Borgin & Burkes
Max había leído o escuchado ese nombre antes, no le dio importancia pues necesitaba ayuda.
Los dos corrieron, bueno Max corrió mientras que el señor Burke trataba de seguirlo lo más rápido posible.
Hasta que llegaron a la casa, ambos entraron y lo siguieron donde Snape. Que estaba tirado en el suelo.
El señor Burke, le dio un vistazo. Y con un solo movimiento, agito su varita.
Snape abrió los ojos sorprendido y aún más cuando se encontró con Burke.
—¿Cómo rayos?—dijo sorprendido mirando a su hijo.
Max no entendía que pasaba, no sabía que era lo que estaba ocurriendo.
—Lo siento, tengo órdenes de El señor.
Max sintió como una mano lo sostuvo y de repente se fue en un humo negro.
...
Había aparecido en el callejón Diagon, Burke lo sostenía fuerte y no lo dejaba salir. Max le dio una fuerte patada en las entre piernas y corrió. No tuvo tanta suerte, un hechizo escuchó.
—Imperio— Max observaba a Burke esperando su mandato. Se quería salir del hechizo, había escuchado algo sobre él y solamente magos fuertes podían salirse.— Sígueme.
Max empezó a mover sus piernas, tenía miedo y mucho. El callejón Diagon se empezaba a desaparecer llegando al callejón Knocturn.
Escuchaba voces y era un lugar sucio y más aterrador que CokeWorth, solo pasaron minutos. Cuando llegaron a una tienda horripilante, desde afuera se veían objetos raros y siniestro.
Max pudo observar el nombre, Borgin & Burkes.
Ambos entraron, el adulto ordenó a el chico que se sentará y él obedeció.
Max trataba de salirse del hechizo. Mientras que el mago buscaba algo y sacaba de si una rara marca en su brazo.
Max cerró los ojos y se concentró. Tenía que pensar en cosas buenas, no podía morir en vano. Su padre estaría solo de nuevo y muy preocupado y triste... Quería honrar a su madre que estaba muerta sabe por qué.
Era el momento, rápido sintió que podía ser libre, lo había logrado. Corrió como pudo y trato de salirse sin hacer ruido. Todo fue un éxito, trato de llamar a su padre con su varita, y no sabia como.
Solo vio un búho que venía hacia él, Apolo.
Este bajo y Max lo acarició.
—No tengo tiempo—le decía al búho mientras buscaba un papel o algo. Solo consiguió una hoja y empezó a escribir como podía— llévale esto a mi padre.
El búho voló y se fue. Max trató de salir de ahí para llegar al callejón Diagon.
Fue para diferentes tiendas, pero no estaban abiertas. Solo tenía que sobrevivir algunas horas más, hasta que fuera de día para salir de aquel lugar.
Tenía mucho frío y no podía prender fuego, porque lo descubrirían.
—Por aquí— escuchó. Lo estaban buscando tan rápido que no le daba tiempo para reaccionar.
Su corazón latía más rápido que nada y sentía una sensación extraña. Tenía que salir de todo esto, tenía algo de esperanza todavía.
Desde lejos, pudo observar hombres en capuchas.
—Ahí—uno dijo.
Max no esperó más, iba corriendo de edificio en edificio. Pasando Ollivander, y escondiéndose por Gringotts. Veía hechizos rebotar cerca de él, trataba de esquivarlos. Uno le dio en su pierna haciendo que se cayera.
La esperanza se le estaba acabando estaba listo para morir.
—Lo siento madre, lo siento padre— dijo tratando de respirar, mientras lágrimas caían de su mejilla.
—No sientas nada todavía— escuchó. Miró y se encontró con una chica que reconocía.
—Sabrina, ¿qué haces aquí?
Ella no especificó, solo hizo una débil sonrisa y le dio la mano a Max, levantándolo.
—Vengo a salvar tu trasero. Sígueme.
Max no tenía opción, o seguirla o morir.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top