18. Daños colaterales

<<Aclaración>>

La línea de tiempo en la historia se remonta al 2039, aclaró esto por las fechas que aparecen a lo largo de este capítulo.

Nix

El sol me hace abrir los ojos con incomodidad, me aparto de su cuerpo y salgo a mi habitación la curiosidad de saber que hay en la caja no me ha permitido dormir con tranquilidad.

Voy hacia ella y con cuidado rasgó el papel de regalo y la colocó en el suelo sentándome, con cuidado la abro y...

Mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón se dispara en automático

—Es...esto...no...puede ser—susurro arrodillandome frente a la caja.

Con lágrimas derramándose por mis mejillas jadeo con miedo, tomó el vestido entre mis manos temblando y aprieto mis ojos negando una y otra vez... Miro la caja y mi sangre se hiela mirando la nota...estoy ahogándome en llanto mientras sujeto el vestido a mi pecho sollozando...

Cuatro años han pasado y han sido penosos, ya que, aún te tengo lejos de mi, princesa mía.

Pero, no es todo hoy hace cuatro años presenciaste la cosa que desató tu llanto y todo a causa de tu bienestar, sabes ame tener una oportunidad de mirarte, ver tus ojos preciosos y profundos. Sigues siendo hermosa, aun así no me agrada la idea de que me creas como el malo.

Ella y yo fuimos los causantes ¿no es así? Ella causó daños colaterales y yo desate su muerte. No hay mal que por bien no venga, o eso dicen. Y he aquí un recuerdo de aquella noche tan maravillosa en la cual te volví a ver y te permití ser libre.

A.....

Ahogo un jadeo de pánico ante la nota, mi cabeza duele y sin decir más tomó el vestido y la nota junto con la caja, saliendo del edificio apenas con algo puesto, tomó un taxi y me deja fuera de la ciudad frente a aquel puente donde encuentro paz y calma cada que estoy en un lugar oscuro.

Recuesto mi cuerpo contra el árbol mientras sollozo un recuerdo viene a mi cabeza haciendo que lleve ambas manos a los costados de mi cabeza negando con fuerza.

Flash Back

Cuatro años atrás, Madrid España, 19 de noviembre del 2035.

Sollozo desesperadamente mientras uno de esos hombres me sostiene con fuerza.

—Por fa...vor suel...ten a mi ni...ña—ruega papá en un hilo de voz.

—Mami—grito mientras las lágrimas se deslizaban sobre mis mejillas.

A mi madre la golpean fuertemente en el rostro como respuesta, mis sollozos son más fuertes, papá grita que me suelten entre quejidos por los golpes de varios hombres, gritos ahogados salen de mi garganta.

—¡Déjenme!—los gritos que abandonan los labios de Past me hacen negar suplicando que suelten a mi hermana.

Algo dentro de mí se rompe al ver como empiezan a desnudar a mamá a la fuerza, cierro los ojos con fuerza no quiero ver lo que le hacen a mamá, el hombre que me sostiene trata de que vea a mi madre mientras niego llorando, trato de que me suelte pero me aprieta más fuerte para que abra los ojos mi mirada viaja hacia donde estaba papá el cual está vomitando sangre, mis gritos se ahogan en mi pecho al ver como mamá logra zafarse del agarre de los tres hombres y le apuntan con un arma.

Todos mis sentidos se apagan inmediatamente cuando veo el cuerpo de mi madre tirado frente a mi, el hombre que le apuntó acaba de volarle la cabeza de un disparo, mi pecho se hunde y todo se vuelve negro.

—Mamá—es lo último que sale de mis labios en un susurro antes de que me desplomarse en el suelo...

Fin del flash back

Lloro mientras mi corazón se desgarra lentamente a pesar de todo lo que me hizo mamá no merecía morir.

—Ella me amaba—susurro con dolor, sujetando aquel vestido que use la noche de ese día.

Aún recuerdo como estábamos vestidos, papá tenía un traje, mamá tenía un vestido blanco ajustado a su cuerpo y yo traía el vestido que sujeto a mi cuerpo de color verde con blanco, Pats tenía su presentación de patinaje y era muy importante para ella, habíamos llegado temprano para verla ensayando, su cara de emoción al verme allí aún la recuerdo...

—Te extraño mucho—susurro mirando el vestido.

A pesar de que era mi hermanastra le tome demasiado cariño en dos años, mis ojos arden mientras los recuerdos siguen.

Mi teléfono suena una y otra vez, por lo que decido apagarlo, mi cabeza duele mientras los pequeños flash back van y vienen.

Cuatro años atrás... Madrid, España 19 de noviembre 2035, 12:09 am

La lluvia, los rayos y truenos me hacen despertar asustada... Salgo de mi cama con sumo cuidado un rayo suena y las luces se apagan, necesito a mamá tengo miedo. Con mis manos frotó mis ojos y bajó las escaleras me detengo abruptamente y...

