Madre e hijo
Llego a casa algo triste, Stay no volvió a dirigirme la palabra el día de hoy, pero pude hablar un buen rato con Emma.
-Hola, llegas temprano -Mi mamá sonríe con calma.
-¿Stay no ha pasado por aquí?
Mi mamá niega, está más enojada de lo que imaginé.
-¿Pelearon? Eso es nuevo.
Camina a la cocina y la sigo, no entiendo porque tenemos esa manía, tanto mi papá como yo la seguimos a dónde vaya.
-Me gustó una carrera diferente a la suya, creo que tiene esa sensación de pánico como cuando nos quedamos con mi abuelo Arturo.
-Arti -Me corrige mi mamá-, a tu abuelo le gusta que le digan Arti, ya lo sabes.
Me recargo en la mesa donde solemos comer, hay tanto que ignoro de mi familia.
-¿Vendrá a mi cumpleaños? Lo extraño, mamá.
Mi mamá se gira con una sonrisa muy pequeña, eso es un no.
-Tiene trabajo -Pone una caja azul en mis manos-. Prometió venir a final de mes, él también te extraña.
Abro la caja y veo la memoria que hay dentro, sus regalos siempre son una sorpresa.
-Genial, ¿puedo preguntar algo? -Cierro la caja.
-Sabes que sí -Veo cómo prepara la comida-. ¿Qué te molesta?
Que no me molesta debería ser la pregunta.
-¿Cómo era el papá de mi papá?
Por un instante mi mamá queda inmóvil, como si acabara de decir algo malo.
-No lo sé muy bien, cuando conocí a tu papá él ya estaba muerto, al igual que tus abuelas Amelie. Pero por lo que me contó no fue una buena persona, abusaba de su posición para manipular las situaciones a su favor, tu papá lo odia porque nunca dejó que tu abuela Amelie tuviera un tratamiento contra el cáncer.
Suspiro, suena horrible y entiendo a mi papá, yo también lo odiaría si le hiciera eso a mi mamá.
-¿Y mi abuela Amelie? Me refiero a tu mamá, ¿cómo era ella?
Una sonrisa llena de nostalgia se le escapa a mi mamá.
-Mi mamá era la mejor mujer del mundo, amaba las rosas, al igual que la mamá de tu papá, por eso ambos tenemos el tatuaje de una rosa, es la rosa de Amelie -Levanta un poco su pijama quirúrgica-. Tu abuela amaba los cascabeles, era diseñadora de interiores, ella te habría amado.
Cómo desearía conocer a mis abuelas, de vez en cuando escucho a mis papás hablar de ellas y siempre sonríen y lloran cuando las recuerdan.
-¿Por qué el abuelo Arturo nunca habla de ella?
Mi mamá hace un gesto, algo no está bien.
-Porque tu abuelo Arturo no conoció a tu abuela -Se limpia los ojos-. Ya te dije que mi papá me adoptó cuando tenía doce y tu abuela murió cuando tenía ocho.
Trago saliva, creo que es hora de hablar de mi abuelo biológico.
-¿Conociste a tu padre biológico?
Algo se le cae y se rompe, eso es un si, pero uno no muy agradable.
-Si, lo conocí y no quiero hablar de ese hombre nunca, Connor, no espero que lo entiendas, pero te pido que respetes mi desición.
Nunca había visto a mi mamá tan tajante.
-Si, mamá. Te quiero, ¿lo sabes?
Mi mamá me abraza y deja un beso en mis mejillas, hace varios años deje de estar a su altura, extraño sus besos en mi frente.
-Bueno, tu papá llegará pronto con dos personas muy importantes para nosotros -Me acomoda el cabello-. Dejé un poco de ropa en tu habitación, te llevaremos a cenar a un lugar muy especial.
Deja otro beso en mis mejillas, amo tanto a mi mamá que sería capaz de matar por ella.
Voy a mi habitación y veo sobre la cama un pantalón un poco formal y una camisa azul que hace juego con los ojos de mi mamá. Me veo en el espejo, mi mamá dice que me parezco a mi papá y mi papá que me parezco a mi mamá, aunque soy una combinación rara de ambos.
Mis ojos son verdes, como los de mi papá, mi cabello tan obscuro que se me hace difícil pensar en lo rubio que es mi papá, la forma de mi cara es como la de mi papá, pero tengo los ojos grandes como mi mamá.
-Desearía parecerme a mi mamá por completo.
Me pongo la ropa que eligió mi mamá para mí y salgo con las manos en los bolsillos.
Mi mamá hace un chillido al verme.
-Eres muy guapo -Se cuelga a mi cuello-. Tú me llevas hoy, pero yo te digo por dónde ir.
Sale saltando, me encanta ver a mi mamá con esa actitud infantil, casi nunca la veo así.
~*~
Al llegar al lugar veo a mi papá esperando en la puerta. Mi mamá sale ayudada por mi papá, cuando salgo veo a una mujer muy guapa y a un hombre alto.
Mi mamá salta para abrazar a ese hombre, por primera vez veo a mi papá celoso de alguien. Toma a mi mamá de la cintura y la aleja de él.
-Connor, te presento a Derek, es un buen amigo.
El extraño me extiende la mano, la tomo con cautela, algo en él me parece familiar.
-Por fin conozco a Connor -Me suelta-. Que fortuna que se parezca a ti, E...
Mi mamá le pega en las costillas, cómo iba a llamarla.
-Sabes que odio que me digas Em, soy Gema.
Dereck sonríe, así que quería molestar a mi mamá.
-El tiempo te ha hecho muy gruñona, Gema...
Mi mamá arruga la nariz, se nota que son amigos de hace mil años, casi como Stay y yo.
-Ella es Cassandra -dice mi papá-, es mi Stay.
Ella se acerca a mí y me aprieta las mejillas.
-Si que eres más parecido a Gemi, que buena suerte -Me suelta-. Cuando quieras te hago un cambio de look, por todos los años que no he estado contigo, Joshi es muy celoso contigo.
-Solo cuido a mi familia, pero Connor ya es un adulto y sabe cómo cuidarse, espero que él también cuide a Gema cómo yo lo hago.
¿Eso quiere decir que me ha ocultado todos estos años?
-Todos los extrañamos -dice Derek-, pero ustedes buscaron lo mejor para Connor, ¿cómo sigue de su enfermedad?
Mi mamá sonríe, es bastante tierna.
-Bien -digo antes que ellos-, los médicos dicen que estoy completamente sano desde los seis años, fue difícil, pero con la ayuda de mi mamá todo salió bien.
-También Joshi contribuyó, ¿no? -dice Cassandra.
-Solo con lo monetario -dice papá con sonrisa tímida-. Gema fue quien estuvo con él soportando los tratamientos, ellos vencieron la leucemia, yo no hice nada.
Mi mamá toma su mano y hace que la mire.
-Tú nos diste la posibilidad de luchar, tenías hasta cuatro trabajos y mira -Señala el restaurante-, con eso pudimos tener este lugar y ya no sufrir.
Así que por eso tienen dinero, levantaron un restaurante con lo que papá trabajó.
Pero algo sigue sin cuadrar.
Entramos y nos dan la mejor mesa, la vista es maravillosa y la música es agradable.
-Heredaste el talento de tu mamá, Gemi...
Cassandra gira en todas direcciones.
-Solo un poco, Joshua me ayudó mucho -Se besan-. Es el legado que queremos dejarle a Connor.
Mi mamá toma mi mano, no sé en qué momento voy a decirle que me interesa ser policía como mi abuelo Arturo.
Ya ansío nuestro próximo encuentro madre e hijo.
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