(Cap 2) REENCUENTROS

«Adiós Star» murmuró el castaño para luego atravesar el portal que lo llevaría a su hogar.

Una vez que el portal se cerró, Marco había llegado al mismo lugar donde se había llevado a cabo la pelea. Vio que había varios policías y bastantes reporteros por doquier.

—Espero que no hayan notado mi presencia —dijo para luego escabullirse sin que nadie lo vea, hasta llegar a una zona peatonal donde se mezcló con los transeúntes, dirigiéndose a su vieja casa.

No pasó mucho tiempo hasta que el chico regresara a casa, se acomodó su polo, que por cierto estaba limpio, y se dirigió a la puerta. Toco tres veces y espero por unos segundos hasta que cierta peli blanca abrió la puerta e inmediatamente se lanzó a abrazarlo y le daba un beso la mejilla. Marco correspondió el abrazo y vio cómo lágrimas brotaban de los ojos azules de su novia.

—Lamento haber estado tan ausente —comentó apenado Marco.

—No te preocupes —lo agarra de las manos y lo mira a los ojos—. Lo que importa es que estás aquí... Conmigo —respondió ella para abrazarlo por el cuello y acercar sus labios para darle un tierno beso que duro un tiempo considerable. Desgraciadamente, Marco no lo disfruto del todo.

Ambos se separaron y entraron a la casa solo para ser recibidos por los preocupados padres; Marco intentó tranquilizarlos, pero Janna y Alistair también estaban allí, esperando respuestas. Tomaron asiento todos y el arácnido empezó a contar lo mejor que podía para que lo entendieran; por fortuna, si lo hicieron.

—Y eso es todo, simplemente fui teletransportado a Mewni.

—¿Mewni? ¿No es el lugar a donde fuimos tu madre y yo en nuestro aniversario hace dos años? —preguntó el padre de familia.

—Ehhh si, exactamente —contestó el hijo.

—Vaya, debió haber sido emocionante —comentó la madre quien cargaba al hermano para luego acercarse y darle un abrazo a su hijo mientras unas gotas brotaban de sus ojos verdes—. Me alegra que estés bien hijo mío.

Marco correspondió el abrazo y le dio un beso en la mejilla a su madre; acarició los pocos cabellos que había en la cabeza de su hermano y su padre también se acercó para darle un abrazo, pero un abrazo de hombres, dándole unas palmadas en la espalda.

—Ni balazos, ni electricidad, ni explosiones, ni apuñaladas pueden con mi hijo —hablo orgulloso Rafael.

—No es para tanto, tuve ayuda —contestó rascándose la nuca.

—Debes tener hambre. Amor, sujeta a mi niño —le da el bebé a Rafael dándole un beso en la mejilla del pequeño y se va.

—Bueno... —se acerca a sus amigos—. Creo que es mi turno de preguntar.

—¿Qué quieres saber, amigo? —dijo el pelo naranja.

—Todo, ¿cómo terminaron peleando contra esos monstruos?, ¿cómo obtuvieron esos trajes? y ¿dónde está mi hermana y los demás?

Y así, se sentaron en el sofá y hablaron por un buen rato. Angie llamó a la mesa y todos acudieron mientras continuaban explicándole a Marco algunos detalles extra. Luego, empezaron a tener una conversación más "normal"; hacían preguntas triviales, bromeaban y hablaban acerca de todo lo que estaba pasando en las noticias, específicamente de cierto viejo gruñón, que ya no parecía tan gruñón.

"Esto se salió de control, ya no basta solo con los escépticos; sino también, con estos nuevos sucesos que está dando de qué hablar. Muchos sabrán que el hombre araña, quién creíamos muerto, regresó por arte de magia y, según fuentes confiables, derrotó a unos monstruos que habían aparecido para atacar un pequeño pueblo de Virginia, Eco Arroyo. Ahora mismo, tanto policías como reporteros, buscan pistas del paradero del cabeza de red para que responda todas las preguntas que tiene conmocionado a la nación".

—Que extraño, no parece tan gruñón esta vez —dijo Janna mientras masticaba su comida.

