Retorno y Visión

Antes de iniciar me gustaría darle las gracias a quien ya considero mi amiga LuuMotherfuckers por darme la oportunidad de participar en este fest tan bonito, espero trabajar juntas una vez más en un futuro.


Fino, delgado y de color dorado como el sol, es el hilo que pasa por la rueca de pino envolviéndose mientras es observado por tres seres encapuchados, han pasado dos días desde el nacimiento de este bebe y ahora, en su tercer noche, ellos han sido enviados para darle un destino, marcarlo desde la cuna donde el infante duerme tranquilo, sin saber, que su vida depende de los moiros, los hijos de la diosa Ananké.

Chanyeol, el más joven, es quien tira del hilo que simboliza la vida, Lay mide con precisión cada tramo dorado añadiendo sus experiencias de vida y KyungSoo, el más temido de los tres, supervisa su tarea, aun no es hora para afilar sus tijeras, a quien deben darle un destino está fría noche no ha hablado ni caminado aún, no matara a la inocente criatura hasta que llegue su momento.

-Viene de buena familia-KyungSoo habla cuando es conveniente-¿Qué destino le daremos?-

-Su padre es jefe militar de las tropas del emperador y su madre una aristócrata-Lay dice, escogiendo del pozo de memorias las futuras vivencias del niño-es varón, debe ser el orgullo de su linaje-

-Tiene una mirada noble-Chanyeol, deja de hilar-esos ojos azules no dicen que este hecho para matar-

-Decías lo mismo del actual emperador, mira las almas del río, todas ellas llegaron aquí gracias a él-es regañado por su hermano mayor-tus predicciones siempre son incorrectas-

-Yo creo que Chanyeol no se equivoca, al menos, no está vez-Lay deja de lado su tarea-sin embargo, debemos ser cuidadosos, su hilo es el más grueso que haya visto, supera al de muchos hijos de dioses-los tres, guardan silencio

-¿Deberíamos dejarlo entonces formar su propio camino?-la idea es descabellada, incluso para el mismo KyungSoo, quien la ha sugerido

-Sería la primera vez-mirando el pozo ubicado a su lado, Lay se sorprende-no hay nada claro-

-¿A qué te refieres?-Chanyeol se acerca

-Sus experiencias de vida son difusas, me temo que solo podremos dictar sus acciones hasta que se haga adolescente-sin tomar una decisión aún, esperan las órdenes de KyungSoo

-Cortaremos su hilo-al decir eso, de entre los pliegues de su túnica sacó su afilado instrumento plateado-no tenemos opción-

-¡No!-poniéndose frente a la rueca, Chanyeol detiene al mayor-por favor, no lo hagas-ruega

-Somos el destino personificado, si la vida de ese niño no tiene un rumbo se perderá, darle una muerte digna le permitirá reencarnar-

-Podríamos darle un guía-el dador de recuerdos, se pone de pie-lo hemos hecho con muchos otros-

-Eran hijos de Zeus-

-Todos los mortales lo son-debate Lay-no podemos matarlo a sangre fría, su madre le llevó ofrendas cada día durante cuatro años a Afrodita para darle un heredero a su esposo, desafiar tal muestra de lealtad hacia ella sería condenarnos-

-Maldición-su hermano tiene toda la razón, cortar su hilo les traería problemas-tendrá que ir uno de nosotros, si desde antes de su nacimiento ya estaba prometido a Afrodita, enviarle a un mensajero cualquiera sería peligroso-resuelve KyungSoo

-Yo iré-entrometiéndose en la conversación, Chanyeol no duda al ofrecerse-soy yo quien ha visto su vida, mis manos han tocado la rueca-les muestra sus palmas

-Debes haberte vuelto loco, una tarea como esta no se deja en manos de un inexperto, tu naciste de los remolinos de agua turbia aquí, en el inframundo, no has visto el mundo como nosotros, los mortales no son como crees-KyungSoo vino al mundo del caos de la guerra, en los campos de batalla, Lay floreció de las praderas en los cultivos gracias a las semillas regadas por los esclavos-¿Cómo podrías hacerte cargo, Chanyeol?-

