(Cap 11) EL ATRACO
*Días después*
El conocido hombre araña había sido llamado por el agente de un solo ojo; supuestamente porque algo pasó y necesitan de sus servicios como héroe.
—Aquí estoy, Nick —se presentó la araña— ¿Qué sucede?
—Tenemos un problema —contestó mirando una pantalla.
—Dímelo a mi —respondió Marco rodando sus ojos—. ¿Qué es esta vez?
Nick le señaló la pantalla del monitor y vio que eran grabaciones de aquel hombre sobre su planeador atacando y robando junto a otros hombres con máscaras de calabaza y armas de energía.
—Oh por Dios —exclamó sorprendido al ver el caos que ocurría en su nueva ciudad.
—Seh, al parecer ese sujeto está empezando a sembrar el caos en Nueva York, y está reclutando viejos mercenarios de Prowler.
—¿De Prowler? Maldición, tengo que volver.
—Dirás tenemos que —habló la agente con un traje de plata.
«Wow, se ve muy bien en ese traje... Creo que bastante bien», pensó echándole una mirada de pies a cabeza.
—Muy bien, Díaz. Hay un equipo listo para abordar —dijo ella para luego empezar a irse.
—Ammm, si no les molesta... ¿Dónde estuvieron todo el tiempo cuando solo era yo el que tenía que pelear? —preguntó de brazos cruzados.
—Estuvimos muy ocupados en Symkaria —contestó Nick.
—¿En dónde? —preguntó él de nuevo.
—Por supuesto que no conoces ese país, pero es de donde yo vengo —habló Silveria mientras seguía caminando—. Hubo una guerra bastante fatal, que SHIELD tuvo que intervenir.
—¿Y por qué tanto tiempo?
—Preguntas demasiado, chico —dijo ella volteándole la mirada.
—Estuvimos impidiendo una tercera guerra mundial —habló Fury.
Silveria regresó a su camino y Nick también, Marco se sintió un poco mal porque notó que le hizo recordar malos momentos a la agente de plata; suspiró y los siguió hasta la camioneta en dirección al aeropuerto. Llamó a casa para a avisarle a Nicole que estaba regresando, pues ella había regresado unos días atrás, habló con su hermana arácnida y su amiga felina para decirles que había una nueva misión. Estas aceptaron sin problema, cosa que alegró al castaño quien aún estaba preocupado por demostrarle a las personas que si pueden confiar en él.
Pasaron las horas y arribaron sin problema en Brooklyn, el equipo de SHIELD se dirigió al edificio Oscorp, pues según lo que Marco escuchó, su primera base voladora había sido derribada en aquella guerra que dicen que también fue encubierta para que el mundo no se enterase.
«Debe ser difícil esto se ser agente del gobierno», pensó mientras veía una pequeña cicatriz en el cuello de la agente de platino que caminaba frente a él.
Una vez en Oscorp, Spencer los recibió y se acomodaron todos; al poco rato, otro auto llegó, y de él salieron las 3 socias del hombre araña, que fueron recibidas por Otto y su hijo. Subieron y se reencontraron con Marco y compañía; hasta que Nick apareció y habló.
—Me alegra que todos estén aquí —dijo Nick dirigiéndose a todos—. Como habrán visto, tenemos un problema —prendió las pantallas y aparecieron las mismas grabaciones de aquel hombre—. Este sujeto ha estado atacando y reclutando hombres estos últimos días, no tenemos rastro de dónde está ni de dónde estará; cualquier sugerencia está bien aceptada.
Todos se vieron las caras y se pusieron a pensar por unos minutos.
—Mmmm... Dicen que está reclutando viejos miembros de Prowler, ¿verdad? —Nick solo asintió en respuesta a la pregunta.
—¡Eso es! —exclamó Marcia dando un chasquido de dedos—. De seguro irá tras los que se verdad fueron los mejores aliados de Aaron —todos la miraron y empezaron a pensar.
—¿Cómo estás tan segura? —preguntó Otto.
—Digamos que mi sexto sentido me lo afirma.
Nick se quedó pensando y alzó la mirada hacia Marco y Marcia.
—Puede que tengan razón; después de todo. Esa cosa no puede ser tan tonta para no darse cuenta de que hay un hombre y mujer araña. Necesitará refuerzos.
—Muy bien —dijo Marco parándose—. Iré por mi traje.
