28. La historia jamas contada | Parte 1
CAPITULO ESPECIAL.
•28•
Era de medianoche en el hermoso estado de Florida.
Las luces despampanantes demostraban la belleza de Jacksonville, una ciudad hermosa llena de vida a su alrededor donde la música suena haciendo que el momento sea emocionalmente inolvidable.
Una hermosa mujer caminaba nerviosa en las oscuras calles, no sabía por dónde ir, ella era nueva en ese lugar. Los hombres que la veían, la elogiaba, su belleza era tanta que muchos la ofendian pensando que la hermosa mujer era de la vida galante, sin ella darse cuenta. Ella no sabía nada de ese lugar, estaba perdida. Y para empeorar las cosas, no sabia el nombre de la calle en la cual estaba viviendo.
Muchos dirán que la palabra ¡Hola! Solo es una manera de empezar una conversación, y tienen razón, pero para esa mujer un ¡Hola! fue el cambio que su vida necesitaba. El venir de un lugar retirado a la ciudad provoca cierta vergüenza a la hora de comunicarse o mejor dicho relacionarse con gente desconocida, por lo menos así se sentía ella. Tenía miedo de lo que los otros pensaran.
Pero hay momentos donde la soga está más atada al cuello, y es ahí donde hay que reaccionar.
El era un joven alegre, con un cabello amarillo con la luz, lacio tal terciopelo, con un grandioso sentido del humor, el tenia el don de hacer que un momento triste se convierta en momento especial, la chica al verlo, no sabia que decir ella se sentía desesperada, tenía miedo de la noche, al parecer, ese chico era su única opción.
Ella se acercó, no tenía otro remedio, él era el único que se miraba confiable al su alrededor.
-¡Hola! -dijo con la voz temblorosa la hermosa mujer. El chico al verla quedó sorprendido, esa chica vulnerable y linda le estaba hablado, la chica que él observaba al caminar, sin que ella se diera cuenta.
-¡Hola! -contestó sin creer que le este pasando eso. Desde el momento que la vio, conectó con ella, fue algo casi sobrenatural, sus ojos no dejaban de verla.
-¡Necesito ayuda, y talvez tu me la brindes! -la muchacha no sabia a donde ver, el chico le resultaba demasiado atractivo.
El perplejo, anonadado por el hermoso rostro de ella, no le contestó.
-¿Entonces me va ayudar? -la chica dijo avergonzada, él a darse cuenta de su falta de respeto, le ofreció asiento y un vaso con agua, sin aún contestar a su petición.
Ella aceptó ya que no quería seguir caminando. Tenía mucho dolor en los pies. Él regresó deprisa un poco avergonzado -. Dígame ¿en que le puedo ayudar? -Él dijo muy feliz, la chica sintió como el corazón comenzaba a bombear fuertemente, no sabía que sentía.
-Estoy perdida -la chica dijo con la cara roja, ya que se sentía humillada por haberse perdido siendo mayor de edad.
-No te preocupes, yo te ayudaré -el chico sonrió al igual que ella, él le ofreció quedarse un momento hablando para que así descansara los pies ya que ella le había dicho que tenía como tres horas caminando.
La noche pasaba y una hermosa amistad empezaba a renacer, era como si el destino ya lo tenía preparado.
Días tras días, su amistad se engrandecia mucho, hasta llegar a una relación, él amor dentro de ellos se intensificaba, sin dudas eran el uno para el otro. Eran el complemento perfecto.
Un día él, al ver que eran la pareja ideal, se le declaró como el caballero que era, con un gran ramo de rosas rojas y un enorme letrero que decía.
¡Te quieres casar conmigo!
Fue uno de esos momentos el cual uno guardas en el corazón. Ella sin dudarlo ni un segundo, se le abalanzó y lo besó, ella aceptó la propuesta de matrimonio.
La gente a su alrededor, aplaudía y gritaban, todo era color de rosas. Todo era inolvidable.
El tiempo pasaba, el y ella juntos.
La vida les sonreía, los dos prosperaban, compraron todo lo que una familia necesita, una casa, un auto, todo.
Pero algo faltaba.
Noche tras noche se demostraban su amor, cada momento era único. Los dos estaban como siempre lo habian soñado. ¡Felices!
Pero la vida es una ruleta donde un giro puede hacer que tu vida cambie como nunca se te hubiera ocurrido. El amor es lindo pero si algo se aprende de ello es que cuanto más dulce sea, más horrible sera para el paladar. Puede que sea algo injusto, pero así es el mundo.
La vida da lecciones y lo único que queda es sobrevivir y soportar lo que sea que suceda.
La pareja estaba en sus mejores momentos, todos era como canto de aves, una melodía para nunca acabar. Pero faltaba algo para que todo fuera perfecto.
La chica iba, inhalando exhalando, inhalando exhalando. Cada vez sentía más dolor en su vientre, la presión era más palpable, era tiempo de que sus vidas cambiaran por completo.
-¡Tranquila! todo va a salir bien.
La cuñada hacia que ella se relajará, pero lo único en lo que pensaba era él, su hombre, él único que podría calmar su dolor.
Estando en el hospital, no dejaba de preguntar por él, eso era lo único que ella quería, que él estuviera ahí pero no, no estába. ¿Donde esta metido? Se preguntaba a cada instante. Sus nervios estaban exaltados, no quería entrar a quirófano, si él no estaba.
