Más voces
Los dos sentían su corazón latir de la emoción. Harry se sentía por una parte feliz. Sentía que hasta a sus enemigos había que darle una oportunidad.
Max y Draco entraron juntos con los demás, que esperaban mirando todo lo que había a su alrededor.
Algunos miraban las máquinas para atacar, eran como unos robot gigantes de color gris. Otros observaban todos los libros que se encontraban.
Max se dirigió donde la pequeña biblioteca donde se encontraban dos chicos de Hufflepuff y Luna. Max los saludó y tomó el libro más cercano.
Allí leyó por algunos minutos varios hechizos bastante fuertes o avanzados para alguien como él. Expecto Patronus, Obliviate, Protego, Episky... Miraba cada hechizo y su función atentamente. Él sabía que los podía hacer, solo necesitaba práctica y un buen maestro. Tenían a Harry y no a aquella maestra cara de sapo.
Un silbido se escuchó, Harry había llamado a todos. Los estudiantes corrieron donde él que estaba listo para empezar.
—Me alegro de que todos estén aquí—dijo mientras observaba a Draco que se encontraba al lado de Max—Hoy les estaré enseñando varios hechizos, o mejor, ustedes estarán practicando algunos hechizos. Yo veré en que están fallando y como les puedo ayudar.
Todos afirmaron y se formó un gran ruido en aquel cuarto de la emoción.
Harry observaba a todos con felicidad,— ¡Que empiece!
Max se fue con Draco a ver que podían hacer. Draco era muy bueno, pues llevaba toda su vida en Hogwarts y venia de una familia de magos sangre puras. En cambio Max, descubrió meses atrás que era mago y que su padre era un vecino de Cokeworth.
Los dos chicos de Slytherin se pararon uno al frente del otro en una distancia bastante lejana. Mientras veían a los otros practicar y que algunos le salieran los hechizos, ellos se miraron y se hicieron un gesto de confirmación.
Max respiró nervioso, sentía que Draco lo iba a destruir en la práctica.
—Rictosempra— una luz roja enorme salió de la varita de Draco.
Max la observaba,—¿Wingardium Leviosa?— no sabia tantos hechizos y sabía que eso no hacía ningún efecto, pero no tenía mucha opción. Max salió volando del salón y todos lo vieron, mirando a Draco con asombro.
Los Weasley ayudaron a Max y este se paró para intentarlo de nuevo. Camino donde Draco y este le sonrió... Max no se iba a dejar ganar tan fácil, apretó su varita y se puso en marcha.
"Usa el poder que está en ti. Usa la fuerza oscura, Max". Aquella voz le había aparecido de nuevo, la misma que le apareció en la clase de Flitwick.
Trató de disimular el nerviosismo, pero todos se dieron cuenta. Draco había lanzado otro hechizo y Max reaccionó.
—Protego—un campo de defensa se había formado, aquel hechizo rebotó y le dio a Draco. Que cayó dando vueltas en el piso.
Las personas lo miraban con asombro. Harry se dirigió donde él—. Lo has hecho genial, ambos. ¿Cómo aprendiste ese hechizo?
Max pensó por un tiempo, pero nadie se lo había enseñado, solo le salía por qué si. Aquella voz lo ordenaba y él lo hacía. Pero no le podía decir eso a Harry, no sabia que era y no quería meterlo en problemas o preocuparlo.
—No se, solo lo había leído—Harry se quedó observándolo hasta que le creyó.
—Me pueden ayudar—gritó Draco que seguía en el piso quejándose. No tenía nada, pero formó un espectáculo. Los chicos lo ayudaron y empezó a hablar—. Fue suerte Max, te deje ganar.
La clase fue todo un éxito, los chicos seguían asombrados por Max... Era nuevo y ya sabia como hacer aquel gran hechizo. Todos estaban mejorando, algunos rápidos y otros poco a poco.
La noche había llegado, Draco y Max estaban asombrados y felices por la clase. Hablaban en voz baja entre sí, para que nadie los escuchara. Hasta llegar al gran comedor. Allí se reunieron con los demás chicos de Slytherin.
Max saludó a Crabbe y Goyle y se sentó al frente de ellos. Tomó un poco de sumo de calabaza y mordisqueo unos ricos pollos. Miro alrededor de la mesa en busca de pudín y lo consiguió, un rico pudín de chocolate.
Todos conversaban entre sí, y todos estaban alegres. Hasta que llegó Pansy, y se veía molesta.
—Draquito, podemos hablar—Draco la miró asombrado y luego miró a Max. Esta vez Max sabía que tenía que ayudarlo. ¿Pero cómo? Solamente se le ocurrió una idea, y era la única y peor que tenía.
Se levantó un poco enojado y miró a Pansy,—Oye, deja a mi novio en paz. Si tienes que aclarar algo, lo haces conmigo.
