14. Impulsos

Nix

Los chicos intercambian miradas y luego rompen el silencio.

—¿Por qué llegaste tarde?—pregunta Leg.

—Me quedé dormida—respondo encogiéndome de hombros.

—Claro, y a mi no me gusta leer—dice sarcástica.

—Bien, me quedé hablando con Logan—admito.

—¿Hablando?—pregunta Abdiel.

—Si, hablando—respondo con tranquilidad.

—Bueno yo tengo que ir al café—me despido y ellos asienten.

—Te acompaño—dice mi mejor amigo y Leg suelta una carcajada.

—Uyy—canturrea Leg, yo sonrió mientras Leg se ríe y el bufa.

—Esperame en la parte de adelante—me pide Abdiel y asiento, Leg se despide marchándose.

Espero en frente de la casa, y miro mi teléfono cuando llega una notificación. Es Devan

—Hola arcoiris¿Cómo estás?

—Hola Devan, bien y tu


Me alegro. Estoy bien, oye crees que podríamos vernos

Muerdo mi labio inferior y peleó mentalmente si ir o no.

—Bonita ¿nos vamos?—mi mejor amigo me hace levantar la mirada del teléfono.

—Si—susurro mirando el chat abierto...Me adentro en el asiento del copiloto, abrocho el cinturón de seguridad y tecleo una respuesta rápida ante la invitación de Devan.

—Si claro Devan ¿Me avisas cuando?

—¿Hoy a las tres?

—Está bien ¿En donde?

—En el parque donde nos conocimos.

Sin problema alguno le mando un ok, y levanto la mirada de mi teléfono, estamos detenidos es un semáforo, Abdiel suelta un suspiro y lo miro de reojo.

—¿Y ese suspiro que?

—No es nada—murmura, conduciendo nuevamente.

—Sabes que me puedes contar.

—No se como proceder con ella, quiero invitarla a salir, pero no quiero que piense que es para cojer—me explica, bien aquí está pasando algo épico.

¿Mi mejor amigo quiere invitar a una chica a salir y no sabe cómo hacerlo? ¿Qué? Acaso me dirá que no es una pequeña obsesión como las que ha tenido antes... Naaa eso ni de broma pasará.

—Siento que no es como las otras veces, bonita—susurra y palpadeo varias enserio, varias veces.

—¿Fuera de...joda?—tartamudeo.

—Si Nix, fuera de joda me gusta y me gusta de verdad—aclara mirándome, salgo del trance que me provocan sus palabras y pestañeo, dándome cuenta que ya estamos en el café.

—Bien, te ayudaré—le aseguro y él me sonríe.

—Gracias bonita—solo le sonrió.

Bajo del auto y cierro la puerta de este. Me adentro en el café y Zoe me sonríe cuando me acerco al mostrador.

—Hola guapa.

—Hola Zoe.

—Veo que te sientes mejor, me alegra—me sonríe y me da el delantal con el logo del café. Empezamos a trabajar y con mi segunda intención le doy el pedido de mi mejor amigo a Zoe.

—¿Se lo llevas?—le pido con un puchero, ella entrecierra los ojos y asiente. Le sonrió y me quedé atendiendo en la barra.

Unas chicas entran al café y se acercan a la barra.

—Hola soy Nix, bienvenidas a Belén's Coffee. ¿Qué desean ordenar?.

—Una malteada de vainilla—me ordena la pelirroja, asiento y apuntó en la libreta.

—Un pedazo de torta de piña.

—Un café cargado, con una torta de frutas

—Un plato de frutas y una taza de té verde.

—Un té frío, con un plato de galletas de avena.

—Una malteada de piña y un pedazo de tarta de manzanas.

Apuntó todo con rapidez y ni equivocarme y sólo queda una chica de pelo largo y azul y rubio, me mira de arriba abajo antes de hablar.

