52. La historia jamas contada | Parte 2
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Esa mujer que había acogido a esa hermosa bebé, que solo se encontraba delicada y frágil cual terciopelo con perfume a miel y su mirada penetrante cual deseo. El avellana de sus ojos hacían temblar a cualquiera, Así era la nena, aún pequeña te podía quitar el aliento de tu boca.
La buena mujer se sentía alegre, sentía que su vida iba a cambiar y el regresar a su país natal, era de felicidad para ella. Milán era un lugar moderno y hermoso, donde la moda y el vino se encuentra en cada esquina de cada lugar.
Ella como la cuñada había recaudado dinero para poder regresar a Italia, y poder hacerse cargo de la bebé y llevarla a un lugar donde juntas podrían comenzar una nueva vida, alegre, sin preocupaciones una vida donde restaurarse el corazón es una meta.
Por lo menos para ella.
Los días pasaban, ella había encontrado un lugar donde podría cuidar de la bebé y a la vez poder ejercer un empleo.
Ella sentía que su vida poco a poco iría cambiando, que a pesar de los golpes y los problemas sentía que por fin todo estaba saliendo bien. Cuando ella trabajaba, la bebé la acompañaba ya que no sentía la confianza de dejarla con alguien.
Un día iba caminando alegre por el parque, su sonrisa se notaba desde lejos, la felicidad en su rostro no tenía comparación. Las personas que caminaban y pasaban cerca de ella se sorprendían de lo radiante de aquella mujer, como andando con una bebé en un coche se notaba la alegría en sus labios y en sus ojos.
Hubo alguien que captó su mirada, alguien que nunca pensó comenzaría a cambiar su vida. Él era un hombre de buen parecer con vello en su barbilla, afilado rostro y sonrisa agradable. Él se acercó a la mujer sin pensarlo pues le gustó desde que la vio.
Cuando ella se dio cuenta de la persona que tenía enfrente se sonrojo ya que a ella le agradó igual, fue como un flechazo por partes de ambos lados.
—¡Hola! —dijo él maravillado de la mujer enfrente suyo, pues era de esperarse. Ella le sonrió y le contestó igual y así empezó una historia que miraría la luz alrededor de la puerta pero que al momento de abrirla sería solamente oscuridad. Pues la apariencia puede llegar a ser muy engañosa y despreciable, y más cuando tu mirada está cegada por el amor que hay dentro de ti.
El tiempo pasaba, ella y él se enamoraron y se casaron, se sentían en las nubes, la hermosa bebé iba creciendo más y más todo era como color de rosas.
Un año después de la boda, ya en hogar ella empezaba a notar un extraño comportamiento en él, como si solo quería casarse pasarla un poco y después ignorarla, era completamente extraño. Un día llegó ebrio a la casa, estaba casi inconsciente, la mujer distraída cocinando sin haberse dado cuenta que su marido habia llegado, mientras la nena jugaba en una mesita con sus muñecas.
Él hombre se acercó a la nena y la mirada en él era de alguien que estaba mal, era una mirada de morbosidad alterada. Abrazo a la niña y comenzó a pasar su lengua por el cuello de la nena, la niña inocentemente se reía del cosquilleo que le provocaba.
La mujer terminando de cocinar, sale y nota que su marido llegó a casa y que a la niña la tiene bien aprisionada, se acerca ya que se le hace extraño.
Al ver que esta ebrio y que besaba a la niña en el cuello, rápidamente se la quitó de las manos. Él hombre ebrio enojado trata de levantarse por que no le gusto que le quitaran a la niña de sus brazos.
—Dame a la niña, ella es mía —decía el hombre ya inconsciente de sus palabras ya que apenas se sostenía de pie.
—Estas ebrio, anda dormí mejor —comentaba la mujer tranquila sin ponerle importancia a sus palabras, sabia que estaba ebrio y que no estaba consciente de si mismo, pero... ¿Será correcto no ponerle atención? La mujer humildemente no lo pensó.
Los días pasaban y la relación no mejoraba, ella solo se perdía en sus pensamientos, ¿Qué pasó con aquel hombre del que me enamoré? ¿Será que desapareció?
