Nuevos aires

Veo a Emma en el aeropuerto, me siento tan mal que no puedo ni disfrutar de su compañía.

—¿Pasó algo, Connor?

Agito la cabeza, no quiero que sepa que mis papás me dieron un ultimátum tan fuerte solo por ella.

—Solo es nostalgia, me intriga salir y dejar a mis padres, pero es algo que debo hacer.

Toma mi mano, me alegra que esté aquí conmigo para hacer menos difícil esta transición.

Subimos al avión juntos, aunque nos tocan asientos separados. Algo dentro de mi quiere salir huyendo del avión y la otra desea quedarse aquí con Emma, la vida es más difícil de lo que creí.

~*~

Al llegar al aeropuerto veo que Emma se comporta más formal que nunca, quizás estos aires le recuerdan que está de servicio.

—Tenemos que ir a la central antes que al hotel —dice a todos los aspirantes—. Tomen sus pertenencias y siganme.

Tomo mi maleta y voy a su lado.

—¿Puedo pedirte un favor?

Emma me mira con intriga.

—Te ayudé para venir, no puedo hacer más por ti.

—Si puedes, me gustaría conocer a la teniente Kenet.

—¿Para qué?

—Es personal, ¿podrías ayudarme?

Suspira y empieza a caminar.

—Dependera de mi teniente. Camina.

Caminamos a unos vehículos de la policía, nos subimos cada quien en donde nos indican. Esta vez si me toca compartir el vehículo con Emma.

Andamos al rededor de una hora hasta que se detiene frente a un edificio sin ventanas y muy formal.

—Bienvenidos a la central de Chicago, dejen sus cosas aquí para el recorrido.

Empiezan a bajar, veo con interés todo a mi alrededor, Chicago es muy bonita ciudad.

Al entrar veo a muchos policías y algunos civiles, o al menos van vestidos de civiles.

Me estrello con una chica y todos sus papeles caen al suelo.

—Presta atención, novato —Me reclama Emma—. ¿Se encuentra bien, oficial Kenet?

Sus ojos verdes me recuerdan a los míos, es raro.

—Si, yo tampoco me fijé. Oficial Amelie Kenet, un gusto, novato.

—Connor Ross.

Me sonríe un poco, se llama igual que mi abuela... que mis abuelas.

Agita la mano y se va. Siento una extraña sensación de estar aquí.

Seguimos con el recorrido y en un punto nos detenemos, Emma parece ver un fantasma.

—Teniente...

Una chica muy bonita sonríe, su piel esta bronceada, ojos avellana y ese cabello castaño...

—Bienvenidos, me alegra ver carne fresca.

Mis ojos se cruzan con los suyos un instante, sin duda la conozco.

—Son los aspirantes de California, esperamos que alguno cumpla con las espectativas del coronel.

Se me acerca ignorando a Emma.

—Su nombre, novato.

Trago saliva, es intimidante.

—Co-Connor Ross.

Veo furia en sus ojos aunque se mantiene inamovible.

—Acompañame. Emma, lleva a los demás a terminar el recorrido.

Emma asiente y se lleva a todos los demás. Me quedo frente a esta mujer, eso me aterra y mucho.

Comienza a caminar, la sigo para no hacerla enojar, me asusta esta mujer. Llegamos a una oficina y cierra con seguro, de pronto me abraza con fuerza, cómo si me hubiera extrañado.

—Creí que jamás volvería a verte —Se aleja y golpea mi cabeza—. ¿Qué estás haciendo aquí, Connor?

—Yo... quiero ser policía —digo con cautela.

—¿Mi tía lo permitió? Lo dudo, estás aquí sin su consentimiento.

Ahora me siento más extraño.

—No estoy entendiendo, ¿conoces a mi mamá?

Asiente y se recarga en su escritorio.

—Es mi tía, pero fue mi mamá durante los primeros siete años de mi vida. Le debo tanto a mi tía. Y ahora tú estás aquí arriesgando todo por lo que hemos trabajado por diecinueve años.

—Disculpa, ¿cuál es tu nombre?

La mujer toma una placa de su escritorio y la pone en mis manos.

—Tara Kenet... no es posible, mi mamá es...

—La hija del coronel Kenet, si. Diecinueve años a salvo y ahora estás aquí.

Se me cae la placa, eso quiere decir que mi mamá es Emma Kenet. Cambio su nombre y tomó el apellido de mi papá, no es cierto.

—Me imagino que eso te trajo aquí —Levanta la placa—. Ya tienes tus respuestas, ahora vete y no vuelvas a pisar Chicago —Toma un teléfono—. Llamaré un taxi para que regreses a casa.

Niego y hago que cuelgue el teléfono.

—Emma me contó sobre ustedes, muchas cosas. ¿Mi papá es el Malo?

La expresión de Tara cambia y me golpea el costado, veo todo negro, esto es malo.

~*~

Al abrir los ojos estoy en una cama grande, esto no es un hotel, ¿dónde estoy?

—Disculpa que te haya tenido que traer aquí, pero mi abuelo Arti nos enseñó a ser más discretos y un tanto paranoicos.

Sostengo mi costado, pega muy duro esta mujer.

—¿Arti? Mi abuelo...

—Si, digamos que mi papá es Connor Roth. Por eso también es mi abuelo.

No entiendo nada.

—Estas muy confundido, ¿no? —Salta a la cama— Digamos que mi abuelo nos enseñó a no confiar en nada que no hayamos controlado nosotros. Esta casa la hice desde cero con él justo para estos casos.

—Eso quiere decir que...

—Teniente, ya estamos aquí...

Emma se queda paralizada en la puerta y detrás de ella está mi abuelo.

—¿Qué haces aquí?

—Yo podría preguntar lo mismo, abuelo. Se supone que vives en Oregon.

Tara y mi abuelo se miran con fuerza, ellos saben algo.

—Tienes que volver a casa —dice mi abuelo—. ¿Quién te trajo aquí?

Miro de reojo a Emma, necesito su ayuda.

—Lo lamento... traté de hacerlo renunciar, pero es tan obstinado...

Me paralizo, eso quiere decir que no quería que viniera y que todo lo que hizo para ayudarme en realidad lo hizo para que abandonara la causa.

—¿Cómo?

Emma se muerde los labios.

—Lo lamento, todo esto es culpa mía, mi papá me advirtió que no jugara con esto, pero tenía tantas ganas de conocer a Emma que...

—Lo usaste para conocer a tu heroína —completa Tara.

Emma asiente y suspira.

—Si, pero juro que tuve cuidado de que el coronel no sospechara de él.

Todos asienten, pero yo sigo completamente perdido.

—¿Alguien me podría explicar? —suelto molesto— ¿Por qué todo el mundo me miente?

Tara se acerca y toma mis manos, es cálida.

—No mentimos, solo tenemos que ocultar algunas cosas. No te pido que lo entiendas, solo queremos que estés a salvo.

—Mi papá es el Malo, ¿no? Mi papá hizo todo esto...

Tara niega y aprieta otro poco mis manos.

—No, Joshua no es el Malo —suspira—. Emma Kenet es el Malo.

Eso me deja frío, quiere decir que mi mamá es una criminal...

No es posible...

—Por eso te ocultamos todo, hijo —dice mi abuelo—. Tu mamá estaba desesperada, harta de Carlisle y esta fue su única solución.

—Deja de mentir —Me alejo de ellos—, mi mamá nunca haría algo así.

—Si lo hizo, lo hizo por mi madre y después por mí —Tara suspira—. Creo que debes conocer mejor a Carlisle y a tu mamá.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top