Un día en la vida del hombre

Un día común y cualquiera, Demian camina de regreso de la universidad rumbo al cuarto que renta en aquella vecindad, sólo alcanzaría a comer algo rápido antes de irse a trabajar, tal vez le seria mas fácil comer fuera, pero el dinero no le alcanzaba, apenas iba acompletar lo de la renta de este mes, sin olvidar que debe pagar colegiatura, y libros. Al ritmo que iba tendría que trabajar por la noche para pagar todo, por suerte ya casi acabaría sus estudios y podría buscar trabajo en su rama, como abogado. Pero esto no era sencillo, tan solo el recordar cuando por primera vez fue a buscar trabajo en un despacho, como ayudante, le hacía perder las esperanzas en encontrar un buen trabajo pronto.



—Buenos días señorita vengo por el puesto de ayudante de abogado.

Tome asiento por favor, en un momento le llamaremos — Demian no pudo evitar voltear a ver a los más​ de veinte aspirantes, lo cual le sorprendió pues era un despacho pequeño y eran muchos aspirantes, algunos jóvenes aunque la mayoría eran de mas de treinta con un folder gordo, tal vez reflejo de sus años de experiencia laboral.

Señor Demian Rodríguez, adelante por favor —Demian se puso de pie, respiro profundo e intento parecer seguro al entrar por esa puerta.

—Tome asiento señor Rodríguez, ¿trae los papeles requeridos? —A Demian le costo conseguirlos en especial las cartas de recomendación pero al final lo logro.

Si, aquí están —Sin más se los dio a la mujer regordeta sentada en ese escritorio, quien detrás de esos lentes tenía una mirada impasible.

Veo que no tiene experiencia en el ramo. —Tenía razón, su último trabajo había sido de repartidor de pizzas nada mas lejos de las leyes —Y que esta estudiando actualmente en la universidad ¿Anáhuac de México? —Se notó en el tono de voz el desprecio, por tal escuela, de seguro ella esperaba universidades de renombre y no, una poco conocida.

Si, así es. —Aclaro la garganta Demian mientras intentaba hablar de forma segura, si algo sabía bien es que en una entrevista de trabajo jamás debes mostrarte inseguro —Sin embargo aprendo rápido y además ¿como puedo tener experiencia si no hay alguien que me brinde mi primer oportunidad? —su argumento era irrefutable, si esto fuera una historia linda, el trabajo sin duda sería suyo pero esto es una historia real, no un cuento feliz.

Y ¿qué le hace pensar señor Rodríguez que debo darle una oportunidad a un hombre como usted? Teniendo en cuenta que tengo más candidatos afuera con años de experiencia, o graduados de las mejores universidades con honores y usted, ni esta graduado ni proviene de una universidad de renombre y sus calificaciones son buenas aunque no excelentes, y sólo tenemos dos vacantes. Le agradezco por su tiempo pero nosotros le llamaremos.

Sin mas la señora se despidió de él diciendo la temible frase escuchada por tantos desempleados "nosotros le llamaremos", Demian sabía que no le hablarían y más por que no le habían pedido sus datos. Pero así es esto, tienes que picar piedra, tienes que perder tiempo. Y así fue mas o menos la típica historia de todos los lugares a los que se presentaba, o el puesto ya estaba dado o buscaban a alguien con más experiencia. A veces el puesto era dado al típico "hijo de papi", que recién termina carrera y su padre rápidamente le consigue un trabajo.




Y por eso, aquí estaba Demian dirigiéndose a su grandioso puesto de cajero de un minisuper. Era lo máximo que pudo conseguir considerando que tenía que ser un trabajo de medio tiempo por motivo de la universidad. Por lo menos, se decía entre sí, no termine como auxiliar de limpieza, no lo decía por orgullo, pues tiempo atrás llego a ser de limpieza, lo decía mas bien por economía, pues si con su puesto de cajero apenas le alcanzaba para cubrir su mes, y eso con ayunos prolongados o con tener que pasar de comprarse algo en la universidad, ahora con un puesto inferior no le alcanzaría ni para vivir.

Tal vez le sería mas fácil si dejará la universidad, pero no, eso jamás, sabía que la única forma de salir adelante era mediante ser todo un profesional, aunque eso le costará noches sin dormir, escasez y privaciones. Pero ya estaba acostumbrado a ello desde aquel día que se las vio solo en el mundo tuvo que enfrentar a la triste realidad. Él jamás pudo ser un joven normal que sale, se divierte, se emborracha, a duras penas se llego a permitir una cerveza de vez en cuando.

Él salia de la universidad a las dos de la tarde y entraba al minisuper a las tres, cerraba a las diez de la noche y hacía corte de caja, así que salía a las once de la noche. Llegaba a estudiar y hacer tareas, dormía un par de horas y al siguiente día de nuevo a comenzar la rutina. Tal vez pudiera esperar al fin de semana para descansar pero aún sábado y domingo no descansaba completamente, pues la mayoría de las veces doblaba turno para ganar un poco mas, y las otras veces aprovechaba para estudiar, hacer tareas, o avanzar con proyectos o con su tesis.

Y esta noche no sería la excepción, llegaría a estudiar, desde aquel día en que esa señora que lo entrevisto lo discrimino por no venir de una gran universidad y por no tener excelentes calificaciones se propuso lograr ser el mejor de su clase, no era algo sencillo, pues el no tenía quien lavara su ropa, le hiciera de comer, no tenía tiempo para estudiar como todos los demás, pero con empeño lo consiguió y si todo seguia igual se graduaría con mención honorífica. Tal vez eso le serviría cuando volviera a enfrentarse a una entrevista de trabajo. Demian sabia que  estar en una universidad de renombre no dependía de él, pero lo que si podía hacer es mejorar sus calificaciones con suerte eso llamaría un poco la atención.

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