46. Es momento de jugar
•46•
Habia una vez, una pobre chica que se encontraba rodeada en contra la pared por la culpa de una fiera que la tenía en esa irresistible posición, la fiera sentía un deseo de saciar su anheloso deseo de comérsela poco a poco pero la chica sentía que no era el momento pero había un problema...
Ella siente ese mismo anhelo.
La pregunta quedo en el aire, no sabia que contestarle a Ibrahîm. Yo quiero besarlo y hacer lo que sea con él, ¿pero será lo correcto? ¿Actuar tan rápidamente? La verdad es que nunca me ha importado eso pero como yo me hice una promesa a mi misma, que tenía que cambiar cosas que no estaban bien en mí.
—Ibrahîm —mi voz se escucha insegura, su nombre es lo único que mi boca puede soltar en estos momentos.
—Solo di que sí, Sophia —su voz se escucha necesitada, como si su vida estuviera en la orilla de un hilo y esto sería lo único que lo salvaría de un trágico futuro.
Lo quedo viendo a los ojos color cielo, a sus labios que me piden a gritos que los tome como míos, su respiración que está entrecortada, un sabroso aliento a menta y café, su aroma que no me ayuda a concentrarme de lo exquisito que es, y su cuerpo muy bien formado que hace que mi piel se erize de solo verlo.
Vamos Sophia piensa muy bien las cosas, tu lo necesitas igual, no te compliques y dile que sí y ya.
—Hazlo —digo y su mirada cambia a una de alegría pícara. Acerca su rostro lentamente al mío, pero antes de tocar mis labios, besa mi mejillas y solo siento la calentura bajar a partes que no quiero mencionar, lentamente Ibrahîm sigue besando mi rostro —. Ibrahîm, por favor —digo y me sorprendo yo misma por lo exigente y necesitada que me escuché.
Sonríe.
—No sabes como anhelaba, escucharte decir esas palabras —lentamente junta sus labios con los míos, al sentir aquella sensación, es tan mágico el momento que pensé que me encontraba en su sueño, sintiendo el beso de un Ángel.
Sus manos comienzan a tocar mi piel y el sentirlo helado, provoca que mi cuerpo reaccione de manera inmediata, provocando una sonrisa pícara en él, el beso sigue y mi cuerpo se comienza a calentar y deshacer. Baja un poco sus manos pero ahí es donde me doy cuenta que es el momento de detenerlo.
Me aparto un poco y le quedo viendo a los ojos.
—Enserio extrañaba esto —digo casi entre gemidos.
Su rostro figura una amplia sonrisa, sus ojos brillan como dos zafiros que resplandecen por el sol.
—Sophia —su rostro cambia y sus ojos se voltean para abajo —. Perdóname por haberte dejado —al escuchar sus palabras, mi corazón se estruja de la emoción, escuchar y ver Ibrahîm o por lo menos su parte sentimental, siempre me hizo sentir que siempre hay una oportunidad de cambiar eso que esta mal en ti.
Tomo su mejilla y me voltea a ver, le sonrió por que se que la vida que tiene él, no es simple. Hay veces que nos fijamos solo en lo que se muestra de afuera pero talvez no nos damos cuenta de la joya preciosa que se esconde por dentro —. No tienes por que pedir perdón Ibrahîm —sonrió con nostalgia, por que el cambio que en Ibrahîm hubo, es casi milagroso. Comúnmente la gente tarda años en cambiar su manera de ser pero él es diferente, es único, es él complemento perfecto en mi vida.
—Eres hermosa Sophia —la manera en como lo dice, me conmueve —. No solo por fuera, por dentro eres como un a Ángel que necesita ser descubierto por los demás. Yo agradezco siempre el hecho de haber tenido la oportunidad de conocer a este ser, este creación divina hecha por Dios, que da luz a aquel que la necesita.
Me acerco a él y estampó mis labios con los suyos, el beso se vuelve lento, con mucho sentimientos mezclados. Ibrahîm posa sus manos sobre mi cuerpo y yo posó mis manos sobre su cuello. Así nos unimos en uno solo, disfrutando de la sensación que este momento nos regala.
Nos separamos y sonreímos.
Decidimos ir a la sala y sentarnos en los muebles. Me gustaría saber muchas cosas sobre los chicos ¿que paso con ellos?
—¿Y como has estado? Que ha pasado todo esté tiempo —preguntó.
—Tantas cosas —dice casi afligido.
—Cuéntame —digo tratando de sonar como apoyo.
—Sophia, cuando te fuiste sentí que mi vida ya no sería igual, la Soledad me acompañaba a cada momento. Talvez me encontraba con mucha gente pero sentía que no tenía a nadie. Tahira siempre me decía que tenía que cambiar mi manera de pensar, que era momento de dejarte ir —me queda viendo orgulloso —. Pero había un problema, yo no podía.
—No se que decir —digo por que nunca había estado en una situación como está, nunca nadie me había dicho algo así.
Sonríe.
—Sophia, te acuerdas que tú no entendías la razón por la cual te ibas de la mansión.
—Nunca me di cuenta.
