EPILOGO - CAMPOS CATALAUNICOS
Durante toda la mañana , habían esperado detrás del círculo de carromatos a que el ejército romano , godo y de otros pueblos germánicos liderado por el magister militun Flavio Aecio , atacase .
Pero en vista de que eso no iba a suceder , salvo que se les atrayese a una lucha , el rey Atila da la orden de lanzar ataques .
Una vez suena el cuerno de guerra , Rupsila monta en el caballo y junto con los demás hunos , lo pone al trote . Sale del círculo de carros y se dirige hacia el centro de la formación enemiga donde están los legionarios romanos .
Otro sonido del cuerno y los hunos ponen sus caballos al galope . Sacando el arco de la funda , Rupsila cabalga al galope , < he estado en combates antes , pero no de esta magnitud . Somos miles y ellos también >
De su carjaz coge tres flechas .
Coloca una flecha en la cuerda de su arco curvo y con ella tensa la cuerda . Alza el arco , y lanza la flecha en parábola . Una tras otra , suelta flechas hacia las líneas romanas , conforme se acerca .
Entonces llegan las flechas de los romanos . Dos jinetes hunos que van delante suyo , caen de sus monturas , atravesados por las flechas . Otra flecha le pasa rozando el cuello .
Al girar el caballo para poder retroceder , suelta una flecha tras otra en línea recta , contra los legionarios . Algunas de sus flechas se clavan en los escudos de los legionarios romanos , otras dos se clavan en la carne . Una de forma letal al atravesar el ojo a un optio legionario .
Pero entonces , llegan por el aire las plumbata . Una de ellas se clava en su caballo y este relincha y se en cabrita de dolor . Durante unos momentos Rupsila lucha por controlar a su caballo , hasta que lo consigue . Otra se clava en el rostro de su viejo amigo Opsila .
Al verlo , lanza un grito de ira .
Galopa para alejarse . Mira hacia atrás y ve varios caballos sin jinete y en el suelo cadáveres de cientos de hunos . Coge una flecha y la pone en el arco . Apunta y lanza la flecha dando en el cuello a un arquero romano .
Ve como el caballo que monta pierde sangre y que se debilita por momentos .
Vuelve al campamento .
- ( Necesito otro caballo )
Entonces ve que un grupo de hunos se dirige hacia una colina .
- ( ¿ Adónde van ?) - pregunta Rupsila .
- ( A apoyar a los ostrogodos en su ataque contra los godos ) - le dice el joven que le trae un caballo de repuesto - ( ¿ Vas con ellos ? )
< Nuestro rey Atila quiere destruir a los godos para poder atacar a los romanos por detrás >
- ( Volveré al centro . Hay que tener a los romanos distraídos para que no puedan ir en ayuda de los godos ) - responde Rupsila .
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El romano cae al suelo mientras se axfisia con el nudo corredizo del lazo . Con fuerza , Rupsila tira del lazo y lo saca a rastras de la formación romana .
Pero entonces oye el clamor de las cornetas y tubas . De las filas romanas sale un grito de guerra , el barritus y avanzan .
En perfecta formación , mientras tiran las plumbata . Mira en dirección a la colina y ve a los guerreros hunos y ostrogodos retirarse .
- ( Nos están venciendo ) - dice atónito Rupsila .
Un grupo de hunos lanza una carga suicida y consiguen abrir una brecha . Pero entonces surge la caballería romana que carga contra los hunos por el flanco .
Rupsila desenvaina su espada larga y se dirige hacia uno de los jinetes romanos . Con el filo de su espada desvía la hoja de la lanza de acometida . Con movimientos sincronizados , mueve el caballo al mismo tiempo que la mano que empuña su espada . Consigue ganar el costado desprotegido del jinete romano y le asesta un tajo que le corta el hombro , hasta llegar a su corazón .
Otro jinete romano le ataca . Luchan intercambiando golpes con las espadas . El romano le hiere con la punta de su espada en el hombro izquierdo , pero a pesar del dolor , Rupsila le corta el cuello con el filo de su espada .
Herido y mareado debido a la herida , Rupsila cabalga hacia el círculo de carros . Luchando por mantenerse despierto , galopa hasta que al atravesar los carros , cae del caballo .
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Al despertar , Rupsila se encuentra tumbado en el interior de un carro . Su esposa Denekan pone musgo en su herida .
- ( ¡ Gracias a los espíritus que sigues con vida ! ¡ Temi que te perdía ! ) - le dice su mujer entre lágrimas .
- ( ¿ Adónde vamos ? ) - pregunta Rupsila .
- ( Volvemos a esa tierra que se llama Germania ) - le responde su esposa .
- ( ¿ Por qué no vamos a Roma ? ) - pregunta atónito .
- ( La batalla se perdió . El rey Atila ha ordenado el regreso ) - responde Denekan - ( Pero dice que dentro de unos años volverá a marchar sobre Roma , con más hombres )
FIN
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