-Mi corazón no ha sido tocado ni mi alma ha sido manchada, para una vida pura, ¿Quién mejor para guiarlo por el camino dictado por los dioses?-ambos han hablado con la verdad, pero las palabras de Chanyeol tienen más peso

-Podría funcionar-Lay, camina hacia él-nuestra misión depende de ti, eres tú el primero en recibir el hilo de la concepción-

-Estamos cayendo muy bajo-dice entre dientes su hermano mayor-bajaras a la tierra, pero debes prometer no interferir más allá de los designios que nosotros desde aquí, le otorguemos-la mirada ensombrecida de KyungSoo, lo paraliza

-¿Qué quieres decir?-

-Cuando llegue su momento, deberás dejarlo morir-sus hermanos son claros, le permitirán conocer al mortal para guiar su camino y formar un destino hasta donde las afiladas tijeras de KyungSoo lo permitan, pero debe respetar la regla que su madre, la diosa de la necesidad les dejo como única misión irrevocable no dar su vida por un hombre-el trato está sobre la mesa, hermano, tómalo o déjalo-

-Una vez que escojas, no hay vuelta atrás-Lay le extiende su mano-¿Sellaras el pacto?-antes de aceptar mira una última vez la rueca, a través del hilo dorado ve al niño sobre una cuna de tela morada, es tan inocente, se ve tan bello durmiendo como un querubín-Chanyeol-en ese momento, como si el infante hubiera escuchado su nombre de la boca del moiro, abre los ojos, el azul tan profundo de estos lo atrae

-Selló el pacto-toma la mano que se le ofrece, al instante, siente un dolor punzante en sus sienes, pierde el control de su cuerpo dejándose caer en los brazos de Lay

-KyungSoo-el nombrado se acerca-ahora-

-Por el poder que me ha sido dado desde mi creación hasta mi vida infinita, transformo tu cuerpo inmortal en hombre-la piel pálida del moiro se torna morena-tomaras la forma de tu pupilo para iniciar su vida de la mano-Lay ya no sostiene a un joven, sino a un bebé-cumple tu misión, hermano-con delicadeza, ambos besan su frente

-Debemos llevarlo a la tierra-

-Lo haremos mañana-usando el hueco de un árbol de pino, él mismo recuesta a Chanyeol ahí-no debiste apoyar su idea-

-¿Por qué no?-

-Escuchaste lo que dijo-

-Dice lo mismo de los ojos de todo los mortales-KyungSoo negó

-Fue diferente, la manera en cómo protegió la rueca era como si le aterrara la idea de perderlo-mirando al bebé dormir, suspiro-¿Qué tan borrosas son sus vivencias?-se posicionaron frente al pozo

-Lo único claro es que está en compañía de otro varón-lo puede ver-¿No creerás qué...-

-Vigílalos a ambos, una vez que pisemos Élide jamás les perderemos el rastro-hay una sensación inquietante en su corazón, vibra como un mal presentimiento del futuro-espero que mantengas tu promesa Chanyeol, por favor, no te atrevas a romperla-.

Dieciocho años después

Las palmas de sus manos sudan por el nerviosismo, desde que tiene memoria nunca le ha gustado llamar la atención, sin embargo, su padre adoptivo es famoso por sus eventos exclusivos donde acude la aristocracia y en este caso, no podría ser la excepción.

Hace cuatro meses que partió de Élide en compañía del heredero, ambos jóvenes fueron enviados a la capital griega con el fin de educarlos bajo el actual régimen militar impuesto, los hijos varones normalmente debían partir a la edad de doce pero ellos lo hicieron a los dieciséis, ya que vivían con el capitán de las tropas del mismísimo emperador podían darse ese lujo, algo que debieran aprovechar con gusto y placer, pero no él.

Desde que puso en pie en la tierra en forma de recién nacido a Chanyeol le había parecido extraña la forma de vivir de los mortales, con el tiempo debía admitir que su hermano mayor tuvo razón, los hombres eran extraños, algunos eran buenos, pero eso no quitaba su forma de actuar que el moiro no entendía.