—Una late, pero te pases de azúcar—apuntó en la libreta—No, mejor un café negro—anoto y ella vuelve a cancelar el pedido—Mejor un té frío—trato de escribir pero...—Sabes que mejor un pedazo de torta de fresa—{paciencia}—No mejor dame una malteada de chocolate...—Dios, trágame tierra—No olvidalo dame un agua sin gas y que sea una torta de limón—se decide por fin o eso creo...—Mejor dame una malteada de fresa y un flan.

Se marcha hacia sus amigas.

—Apuesto a que lo hizo para joderte—Me codea Zoe.

—No lo dudes—mascullo pasando la orden hacia las que se acumulan detrás mio.

—20 minutos para esa—me informan y asiento.

—En la mesa tres se acabaron las servilletas—avisan y me agacho en el mostrador en busca de ellas

—Buenas tardes—saludan.

—Hola soy Nix, bienvenido o bienvenidos a Belén's Coffee ¿Que desea ordenar?—saludo desde donde estoy a notar que nadie le responde al chico o chicos.

—¿Puedo pedir una cita con la chica detrás del mostrador?

{Espera ¿Qué?} Levantó la cabeza y chocó con el mostrador.

—Mierda—mascullo. Miro frente a mí y Logan me mira con una pequeña sonrisa.

—¿Entonces, si puedo ordenar lo anterior? —susurra mirándome a los ojos y mis mejillas arden.

—Tu silencio es un sí, pequeña diosa.

Asiento anonada.

—¿Nos vemos esta noche o paso por ti cuando tu turno acabe?—pregunta.

—Nos vemos esta noche—le confirmó y el asiente.

—¿Puedes salir del mostrador?—me pregunta mirando mis labios, los cuales muerdo ligeramente.

—No, al menos que estés en una mesa y tengas que atenderte—susurro y él sonríe, se aparta del mostrador y se sienta cerca del grupo de chicas que entró anteriormente al café. Sonrió y tomó la libreta.

—¡¿Nix y las servilletas?! —exclama uno de mis compañeros me giro tomándolas y pasándoselas.

—Se me pasó, lo lamento.

—Sí, quedó claro.

Sin responderle me encaminó hacia la mesa donde esta Logan, supuestamente mirando el menú. Me río y me acercó del todo a él, me inclino hacia su oído.

—Está al revés, Xodó—susurro.

—Así me traes, mi pequeña diosa—confiesa y antes de que responda me roba un beso. Me pongo rosada por las miradas de mis compañeros.

—¿Te traigo al revés?—pregunto con una sonrisa.

—A mi y a mi mundo—aclara mirándome a los ojos.

—¿Y qué vas a ordenar?

—Técnicamente dudo que en el menú estén tus besos—dice y me lanza un beso, poniéndose de pie.

—No—le susurro cuando se acerca, él hace un leve puchero muy cerca de mi rostro.

—Es una pena, pero por lo menos puedo robarmelos—susurra y sin más me roba otro beso. Se aparta y me sonríe.

—Nos vemos esta noche, pequeña diosa.

—A...adiós—susurro cuando besa mi frente y se marcha.

Me sonrojo cuando caigo en cuenta que estoy en mi trabajo...entonces me acerco a las chicas del pedido.

Las insoportables querrás decir.

—En unos momentos pueden ir a retirar su orden— les informo con una sonrisa.

—Traelas tú, para eso te pagan—dice la rubia que ordenó anteriormente, las demás se ríen y solo aprieto la libreta.

—Y dinos muñeca, ¿qué tan bien follas?—me quedo perpleja ante su pregunta.

—Le pregunto porque para ser novia de ese tipo tienes que ser muy buena en la cama.

No respondo, solo aparto la mirada.

—No lo tomes a mal, pero es que vimos su auto y tu...pues trabajas aquí...

Dice otra chica de la mesa con burla.

—Y te vistes así...—hace una mueca con asco.