—Principessa vieni qui, vuole vederti—susurra una voz fría desde las escaleras y cuando toma mi brazo bruscamente cuando suena un estruendo enorme causado por un rayo...

—¡No! —grito.

Mi mente se nubla...

—No te esconderás para siempre, te encontraré princesa mía—su voz me hace llorar aun más.

Jadeo aterrada, mi pecho se hunde y duele mucho.

La sangre y el llanto...y sus palabras...

—No quiero...no más...por favor...

La tormenta cobra más fuerza y no puedo dormir, las sombras detrás de la puerta me hacen mirar con pánico a todos lados de la habitación...

—No toquen a Nix, solo centrense en su madre, los demás serán daños colaterales—hablan del otro lado y cuando las sombras desaparecen, salgo aterrada de mi habitación.

—Ya...no más...

Diez años atrás... Positano, Italia 29 de noviembre 2029, 19:21.

—Mami—susurro con cuidado, los gritos provenientes de su habitación me hacen temblar.

—¿¡Por qué mierdas te vas Andrew!?

—¿Papá te vas?—pregunto con lágrimas en los ojos...

—Luego de año nuevo cariño, pero volveré—susurra besando mi frente.

—Iremos a Alemania allí pasaremos navidad y año nuevo, luego volveremos a casa—sonríe y lo abrazo.

—No te vayas—le suplico.

No más... Solo...por favor no más...

Seis años atrás... Madrid, España 12 de abril 2033, 17:07

¿Mamá? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está Diego? susurro llevando mi mano a mi frente, me doy cuenta que tengo una venda alrededor de mi cabeza...

—¿Mamá?—susurro mirándola, la preocupación me invade...

—¿Quieres saber dónde está tu hermano?—pregunta su voz suena agria, asiento.

—¡Está muerto!—niego y entonces uno de mis ataques de ansiedad se hace presente, mis manos tiemblan y mis ojos arden por mis lágrimas...

—No...no...puede ser

Duele tanto...

—¡Si puede ser, tu lo mataste!

No...mamá no...yo...no fui...

—No—me ahogo en llanto negando.

—¡Si lo hiciste, eres una asesina, igual a él!

Ella se acerca a mí furiosa y yo empiezo a temblar aún más...

—No...no...lo soy mamá...perdóname mamá...no quiero ser un monstruo mamá...no tengo la culpa del color de mis ojos...mamá no...

—¡Eres un puto asco!

Mis labios tiemblan...

—No lo...hice...—me abrazo a mi misma sollozando.

♪♪♪

Las horas pasan y el atardecer se cierne detrás mío, no tengo fuerzas para nada me duele el pecho y mis ojos pican por tanto llorar, en este momento tengo ese sentimiento donde no puedes respirar mientras te ahogas y te desgarras en llanto y dolor... Mis labios están resecos y mi estómago arde por tener más de ocho horas sin comer nada...

Temblando tomo mi teléfono y marco el teléfono de mi tío, necesito a la única familia que me queda.

—Tío—susurro sin fuerzas.

—Cariño ¿Dónde estás?—su voz es de preocupación, me odio tanto.

En el viejo puente fuera de la ciudad—balbuceo temblando.

Voy para allá, cariño—susurra cerrando la llamada.

Me estoy apagando totalmente y no puedo hacer nada por mí. Mi teléfono suena con una llamada de mi mejor amigo y termino respondiendo.

—Hola—susurro

¿Sabías que Legna se drogaba?—pregunta sin saludar.

Si, pero me dijo que lo había dejado—le resto un poco importancia.

—¡¿ Por qué mierdas no me dijiste?! Esta en el puto hospital casi muerta—me grita y ese es mi punto de quiebre, ya no aguanto más...

—Maldita sea dejame pensar porque tengo todo el maldito peso en mis medicamentos, en que los ataques cada vez son más frecuentes y fuertes, porque tengo miedo de que no vuelva a despertar de esas putas pesadillas, que se drogo hace dos meses y empezó a ir a terapias se supone que se ponía bien, joder, me trague durante dos años los gritos de mi padre biológico cuando se fue mi madre le lloro, me culpo y luego cuatro años después mi hermano murió y mi madre me culpo a MI, era una niña con a penas nueve años cuando todo empezó, pero eso vale mierda sabes porque. Por qué hoy maldita sea se cumplieron cuatro años desde que mataron a mis padres frente a mi, que desmenbraron a mi media hermana LA CUAL tenía en un puto pedestal y vi como la mataron, mi madre me trataba mal, me repetía constantemente que era la causante de la muerte de mi hermano, oí los gritos de súplicas de mi padre, de mi hermana y de ella, Y AÑADAMOS que me estoy ahogando con todo lo que me pasó, mi madre me causó putas inseguridades a pesar de que tenía a penas nueve años, maldición, y lo peor es que ni TU ni ELLA están conmigo hoy y saben que ellos murieron en esta fecha, me estoy apagando y no se dan cuenta que ya no puedo maldición, no quiero seguir con estas mierdas que me agobian y me agotan día a día...Querían que me exprese más con ustedes pues no puedo hacer más. Dices ser mi mejor amigo y en lugar de preguntar como estoy me gritas como si tuviese la culpa de que ella se meta esas mierdas para olvidarse de que casi la violaron, yo no tengo la culpa de eso, no me culpes por ello...no lo hagas...no tu también, no me culpes de algo que no puedo detener...—mis lágrimas vuelven a salir con más dolor que antes y sin dejar que el me diga nada cuelgo y vuelvo a apagar mi teléfono.

