—, ¿se animarían a cantar así en público?
Los jóvenes se miraron, Susumu sin disimular el miedo que lo invadió de pronto. Ichiroo le comentó por lo bajo.
— Esta es la oportunidad que esperabas, esa pregunta significa que aprobamos, si te niegas olvídate de que nos llamen de nuevo.
Susumu cruzó las manos sobre su pecho, y mirando a los ojos de Ichiroo respondió en voz muy alta, con una frase no muy coherente a la pregunta formulada.
— ¡Sí, quiero!
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