leyenda 3
Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper". La milenaria leyenda oriental intenta echarle un poco de luz al misterio de las almas gemelas.
La antigua cultura japonesa contempla la idea de que el futuro de cada una de las personas está predestinado desde el momento en que inicia su camino. Explicación que toma fuerza con el dogma de que todo ser humano está "atado" al destino de alguien por medio de un intangible hilo color rojo que se encuentra amarrado al dedo meñique. Entonces, todos están predestinados a conocer a su otra mitad, la parte de la naranja restante, aquello que falta para que se complemente.
"Podemos entender al destino como algo programado para ser vivido y a la sincronía como una casualidad que nos lleva a conocer a esa persona que nació para amarnos. Ahí aparece también el libre albedrío. Pero el gran interrogante es si hay algo de eso o simplemente ya está todo escrito y guiado por ese hilo rojo", explica Mónika Correia Nobre, astróloga y directora de Astroflor. Pero qué es lo que hace que dos personas se encuentren en el momento exacto y el lugar indicado, y también qué provoca la separación después.
Para la astróloga, parte de la historia del hilo rojo habla de una herida que nos queda en la frente, un lugar que desde lo simbólico nos dice que no vamos a poder olvidar ese amor herido. Siempre existirá un dolor por la pérdida del amor que no pudo ser. Lo cierto es que aquella persona que coincide con el otro extremo de su propio hilo, comprende sin dudar, que ese otro es la persona que estaba buscando.
Las sensaciones que pueden comprobar esa "buena elección" son la paz interior, la seguridad de sí mismos, la alegría más allá de la etapa del enamoramiento, el entendimiento casi por deducción a la otra persona y la conexión, aún sin compartir un mismo espacio físico. Ahora nos quedamos pensando... ¿estaremos con la persona que corresponde a nuestro hilo rojo?, si no es así ¿la persona destinada para mi estará con una persona equivocada?, ¿tengo que terminar mi relación para ponerme a buscar la punto de mi ovillo?, ó ¿espero que él me encuentre a mí?
Lo importante es quitar fantasmas de nuestra mente y aprender de cada relación hasta que demos con esa persona que se roba nuestra sonrisa o que comprende, sin hablar, nuestros deseos más profundos.
"Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos. Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella... Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejará de intentarlo... Se rendirán y buscarán a esa otra persona que acabarán encontrando. Pero les aseguro que no pasarán una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más... Todos saben de qué estoy hablando, porque mientras estaban leyendo esto, les ha venido su nombre a la cabeza. Se librarán de él o de ella, dejarán de sufrir, conseguirán encontrar la paz (le sustituirán por la calma), pero les aseguro que no pasará un día en que deseen que estuviera aquí para perturbarlos. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias".
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