Ira
El día por fin llegó y no pude hablarlo con mi mamá, mañana me voy a Chicago, tengo tanto miedo, después de nuestra plática me alejé de mis papás y me concentré más en mi entrenamiento físico. Estoy contento con los resultados, gané músculos y bastante resistencia, aunque lo mejor fue la compañía.
—¿Ya estás listo?
Asiento y tomo su mano.
—Todo gracias a ti, no sé cómo pagarte por la ayuda.
Emma se ríe y aleja su mano de la mía.
—Solo tenemos que cerrar el caso, con eso me pagarás.
Asiento, aunque me duele bastante su rechazo.
—Emma...
Suspiro, no se como decirle esto.
—Tranquilo, ve a empacar, pasaré por ti...
—No —La interrumpo—. Te veré mañana en el aeropuerto.
Emma asiente y besa mi mejilla.
—Nos vemos mañana.
Agita la mano y se va sonriendo, me quedo ahí un rato viendo un poco el mar, iniciaré una guerra con mis padres y eso me asusta un poco.
Me subo a mi auto, manejo con demasiada calma. Al llegar veo que no hay nadie en casa, eso me da cierto alivio.
Veo mi casa con nostalgia, es como si me despidiera para siempre de mi hogar, tal vez no regrese si me agrada todo el caso y la profesión.
Entro a mi habitación y comienzo a hacer mi maleta, mi mamá me matará cuando sepa de esto.
Escucho la puerta, me asomo y veo a mi mamá con muchas bolsas. Corro a ayudarla, me mira algo extrañada.
—Deberías estar en la escuela —Frunce el ceño—. ¿Qué haces aquí?
Levanto los hombros y llevo las cosas a la cocina.
—Te pregunté algo, Connor Ross, ¿qué haces aquí?
—Hoy no hay clases, al menos no para la carrera que quiero, mañana iremos a conocer más de cerca el lugar de trabajo.
Mi mamá me mira con más intriga.
—Debí preguntarte esto desde el principio, ¿qué quieres estudiar, Connor?
Me mojo los labios, es difícil de decir.
—Medicina —Miento—. Pero no medicina, medicina, quiero medicina forense.
Mi mamá no deja de verme con curiosidad.
—Mientes —Me acorrala en la mesa—, habrías dicho que irías al hospital, no el lugar de trabajo.
Odio que me conozca tan bien.
—Bueno, es mi segunda opción, la primera es... Cibernética, como mi abuelo.
Mi mamá suspira y me deja.
—¿Irán a Silicon valley?
Asiento, ella me miente, yo también tengo derecho a mentirle.
—¿Necesitas dinero?
Niego, lo que necesito es que no me descubra.
—No, solo necesito que no te preocupes, será un campamento de tres días.
—¿Cómo un hackaton?
La miro con intriga, se supone que ella no sabe nada de esto.
—No, no iremos a programar, ¿cómo sabes de eso?
Agita su mano, es algo que casi nunca hace.
—Tu abuelo asistía mucho a esas cosas, por eso sé.
Miente, sus ojos azules la delatan.
—Bien, iré a terminar unas cosas.
Mi mamá asiente y se pone a guardar unas cosas. Me duele pensar que no la veré en un rato.
Me voy a mi cuarto y me tiro en mi cama, tengo algo de sueño, hoy entrenamos bastante. Abro los ojos, es mejor que me vaya a dar una vuelta, necesito despejarme.
~*~
Me siento raro, nada calma está angustia que siento, ¿por qué?
¿Que me asusta tanto?
Abro la puerta de mi casa y veo a Stay con esa melena naranja y sus ojos furiosos, oh no...
—Te veo luego, Gema.
Pasa a mi lado golpeando mi hombro con su hombro, sigue tan molesta que da miedo y sobre todo por como mi mamá me observa.
—Mamá...
Se acerca sin decir nada, al estar frente a mi me mira a los ojos con una furia... no eso es ira y nunca había visto esa ira bailando en sus hermosos ojos. Sin que lo espere me golpea la mejilla y voy al piso, mi mamá si que pega duro, demasiado duro, nunca me había pegado.
Giro a verla desde el suelo y esa ira sigue ahí intacta.
—Quieres explicarme.
—¿Qué te dijo Stay?
La ira aumenta y yo retrocedo en el suelo.
Veo a mi papá llegar de la cochera y corre hasta mi mamá, la abraza por la espalda tomando sus manos. Gracias a eso puedo ponerme de pie, pero me asusta mucho la reacción de mi mamá.
—Sueltame, Joshua.
—¿Qué pasa, amor? Vamos a solucionarlo.
Veo como empiezan a pelear hasta que mi mamá reduce a mi papá y lo toma por la ropa.
—¿Tú sabías que tú hijo quiere ir a Chicago?
Algo en la mirada de mi papá cambia, me observa con mucho coraje, aunque no tanto como mi mamá.
—Si, me dijo que quería ir a un concierto, pero resultó que en realidad es por una chica.
Siento que el aire se escapa de mis pulmones. Mi mamá suelta a mi papá y lo ayuda a ponerse de pie.
—¿Lo alentaste?
—Sabes que nunca haría eso, amo a mi hijo y le dije que desistiera de esa idea o pasaría esto, al parecer no me hizo caso.
Ahora tengo a los dos en contra, esto es malo.
—Ustedes hicieron lo mismo —digo con un valor increíble—. Me enamoré y no pueden culparme.
—Yo te lo dije, éramos más adultos y aún así tuvimos que hacer cosas de las que no me arrepiento, pero no son del todo buenas. Te dije que tuvimos que escapar gracias a nuestra decisión.
Las manos de mi mamá se aprietan cada vez más.
—¿Quién es?
Estoy por mentir de nuevo, pero mi papá ya lo sabe, no tendría sentido.
—Se llama Emma Nichols, vino de intercambio.
—El campamento no es campamento, ¿verdad? —dice mi mamá molesta— Contesta.
—No, mañana viajamos a Chicago.
Mi papá la sostiene cuando está a punto de venir por mi.
—Quiero que entiendas una cosa, si te vas no habrá marcha atrás, Connor. No volverás a vernos, ¿eso quieres?
La ira de mi mamá desaparece y comienza a llorar, solo la vi llorar así una vez y fue con la leucemia.
—¿Por qué? ¿Que hay en Chicago?
—Mi padre biológico y no se detendrá hasta encontrarme.
Mi mamá se aferra a los brazos de mi papá y llora aún más y esa ira regresa.
—¿Perderás a tu familia por una mujer? —dice papá— ¿Ella te corresponde por lo menos?
Eso me duele hasta la médula.
—No lo sé, no he tenido la oportunidad de preguntarle si ella siente algo por mí.
—Stay te ama, eres un maldito ingrato, tienes a la mujer perfecta frente a ti y prefieres a una...
—Gema... —Mi papá la interrumpe— no digas nada de lo que te puedes arrepentir, ella no tiene la culpa.
—Decide en este momento —dice mi mamá con tanto coraje que da miedo—. Quiero oírlo de tu boca, dime qué me odias a ese punto.
Sus palabras me lastiman.
—Mamá, solo trata de entender...
Se suelta de mi papá y se va corriendo.
—Solo te pediré una cosa, Connor, busca a Tara Kenet y nunca te separes de ella.
Se va con una calma escalofriante, pero su petición se me hace rara, ¿de dónde conocen a la teniente?
Me dejo caer en el suelo, los secretos de mi familia nos están destruyendo y no les importa.
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