Ella sin dejar que su matrimonio se arruinará, un día se puso enfrente de su marido y trato de hablar con él sobre la relación pero a él no le importaba ya nada. Ella tenía fé que algún día iba a cambiar todo, y que volvería a ser como antes.
Los días seguían pasando y pasando y la situación iba empeorando, ella sabía que algo le sucedía a él ¿pero que era? No tenía idea. Trataba de comunicarse pero nunca llegaban a una solución.
Una tarde la mujer salió a comprar unos víveres, ella con la seguridad de que pronto regresaba a la casa, confió en dejar a la pequeña, que había crecido más al punto de saber ya caminar. Al estar la casa sola y la niña acostada en un mueble, con sus ojos cerrados descansando como si fuera la última vez, llego él.
Al parecer ese día había salido temprano del trabajo, al entrar a la sala miro a todos lados buscando a su mujer, le habló varias veces hasta darse cuenta que no se encontraba.
Camino y de lejos noto que en el mueble se encontraba la pequeña tan frágil y delicada, con sus pómulos suaves y rosados durmiendo dulcemente. Se le acercó y la quedo viendo, algo dentro de él estaba mal. La manera en como miraba a la pequeña, no era normal.
Estaba ENFERMO.
Se le acercó y con sus dedos tocaba el rostro de la niña, tan linda como una rosa. Acerco su rostro hacia la pequeña para poder inhalar su perfume que era como frutas del bosque.
La mente de él imaginaba cosas retorcidas y a cambio de que le preocupara, le gustaba eso que sentía.
Él ya perdido en su locura, con su lengua empezó a lamer el rostro de la pequeña, la niña no despertaba. Estaba quedando psicológicamente enfermo. Consumido por su lujuria y deseo degenerado comenzó hacer algo desagradable, trato de introducir su lengua en la boca de la pequeña, al niña al sentir la presión de la lengua, despertó y se asustó, haciendo que esta empezara a llorar. A él no le importo y siguió, su problema había pasado límites.
La mujer cansada por el recorrido, al entra en la casa, lo primero que escucho son los chillidos desesperados de la pequeña, corriendo preocupada, se encuentra con una escena que la dejo petrificada, no podía creer lo que miraba.
Su esposo estaba tratando de tocar a la niña en sus partes íntimas.
Ella aprovechando de que no se había percatado de su presencia, sin pensarlo tomó un jarrón de vidrio que tenía en una vitrina y rápidamente se lo estrelló en la cabeza, callando él casi desmayado.
Aprovechando ella, toma a la niña en sus brazos y la carga hasta la habitación. Cierra la puerta, ella se encuentra agitada, preocupada, no sabe que hacer, lamentablemente llamar no puede por que no tiene como.
Cuando de repente fuertes golpes en la puerta. —Abre Ver, solo quiero hablar —el hombre se encuentra con el fuego del infierno en sus venas, la ira en su voz le provoca escalofríos a cualquiera.
De presto tumba la puerta, la mujer al verlo, se atemorizo mucho, por un momento pensó que sería su fin. Pone a la niña atrás de ella.
Él hombre enojado la toma del cuello y solo la queda viendo, con odio, repugnancia, ese no era el hombre que conoció, con el que se casó y pensó tener una grandiosa vida. Él la suelta y la tira al suelo casi desmayada por la falta de aire.
Se acerca a la niña y ella sin saber nada se asusta, el hombre ya segado por su furia y locura, cierra su puño y lo deja caer sobre la pequeña, provocando que esta caiga en el suelo inconsciente.
—Por tu culpa perra, nuestra vida se fue a la mierda —la incoherencia del hombre era grande, no tenía control de él, no sabia ni lo que decía y hacía.
¿Será que aquí acabara todo? Después de eso todo cambió, la mujer vivía aterrorizada, no sabía que hacer, el amor y el miedo pueden llegar a ser muy traicioneros.
Una noche ella acostada pensaba que tenía que resguardar la vida de su pequeña. No sabía que hacer. Regalarla ¿será correcto hacerlo? Seria por cierto tiempo, mientras la mujer encuentra la solución a su vida.