Los ojos de ella, lloraban.
¿Que paso con él?
No queda tiempo, era momento de entrar, ella sin más remedio, entro a quirófano con su cuñada. Cada segundo que pasaba el dolor era peor, era como si se rompiera algo dentro de ti. Todo iba a cambiar en sus vidas.
Los chillidos empezaron ¡La bebé nació! Todo era alegría, para ella, para la cuñada hasta para los doctores pero faltaba él, ella al ver que no se encontraba hizo que lo buscaran, no soportaba estar lejos de él en este momento tan especial. El bebé estaba en sus brazos, tiene pelito negro, salió a ella, unos ojos cafe como resplandor de amanecer. Era una hermosa bebé. Pero ella aún no sentía una gran felicidad, ya que su esposo no se encontraba ahí. Miraba a la bebé, era una cosita tan tierna, frágil, pequeña, era su cosita hermosa.
Paso poco tiempo para que la pasarán a otra sala, se encontraba enfadada ¿cómo podía ser que su esposo no estuviera el día de su parto? Algo grave sucedió como para que no apareciera. Pasaron las horas y la angustia se la comenzaba a comer por dentro, la cuñada no se acercaba con noticias o mejor a un con su marido. Eso se estaba tornando agobiante.
La cuñada dentro a sala, se encontraba con los pies temblorosos, los ojos rojos. Ella al ver su expresión mil ideas le recorrieron la cabeza.
-¿Sucede algo? -ella dijo con tono preocupado, la mujer no se movía estaba como paralizada, su frente estaba cubierta de una capa fina de sudor, se notaba que algo horrible había pasado.
-Yo te ayudaré -dijo la mujer con la voz baja, sentía como si por la garganta hubiera pasado hierro caliente.
-¿A que te refieres? -la chica estaba emocionalmente aturdida, no sabia que pensar.
-Tranquila ok, todo va a estar bien -dijo la cuñada ya con las lágrimas en los ojos,
-¿¡Que mierdas sucede!? -dijo la muchacha con los nervios al mil.
-¡Él murió! -dijo la cuñada tirándose al suelo a llorar.
La chica no supo reaccionar, se encontraba en shock, comenzó a sentir en quemon en el pecho tan fuerte que la presión comenzaba a subir, sus ojos se tornaron como dos gotas de agua, las lágrimas empezaron a salir por montones, al no poder soportar más.
Grito. -¡Noooo! ¡Por favor no! ¡Él no! -sus gritos se escuchaban por toda la parte alta del hospital, enfermeras llegaron rápido a socorrer la, ella se encontraba completamente devastada, nunca pensó que el mejor día de su vida, se convirtiera en el peor.
Las enfermeras no sabían que hacer, el ver el rostro de la chica hizo que sus corazones se ablandaran tanto que la acompañaron en su dolor. Ella se quería morir, sentía que su vida ya no iba a tener sentido, sin él a su lado.
Las lágrimas no debajan de salir de los ojos de la chica.
La cuñada la abrazaba, pero ella solo la alejaba, no quería que nadie le auxiliara, ni las enfermeras ni nadie. Sus gritos eran tan devastadores que ponían a cualquiera a temblar y a llorar ese era un acto, de los horribles que habían presenciado. La noticia del muchacho que murió por un accidente automovilístico, por exceso se velocidad recorría por todo el estado y país. Un padre con tal de estar con su familia, lo sacrifica todo.
Los días pasaron, la mujer no comía, no hablaba solo por cortos tiempo le daba de amamantar a su bebé, poco a poco moría. Su cuñada no sabía que hacer quería que ella reaccionara pero ella solo se negaba. La noticia de que su esposo murió fue sin lugar a duda, la bala que cruzó la pequeña capa que cubre su corazón.
Un día ella sentía que no daba para más, sentía que el día de reencontrarse con su marido había llegado, se sentía mal porque apenas acababa de tener a su bebé, no se quería alejar de ese pedacito hermoso. Pero ya no daba para más.
-¡Quiero que la cuides! -la chica tosia, su respiración ya no daba para más -. ¡Cuidala como si fuese tu hija! -la mujer lloraba, no soportaba el dolor de su pecho.
La cuñada tenía la vista nublada, solo asentía a lo que ella decía. Ella se convertiría en su nueva mamá.
-¡Yo la cuidaré! -la cuñada tenía el corazón hecho pedazos, la chica por última vez agarro a la bebé en sus brazo y le dio un beso en la frente teniendo las lágrimas por fuera.
Y así quedó la mujer, cerro los ojos y nunca se abrieron de nuevo. La cuñada le empezó hablar pero ella no reaccionaba, se había dando cuenta que todo había llegado a su fin.
Ella miraba a la mujer que estaba acostada en la cama con una mirada triste, se sentía mal, sentía quemar al observar la manera en la que murió esa increíble mujer.
La cuñada quedó viendo a la bebé y una sonrisa triste se le dibujó en sus labios.
-¡Yo te cuidaré Sophia!
♧◇♡♤
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Espero que les guste este capítulo.
Por fin se dio a conocer el origen de Sophia. Y la devastadora historia que está detrás.
La próxima parte no será seguida será para más después.
¿Como llegó Sophia a Milán? ¿Como terminó en un Orfanato? ¿ Porque tiene esos horribles sueños? Todo se sabrá en el próximo capítulo especial.
¡Los quiero mucho!
Hasta la próxima!!!
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