Puedo ver como el auto de mi tío se aparca en la carretera y del auto sale mi tía junto a él.

—Mi niña...—susurra tía con dolor corriendo hacia mí, se arrodillada y me envuelve en un abrazo.

—Yo...no...tuve la culpa...—balbuceo.

—No mi niña, no la tuviste—susurra abrazándome más fuerte.

Divisó como el tío Devan se arrodilla junto a nosotras.

—Mi vida..—susurra extendiendo sus brazos hacia mí.

—No puedo más, tío— rompo en llanto nuevamente lanzándome sobre sus brazos. No se de donde saco más lágrimas pero lastimosamente ellas siguen bajando por mis mejillas.

—Vamos a casa—susurra tía con una leve y cálida sonrisa, asiento absorbiendo mis mocos.

En silencio nos adentramos en el auto y yo solo miro por la ventana en silencio total todo el camino. Me mareo mientras corro hacia mi habitación, me termino recostando contra la pared en los pasillos. Sin embargo no le doy importancia y solo me adentro en mi habitación dejando caer todo mi cuerpo contra mi cama. Respiro hondo mientras el dolor de cabeza de antes vuelve a tomarme con más fuerza, tocan la puerta de mi habitación y gruño sin fuerza alguna.

—Pequeña diosa—levanto la mirada y miro a Logan sin ánimos, está vestido con una camisa negra arremangada hasta los codos y trae unos vaqueros azules y en sus manos trae un ramo de tulipanes blancos...

Mi corazón se acelera, pero no es momento de hacer caso a mi corazón.

—Vete—aparto la mirada de la puerta enterrando mi cara en las almohadas.

¿Dios, por qué pasa esto ahora? ¿Enserio lo vas a mandar a la mierda luego de que empieza a caerme mejor? Bueno empieza a gustarme.

—¿Por qué estás así? ¿Puedo ayudarte?—no contesto.

No me hagas caso, no ahoraaa.

—Pequeña diosa...

*procede a llorar*

—Mira Logan, no siento nada por ti y lo mejor que puedes hacer es largarte, nos harías un gran favor a los dos, tu puedes seguir follandote a cual mujer que se te dé la gana y yo puedo seguir con mis cosas—gruño sin medir mis palabras a pesar de que son todas mentiras y me dolió decirlas, pero lastimosamente no quiero salir con más grietas de las que ya tengo, no estoy preparada emocionalmente para otro daño colateral.

WEYYY, HAZLE CASO AL PENDEJO DE NUESTRO CORAZÓN.

NO A MÍ

—¿Eso piensas? ¿Es lo que quieres?

No, el corazón pide que nos abraces y digas que estarás con nosotras.

{No}

Levantó la mirada y sus ojos decepcionados se encontraron con los míos hinchados por las lágrimas.

N-O, NO ¡¿DIME QUE NO HARÁS ESTO?!

—Si—susurro de manera fría, él solo aprieta la mandíbula y se marcha.

*La cabeza procede a entrar en modo depresión, porque después de todo quiere darle la razón al corazón*

Me vuelvo un ovillo con mis sábanas y empiezo a sollozar.

No me lo creo.

*Lloremos*

♪♪♪

Tres semanas después


Miro con total pereza el cuaderno, levanto la mirada hacia el pizarrón, tengo tres semanas ignorando las plegarias por parte de mi cabeza y mi corazón que me suplican que busque a Logan, cosa que me duele y mucho. Tampoco he hablado con mis amigos y solo los ignoro a toda costa, no he ido a la residencia ni he visto a Logan, bueno sí, pero decido hacer como que no.

—Señorita Bennett, yo supongo que ha entendido muy bien el tema para el trabajo—el profesor me saca de mis pensamientos, estoy a punto de negar y el timbre del receso me salva. Suelto un suspiro de alivio al escuchar como nos manda a receso.