Unos días después ella llevó a su pequeña a un lugar en el cual había escuchado, trataban de gran manera a los pequeños que no tienen familia. El lugar se llamaba (Orfanato La Fé) hasta el nombre se escucha confiable. Pero si algo se aprende siempre es que nunca hay que dejarse guiar por la apariencia de las personas por que un rostro amable puede llegar a ser el motivo de tus pesadillas.
Hablando ella con las encargadas del lugar, explicó que la mantendría en ese sitio por cierto tiempo y que ella les ayudaría con efectivo. Las personas alegres de escuchar sus palabras aceptaron sin dudar.
Y así paso, ella no se sentía bien pero pensaba que sería lo mejor.
Cuando llego a su casa. Se sentía triste, todo se le estaba yendo al suelo, primero su esposo y ahora su hija. Pero si algo tenía su corazón es que la esperanza nunca se acaba.
El tiempo corría y ni ella entendía por que seguía con ese hombre que tanto dolor le provocó en su corazón la causa de que ahora su pequeña no esté con ella.
Su amor y su humildad traspasaba límites, al final no quiso entregarlo a las leyes ya que él mismo se lo pidió y le rogó por una oportunidad más, con condiciones puesta por ella como por ejemplo, reconocer sus errores. Su corazón era inmenso, pero aún así no confiaba en él, no podía llevar a la niña de regreso a casa, primero tenía que examinarlo para saber cuál es su problema. El impulso que el tuvo no fue normal, y por suerte él lo reconoció a tiempo.
Aceptando las condiciones que la mujer impuso, el hombre decidió el hacerse exámenes y ir a citas con el psicólogo reconociendo que esto le ayudaría el pasar esta etapa de su vida.
Pasaron dos años y la mujer iba siempre al orfanato a visitar a la niña, la pequeña no se daba cuenta que era su familiar y que un día regresaría por ella.
Creció en el lugar viviendo experiencias nada agradables, sin que la mujer que la cuidaba cuando la iba a visitar, tuviera conocimiento alguno.
El problema con su marido resultó ser más grave de lo que esperaban, tuvieron que viajar a las parte norte de Italia, para poder ayudarle con su problema. Por suerte todo salió bien.
Cuando regresaron a casa nunca imagino que pasaría algo que le devolvería el dolor de antes.
Ella iba por la pequeña, ya la podía tener de nuevo en sus brazos, todo había acabado al fin, sentía que su vida volvía a cobrar sentido. Llegando al orfanato La Fé, sus ánimos iban al cien, era la mujer más feliz en ese momento y junta a su esposo todo era mejor.
Cuando una noticia cambió todo eso. Resuelto que la pequeña frágil y hermosa había desaparecido. Cuando ella escuchó estas palabras, le dio un bajón en su pecho que casi le provoca la inconsciencia. Su esposo preocupado y con su corazón estrujado ya que por su culpa a la niña tuvieron que internar la en ese orfanato.
Rápidamente él se la llevó a un hospital. Las horas pasaban y ella no despertaba, la impresión había sido muy fuerte.
Ya recuperada, ella se dispuso en hacer lo posible por encontrar a su pequeña.
Su promesa a aquella mujer que murió por dolor en su corazón, que cuidaría a su bebé a como de lugar no pensaba romperla. Por qué lo que más abundaba en su corazón era la esperanza de que algún dia todo sería como perfume de rosas.
Ella tenía la esperanza de que Sophia regresaría a sus brazos.
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Hola chicos!!
Yo se que han de pensar, que mucho me tardo en publicar un capítulo, pero es que este mes de abril en mi país es uno de los más ajetreados. Y más que también fue mi cumpleaños y créanme todo se revolvió un poco.
Pero ya olvidando todo!! Espero que les guste el capítulo.
La segunda parte de (La historia jamás contada) un pedazo de la historia de Sophia. Los capítulos que vienen serán de infarto. Se los aseguró.
Nos vemos pa' la próxima. Será pronto lo prometo♡
Los Quiero mucho!!
Adiós.
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