••••••••••
El chico araña junto a su hermana, y mejor amiga, se dirigían al penal "Ravencroft" para asegurarse de que los prisioneros no escapasen. Se habían adelantado porque SHIELD tardaría en llegar porque necesitaban tiempo para alistarse. En fin, ambas arañas llegaron y saludaron a los oficiales que resguardaban la entrada.
—Buenas tardes, oficial... —Marco miró su carnet para ver su nombre—. George Stacy.
—Hola, Spidey —respondió él.
—¿Usted no cree que soy un monstruo, cierto?
—No, claro que no. Tengo una hija, y puedo decirte que actúas como un adolescente humano.
—¿Cómo se llama la chica? —preguntó Marcia para unirse a la conversación.
—Gwendolyne Stacy, pero la llaman Gwen.
—Que bonito nombre —alagó el arácnido.
—Bueno, gusto en conocerlo, oficial —se despidió la arácnida.
—Igualmente.
Se despidieron y luego entraron para informales que trabajaban con SHIELD, a lo que, entraron y revisaron la seguridad del lugar e hicieron llamadas a Fury para apresurarlo. Antes de que se vallan para vigilar por afuera, fueron interrumpidos por un viejo conocido.
—Vaya vaya vaya, ¿qué tenemos aquí? —habló uno de los presos—. Es el hombre araña y... Su copia —dijo viendo a la castaña.
—¿Herman? —dijeron al unísono.
—Ha pasado mucho tiempo, ¿no crees, Marco?
—Ni que lo digas, Shultz. Fuiste mi primer villano, ¿lo recuerdas?
—Claro que si, ¿qué haces aquí? Todos aquí te odian.
—Estamos aquí para evitar que los sujetos como tú, escapen —dijo Marcia firmemente.
—Whoa, tranquila, linda. No vamos a ir a ningún lado.
—Esperemos que no —habló para luego retirarse.
—Me agrada —dijo Herman viéndola irse.
—Ni te atrevas —exclamó Marco poniéndose en medio de su mirada—. Si alguna vez la tocas, no seré tan "amigable" contigo.
—Descuida, jefe. No pasará nada —contestó tranquilo.
—Más te vale —y se retiró junto a su hermana.
••••••••••
Una vez afuera, el dúo se subió al techo de uno de los edificios cerca del penal, para poder esperar tranquilamente al resto del equipo echados.
—Oye, Marco. ¿Qué piensas de Jackie?
—Pues, la aprecio mucho. Y ahora, es una buena amiga mía; ¿por qué me lo preguntas?
—Es que, bueno... ¿Sabes que tengo casi tus mismos sentimientos, verdad?
—Ehhh eso creo.
—Es que... Puedo sentir lo que sientes cuando estás con ella.
—¿Qué quieres decir? —preguntó con una ceja levantada.
—Lo que quiero decir, es que lo que estás sintiendo por ella no es solo... Amistad.
—Ah por favor, Marcia, tienes que estar bromeando —habló un poco molesto.
—Por eso te pregunté, genio —contestó seria.
—Bueno, estás confundida entonces. No estoy interesado en Jackie, es mi ex-novia.
—Bueno bueno, está bien, ya tranquilo; solo preguntaba. ¿Por qué te fastidiaste tanto? Supuestamente no deberías molestarte si sabes que no es verdad.
—Es que... Olvídalo —cerró para luego sentarse dándole la espalda a Marcia para ocultar su ligero sonrojo.
«¿Y si tiene razón?, me agrada estar con ella... Incluso más que con Nicole», pensó Marco bastante confundido.
Marcia solo miraba a su hermano algo preocupada, hasta que el sonido de las explosiones de unas bombas calabaza son escuchados por ambos sacándolos de sus pensamientos.
—¿Y eso qué fue? —preguntó Marco.
—Vino de aquel edificio —respondió Marcia señalando.
—¿Deberíamos ir?
—Es nuestro trabajo, héroe —dijo un poco confusa por esa obvia pregunta.
El dúo dispara sus redes y se dirigen al lugar sin saber que eso había sido planeado por un hombre que estaba oculto en las sombras.
«Eso es. Distráiganse», pensó el Hobgoblin para luego montarse a su planeador y dirigirse a Ravencroft.
Seguido de aquel duende, unos camiones con el logo de Ravencroft entraba al penal para brindar suministros. Los policías lo dejaron pasar, sin saber que los hombres que estaban adentro tenían armas y máscaras de calabaza debajo de los asientos.
Una vez que el camión entró y no había guardias, aquellos hombres bajaron y empezaron a instalar bombas por todas las celdas y muros, cosa que llamó la atención de los presos, quienes se asomaron por las rejas.