Tomó mis cosas y me marchó, quizás hoy vaya a nuestro piso, de verdad necesito hablar con él. Varias horas después de que acaban las clases me detengo en frente de las residencias mirando con total indecisión el lobby.

Por lo que más quieras entra.

Suelto un profundo suspiro y decido subir a nuestro piso, estoy segura que me debe de estar odiando miro unos segundos el pomo de la puerta e introduzco la llave en este, suspiro y me adentro en el departamento me decidí a buscarlo, pero no está... Me decido por esperarlo y mientras lo hago simplemente me voy a mi habitación.

Está bajo llave, así que introduzco mi llave y esta cede, me adentro en ella y me recuesto sobre mi cama. Me aburro y salgo a la sala, bueno específicamente al balcón recuesto mi cuerpo en la baranda y miro el cielo.

Una hora como mínimo ha pasado y es cuando escucho la puerta abrirse me giro encontrándome con sus ojos y su ceño fruncido, me acerco a él y solo determina mis movimientos.

—¿Podemos hablar?—balbuceo mirándome los pies.

—No—expecta fríamente pasando por mi lado.

—Por favor—insisto y él se gira hacia mí nuevamente.

—¿Qué quieres?—expecta con indiferencia.

—Hablar—susurro mirándolo de soslayo.

—Ja, ¿hablar, se puede saber de que?—inquiere.

—De nosotros—balbuceo en un susurro.

—¿De nosotros?—pregunta y levantó la mirada.

—Si, de lo que somos—murmuro y él enarca una ceja.

—Voy a aclararte algo tal y como lo hiciste hace tres semanas, tu y yo no somos nada—sentencia de manera fría y siento que me encogí completamente, solo asiento con la mirada en el suelo, paso por su lado con un dolor fuerte en el pecho, {centrate no puedes tener un ataque aquí, no aquí}. Salgo de nuestro piso completamente temblorosa, mis sentidos están desorientados y empiezo a respirar con dificultad.

Mi labio inferior tiembla y solo corro toda la calle directamente al gimnasio, necesito a Jay, siento un dolor punzante en el pecho y mis lágrimas salen sin mi consentimiento, me adentro en el gimnasio y busco a Jay por todos lados, hasta que doy con él.

Sus ojos son de total preocupación y sin temor ninguno me avalanzo sobre sus brazos, sollozo sin importarme que varias personas del gimnasio nos miran, siento como él me envuelve entre sus brazos y me aprieta contra él.

—¿Qué ha pasado enana?—pregunta en un leve susurro mientras salimos fuera de allí.

—Soy un desastre—lloriqueo en sus brazos.

—Todos en algún momento de nuestra vida somos un desastre enana—susurra acariciando mi cabello. Le explico todo lo que pasó con Logan y luego ambos formamos un silencio que yo misma rompo.

—Sabes, mi peor defecto es estar dañada, todo sería mejor si no hubiese pasado nada malo cuando yo era más pequeña—susurro en un hilo de voz recostada en el pecho de Jay.

—No es un defecto enana, eres una persona demasiado fuerte y no está bien que te culpes por algo que nunca estuvo en tus manos.

Una hora después me terminó apartando de Jay, entre pros y contra me terminó acercando nuevamente a la residencia, necesito ir por mi moto un leve dolor se incrusta en mi corazón al ver a Logan besándose con otra chica al otro lado de la calle, mis ojos se llenan de lágrimas y mis piernas tiemblan. Me subo a la moto sin más que decir y conduzco entre las calles, hace más de dos semanas que no me tomo las pastillas para la ansiedad ni mucho menos para evitar los ataques subidos de tono... Quiero sacarme de la cabeza todo lo que ha pasado en las últimas semanas y eso solo lo hace el alcohol ¿O eso dicen? Aparco la moto frente a un bar de mala muerte y me adentro en este, le pido al chico del local una cerveza y la miro unos minutos antes de llevarla a mis labios...

Después de todo es diez de diciembre mi cumpleaños y estoy sola, el alcohol no me hará tanto daño o solo sería otro daño colateral. Llevó la botella dándome un trago y respiro hondo ante el mareo que me toma en ese momento, supongo que no fue buena idea venir a tomar sin haber comido hace más de tres horas, sin importarme vuelvo a llevar la botella a mis labios. Una, dos, tres, cuatro...ocho...doce botellas después camino entre tambaleos por la carretera.

—Feliz cumpleaños a mí—susurro entre balbuceos borracha.

—Felices 18 al desastre humano que soy—elevó la botella al cielo.

Miro hacia los lados dándome cuenta que estoy en casa de mis tíos.

—¿Cómo llegué aquí?

Me encojo de hombros como respuesta a mis balbuceos.

