¿Qué había dicho? ¿Por qué me miraba con desprecio pero preocupación?

Solo recordaba habernos detenido tras la escuela para charlar y de un de repente dije algo y él me miró como si tuviera una grave enfermedad contagiosa.

¿Qué demonios había dicho?

-Baku...-  Traté de llamarlo para que alzara la mirada.

-Estúpido pelos de mierda.- Balbuceó. El silencio que reinaba era muy incómodo.

"Me atraes, Katsuki Bakugo"

Esas palabras resonaron como eco en mi cabeza.

"Me gustas, no sé desde cuando pero lo haces"

Pedía y rogaba que fuera una pesadilla. Una muy horrible pesadilla de la que me despertaría en unos minutos cuando el despertador sonase.

"Te amo, Bakugo"

Sentía los ojos llorosos. Algo muy poco de hombre, en especial frente a alguien tan fuerte y masculino, no soportaría que me viera hacerlo.

Escuché un pequeño gruñido proveniente de Bakugo, ahora, se encontraba con la mano en el cuello y con gesto pensativo.
Pocas y contadas veces había visto que Bakugo midiera sus palabras antes de soltarlas.

-Ya lo sabía.- Habló tras unos interminables minutos.- Pero no quería aceptarlo.- Hubo una corta pausa, parecía querer suavizar el golpe.- Pero no puedo corresponderte.

Aquello detonó mis lágrimas. Sabía que eso pasaría pero me esperancé demasiado creyendo que me querría igual. La caída a la realidad fue lo que mas dolió.

No supe qué mas hacer, ni qué decir, al parecer él tampoco puesto que se había quedado estático y miraba nervioso a todos lados.

Le había visto rechazar chicas antes, siempre se iba dejando a la chica sola y desamparada llorando y cuando contaba  lo sucedido, hablaba con neutralidad, demostrando así que no le importaba.
Pero se quedó a mi lado.

La calidez de sus brazos me rodeaba.
Me dejé de sentir solo, sabía que Katsuki no me abandonaría.
No lo haría.

¿Verdad?