Slytherin

—No, ya sé que voy a hacer mejor... ¡Slytherin!— el sombrero seleccionador había gritado. Max no sabía que pasaba, los de la mesa verde estaban aplaudiendo, a excepción de Draco y tres de sus amigos.

La profesora Mcgonagall le dio un pequeño empujón, diciéndole que se sentará en la mesa donde estaban los chicos de verde y con el escudo de una serpiente.

Max caminó confundido, no entendía lo que pasaba. ¿Cómo podía hacer magia? ¿Qué era Slytherin? ¿Por qué al sentarse una niña le empezó a tocar su pelo?

No entendía nada.

—Hola, me llamo....— Dumbledore siguió dando su discurso. Interrumpiendo a la niña coqueta.

Max se dio la vuelta para escuchar al sujeto barbudo.

—Como les iba diciendo, espero que tengan un gran semest...

"¡Uhm, Uhm !" Una voz chillona se escuchó en la sala. Todos los profesores estaban sorprendido por aquel acto.

Max observó como una señora baja, rechoncha y que vestía de rosa se levantó de su asiento. Dumbledore la observó atónito. Solo la observó y se sentó calmado, pues Dumbledore sabía cómo era aquella mujer. Al contrario de la otra señora, Minerva, tenía una cara de asco.

Mientras ella hablaba, Max observaba a la mesa roja. Habían unos chicos hablando entre sí, eran varios de los que se habían reído por la escena con Draco.

Max vio una chica de pelo castaño, un chico pelirrojo y otro con lentes. Al ver al último, un dolor se le formó en la cabeza. Fue muy repentino y demasiado de doloroso. Siempre experimentaba ese tipo de dolor, cuando se enojaba, cuando soñaba, pero esta vez era bastante fuerte, más de lo normal.

—Ah. —gritó sin aguantarlo. El chico de lente se aguantaba la frente, como si estuviese sintiendo lo mismo. La señora de ropa rosada, que se había presentado como Dolores Umbridge, lo miró.

—¿Cómo te atreves a interrumpirme, mocoso.— trató de decirlo de forma amable como inocente. Con una voz bastante molesta.

Max sentía algo extraño, no se sentía igual que antes. Era como si el lugar lo empezará a cambiar. Como si una voz le controlara desde adentro. Solo ocurrieron otros segundos y se sintió normal, como si nada hubiera ocurrido. Le estuvo raro, pero ignoro aquello por un momento para contestarle a aquella mujer.

—Me dolió la cabeza. Lo siento, perdóname por interrumpir tu patético discurso.—dijo con el mismo tono que Umbridge, retándola.

Esta sonrío de una forma macabra. Dumbledore rápido la interrumpió. Para evitar que pasara otra escena.

—Qué disfruten el banquete. — al decir eso. Una variedad de comida apareció por las cinco mesas que habían presente. Max estaba boquiabierto, estaba soñando. Tenía mucha hambre y toda esa comida apareció de repente. Si así era el mundo "mágico" él quería quedarse. ¿O tal vez era el paraíso?

Algo que no le avergonzaba era comer delante de la gente. Tomaba de todo un poco, tenía que aprovechar. Estar dos semanas sin comer mucho era algo fuerte para un adolescente.Mientras comía, le hacía competencia a el chico pelirrojo que había visto anteriormente.

Cuando estaba a punto de ingerir otro bocado, Draco se sienta al lado de él.

—Después de todo lo que me hiciste, no pienses que me caerás bien, antes lo hacías, pero ahora lo dudo mucho—le comentó en un susurro para que nadie mas lo escuchara. Su cara reflejaba odio, no se parecía al chico que había visto horas atrás en la mansión.

—Ese no es mi problema. Si no te caigo bien, es problema tuyo. Yo solamente te quería ayudar ayer en tu casa—Max se le fue el hambre, no quería pelear y mucho menos con Draco.

Él lo ignoró por completo, se puso a ver a su vecino de CokeWorth, Snape. Este ya se sentía un poco mejor. Se veía más pálido de lo normal, Max se quedaba observándolo. Hasta que Severus se dio cuenta.

La mirada era de preocupación, pero a la misma vez vacía. Se veía nervioso, por fin Max le había visto algún sentimiento. El joven, quiso mirar para otro lado y así mismo hizo.

Luego de la rica cena de bienvenida, se fueron todos para sus sala común. Max necesitaba aclarar las dudas, así que fue donde Dumbledore.

El chico camina donde el viejo barbudo que seguía en el gran comedor, los demás se habían ido para la sala común y quedaban muy pocos allí.

Max tenía que preguntarle tantas cosas, así que fue por una parte emocionado y por otra preocupado. ¿Quién era en verdad? ¿Cómo podía hacer aquellas cosas? ¿La magia era tan real o lo seguían drogando?

—Eh, solamente quiero...—se le acercó tímidamente y fue interrumpido.

—Quieres saber de tu pasado, de por qué estás aquí. Sé que tienes muchas preguntas, Max. Y te las iré aclarando poco a poco. Por ahora le diré a alguien que te explique algunas cosas. —Dumbledore lo había interrumpido, sabía ya todas las preguntas que el joven quería saber. Pero era muy duro, no quería hacer sufrir al chico y menos ahora que había vuelto el señor tenebroso.