"¿Que qué opino de esto? pues... —habló mientras acomodaba unos papeles que tenía en la mano—. ESTAMOS ANTE UN SER QUE OBVIAMENTE NO PERTENECE A ESTE MUNDO, ¿POR QUÉ NO SE MUESTRA Y RESPONDE LAS INTERROGANTES? ¿QUÉ ESTÁ OCULTANDO? ¿DEBERÍAMOS CONFIAR EN ESA... COSA?".

—Ahí lo tienes —bromeó Nicole.

—Creó que tiene un buen motivo para estar alterado —comentó serio el castaño, a lo que todos se callaron dándose cuenta de que era verdad.

Luego de la maravillosa cena que tuvieron, se alistaron para pasar la noche, pues ya estaba anocheciendo. Marco subió a su viejo cuarto y sacó de su bolsillo el frasco que contenía a la araña celestial. Él la observo y veía que estaba tranquila, aunque también vio que estaba creando seda, cosa que iba a utilizar para cerrar el agujero de su traje.

—Muy bien, amiguito, creo que necesitarás un espacio más grande.

••••••••••

Mientras tanto, alejada de la comodidad de su hogar, la mujer araña se balanceaba a través de los edificios que habían, pese a ser pocos y no todos de gran altura.

La temperatura era considerablemente baja, razón por la cual se mantenía en movimiento; aterrizó en el tejado de un edificio y suspiró observando la luna.

Al poco rato, sintió con su sentido arácnido el acercamiento de otro ser que estaba conectado a ella de cierta forma. Espero a que él llegara, lo abrazo con fuerza y lo besó en la mejilla para continuar con su abrazo.

—Hijo de... Nuestra madre, sigues con vida —bromeó dando pequeñas risas.

—Me alegra verte Marcia —rió el también—. Janna me dijo que habías salido a tomar aire; así que vine.

—Seh, necesitaba un respiro.

—Me enteré de... Ellos —dijo con un tono triste mientras que la cara de Marcia cambiaba drásticamente, aunque no se veía por su máscara.

El arácnido notó la tristeza de la arácnida y se acercó para agarrarle de las manos y tratar de consolarla.

—Lamento lo que pasó... Sé que los querías mucho; no fue tu culpa. Además, hicieron lo que todo héroe debe hacer...

—Está bien, Marco. Sé que ahora están en mejor vida, e hicieron lo correcto, es solo que... Creí que había perdido a todos mis hermanos —dijo mirando a su hermano; a quién se le podía ver los ojos si mirabas atentamente la parte de sus lentes.

—Ohhh... Que bien... Que no pasó eso, aunque Diego también cuenta, ¿no?

—Si, pero me refiero a mis hermanos arácnidos.

—Verdad.

—Te quiero hermano.

Dijo para que después ambos se dieran un fuerte abrazo; pese a que su primer encuentro fue un tanto inusual, rápidamente se agarraron cariño. Tenían mucho en común, y disfrutaban de la compañía del otro, aunque no del todo debido a las diferencias de género; aún así, con el poco tiempo que se conocieron, ya tenían formado un vínculo especial. Cosa que tratarían de mantener, pues saben que siempre habrá diferencias entre los hermanos.

—Ok, creo que está haciendo un poco de frío aquí —comentó Marco frotándose los brazos.

—Tienes razón.

—A propósito... ¿Sabes dónde está Jackie?, sé que fuiste la última en hablar con ella.

—Si, me preguntó cosas acerca de todo lo que había ocurrido, le conté sobre ti y de tus aventuras. Aunque me pidió que no se lo dijera a nadie ahora que recuerdo.

—Y...

—No me dijo dónde estaría, si esa es tu duda.

—Demonios... Necesito hablar con ella.

—Tal vez Moon Knight sepa algo, él me dijo que la mantendría vigilada.

—¿Sabes dónde está él ahora?

—No, pero sé dónde va a estar.

••••••••••

Una vez que la noche ya había caído, el caballero planeaba con su capa hasta llegar a su destino, el cual era el edificio más alto de todo el pueblo.

Este se acomodó la capa que había usado como planeador, y se dispuso a ver la luna; escuchó el sonido de unas telarañas y se puso a esperar.

—No me digas, ya nos esperabas —habló Marco

—Para ser sincero, no. No los esperaba.