♪♪♪

Una semana después

Camino hacia el edificio donde está el consultorio de Danna, no recuerdo ni la mitad de lo que pasó aquella noche solo que termine en casa de mis tíos sin saber cómo, me he auto preparado para el salmón que me dará.

Me adentro en su oficina y tomo asiento mirándola con una sonrisa.

—Tenías tres semanas que no venías ¿Qué te pasó?—pregunta.

—Prefiere la verdad o mentirita—digo dudosa y ella me da una mirada acusatoria, suspiro.

—N...no lo sé, bueno en realidad creo que sí...

—Te escucho ¿Que ha pasado?

—Tengo miedo...los dolores de cabeza han aumentado y no entiendo el motivo...los ataques se han vuelto un tanto frecuentes y he vuelto a...—hago una larga pausa y cierro los ojos sabiendo el regaño que se aproxima—ingerir... alcohol.

—Nix...—se aproxima su regaño y la interrumpo.

—Se que estuvo mal, pero las pesadillas no me dejan en paz, la última vez que vine te dije que había tenido tres ataques y la escena era la misma, a lo único que pude concurrir fue a eso...

—¿Por qué no encontraste drogas?—adivina mis pensamientos y solo apartó la mirada.

—Cariño, eso no es sano para ti y lo sabes, no puedes acudir a las drogas, al alcohol o hacerte daño físicamente para que las cosas duelan o te lastimen—hace una pequeña pausa y supongo que debería decirle lo demás, ella se inclina hacia delante—estoy haciendo todo lo posible para que sanes, trata de...

—¡Creo que me estoy enamorando!—exclamó rápidamente y ella se endereza. Quedándose en un profundo silencio.

—Por eso tomé demás por qué lo vi con otra chica y me dolió, el me gusta y la última vez que lo vi le dije que no me buscará, que me dejara en paz y que no me gustaba, lo mande a la mierda y me aterra que lo más seguro es que no siente nada por mi y de verdad me da miedo porque no quiero sufrir... No quiero que me dañe, no lo quiero...—mi respiración se agita y me coloco en posición fetal, llevó ambas manos a los costados de mi cabeza y cierro los ojos con fuerza—n-no...quiero que se vaya o que me repita que estoy defectuosa... no lo soportaría—balbuceo ahogadamente, siento como ella se mueve a mi lado y me abraza.

—Tranquila cariño, se que no quieres que te dañe, pero y si no lo hace y si se vuelve un pilar importante para ti y si en realidad es el correcto, me dijiste que hablan mucho y...

—No quiero ilusiones nuevas, porque me cuesta tanto...expresarme con todo el mundo...pero con él es diferente—sorbo mi nariz y la miro asustada, me abraza aún más.

—Es normal cuando esto pasa, lo más seguro es que te sientas agobiada y aterrada después de todo lo que ha pasado, pero cuando dos personas huyen del mismo sentimiento huyen a la misma dirección y si el te busco te aseguro que siente lo mismo que tu.

—¿Cómo sabes que huimos en la misma dirección?—sorbo mi nariz.

—Tengo una corazonada—levanto la mirada y ella me sonríe.

—Algo también me dice que ambos pararon ya por el koi no yocan—se expresa y frunzo el ceño confundida.

—¿Qué es eso?

—Es el sentimiento que tienes cuando conoces a alguien y sabes que te vas a enamorar perdida e irremediablemente de esa persona—añade con una leve sonrisa y yo solo asiento apoyando mi cabeza en su hombro.

Ella me sigue animando y yo sólo niego, pasa la hora pactada donde solo me abraza.

Salgo del edificio y conduzco a las residencias. Me despojo de mi ropa y me quedo en ropa interior, tomo una navaja y me adentro en el baño, cierro la puerta y me recuesto en el baño cerca del lavamanos, respiro hondo una y otra vez sé que no lo hago hace mucho, pero el dolor puede fluir más rápido así que con unas simples lágrimas. Mi mano tiembla mientras acerco la navaja a mi brazo, cuando estoy a punto de enterrarla en mi piel la puerta se abre y sus ojos se encuentran con los míos...

—Tu ni lo pienses—susurra ahogadamente y se adentra rápidamente en el baño, sosteniendo mi mano y quitándome la navaja.

—¡¿Qué quieres, me vas a repetir que no somos nada?!—exclamó con miedo de que venga a decirme que soy un desastre y no siente nada más que un deseo sexual por mi.

—¡Somos todo maldita sea!.

—No te entiendo...

Él no responde solo pega su frente a la mía, sin decir nada.

—Ni yo mismo me entiendo, ni siquiera te entiendo a ti, pero quiero hacerlo y si intentas cosas como estas juro que una parte de mi moriría contigo.

Yo niego.

—¿Por qué luego de...

