Riqueza, fama, poder Gol D. Roger, el rey de los piratas conquistó todo lo que el mundo podía ofrecer, sus últimas palabras antes de morir hicieron que la gente corriera hacia el océano, “¿Quieren mi tesoro?, si lo buscan pueden quedarse con el, ¡Búsquenlo!, ¡Todo lo que obtuve de este mundo lo encontrarán ahí!”, los hombres se dirigieron a la Grand Line a cumplir sus sueños, ¡Y así comenzó la gran Era de los Piratas!.

El inmenso océano, tan grande que abarca todo hasta donde llega la vista, azules y profundas aguas que esconden tesoros, misterios y muchos peligros, en una zona del mismo un gran crucero surcaba sus aguas, dos hombres vestidos de marineros veían a lo lejos un gran remolino asombrados, sus pensamientos fueron desechados cuando escucharon un golpe en la madera de dicho navío, dos barriles grandes se acercaron flotando hasta chocar con el barco.

Adentro del crucero se podían ver a varias personas bien vestidas bailando musica lenta en una gran pista de suelo blanco reluciente.

De vuelta en la cubierta del barco los dos hombres estaban subiendo los barriles con notable dificultad, aunque uno era más pesado debido a que dos hombres lo levantaban a la vez.

Un hombre estaba en el puesto de vigía de la embarcación, a lo lejos pudo ver un barco rosa con una bandera negra, en la bandera había un cráneo viendo hacia la izquierda con un corazón rosa pintado en el centro, dos huesos de fémur estaban detrás del cráneo terminando así con un diseño que el hombre reconoció en seguida.

¡Giren la popa a estribor! ¡Es un barco enemigo!, ¡Piratas, son piratas!- grito aquel hombre a sus compañeros que soltaron los barriles para salir corriendo.

Los piratas comenzaron a tacar al barco de pasajeros, entre tanta conmoción y movimientos bruscos los dos barriles cayeron a la bodega del barco, pocos segundos después los piratas abordaron el barco de pasajeros listos para robar todo lo de valor, junto a los piratas había un joven, pequeño y delgado, de cabello rosa y gafas circulares grandes.

El niño entro en el almacén donde encontró los dos barriles, con algo de esfuerzo comenzó a mover uno hasta que otros tres piratas entraron al almacén.

¡Hey Koby!¿¡Acaso tratas de robarte esto!?- grito uno de los piratas.

¡N-no! C-claro que no, esto e-es para Alvida-sama- dijo el niño nervioso.

Porque mejor no nos los das a nosotros Koby- dijo otro de los piratas de forma amenazante.

N-no i-imposible Alvida-sama se molestará si se entera- dijo Koby de forma nerviosa.

No se enterará si nadie le dice mocoso- dijo el último pirata con una sonrisa sanguinaria.

Antes de que alguien dijera algo más los dos barriles explotaron de forma brusca, del primero salió un joven de cabello negro, vestía con una camisa sin mangas de color roja, unos pantalones cortos de color azul y unas sandalias, sus rasgos más característicos eran una cicatriz debajo de su ojo izquierdo y un sombrero de paja, la segunda persona en salir del otro barril era un hombre joven, de cabello rubio y puntiagudo desordenado, tenía ojos azules con un leve brillo rojizo, tres marcas como bigotes en cada mejilla y vestía con una camisa sin mangas de color blanco, unos pantalones holgados de color negro y no usaba calzado, en su cintura a modo de cinturón había una tela de color naranja rojizo.

Su brusca salida había provocado que los tres piratas salieran disparados.

¿Q-quienes son?- pregunto Koby asustado.

¡Me llamo Monkey D. Luffy, el hombre que será el rey de los piratas y el es mi hermano Uzumaki D. Naruto, el que sera la criatura más fuerte del mundo!- finalizó el joven pelinegro con una gran sonrisa abrazando al identificado como Naruto con un solo brazo, Naruto también tenía una gran sonrisa en su rostro mientras uno de sus brazos estaba sobre el cuello de su hermano.

Listo el prólogo de la historia está echo, perdonen la tardanza pero e estado ocupado con el curso de ingreso a la universidad y mi trabajo pronto me darán vacaciones así que estaré más tiempo libre, ya se están escribiendo los demás capítulos de mis demás historias así que agradecería su paciencia, sin nada más que decir nos vemos luego.

Ciao.