Cuando despertó el sol de su sueño se levantaron también los otros habitantes del Bosque Mágico. Fueron a ir a visitar a Fungi con un poco de comida. Pero cuando llegaron no encontraron al pequeño hongo. Lo buscaron, y aun así nada. Pero lo que no sabían es que Fungi les quería dar una sorpresa y mostrarles a todos sus nuevos poderes. Los otros se empezaron a preocuparse por Fungi, cuando él de repente salto de un árbol levito unos segundos, bajo con mayor elegancia que un cisne y cuando tocó el suelo creció treinta centímetros. Los otros aplaudieron impresionados y le preguntaron del origen de sus poderes: 

-Ese es un misterio. Simplemente apareció y ya -les respondió el hongo. Sabía que él estaba mintiendo y que estaba mal, pero le daba vergüenza decirles que una mariposa le otorgó poderes porque él se lo ha pedido. Los otros habitantes estaban muy alucinados y querían ver más así que el día se trataba de desayunar, ver el espectáculo de Fungi, almorzar, ver otros trucos de Fungi, etc. Todos estaban tan concentrados sobre sus teorías del origen de los poderes de Fungi que no notaron ese polvito que brillaba sobre la cabeza del honguito. Ese polvo, que cumplió el mayor deseo de Fungi.