Su padre protector era uno de aquellos hombres buenos, él lo había recibido aún sin saber su origen, Lay se había hecho pasar por un pastor que no tenía para alimentar a su hijo buscando quien lo criara, el capitán ByunSang junto a su esposa aceptaron acogerlo para tratarlo como uno más de su familia, Chanyeol aún recuerda con una conciencia innata en un mortal como lo pusieron a dormir en la misma cuna que su hijo, algo que guardo en su memoria, sabiendo desde ese momento que la misión de sus hermanos le traería problemas.

Crecieron juntos como hermanos, tomaban las mismas lecciones aunque no fueran por el mismo camino, él debía mantenerse al margen como un espectador haciendo de guía para el niño de pelo castaño, su pupilo, Byun Baekhyun.

Sus ojos eran nobles como lo predijo sin equivocarse está vez, un azul pacifico que podía hipnotizarte, ni las piedras más preciosas se podían comparar al brillo de sus pupilas bajo la luz del sol, hasta las estrellas de la noche estaban celosas e incluso atreviéndose a pensarlo solo en su mente, creía que ni la misma Afrodita podía comparar su belleza ante el joven guerrero.

No lo noto durante su "infancia", divirtiéndose juntos con las travesuras que le jugaban a la servidumbre de la casa, pero al crecer, Chanyeol se encontró cayendo como tantos jóvenes a sus pies, olvidando por momentos que su presencia en su vida solo sería temporal hasta que KyungSoo y Lay le dijeran que debía partir.

Entendía que este cuerpo solo era un medio para un fin, pero a fin de cuentas estaba entre los mortales, sus hermanos desde las cuevas del Inframundo velaban por su bienestar recordándole siempre mediante sueños su verdadero origen como uno de ellos, pero de vez en cuando Lay perdía el camino dejándolo fantasear con una vida en los vastos campos, arando trigo o recogiendo agua del río, serían sueños inofensivos, si no fuera por la silueta del joven que debía cuidar a su lado.

Chanyeol sabía que estaba haciendo un buen trabajo con Baekhyun, el chico era bondadoso, honesto, correcto, tenía brillo propio y valores junto a una mentalidad más madura que el resto para ver a todo el mundo con los mismos ojos manteniéndose humilde, si no hubiera nacido en cuna de militares, sería el gobernante perfecto.

Byun era la viva imagen de su padre con un aire más travieso, juguetón, aunque también la presencia femenina de su madre lo mantenía en equilibrio entre la dulzura y un carácter fuerte, siendo ella otra figura a la cual el moiro admiraba.

Sahyun era la mujer más amorosa con la que Chanyeol tenía el privilegio de convivir, cuando se es un dios no se tiene madre, naces como una necesidad de otro para mantener a los de abajo siempre adorándolos o rindiéndoles culto, los sentimientos como el amor no importan cuando se trata de una ofrenda, quienes vivían en el Olimpo eran egoístas, quizás por eso en un principio no entendía a quienes lo rodeaban.

Caminando como un joven normal de dieciocho fungiendo como fiel amigo podía ver todo lo que se perdían en las nubes por permanecer en sus tronos de oro pulido, la gente de Élide era cálida, trabajadora y también fiel, cada vez que salía al pueblo quedaba fascinado por todo lo que veía, le encantaba su cultura, jugar con los niños en las fuentes, escuchar a los poetas en la plaza, ver las obras de teatro e inclusive disfrutaba su sol abrasador en los días de primavera, si pudiera pedirle un deseo a los dioses sería nunca marcharse de ahí.

Lamentablemente la realidad era muy distinta a lo que le gustaría, creyendo que se le acababa el tiempo cuando ByunSang les dijo que irían a una academia especial a prepararse para la guerra que estaba próxima en su región, sus pensamientos giraban en torno a miles de escenarios sin encontrar cual sería el que dictara el destino de Baekhyun, no lo veía morir ni tampoco vivir, pedía ayuda a sus hermanos pero las visiones del pozo de recuerdos tampoco eran de utilidad, practicaban para la batalla, pero Chanyeol no sabía qué hacer.