—Y no tienes nada que ver con él...

—Y pareces una persona muy...dudo que exista palabras para eso...estehhh...

—Pareces adoptada, osea mirate—completa y una punzada va directo a mi estómago.

—¿Que te ve?—pregunta la pelirroja y las otras empiezan con burlas.

Me entran ganas horribles de llorar y siento como Zoe me abraza.

—Les respondo por ella, es hermosa, no se rebaja ante ustedes, su cuerpo, sus sentimientos, no está hueca, no tiene la necesidad de aparentar delante de él y no se le abre las piernas a todo lo que grite dinero—aclara con rabia. Y me aparta de allí.

—No creas nada de eso, eres muy increíble—susurra abrazándome, solo la abrazo y hago un pequeño esfuerzo para no llorar.

Suelto un pequeño suspiro.

—¿Donna está aquí?—pregunto y ella niega.

—Vuelve en una semana—me explica y asiento, me suelto de su abrazo y le sonrió.

—Si me despiden, fue un placer trabajar contigo—susurro con una sonrisa.

—El pedido de la mesa 5—me pasan las bandejas con las malteadas y las voy colocando sobre el mostrador junto con las bandejas donde están los pasteles.

Tomó el café, el té caliente y lo dejó en la bandeja con las galletas y el plato de frutas.

{¿Que tanto trabajamos en las terapias sobre que los impulsos no son buenos?}

Mucho, pero no hace nada, tu sigue con lo que haces.

Me acerco a la mesa con una sonrisa y las chicas me miran.

—La mosquita muerta volvió—dice con una sonrisa fingida.

—Así es, me dicen si está bien lo que cada quien ordenó—les pido y asienten con indiferencia.

—Una malteada de fresa y un flan—se la tiró a la cabeza a la rubia falsa.

—¿¡Que mierdas!?

Repito la acción que hice con la rubia, con la pelirroja, escucho burlas por los demás clientes.

—Un té frío.

Con la castaña.

—Una malteada de vainilla.

Con la otra pelirroja alta.

—Un pedazo de torta de piña.

Con la pelinegra de ojos verdes.

—Una torta de frutas

Con la rubia platinada.

—Un té frío.

Con la del pelo rosa y negro.

—Y una malteada de piña y un pedazo de tarta de manzanas—con la de los piercings en los labios y les sonrió amablemente—, gracias por pedir en Belén's Coffee, disfruten su día y frente a la cafetería han puesto un salón de belleza.

Dejo caer la bandeja vacía en la mesa y me giro sobre mis talones, con intención de irme, pero...

—¡Eres una perra loca!

Hazlooooo.

Me acerco a ella y llevo mi mano a la cabeza de la rubia de pelo azul que me mira con asco y odio, tomando un poco del flan que está sobre su cabeza.

Sabes, hace mucho que no te digo esto pero, te amoo.

—Dios, voy a comprar un flan de estos—murmuró llevando mi dedo a mi boca.

Si, definitivamente deberían sacarte de tus casillas más a menudo.

—Voy a hacer que te despidan—me amenaza la castaña, miro el reloj detrás del mostrador y sonrió ampliamente.

—No estoy en mi horario de trabajo desde hace tres minutos, muñeca—le hago saber.

—Eres una perra insoportable—gruñe una de sus amigas, río y le termino sacando el dedo de enmedio.

—Llora si quieres.

Oh yes mami

Les doy la espalda y quito mi delantal, llevándolo detrás del mostrador, tomó mis cosas y me marchó sin mirar atrás.

{¿Estaré despedida mañana?}

Lo más seguro. ¡Pero eso fue increíble!

Salgo del café, tomó un taxi el cual me deja frente al parque donde había quedado con Devan, me acerco a una banca vacía y me dejó caer en ella. Esperando a que el llegue, pasan unos minutos y el llega.

—Hola arcoiris—me saluda con un beso en mi mejilla.

