Mortifagos

Snape esperaba en su casa aterradora a su hijo.  Se sentía mal por cómo lo había tratado últimamente.

Miro por una ventana llena de polvo y entre los orificios que tenía no veía ninguna señal de su hijo. Se estaba preocupando, y mucho.

No quería que le pasara nada. Mientras daba vueltas por la casa, esperaba una señal.

Miró un pequeño cuadro donde sale con su querida esposa... La toma y sintió un deseo de llorar. Era muy difícil que llorara por todo lo que había pasado, por el monstruo que se había convertido. Era para el bien... Pero sentía que no había ganado ningún fruto que lo ayudara con aquella maldición..

Sin más ni menos, se canso de esperar y fue en busca de su hijo al hospital..

...

Un sudor recorría su cara... Max no sabía lo que tenía al frente..

—¿Pitbull, eres tú?— todos lo miraron extrañado,—el rapero—siguieron igual.

Nunca en su vida había visto algo así... Mirarlo tanto lo empezó a asustar. Miraba la puerta esperando el momento indicado, hasta que alguien la cerró.

—Max, mi querido tesoro—aquel monstruo se le acercaba a él—al fin te tengo conmigo.

El joven trataba de alejarse de él, hasta que dos personas encapuchadas lo detuvieron. Ambos le aguantaron las manos para que siguiera escuchando a Voldemort..

—¿Qué quieres? ¿Qu-Quién eres?—Max empezaba a tartamudear.

—¿Quién soy?, soy tu rey, soy Lord Voldemort. ¿Qué quiero? Te quiero a ti—dijo con una sonrisa extraña—para acabar con una persona muy especial.

Max no entendía nada.

—N-No entiendo.

Voldemort le puso un dedo en la frente y Max lo empezó a ver todo.

"El Niño que vivió será derrotado, por otro sobreviviente. El Niño de la profecía... La guerra se aproxima, esto es la guerra"...

Max había visto todo, sus ojos lagrimosos lo hacían reflexionar, ese era el gran secreto que necesitaba descubrir.

Él acabaría con Harry Potter.

¿Por qué la vida era tan injusta?

—Ya viste todo, ahora ven—comentó Voldemort mientras se volteaba a su silla. Max no le hacía caso—Dije ven, Imperio.

Otra vez el mismo hechizo, no sabía cómo protegerse, todos o la mayoría de los hechizos que había hecho, era gracias a Voldemort.

Max camino donde quién sería ahora su amo. Trataba de salirse de aquella maldición, pero se le hacía bastante difícil. Era muy poderosa...

—Queridos mortifagos, hoy estamos aquí para convertir a nuestra arma perdida—celebraban los seguidores mientras que miraban al chico—Max, el niño de la profecía está aquí con nosotros, y con la ayuda de él. Acabaremos con Harry Potter.

Max trataba de mover su cuerpo para escapar, no podía. Trataba de aflojar, sentía una extraña cosquilla recorrer su interior.

Voldemort, solo se acercó a él. Y junto a su varita hizo un extraño movimientos,—Desde ahora, te conviertes en un gran mortifago.

Max no entendía a que se refería, pero ese nombre no lo sonaba muy bien. Sintió como un rayo de la varita le impactó en su brazo derecho, convirtiendo en él una marca. Que contenía una culebra saliendo de una calavera.

El dolor fue inmenso. Sintió un deseo de caer al suelo, veía borroso y un dolor de cabeza había empezado a formarse..

Hasta que ya no pudo más. Mientras caía al suelo, escuchó como todos reían y juro ver a Sabrina acercándose a él.

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Gracias a todos esos que han votado, comentado y están leyendo mi historia. Espero que les esté gustando.

Saludos desde Hogwarts

 



 

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