-¿Me estás escuchando?-su mentón fue levantado-Chanyeol, te estoy hablando-

-Sí, sí, te estaba escuchando-pero su compañero supo ver a través de su mentira

-¿Qué decía entonces?-lo miro burlón

-Ah...-se rasco la mejilla-¿Algo sobre la presentación?-dijo apenado

-Increíble, pude haber estado hablando sobre lo bien que se te veía la túnica y no lo escuchaste-las mejillas del moiro se colorearon

-Baekhyun-quiso llamarle la atención, pero su voz sonó muy suave-no digas esas cosas, alguien podría escucharte-

-¿Y qué? Si se trata de ti puedo decir lo que me apetezca-de todas las nuevas sensaciones que experimento como mortal, está era una que aún no comprendía, ¿Qué era aquello que vibraba en su pecho cuando el castaño hacía halagos hacía su persona?

-Altezas-su momento se vio interrumpido por un sirviente-su padre les espera-la cortina que los ocultaba fue cerrada de nuevo

-De acuerdo-Baekhyun se acomodó su túnica, haciendo lo mismo con su cabello trenzado-¿Vamos?-

-Sabes que no me gustan estás cosas-retrajo su cuerpo, casi deseando esconderse tras el pilar de mármol, pero su pupilo lo sorprendió al tomar su mano

-Estoy aquí-sus ojos azules lo miraban con algo que no entendía-¿Confías en mí?-no lo pensó mucho tiempo, aceptando ir con él para ser recibidos por aplausos, los hijos del capitán estaban de regreso en Élide.

Paisajes tan preciosos no se podían apreciar en la ciudad, el ajetreo diario pocas veces les permitían a las personas detenerse a mirar la belleza que los rodeaba, recargado sobre el balcón Chanyeol dejaba que el viento alborotara su cabellera negra, durante su ausencia había extrañado noches tranquilas como está donde se pudieran apreciar las estrellas sobre el cielo sin sentir la presión que le acarreaba su tarea.

Sabía que estaba mal que hubiera prácticamente huido del salón cuando el propósito era recibir las felicitaciones de la familia por haber vuelto con bien, elogiar que pronto serían excelentes guerreros luchando por su rey o incluso aceptando las presentaciones de los hijos de otras familias para conseguir emparejarlos, quizás recibiría un castigo pero no le importaba, en estos momentos necesitaba lo que todos ellos llamaban paz mental, ordenar sus ideas y pensamientos.

Disfrutaba de su soledad cuando observo a una discreta pareja de sirvientes caminar por el jardín, la chica se sonrojaba por algo que decía el joven e iban tomados de la mano como narran los poetas, suspiro profundo, antes su prioridad era la seguridad del bebé que vio nacer de la rueca de madera, tomar su pequeña mano dándole consejos o admirarlo a la distancia sonriendo cuando lo veía realizar una acción aprobada por los dioses, pero, ahora, solo deseaba algo como lo que tenía aquella pareja sentada bajo el árbol de manzanas.

Muchas veces llego a escuchar en boca de sus hermanos el término amor, Lay solía mencionarlo cuando le decía a KyungSoo que había llegado el momento de un matrimonio para consumar su unión, pero era diferente como los moiros lo veían, él tuvo que leer sobre ello en los libros de la biblioteca e incluso tomó valor para preguntarle a su madre adoptiva, aprendiendo otro vocablo que le trajo más confusión.

Enamorado nunca estuvo en su vocabulario, jamás pensó en ello y conocía tan poco este mundo mortal, era como nadar en el inmenso mar sin rumbo, lo más conocido a lo que podía relacionarlo era al joven pupilo, entonces, ¿Él estaba enamorado de Baekhyun?.