—Hola—le sonrió, él se sienta a mí lado.

—Se que no que debí haberte dicho todo eso el sábado, estabas mal y no te fuiste porque te detuve, lo siento—susurra.

—Devan...no tienes que pedirme perdón, solo agradezco...tu sinceridad... y no sabes cuánto...me hubiera gustado...corresponder...tus sentimientos... pero...no...puedo—susurro mientras miro al suelo.

Él suelta un pequeño suspiro.

—Está bien, tengo más que suficiente con que seamos amigos—se sincera y toma mi mano dejando un beso en el dorso de esta.

Le sonrió y me inclino dejando un beso en su mejilla.

—Te gusta él, ¿no es así?—pregunta soltando mi mano y me tenso, él suelta un pequeño suspiro.

—Entiendo, espero que seas feliz con él—me sonríe y solo lo abrazo.

—El punto no es ese, yo venía a despedirme.

—¿Qué? ¿A dónde vas?—murmuro apartandome, el muerde su labio inferior y niega con una sonrisa.

—Nix, eras la única razón por la que estaba en Atlanta—me suelta de repente y no entiendo nada. El se da cuenta y continúa.

—Me han propuesto correr en la Fórmula 1—me confiesa y me quedo sorprendida.

—Eso es increíble, es tu sueño—murmuro con una sonrisa—estoy realmente feliz por ti.

—De eso estoy seguro, el problema aquí es que mi sueño no estaría completo sin ti, así que había dicho que no.

—¿Renunciaste a tu sueño por mi?—pregunto ahogadamente.

—Si, y lo haría otra vez...pero has sido clara con tu decisión y la respeto por lo que ya no existe manera de que me quede—besa mi frente.

—Eres demasiado para este mundo Devan—rompo en llanto abrazandolo.

—Ya encontraras a alguien que te ame como te mereces—lloriqueo en su hombro mientras él me abraza.

—Yo...yo...no puedo...creer que renunciaras...por mí—lloro abiertamente en su hombro.

—Supongo...que...esto es una despedida—sollozo apartándome de él.

—Esto es un hasta luego, arcoiris—me sonríe y se pone de pie.

—Voy a extrañarte mucho—lo abrazo despidiéndome.

—Te aseguro que yo te extrañaré más—susurra contra mi pelo.

—¿Puedo besar tu frente? ¿O ya es algo que Logan hace en forma de ternura?

Niego y él se inclina dejando un beso en mi frente.

—Tu sabes que te amo y siempre te llevaré aquí—toma mi mano y la pone en su pecho, mis ojos se llenan de lágrimas—Te vuelvo a recordar que eres la persona más maravillosa que alguien tiene el honor de conocer y odio tanto no poder ser yo el que te muestre que eres jodidamente única, pero se que llegará alguien que te lo muestre por mí—expresó con una sonrisa genuina, y volvió a besar mi frente.

—Eres demasiado para ese mundo, ni yo te merezco—susurro acunando mi mano en su mejilla.

—No, te mereces eso y más.

Me duele mucho que se vaya, pero su sueño siempre ha sido ese y llegó, renunció por mí y ahora esa oportunidad volvió y nunca le pediría que se quede, sería egoísta.

—Hasta pronto, mi arcoíris—susurra marchándose.

—Hasta pronto, Devan—me duele verlo partir, pero tengo esa sensación de que donde sea que vaya esa persona siempre la llevarás en el corazón.

Conocí a Devan hace tiempo, aún recuerdo que yo estaba en el mismo lugar donde nos encontramos pero con la diferencia de que yo venía con Eris y el estaba con su hermana menor, ambas empezaron a jugar y nos quedamos en el banco mirándolas desde aquí.

