— ¡Meliodas, baja! — se escuchó una voz desde abajo de la habitación

— Mm. . — Refunfuñó con pereza un rubio acostado en su cómoda cama.El rubio de ojos verdes se levanto de su cama con pocos ánimos y movimientos torpes.

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— hola mama — saludo al bajar de las escaleras

— hola Meliodas — contesto una dulce voz. Meliodas se sentó en la mesa con poco entusiasmo y su madre con una sonrisa le dijo.— no estás emocionado por ver a Eli? — preguntó la madre a lo que Melioda se sonrojo y escupio la comida.

— no. . ., no lo sé dijo ya estamos tercero de secundaria, no se si es la misma, no la he visto en un verano, y puede que cambio —
Dijo con tristeza en su tono.

— no seas pesamista Meliodas, ¿sabes?,recuerdo que un día llegaste agarrando la mano de Elizabeth y dijiste " Elizabeth será mi esposa " — ante lo antes mencionado la rubia carcajeó cubriendo con su mano su boca evitando inútilmente la risa sobre aquel recuerdo.

— Mamá, eso era cuando era niño, no sabía lo que decía. — Exclamó el rubii con un notorio rubor en su cara.— Además, no creo que a Elizabeth le guste. —

— ¡Claro que si!, ella decía que te amaba y te dio tu primer be-— protestó la madre a lo que el rubio con intención de que no siguiera la interrumpió — Lalaaalalalalalalalalalalal, bueno mama ya acabe me voy. —

— Hay Mel. . .— susurró la madre con una mirada de decepción.

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Meliodas iba llegando a la escuela cuando de repente sintió a alguien abrazándolo por detrás, volteó y no era nadie mas que.

— Elizabeth — dijo sorprendido Elizabeth se bajo de él dejando ver a Meliodas lo mucho que había cambiado.

Al mirarla Se sonrojó al notar que todavía conserva el arete le había obsequiado y se quedó paralizado Elizabeth se acercó a Meliodas peligrosamente intentado ayudar a su amigo — Mel, ¿Estas bien? —

— ¿He? , ¡Ha! , ¡si lo estoy! — respondió un poco asustado por su cercanía. Elizabeth suspiró, poniendo uña manos en su pecho dijo.

— Menos mal, no me lo perdonaría si mi mejor amigo muriera —

Estas palabras le dolian a los dos y lo sabían.

— si. . . Bueno — sin poder decir mas el rubio fue callado por la alarma de la escuela

— Entremos. —

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Al salir de clases Meliodas quería ver a Elizabeth, pero no la encontró asi que la empezó a buscar por todos lados.

El rubio se estaba empezando a preocupar por Elizabeth, hasta que de pronto la encontro caminando por un rincón que solo ella y el conocían.

Se acerqué a la peli plateada y sin decirle nada solo la abrazo, ella correspondió el abrazo — qué pasa Mel, para que el abrazo — pregunto

— me estabas preocupando estupida! — gritó un poco enfadado al antiguo susto — estoy bien —Cuando dijo el rubio noto la falsedad de sus palabras, rápidamente se acomodó bien y la miro con el seño fruncido, sabía lo que pasaba. Ella aunque parezca una persona estable, no lo es, su familia la obliga a ser perfecta, y cargar con todo, tiene un enorme peso mental cargando en ella, y lo que mas le al rubio enoja es que no hacen nada por ella.

Es mucho peso para ella, "odio a su familia pero, como proteger a quien amas de su familia?, simplemente no se puede, y menos si aun eran menores de edad, es básicamente imposible ayudarla, y si había pensado en denúncialos pero su familia es del alcalde, básicamente si llega a decir algo ellos lo sabrán.

— no es lo que siempre dices, y no es verdad — dijo con enojo e impotencia — no me mientas, por favor, almenoz no a mi, y menos así — entonces ella se derrumbo.

Elizabeth empezó a llorar y a caer al suelo, mientras la sostenía la abraza fuertemente.