—Iba a pedirte que me dejaras formar una parte importante de tu vida y ese día no llegaste...pensé que no sentías lo que yo siento por ti...y te busque todo lo que me dijiste me dolió tanto que trate y te juro que trate tanto de sacarte de mi vida, pero no me dejas, tu no me lo permites—susurra apoyando su cabeza en mi hombro.

—¿Y qué es lo que sientes por mí? Se que no va más allá de un deseo sexual, todos buscan lo mismo—susurro entre balbuceos ahogados mientras las lágrimas no dejan de caer por mis mejillas.

—Tienes razón—levanta la cabeza de mi hombro y me mira a los ojos.

Auch

—Va mucho, pero mucho más allá que un simple deseo sexual... Me estoy enamorando de ti otra vez pequeña diosa.

—Yo también me estoy enamorando de ti—susurro y mi cabeza hace un clic...

—¿Otra vez?

—Eres muy olvidadiza, copito de nieve ¿No me recuerdas?

Mis ojos se cristalizan y mi estómago da un vuelco. Aquel niño hace una leve aparición en mi mente de nuevo.

—2029 en Alemania, aquella niña con ojos de diferentes colores que me vio llorar en la nieve y temblando de frío...

—¿Eres tú?, no era un sueño—susurro abrazándolo con fuerza.

—¿Tu rayito de sol?, así es.

—¿Me cuenta que pasó esa noche? No me acuerdo de nada, pensé que era un sueño...

—También recuerdo muy poco de aquella noche y de todo el mes en general—hace una pausa y continúa—Yo había salido de mi casa por mi padre y me había olvidado que estaba nevando cuando me di cuenta ya estaba una cuadra de la casa y no podía regresar...aquel hombre que decía ser mi padre me había dicho que era un error y que no debí nacer, esas palabras se repitieron tanto en mi mente que sin más me permití llorar sin importarme la nieve que caía y luego escuche llorar a alguien y con la poca fuerza que me quedaba, los gritos desgarrados que venían de una casa después de donde estaba yo camine hacia allí y vi a una niña que a diferencia mía ella estaba abrigada, no se que me pasaba en ese momento pero me acerqué a abrazarla porque creí que ella necesitaba lo que me hacía falta en ese momento, un abrazo—acaricia mi mejilla antes de continuar—ella sorprendentemente me abrazo, sin más le pregunte que paso y me contó que su mamá la había culpado porque su padre se iría y me preguntó entre lágrimas me había preguntado porque estaba yo en aquella tormenta de nieve...

Mientras él sigue narrando mi mente va recordando cada una de sus palabras, supongo que tengo tan pocos recuerdos bonitos que están reprimidos en mi subconsciente.

Diez años atrás, 20 de diciembre del 2029 en Alemania.

Miro por las ventanas la nieve caer, estoy cerca de la chimenea mirando la nieve y la luna siendo tapada por las nubes oscuras.

Papá ha salido todo el día y tengo miedo de que se marche antes de año nuevo.

—¡Nix!—la voz demandante de mamá me hace estremecer.

—Aquí estoy mamá.

Se acerca a mí con brusquedad y me toma del pelo, me duele.

—Mamá duele—susurro.

—¿Qué crees que haces aquí mocosa? —ignora totalmente mi dolor y aprieta más fuerte.

—Espero a papá y a Diego—digo lloriqueando.

—Tu eres la culpable de todo lo que está pasando, tu padre se va porque eres un monstruo y un desastre—gruñe con asco y me suelta. Olía a su alcohol cada vez que tomaba me trataba así, pero solo es por el alcohol, ella me ama.

Ella se marcha, tengo miedo de que vuelva así que no me queda de otra que salir con la tormenta de nieve, subo a mi habitación y me abrigo muy bien, con cuidado salgo por la puerta del perro y camino dos casas arriba de la mía.

Empiezo a llorar unos minutos más tarde siento como alguien me abraza, no se de quien se trata pero, le correspondo sin sentido alguno.

—¿Estás bien?—pregunta sin apartarse de mi cuerpo, unos segundos me toma darme cuenta de que no está abrigado, niego ante la pregunta.

Sorbo mi nariz y lo miro sus ojos azules brillan a causa de las lágrimas.

—¿Tu, estás bien? —pregunto luego de unos minutos. Él niega lentamente.

—¿Por qué no estás abrigado?.

—No me ha dado tiempo y no me acordaba de la tormenta.

—¿Por qué está afuera?—me pregunta y aparto la mirada.

—Mi papá se irá de casa luego de año nuevo—empiezo a llorar—y...y...mi mamá me dijo que es mi culpa—lloriqueo y sorbo mi nariz.

—¿Y tú, por qué estás afuera?

—Mi padre me odia—susurra y aparta la mirada, veo como limpia sus lágrimas, esta temblando...

