Capítulo 12 "Pensamiento"

Mi cabeza daba vueltas y vueltas, realmente no sabía si era por los problemas que estaba teniendo o por la gran cantidad de alcohol que había consumido, pero sea como sea, todo al final se sitúa en lo mismo. Mis problemas habían comenzado desde que había empezado a cometer aquellos asesinatos, claramente no me arrepentía de nada, todos se merecían lo mismo, la muerte, pero gracias a eso, ahora estaba aquí, pues Honrixs me había salvado la vida, después de que aquellos hombres quisieron vengarse de mí, así que de cierta manera, le debía mi vida y qué mejor manera de pagarsela, que ayudarle a obtener la herencia de su padre, además, con el dinero que me tocaba, me largaría muy lejos de aquí.

Las horas pasaban y la fiesta pronto llegó a su fin, los invitados se fueron, incluyendo a Bin y a Félix, dejándome nuevamente sola en esta inmensa casa. La mitad de la fiesta me la perdí, no quería volver a dentro después de lo que había sucedido con Honrixs y Félix, así que sabía que la fiesta se había acabado, cuando deje de escuchar el bullicio dentro de la inmensa casa. Me encontraba sentada en el columpio en el patio trasero de la casa, llevaba al menos 5 botellas grandes de ron vacías, haciendo que mi inestabilidad fuera muy obvia y aunque aún tenía un poco de razón, la mayor parte de mí estaba en otro plano terrenal.  

—Mandalay. —murmuró Honrixs sentándose a mi lado.

—¿Qué? —pregunté, sabiendo que me esperaba un gran regaño.

—Gracias. —susurró. Rápidamente lo miré sorprendida, realmente no me estaba eso— gracias a esos problemas, mi padre se convenció más de que éramos una pareja real, ya que de otro modo, no me hubiera peleado con Félix.

—¿Por qué lo hizo? —cuestioné con voz suave y apagada, después de todo, estaba muy borracha.

—Soy un buen actor, al igual que Félix. —informó con una sonrisa.

Rápidamente me levanté del columpio, sintiendo una sensación incómoda en mi pecho, quizá esperaba una respuesta diferente, pero ni borracha entendía, que todo era un maldito contrato. Traté de caminar lejos de ahí, pero al dar el primer paso, caí al suelo completamente dormida, haciendo que todo se volviera oscuro. No sé cuánto tiempo estuve dormida, pero al despertar, podía sentir mi cabeza pesada y adolorida, como si me estuvieran golpeando con un martillo, rápidamente miré a mi alrededor, dándome cuenta que estaba en mi habitación, Honrixs estaba sentado en un sofá cerca de mi cama, completamente dormido, se veía pacífico y tierno, pero nadie sabía que detrás de esos ojos cálidos, se ocultaba una maldad inmensa.

Traté de salir de la cama, pero mi dolor de cabeza hacia que me mariara con facilidad, así que decidí tomar una pasta para el dolor de cabeza, la cual estaba encima de una mesita de noche junto un vaso con agua, luego me dispuse a levantarme a toda costa, pero el frío en mi cuerpo, me hizo caer en cuenta de que estaba completamente desnudo, rápidamente me tape nuevamente con las sábanas y le lancé un cojín a Honrixs justo en la cabeza, haciendo que se despertara de inmediato. 

—¡¿Estás loca?! —gritó levantándose del sofá.

—¡¿Qué me hizo?! —grité con temor.

—¿De qué demonios hablas? —curioseo 

—¡Mire! —exclamé mientras bajaba las sábanas, dejando mis pechos desnudos ante sus ojos, luego me di cuenta de lo que estaba haciendo— ¡No, no mire!

—¡Estás loca! —suspiró dándose media vuelta— ¿Qué te hace pensar que quiero ver eso?

Me quedé callada por un momento, tratando de justificar lo que había hecho, pero sencillamente no encontraba las palabras adecuadas para explicarlo, porque realmente no sabía la razón, lo había hecho por un impulso, al parecer lo prostituta no se había quitado en este mes. Suspiré, tratando de calmar las palpitaciones de mi corazón y luego pregunté calmadamente, esperando que no fuera lo que yo estaba pensando.

—¿Usted me desnudó? —demandé, pero Honrixs solo soltó un bufido.

—¿Por qué querría hacer eso? Eso lo hizo una sirvienta, creyó que hacía descansarías mejor. —explicó— además, la que me rogara por sexo serás tú y deja de hablarme formal, en la fiesta no lo hacías.

—¿Formal? —dudé, luego entendí que en la fiesta le había hablado de tú y ahora le estaba hablando de usted. Realmente estaba loca.

Nuevamente me quedé sin palabras, estaba enloqueciendo con tantos problemas, además el dolor de cabeza seguía presente y mi pierna estaba doliendo, pues aunque habían pasando unas semanas desde que me la había fracturado, los tacones de la reunión anterior, me había causado un daño terrible a mi recuperación, haciendo que el dolor volviera, incluso, no pude evitar jadear al tratar de levantarme y aunque lo hice, lo único que logré, fue caer al suelo. Honrixs rápidamente corrió a mi lado, luego me tomó en sus brazos para cargarme como una princesa, en ese momento nuestros ojos se encontraron, haciendo que mi estúpido corazón se acelerara, pero Honrixs rápidamente apartado la mirada y me cargo hasta el comedor, donde me soltó de mala gana mientras le pedía a los empleados el desayuno.

Honrixs empezó a explicarme los próximos eventos que tendríamos; como reuniones, visitas a clubes que le pertenecían, reuniones de trabajo junto a su padre, los preparativos de la boda, entre otras cosas. Yo solo suspiré y asentí, pues deseaba que todo esto se acabara lo más pronto posible. Después de hablar de todo eso, decidimos empezar a desayunar, pues Honrixs debía salir a resolver unos asuntos personales y tenía el tiempo contado, mientras comíamos, no pude evitar mirar el sofá que se encontraba en la esquina, en el cual Honrixs había dicho que me pondría en cuatro sin problemas, mis pensamientos impuros hicieron que me atragantara con la comida.

—Eres una tonta. —dijo Honrixs para luego levantarse de su asiento y empezar a golpear mi espalda.

—L-lo siento. —susurré mientras tocia, en ese preciso momento y debido al movimiento, la máscara de Honrixs cayó al suelo.

—¡No mires! —gritó para luego arrodillarse y tomar su máscara—. Debo irme.

—Bueno.

—Por cierto, si tanto deseas que te folle en el sofá, solo pídelo.

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