Draco no podía estar más asombrado y sabía que era una broma por lo que estuvo a punto de reírse.
Pansy los miraba con asco, y trataba de hablar. Pero no se creía lo que había escuchado. Abrió y cerró la boca varías veces y ninguna palabra le salía hasta que pudo encontrar una excusa para irse.—Esta me las vas a pagar, Max... Ya verás.
Ella lo siguió muy enojada, se podía notar lo furiosa que estaba.
—Gracias cariño—Draco le dijo a Max y se empezaron a reír.—Gracias por la ayuda, me tengo que ir con Crabbe y Goyle tengo que ayudar a mis gorilas en las asignaciones.
Los dos se despidieron y Max se fue en busca de los chicos de Gryffindor. Hasta que vio a la señora vestida de rosa, algo extraño le sucedió.
"Ella fue la que te hizo daño, y la va a pagar. Atácala y mátala todo estará mejor" esa voz siniestra estaba haciendo algo con Max, no entendía lo que pasaba. Solo le hacía caso.
"Cuando te pase por el lado grita:Avada Kedavra, y veras que bien te sentirás".
Umbridge se acercaba más al chico, con una risita burlona, Max había sacado su varita estaba listo.
—Avada ked...—alguien lo había empujado y lo estrelló con el piso. Se sentía mareado, y veía borroso. Su vista aclaraba fácilmente, y cuando estaba bien se encontró con Sabrina.
—¿Qué ibas a hacer?
Max no entendía. Iba a hacer algo, pero se le había olvidado,— honestamente no lo sé.
—Tienes suerte que la profesora Umbridge se a ido y no sé ha dado cuenta. Estabas a punto de matarla con una de las maldiciones imperdonables.—Los ojos de Max se formaron más grandes que los de un elfo doméstico.
Había escuchado de aquellas maldiciones, los amigos oscuros las practicaban mucho.
—¡Qué! Yo no sería capaz de algo así.
La chica estaba confundida. Tenía que solucionar esto lo antes posible.
—Max, ve donde el director. Algo te está pasando y por lo que veo en tus ojos. No es nada bueno.
Ella tenía razón, Max escuchaba voces, pero no estaba seguro de lo que hacía. Respiro y aceptó.
—Luego hablamos.
Max le había agradecido a Sabrina y se dirigió nerviosamente a donde el director. Luego lo pensó y no fue. Para que ir donde el director, si tenía a su padre en la escuela.
...
Corrió como pudo y se dirigió a las mazmorras. Allí entró al aula de pociones donde estaba Snape.
Snape se emocionó por la visita inesperada de Max, y se dio cuenta de lo preocupado que se veía su hijo.
—Ven acá, ¿dime que te pasa?— preguntó nervioso. Era su hijo, pero no estaba seguro si Max estuviera acostumbrado todavía a que él se preocupara.
Max tragó saliva y se dirigió temblando donde su padre.
Respiró profundamente y lo miró a los ojos,—Algo extraño me está pasando—miró a Snape que se veía asustado. No era una buena señal eso y temía que fuera lo que él pensaba.
—¿Y qué es?— el nerviosismo le empezaba a invadir, se levantó y fue en busca de algún líquido. Max lo miraba más nervioso aún.
Sentía que desde que llegó a Hogwarts tenía un problema de nerviosismo. Se ponía nervioso por todo.
Mientras lo observaba como Snape caminaba por todo el aula le siguió contando—Estoy escuchando voces, pero no me recuerdo después lo que estoy haciendo. Hay veces que si, pero aveces hago hechizos que ni siquiera yo conozco. Tengo miedo.
—No puede estar pasando. No puede estar pasando.— gritó Snape con fuerza, tirando a la pared un vaso de cristal. Max se asustó.
—¿Qué no puede estar pasando?—Max se trató de acercar a él, lentamente.
—No te lo puedo decir, pero prepara tus cosas.
—¿Para qué?
—Solo hazlo.—dijo enojado, su tono frío había vuelto.
—No me quiero ir, si eso es lo que estás pensando.
—Te tienes que ir, estas corriendo grandes peligros.—lo soltó.
Max lo observaba atónito.
—¿Qué peligros?
Snape estaba invadido por la furia, ¿por qué le tocó eso a su hijo, por qué tuvo que ser parte de esto él también? No sabía que contestarle un silencio se formó en el aula.
¿Le contaba la verdad, o le mentía como siempre? No estaba seguro, pero el chico lo iba a descubrir cueste lo que cueste.
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Espero que le haya gustado el capítulo, lo hice en cuanto pude. Últimamente no tengo tiempo.
Miren el banner que me hicieron.
Gracias a DesignSquad muchas gracias.
Saludos desde Hogwarts.
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