Dumbledore miraba quien quedaba en las mesas de el gran comedor y encontró a tres chicos de la túnica negra y roja. Los señaló, pero trató de evitarlos. Max no sabia por qué, solo siguió a donde le había dicho el director. Y se dirigió a la mesa...

Al llegar un dolor grande se le formó en su cabeza otra vez. Max sintió un dolor tan fuerte, que casi se tira al piso, y el chico de espejuelo le empezó a dolor su cicatriz al mismo tiempo.

La chica se levantó de la silla y corrió donde el pelinegro de anteojos, le gritaba si sentía bien. El chico solo afirmaba, pero de seguro no lo estaba. Fueron unos dolorosos segundos cuando todo pasó. Los otros dos chicos se quedaron estupefactos. ¿Cómo a los dos le da un dolor de repente y muy extraño? Aquellos chicos sabían del dolor del de anteojos, pero miraron extrañados a Max que seguía casi en el suelo.

—¿Están bien?— mencionó la chica preocupada.

—Sí, no te preocupes por mí.—dijo Max asombrado. Era tan doloroso lo que había experimentado que deseaba que no ocurriera jamás. El trío se miraron extrañados, y un silencio incómodo se formó. Max ignoró todo y rápido cambió el tema para lo que venía—.Eh, Dumbledore me dijo que me podrían decir más sobre la escuela. Bueno, si no es molestia.

—Claro que no es molestia—dijo el pelirrojo con la boca llena, la chica lo miró con una cara de enfado. El chico termina de comer y se limpia—Por cierto, gran golpe.— comentó —Que lastima que seas de Slytherin.

—Esa es una de mis preguntas , ¿qué es un Slytherin? ¿Qué es Hogwarts? ¿Cómo pude hacer magia? Y sobre todo, ¿qué es un muggle?— Max explotó de preguntas, por lo menos quería saber aquellas. La chica que acompañaba a los dos chicos le sonrió.

—Bueno, Hogwarts es una escuela de magia y hechicería, aquí asisten todos los magos de Gran Bretaña. Hogwarts está fundado por cuatro magos: Godric Gryffindor, Salazar Slytherin, Helga Hufflepuff y Rowena Ravenclaw. Cada uno de ellos tiene diferentes cualidades.— Max escuchaba cada palabra con atención.— Y cada uno de ellos tiene una casa diferente fundadas por ellos mismo como podrás notar por los apellidos, tu casa será como tú familia. Gryffindor es en la casa que mis amigos y yo estamos, en esta casa están los valientes y fuertes... Hufflepuff, allí están los leales y trabajadores tienen muchas cualidades o valores. Ravenclaw, en esa casa están los inteligentes, creativos les encantas estudiar.— dijo alegre, Max entendió que a ella también le gustaba y mucho.

Ella iba seguir hablando, pero el chico de los espejuelos que aún no había hablado, lo hizo.

—Y por último, esta Slytherin, tu casa. Allí están los de sangre pura , personas ambiciosas que logran hacer lo que quieran.— agregó un poco enojado al final.

Max notó aquella voz con diferencia, ¿estaba a caso en una mala casa? Porque por la mirada de los tres, se sintió como si estuviera rodeado de los mocosos de donde vivía.

—Perdónalo,es que no ha tenido un buen día que digamos. Yo soy Hermione Granger y ellos Ron Weasley y Harry Potter.— el pelirrojo lo saludó con una sonrisa y Harry solo levantó su mano.

Max había escuchado ese nombre, Harry Potter. ¿Pero en dónde? Luego recordó el día anterior haberlo escuchado de los Malfoys. Sobre matar a un tal Harry Potter.

El joven trató de ignorar al chico, pues estaba molesto y no quería hacerle preocupar o enojar aún más. Los minutos pasaron y Hermione le explicó lo que era un muggle, por qué podía hacer magia y otras cosas interesantes para Max.

Ya eran las ocho de la noche y tenían que prepararse para el día siguiente. Max no sabia a dónde ir, no podía perseguir a los chicos porque ellos estaban en otra casa. Tenía que buscar su "sala común ". Que no sabía muy bien, que era en sí. Solo sabía que allí viviría mientras estuviera en Hogwarts.

Camino por varios pasillos, subió y bajó escaleras y hasta salió afuera de la escuela. Sudaba demasiado de tanto recorrer aquel enorme castillo. Se sentía fatigado y a punto de vomitar toda la cena que había comido tiempo atrás.

Solamente le faltaba bajar a el sótano, que decía las mazmorras. Así mismo camino en busca, hasta que se encontró con Snape.

—¿Disculpa?—preguntó tímidamente. Snape se volteó y se quedó observándolo con una mirada de que había visto un fantasma. Hasta que cayó desmayado al piso.

...

Max no sabía qué hacer, lo llevó a el cuarto más cercano y lo sentó en una silla. No sabía cómo usar la magia, para traer agua o algo con que levantarlo. No sabía en qué parte se encontraba y no veía a nadie. Estaba solo por el momento.

Snape yacía en el sillón, muy pálido. Algo extraño pasó, Max lo tocó y una luz verde salió entre ellos. Snape abrió los ojos, teniendo su peor pesadilla al frente.

Lo que temía, un pasó de la profecía se estaba por cumplir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top