-Aquí estás-brinco en su lugar, llevándose una mano al pecho cuando vio a Baekhyun

-¿Quieres matarme de un susto?-el chico se rio

-No está en mis planes que alguno de los dos muera-se tragó su comentario respecto a eso-Sahyun te estaba buscando-habló de su madre, Baekhyun solía llamarlos por su nombre cuando hablaba de ellos en su presencia

-¿Estaba molesta?-preguntó con cuidado

-La dejaste en medio de una importante plática para presentarte a la hija del ministro-el castaño se posiciono a su lado

-Esas presentaciones no son para mí-hablo despacio-tú deberías ir, tienes pretendientes de sobra-

-Mi padre dice que tengo que sentar cabeza, pero dudo que tenga tiempo de eso si la guerra se acerca-bebió de la copa de oro que traía consigo

-La vida se nos puede acabar sin que nos demos cuenta-

-Nadie dicta mi destino, Chanyeol-lo decía tan seguro, a él le gustaría decirle que tenía mucho camino que recorrer, pero desde los quince ya no podía ver nada con claridad

-¿No te gustaría eso?-señaló a la pareja metros allá-tus padres solo quieren tu felicidad, si después de la guerra puedes hacer tu vida deberías aprovechar la oportunidad-Chanyeol ya no lo acompañaría, pero desde el Inframundo le haría feliz mirarlo realizado

-Lo quiero, pero no como ellos-no supo en qué momento sus posiciones cambiaron, ahora él estaba acorralado entre los brazos de Baekhyun y el balcón, sus rostros juntos respirando el mismo aire-¿Cómo buscaría algo que ya tengo?-con dulzura, su mano blanca acaricio su mejilla, por instinto se acercó al toque de su palma-hay algo que quiero saber-

-¿Qué es?-un solo movimiento haría que sus labios se tocaran, sus defensas estaban por completo abajo, tenía sus propias manos tocando el pecho firme del castaño-Baekhyun...-

-¿Te molestaría si yo...te besara?-era como si sus pensamientos anteriores hubieran sido escuchados, tenía a la representación del amor pidiéndole algo que no debería preguntar, solo hacer

-N-No...-envueltos por la brisa nocturna cumplirían un sueño, el deseo más profundo de sus corazones-Baek...hyun...-su nombre se rompió en sus labios al sentir su cuerpo perder toda su fuerza, algo que no le ocurría desde hace tres años tomaba control de su cuerpo, una vez más

-¡Chanyeol!-lo último que el joven vio fueron los iris de su ángel volverse blancos, antes de perder la conciencia en sus brazos.

Explosiones de tierra cubren la vista de todos, los gritos desgarradores de dolor le ponen la piel de gallina a los pocos que siguen en pie, los sobrevivientes buscan donde esconderse antes de ser alcanzados por las flechas y espadas del enemigo.

La multitud de hombres corren despavoridos, hay sangre en los rostros de todos, círculos de fuego rodeándolos, cadáveres de caballos obstaculizando su huida, el orden antes establecido se rompe infundiendo el miedo en las filas de guerreros que aun caminan al campo de batalla.

Desesperación inunda su alma porque no encuentra al joven castaño, no le importa recibir golpes o que la herida de su costado derrame cada vez más sangre, él necesita desesperadamente verlo en pie, por irracional que suene viniendo de su boca, desafiara al destino.

-¡Chanyeol!-entre el choque de espadas escucha el galopar de un caballo-¡Chanyeol!-

-¡Baekhyun!-puede verlo, viene montado en Taurus-¡Baekhyun!-hay una sonrisa en su rostro cuando se abrazan, su unión parece la luz entre la guerra que se desata a su alrededor

-Tenemos que irnos, los barcos nos esperan bajando la colina-

-Estas vivo-Chanyeol sigue absorto en su rostro

-Escucha por favor, no podemos quedarnos-tienen la intención de subir a Taurus, Baekhyun no lo nota pero él sí, un hombre robusto con armadura dorada se dirige a ellos

-¡Cuidado!-toma por la espalda al castaño apartándolo del salvaje

-¡No!-el dolor de su costado desapareció, el mango de la espada sobre su pecho a la altura de su corazón se ha llevado su aliento-¡Chanyeol, no!-.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top