Estábamos en silencio hasta que él se presentó con una sonrisa y me sorprendió mucho pero de todos modos solo le conteste un pequeño hola apenas audible. Me pidió mi número y sin ningún problema se lo di, empezamos a tratar y nos volvimos amigos, hasta que un día nos dimos cuenta que a ambos nos gustaban las carreras y estábamos en el mismo equipo, con la enorme diferencia que para mí era un pasatiempo ya él era algo que amaba. Ni siquiera había notado que él sentía cosas tan bonitas por mi y a pesar que él me entiende me duele no corresponder a sus tan increíbles sentimientos.

♪♪♪

Tomó un taxi hacia la mansión de los padres de Legna. Pago el taxi y ne acerco al portón con detalles negros y dorados que cubre la mansión, el guardia me mira y luego me deja pasar.

Camino por el jardín, la fuente frente a la casa me hace rodearla para poder tocar el timbre, pero...

Los aspersores se abren empapadome completamente.

—¡Legna ayuda!—chilló alejándome de los aspersores.

La risa de un chico me hace voltear a su dirección.

—Ups, he pulsado el botón sin querer—dicen detrás mío y me giro encontrándome con el maldito de Thiago.

—¡Thiago!—la voz de Leg se hace presente—¿Nena que paso?

Respiro hondo.

—Leg por favor vamos a tu habitación—le pido entre dientes, ella asiente.

Nos adentramos en su habitación y ella cierra la puerta, dándome una toalla limpia.

Le agradezco y me voy a su baño, quito mi ropa mojada.

—Por cierto tengo una cita con Logan esta noche— le explico desde el baño, unos minutos después ella entra al baño y me sonríe coqueta.

—Te salvas porque no soy lesbiana, no me gustas y te respeto—murmura mirándome de arriba abajo, con una sonrisa, me sonrojo.

—Te traje un vestido—cambia de tema y me lo extiende.

Me quedo perpleja mirando lo que me extiende...

—¿Y el resto de la tela?—murmuró perpleja, eso solo me tapa el trasero y es por poco.

—Se fue a la basura, tienes una cita así que ¿Por qué no?

—Porque le falta más de la mitad de la tela—digo obvia.

—Solo pruebatelo por fa—me pide con un puchero notable.

—Bien—mascullo. Empiezo a ponerme el vestido con cuidado y me queda muy ajustado al trasero... Me queda muy por encima de las rodillas y el escote muestra mis pechos más de lo normal. Es un color hermoso, pero el vestido no me convence.

—Leg, no lo sé...

—Quiero verte nena, sal de ahí.

—Si él no te da esta noche yo hago el sacrificio—dicen desde la puerta y volteo a ver a Thiago, el cual me mira boquiabierto.

—Fuera Thiago—demanda Leg, él se va no sin antes lanzar un beso al aire.

—Debo admitir que él tiene razón.

—No se...¿estás segura que no muestra demasiado?—murmuró mirándome al espejo.

—Para mi no, pero si no te sientes cómoda toma algo de mi armario—se encoge de hombros.

—El azul te queda increíble—añade y me acerco a su armario.

Sin más que decir me voy directo al pasillo azul, así es, tiene el armario dividido en pasillos de colores.

—¿Acaso solo tienes vestidos?

—¡Si!—exclama con tranquilidad.

—Al menos que quieras una mini falda—se adentra en el armario y me sonríe.

—No, prefiero un vestido.

Ella asiente y me pasa un vestido dorado, igual que el que traigo puesto pero, más largo, un poco más largo. Y viendo las demás opciones este es el más largo que tiene, está dos dedos más arriba de mis rodillas, pero está bien, me gusta.

—Perfecto, nenis—dice con una sonrisa.

—Debí haberme ido mojada—murmuro y ella golpea mi hombro.

—Estas bellísima y punto, vamos te llevo a la residencia.

Me aclara y asiento, bajamos a la sala de su mansión, salimos hacia el garaje nos adentramos en su auto y minutos después ella me deja frente a la residencia.

—Suerte—me dice y deja un beso en mi mejilla.

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