—¿Me esperas un minuto?—le pido tímidamente y él asiente.

Corro a casa y vuelvo a entrar por la puerta del perro. Subo a mi habitación con cuidado y jalo una de las cobijas que cubre mi cama, bajo con ella y vuelvo a salir de la casa quizás no me sorprendería que se haya ido, mamá dice que siempre me quedaré sola pero, me sorprendió verlo allí.

Me acerco a su lado y nos cubro a ambos con la cobija.

—Tu papá no puede odiarte, estaría mal—susurro manteniendo un poco de distancia.

—Me lo ha dicho él mismo—susurra él niño y yo con cuidado me acerco a abrazarlo.

—Puedes llorar, no le diré a nadie lo prometo—digo y él sin dudarlo se permite llorar abrazándome.

—Gracias—susurra luego de unos minutos.

—¿Por qué?—preguntó con curiosidad.

—Por ser el único copo de nieve que me está dando calor—susurra con timidez y yo le sonrió con miedo.

—Entonces gracias a ti.

—¿Por qué?

—Por ser un rayito de sol en una noche oscura.

—¿Me dices tu nombre o te llamo copito de nieve?

—Me gusta copito de nieve—murmuró y mis mejillas se coloraron.

—Entonces a mi me gusta, rayito de sol—susurra con una sonrisa, sus ojos están hinchados por sus lágrimas y su nariz está roja también.

Los días pasan y siempre nos reunimos en la casa donde nos conocimos, ayer me dijo que mis ojos le gustaban, es noche de navidad y le he rogado a mi hermano unos de sus juguetes, me termina dando uno de los que no ha abierto y cuando todos duermen salgo de la casa con la cobija y los juguetes.

—Rayito de sol—exclamó cuando veo su figura en la nieve, se gira hacia mi y tiene la mejilla morada me detengo antes de llegar a abrazarlo y él sorbió su nariz extendiéndome sus brazos suelto los juguetes y lo abrazo.

—¿Que te paso?—pregunto preocupada sin apartarme de él.

—Mi padre—susurra llorando.

Mis manos se vuelven puños y mis ojos se entornan.

—Voy a golpearlo—gruño soltandome de sus brazos.

—No—susurra sosteniéndome.

—Es injusto, no puede golpearte así—murmuró sosteniendo su rostro.

—No vale la pena—susurra mirándome.

—Te traje un regalo de navidad—susurro separandome de él y me acerco a la cobija tomo la caja envuelta y me acerco a él nuevamente extendiéndole el regalo.

—Feliz navidad, rayito de sol—susurro con timidez, no me da tiempo de hacer nada porque él me abraza con fuerza y sin pensar lo que pasa después me quedo sin palabras. Me ha besado.

—Feliz navidad a ti también, copito de nieve—susurra con las mejillas rosadas.

La vergüenza sube por mi cuerpo y sube directamente a mis mejillas.

—¡Oigan! Ustedes dos—nos llaman y ambos palidecemos, cuando la puerta se abrió dándole paso a una señora.

—Niños vengan aquí—nos llama y nos tomamos las manos caminando hacia ella.

—Está haciendo mucho frío entren—pide la mujer con una sonrisa, nos miramos y ambos entramos aún tomados de las manos.

La señora nos pide que nos sentemos en el sofá y le hacemos caso.

—¿Conoces a la señora?—preguntó y él niega.

Estoy a punto de preguntarle y la señora se hace presente en la sala con dos tazas de chocolate caliente y malvaviscos.

—Tomen—nos sonríe y tomamos las tazas con chocolate. La verdad es que es muy amable las horas pasan y la señora nos dice que le podemos llamar Bell, también nos invitó a venir mañana a su casa. Nos despedimos de la señora y ambos salimos de su casa, él se inclina dejando un beso en mi mejilla.

—Adiós copito de nieve.

—Adiós rayito de sol.

Me voy a casa, en silencio subo a mi habitación me quito el abrigo y lo oculto bajo la cama.

Al día siguiente voy a casa de Bell, ella me dedica una sonrisa.

—Pasa cariño.

Ella me sonríe y me acerco al sofá mirando la tele, unos minutos después escucho su voz.

—Hola Bell—sin esperar más corro a la puerta abrazándolo él me corresponde con una sonrisa.

Nos sentamos en el sofá con Bell.

—Abuela—la voz de una chica se hace presente en la sala, debe ser mayor que nosotros por unos tres años ella frunce el ceño en cuanto nos ve.

—¿Y ustedes qué?—pregunta con indiferencia.

—No podemos decirte nuestros nombres—decimos al mismo tiempo.

—¿Por qué? —pregunta la chica.

—Prometimos mantenerlo en secreto hasta año nuevo.

—Eso—respaldo a rayito de sol.

—Bien, pues como se dicen entre ustedes—pregunta con indiferencia.