—Eso es raro, usualmente lo sabes todo —comentó Marcia.

—No esta vez —respondió el caballero dándoles la espalda.

—Bueno, solo venimos para saber si sabías dónde está Jackie.

El caballero dio un vistazo a la luna, volteo para mirar al dúo arácnido y contestó:

—Solo sé que está buscando la manera de regresar con su jefe. Una tienda de autos podría ser un buen objetivo.

—¿Robará? —cuestionó la castaña.

—Es lo que la enseñaron a hacer durante mucho tiempo —respondió Luna.

—Bueno, vayamos a interceptarla —exclamó el castaño.

—Descuida, no lo hará esta noche. Debe de estar planeando primero.

—Bueno... Tenemos tiempo entonces... ¿Tienes dónde quedarte, Luna? —preguntó él—. Tenemos espacio en mi casa para un invitado más.

—¿Lo tenemos? —dijo ella.

—Seh... Creo... Como sea, ven con nosotros para que mañana podamos hablar con Jackie.

—Lo siento, Marco, pero estoy yéndome.

—¿A dónde te vas?

—Mi trabajo aquí ya termino, derrotamos a Mysterio y el sello está completamente cerrado otra vez, ahora debo regresar a casa.

—¿Dónde está tu casa? —interrogó ella.

—Lejos... Muy lejos. Fue un gusto conocerlos amigos, quizás nos volvamos a ver de nuevo en el futuro —habló mientras estrechaba su mano a Marco en señal de despedida.

—¿Enserio te vas? —preguntó incrédulo Marco—. Te necesito, viejo.

—Voy a tomarme un tiempo —dijo el caballero—. Además, tengo que encargarme de algo un poco más personal.

—Bueno... Buena suerte entonces, te voy a extrañar —contestó el arácnido.

—Descuida, ya tienes suficiente ayuda —mirando a Marcia—. Sigue siendo un héroe y protege a tu ciudad —dicho eso, Marco estrechó su mano y lo abrazo brevemente; Marcia hizo lo mismo y se despidieron del caballero.

—Cuídate mucho y suerte —comentó el castaño viendo cómo Luna se alejaba de ellos lentamente.

—Adiós —dijo para luego saltar del edificio y desaparecer como un ninja. A lo que Marcia dio un suspiro.

—Bueno... Supongo que ahora somos tú y yo.

—Eso parece... Vamos a casa, hermana.

En eso, ambos lanzan sus redes y se columpian tranquilamente de regreso a casa. Ambos trataban de demostrar quién era el más rápido, por lo que se volvió una competencia amistosa; rieron y jugaron brevemente hasta por fin aterrizar sobre el tejado de su casa.

••••••••••

A altas horas de la noche, el doctor Octavius esperaba en el aeropuerto la llegada de alguien especial, alguien que no había visto en meses... Su hijo.

Pasaron minutos hasta que oyó lo que decía la señora del micrófono y se acercó al camino en donde los pasajeros de China pasaban para ser recibidos por familiares o gente contratada para recibirlos.

Otto, algo ansioso, esperaba ver a su hijo quien ya se estaba demorando un poco para su gusto; no obstante, el chico al fin apareció.

—¡Hijo! ¡Aquí estoy! —exclamó Otto por fin hallándolo.

Octavius con alegría se acercó a su hijo quien jalaba sus maletas y salía del aeropuerto.

—¡Papá! —exclamó el chico.

Ambos se abrazaron por unos momentos y luego se soltaron para que Otto lo ayude con sus equipajes.

—Me alegra que al fin llegues, Harry.

—Bueno, vine lo más rápido que pude ya que me dijiste que hay un proyecto muy interesante —rio él.

—Bueno si. Vamos, hay un taxi esperándonos afuera —ambos caminaron y hablaron un poco hasta llegar al taxi; se subieron y arrancaron.

—¿Dices que tenemos más invitados ahora? —preguntó Harry.

—Seh, pero te van a agradar, son buena gente.

—Que bien... ¿Puedes decirme de qué trata ese nuevo proyecto?

—Pues, en resumen... —se acerca al oído del chico—. «Tiene que ver con SHIELD» —murmuró Otto Octavius.

••••••••••

Continuará...

LSZ-V3B

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