—Sophia —cierra los ojos y exhala —. Mi padre queria que me casara con Zahida, cuando me di cuanta de la noticia, no dejaba de pensar en ti Sophia, yo no quería dejarte, te habías convertido en mi vida, mi padre descubrió que yo me había enamorado de una chica que resultó ser mi asistente y a él no le parecía nada por que yo me estaba negando a todo lo que tenía que ver con mejorar la familia. Mi padre puede ser capaz de cualquier cosa cuando alguien se interpone con la economía familiar y para él, tu te convertiste en uno. Cuando me di cuenta del problema, tuve que hacer lo posible para sacarte de la mansión —escucho y me sorprende lo que dice, yo tuve mis sospechas que podría ser por mi, pero nunca pensé que alguien podría tentar contra mi vida —. Yo hablé con mi padre, y créeme que me iba a ir contigo a donde quieras que estuviera. Pero él me amenazó con matarte si yo no hacía caso a lo que él decía, si no me casaba con Zahida. Se dio cuenta que te había mandado a otro lugar y que yo planeaba seguirte.
—Es increíble escuchar todo esto, nunca lo hubiera imaginado —interrumpo a Ibrahîm.
—Yo me sentía devastado, lo único que me tocaba era seguir el plan de mi padre y estar atado hasta que muera hasta que un día Tahira me dijo que mi padre nunca supo nada de ti, que había sido Zafir, el que le había contado de que yo me había enamorado. Cuando lo supe ya me había resignado con casarme, me sentía vacío, ni siquiera le presté atención —se detiene un momento y me sonríe —. El día de la boda yo era otra persona, hasta que Tahira me entrego una caja, que mi madre había guardado para el día de mi boda. Yo la quedé viendo y me entristeció por que ella siempre se acordaba de mi, cuando la abrí habían muchas fotos y otras cosas, hasta que un sobre me llamó la atención y lo abrí, mi madre había dejado una carta.
Sonríe.
Me acerco y lo abrazo, el escuchar por lo que paso, me conmueve ya que todo lo que le sucedió fue por querer estar conmigo. Ibrahîm cada ves me sorprende más, ahora solo quiero estar con él y abrazarlo lo más que pueda.
—Yo no conocí a la Señora Farûq, pero estoy segura que fue una mujer asombrosa, solo con verte a ti, puedo saber que así fue —acerca su rostro a mi y deposita sus labios suaves en los míos pero rápidamente los quita.
—Sophia, yo dije que me iba a casar, estaba decidido pero cuando leí la carta yo simplemente recapacite, ese era el poder que mi madre tenía en mí, me ayudo a entender que tenía que seguir mis sueños y no los de mi padre —Me queda viendo fijamente —. Sophia mi madre me hizo saber que tu eres mi sueño.
Lo quedo viendo y una pequeña lagrima sale de uno de sus ojos, acerco mi rostro lentamente y con un beso alivio el dolor que esta sobre sus hombros. Mis ojos lo ven fijamente, sonrío y después lo abrazó —. Te amo Ibrahîm Farûq —digo y solo pude sentir su cuerpo reaccionar a mis palabras.
—Yo te amo mucho Sophia, eres mi razón de ser —se detiene para verme a los ojos —. Todavía me pregunto que fue eso que me diste para estar así de loco por ti —ríe.
—El sexo —digo bromeando.
—Eso ayudo... pero no fue eso — contesta sinceramente, que hace mis ganas de tenerlo solo conmigo aumenté de una manera sobrenatural.
Acerca sus labios a los míos y las ganas de subirme encima de él aumenta tanto que siento que mi cuerpo arde del deseo. Me besa y sus labios se sienten calientes, suaves con mucho sentimientos intercalado. Las ganas me derrotan y me subo encima de él.
No aguanto más.
El beso empieza a acelerarse, y sus manos comienza a posicionarse, las colocas por dentro de mi blusa podiendo sentir su frío tocar en mi piel. Sus labios se posicionan en mi cuello y simplemente la temperatura aumenta.
—Ibrahîm —me queda viendo con sus ojos dilatados —. Te necesito —digo gimiendo con necesidad.
—Como diga mi reina —contesta y vuelve a estampar sus labios con fiereza.
Quita mi camisa y me recuesta sobre el mueble, sus labios comienzan a jugar encima de mi, pasando de aquí para haya, sintiendo como aumenta la excitación de tenerlo dentro. Quito el sostén que topan mis senos porque arden. Ibrahîm no piensa mucho en jugar con ellos, haciendo que varios gemidos de mi parte sobresalgan. Baja sus labios hacia mi estómago haciendo que me retuerce en el mueble de la sensación que provoca. Y antes de que llegue a la zona preciada, lo detengo y le hago una seña para que suba a besarme, estampa sus labios y me besa.
—Es mi turno —digo con una sonrisa en mis labios.
Quito las camisas que trae puesta, y comienzo a besar su cuello, siento como se tensa y veo como con sus manos agarran el mueble con fuerza, haciendo que una sonrisa sobresalga de mi rostro. Bajo lentamente, dando besos por todos lados, hasta que llegó al punto medio. Comienzo quitando la faja y relamiendo mis labios, bajo el ziper lentamente y le ayudo a quitarse el pantalón.
Quedo viendo su masculinidad y muerdo mi labio inferior. Pero antes de eso me acerco a su rostro para poder besar sus labios que se sienten necesitados.
Los quedo viendo a los ojos.
—Es momento de jugar, Ibrahîm —digo y él sonríe.
♧◇♡♤
♧◇♡♤
Hola Chicos!!
Como están, espero que bien!!
Espero que les guste este capítulo. Así como a mí.
Los quiero muchísimo!!!
Y me gustaría aclarar algo jejejeje yo soy Chico, no una chica. Para que lo sepan los que no saben aún. Bueno con esto termino, hasta la próxima!!!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top