—Alice más amabilidad con los niños—dice la señora.

—Abuela—dice y la señora le reprocha.

—Ve a jugar con ellos al jardín—dice la señora y salimos los tres al jardín.

—Hagamos un muñeco de nieve, ustedes armen el cuerpo del muñeco y yo voy por la zanahoria y las pasas para su boca y nariz —dice Alice y asentimos..

Luego de esos recuerdos no tengo más que pequeños detalles borrosos.

—Bell nos tomó fotos y en una de ellas estaba tu nombre escrito, hace dos meses y medio que fui a Alemania con intención de conseguir algo que me acerque a ti, ya que desapareciste y busque a Alice, ella me entregó una caja que había guardado Bell y antes de fallecer le pidió a ella que si uno de los dos volvía que nos la devuelva—me quedo en silencio mirando la foto que me extiende, estamos él y yo sentados en el sofá mientras estamos abrazados, eso fue luego de que hicimos el muñeco de nieve.

Llegó a casa, subo a mi habitación y mamá está sentada en mi cama, tiene una botella en sus manos. Escondo la foto que me ha dado la señora Bell.

—¿Dónde estabas?—inquiere molesta.

—Con mis amigos—susurro mirando al suelo.

—No me mientas mocosa—gruñe y se levanta acercándose a mí, sostiene mi mano quitándome la foto.

—Mamá no—trato de pedirle que me la devuelva, pero solo me gano una bofetada de su parte.

—Mamá nada, cierra la boca mocosa—escupe y me suelta, rompe la foto en pedazos

—No creas que verás a tus amigos nuevamente, nos vamos mañana a Italia—gruñe y empiezo a llorar.

—Te quedarás aquí hasta entonces—me empuja y cierra mi habitación desde afuera.

—Mamá ábreme por favor—le pido entre lloriqueos...

Prefiero salir de mis pensamientos y mi semblante cambia antes de hablar.

—De todos modos a pesar de lo que supuestamente sentimos, te iras, todos lo hacen...

—No...

—Si, todos se van cuando dejo salir mis verdaderos sentimientos y muestro lo rota que estoy siempre se van—susurro apartando mi mirada de la suya.

Levanta mi mentón y me mira con ternura, suelta un suspiro sin total preocupación y acerca nuestros rostros dejando un leve beso en mis labios.

—Rota o no yo estoy enamorado de ti y estoy seguro que eso no va a cambiar mis sentimientos hacia ti, ya te conocí antes y me contaste todo a pesar de ser apenas dos desconocidos y te quise aún sabiendo sobre tus ataques de ansiedad.

—Tu lo dijiste, apenas éramos desconocidos y a eso añade que éramos apenas unos niños sin conocer nada del mundo real.

—Ya conocemos parte del mundo real ¿Que nos detiene de enamorarnos ahora? Y terminar de conocer lo que nos falta juntos.

—Mis inseguridades, mis traumas, mis miedos...

Me interrumpe besandome, su mano se adentra en mi nuca profundizando nuestro beso, se aparta unos segundos y en sus ojos se distingue un pequeño brillo antes de hablar.

—Mejor borremos todo eso juntos y si quieres hacerlo sola...lo hacemos solos, pero juntos ¿No lo crees?

—¿Y si me lastimas?

—No tengo interés en dañarte, tengo interés en repararte así me destruya en el intento, pequeña diosa.

—¿Y si te alejas luego de conocer mis daños e inseguridades?

—No lo haría, de hecho te amaría con ellas.

—¿Y si mi pasado no nos permite ser felices y todo se vuelve un caos?

—Seremos un caos, pero estaremos uno al lado del otro.

—¿Y si salimos lastimados los dos?—preguntó con temor.

—Bueno en ese caso...—hace una pausa larga el pánico se apodera de mi.

—Vendaremos nuestras heridas, tú las mías y yo las tuyas—susurra apoyando su frente a la mía.

—No quiero más daños.

—No pienso hacerte más daño.

—Entonces puedes dejarme ser parte de tu vida, pequeña diosa—susurra mirándome y con el miedo latente recorriendo mis venas asiento y sin más el une nuestros labios.

♪♪♪

Holaaaa manzanitassss ¿Que tal el capítulo? ¿Les gustó?

Este es el  capítulo que más me ha hecho llorar, porque sí yo también llore escribiendo todo lo que sufrió mi pequeña. Pero, el caso es que espero que a ustedes también les haya gustado.

El libro tiene mil vistas *Procede a gritar de emoción* AAAAAAAHHHHHHHHHHHH de verdad que les agradezco un montón todo su apoyo 😭❤️

Se les quiere y nos vemos pronto.

Bye:3

Pd: No pago terapia por nada de lo que se viene. JAJAJAJ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top