—¿Qué carajo están haciendo? —preguntó uno de los presos que estaba en calzoncillos con figuras de rinoceronte.
—Prepárense —dijo uno de los instaladores—. Que hoy es su día de suerte.
Los presos se vieron confusos y se alejaron de las rejas, al cabo de unos minutos varias celdas y muros estaban con bombas que esperaban la señal para cumplir su función.
—Jefe, ya están listas —dijo uno con una radio.
"Excelente, preparen las armas y disfruten el show jejeje", respondió la radio.
Los hombres regresaron al camión y se pusieron sus máscaras de calabaza y sacaron las armas. Mientas tanto, afuera del penal, el duende naranja sacaba de su bolsillo un control remoto; presionó un botón y se alejó lentamente. Al poco rato, sonidos de explosiones hubo por doquier, indicando que ya había empezado.
—Muy bien, ¿cuánto tardarán esos insectos en regresar de ese incendio? —dijo con una sonrisa aquel duende.
Adentro del penal todo se había vuelto un caos, varios presos habían escapado y los guardias y oficiales no podían hacer nada, mas que caer inconscientes al suelo. Los instaladores les arrojaron las armas a los presos, y con estas, derribaron casi todo el lugar, pues esas armas disparaban rayos de energía muy potentes.
—¿Qué demonios? —dijo el oficial George en su patrulla al ver las cámaras de seguridad—. Esto se ve horrible, necesitamos refuerzos —sacó la radio de su auto para hablar—. A todas las unidades, tenemos una emergencia en el penal Ravencroft; repito, todas las unidades...
Mientras tanto, ambas arañas bajaban de su telaraña junto a un par de niños que habían rescatado del edificio en llamas; se los entregaron a sus padres y recibieron las gracias por parte de todas las personas rescatadas y los bomberos y policías presentes.
—Muchas gracias, hombre araña. Es bueno tenerte de vuelta —agradeció uno de los bomberos.
—Ehhh, no es nada. Pero ella también ayudó bastante —apuntó hacia su hermana.
"A todas las unidades, hay una emergencia en el penal Ravencroft. Se requiere toda la ayuda posible...", se escuchó de la patrulla presente.
—Oh oh —dijeron al unísono las arañas y lanzaron sus redes para acudir al urgente llamado.
••••••••••
Ambas arañas regresaron al penal y se asombraron por todo el caos que ocurría; no perdieron el tiempo en discutir y rápidamente se lanzaron hacia los presos, enredándolos mayormente a todos.
—Debo darte crédito, tenías razón —comentó el arácnido mientras enredaba en redes a algunos presos.
—Gracias, supongo —respondió haciendo lo mismo.
Ambos fueron alertados por sus sentidos arácnidos y esquivaron unos rayos de energía. Se sorprendieron; pero siguieron con lo suyo, hasta que varias bombas calabaza cayeron frente a ellos, mandándolos a volar. Estos se levantaron con esfuerzo y vieron al sujeto sobre su planeador aéreo.
—Cielos, se ve más feo de cerca —habló Marcia con una cara incómoda detrás de su máscara.
¡RUAGH! ¡RUAGH!
Otras bombas les lanzaron pero ellos las esquivaron, lanzaron escombros con sus telarañas, pero eran destruidos por aquellas armas de energía.
—¡¿Por qué SHIELD tarda tanto en llegar?! —exclamó Marco al lanzarse y desarmar a los presos, pero un rayo le cae por parte del duende.
—Saludos... Arañas, al fin nos vemos cara a cara —se presentó el duende bajándose de su planeador y cargando un arma de energía.
—¿Quién rayos eres? —preguntó la araña de rojo.
El duende solo sonrió y disparó un potente rayo de energía, Marco se interpuso y cargó electricidad en sus brazos y lo lanzó, ambos lados al chocar causaron una gran explosión que dejó inconsciente a varios presos que trataban de escapar; las arañas por otra parte, chocaron contra las paredes mientras que los escombros caían sobre ellos, derribándolos inmediatamente.
—¡Whoa! —exclamó el duende—. Estas armas si que son poderosas jejeje —río y luego se fue junto a los presos que el tenía en la mira—. Herman Shultz, Alexander O'hirn y Quentin Beck, vengan conmigo, hay trabajo que hacer.
Los 3 presos se miraron confundidos pero luego cedieron porque sabían que era mejor que estar tras las rejas.
••••••••••
Continuará...
LSZ-V3B
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