24. Mi Chica +18
•24•
Ibrahîm Farûq.
Me acuesto en la cama, ni siquiera me he quitado la ropa. Mi padre ha hecho que esta noche se vaya a la mierda, no se que cree, solo por ser mi padre no significa que tiene el derecho de comprometerme a la fuerza. Se que se escucha como niña quejosa pero es que enoja, porque creen que te pueden llevar en el bolsillo cuando se les plazca. Me sorprende, como mi mentalidad a cambiado mucho, meses pasados no me hubiera importado lo que mi padre hubiera hecho pero ahora siento que me quiere encerrar en una cárcel.
¡Lo que hace una chica!
Talvez un vaso con leche me haga bien, el estrés lo tengo en lo alto. Bajo a la cocina, llamaría a servicio pero he aprendido a ser considerado con los demás.
Al llegar me detengo en seco. No fue mala idea bajar.
Al parecer no estoy solo, veo a Sophia, feliz comiendo un pedazo de pastel, ni siquiera se ha dado cuenta de mi presencia, me quedo un poco tonto viéndola ahí sentada, tan relajada, tan hermosa, tan deseable.
Visualizo su cuerpo y todavía no lo supero, esta exquisito.
¡Sophia que me estas haciendo! lo único que pienso es en tenerla, abrazarla, besarla, hacerla mía hasta que nuestros cuerpos cansen y así amanecer juntos para seguir con el inalcanzable deseo.
Me acerco despacio, veamos que también le van los juegos. Tapo sus ojos con mis manos para después escuchar su quejar.
—No me gustan estas bromas —dice irritada.
Soplo en su nuca observando su piel erizarse de inmediato.
—¡Conmigo te van a gustar! —digo mordiendo el lóbulo de la oreja.
—Como usted diga, mi señor —la escucho decir haciendo que mi amigo pulse de la excitación.
—Así me gusta, señorita —digo volteandola para despues pegarla a mi al igual que sus labios con los míos. Mi pulsación comienza a acelerar, el deseo a flotar, y las ganas de follar comienzan a aumentar. La quiero, la necesitó de todas las formas que existan.
El beso se convierte salvaje, mis manos resbalan por sus piernas. Este vestido se ha convertido en mi favorito. Mis manos agarran sus formados glúteos, el mejor masaje que he hecho en mi vida.
—¡Aquí no Ibrahîm! —dice con la voz agitada.
—Como usted diga mi señora —la cargo en encima mío y la llevo a mi habitación. Al llegar la lanzo en mi cama, el verla acostada hace que las ganas aumenten más, desabotono mi camisa para después tirarmele encima, la vuelvo a besar, paso a su cuello, la saboreó por completo y el perfume de su piel es embriagante. Mis manos no dejan de masajear sus senos, son perfectos, ni tan voluptuosos y ni tan pequeños.
Del cuello bajo lentamente hasta la parte de su pecho. La levanto para poder quitarle el vestido, bajo su cierre haciendo que mis ojos salgan disparados, tiene un cuerpo increíble.
—Que increíble cuerpo —digo, con el miembro rogando por salir, beso su cuello de nuevo.
—Ibrahîm, espera —la escucho decir.
—¿Sucede algo? —dice haciendo que me detenga.
—Quiero que esto sea diferente —dice con voz seductora, mordiendo su labio inferior.
—¿En que piensas? —digo sonriente.
—¡Quiero que me amarres y hagas todo lo que tu quieras! —dice haciendo que mi mente se acelere.
—¿Enserio quieres eso? —digo sorprendido.
—Si, quiero hacerlo —dice acercandose a mi, para despues besar mi cuello.
—Como es nuestra primera vez, pensé que sería algo especial —digo porque no quiero que después se arrepienta.
Se despega del beso y me queda viendo —. Te quiero, como nunca quise a alguien —Comenta con palabras honestas —. Pero el sexo simple me aburre, lo oscuro me enciende —dice, sorprendiendome más de lo que pensaba.
—Creí eras más inocente señorita —digo con una sonrisa.
Sonríe —. Todos guardamos secretos, mi señor.
Arrebato sus labios y comienzo a morderlos, escucho sus quejidos que son como melodías para mis oídos.
Le quitó el sostén para después morderle los pesones y lamer sus senos.
—¡Hazlo! —dice extaciada.
La acuesto en la cama y tomo unas cuerdas que tenía en una cesta —. ¿Estas segura? —digo.
—¿Y usted señor? —dice sexi y yo solo sonrió. Amarró sus manos a la orilla de la cama, terminó de quitar mi ropa quedando en bóxer.
Me pongo encima de ella, la quedo viendo y solo pienso en las tantas cosas que le podría hacer. Comienzo a besar su cuello estando encima de ella, mi lengua comienza a pasar lentamente por su pecho para así llegar a las cima del peson, los lamo y los succiono escuchado los gemidos de la chica que me trae loco y ahora mucho más.
Bajo mi lengua lentamente hasta la parte del ombligo, doy besos en el estómago, escuchando casi gritos de su parte —. ¡Ibrahîm! —Dice mi nombre.
Bajo un poco más, la quedo viendo, pero antes de llegar a la zona preciada, bajo a las piernas, doy besos lentos haciendo que la chica se retuerce en la cama. Mi cuerpo lo siento como fuego, mi temperatura ha aumentado a un nivel extremo.
Me levanto y quedo de rodillas encima de mi cama, encima de ella, la quedo viendo y comienzo a quitar el bóxer que aprieta mi miembro. Ella embobada, se queda viendo fijamente mi sexo, provocando una sonrisa de mi parte. Me acerco a su intimidad, comienzo a frotar mi pene con su sexo que por cierto todavía se encuentra cubierto por una delgada tela, froto con lentitud, haciendo que la chica desee más.
—¿Lo quiere señorita? —digo frotando más rápido mi miembro.
—¡Ibrahîm! —dice suplicante.
—¡A mi también me gusta jugar señorita! —digo arrancando su ropa interior, comenzando a besar su muslo, subiendo lentamente mi lengua, hasta su gloriosa intimidad.
La veo —. ¡Suplica! —Digo acercando mi lengua a su sexo.
—¡Ibrahîm!.
Paso mi lengua lentamente dentro de ella, para después comenzar a succionar todo su interior, lamo con toda velocidad mientras que con mi dedo, masajeo su punto G.
—¡Te gusta! —digo, acercandome a ella, para besarla y poder saborear juntos.
—¡Lo quiero dentro Ibrahîm! —escucho suplicante. Encantado, me levanto de la cama para tomar un preservativo de la mesita de noche, al tenerlo en mis manos, lo rompo y me lo pongo de enseguida.
—¿Lista señorita? —digo lujurico.
Comienzo rozando mi miembro en su sexo, de arriba a abajo haciendo que esta se queje.
Gime con fuerza.
—¡Ibrahîm, por favor! —le escucho su desesperó.
Sigo rozando mi miembro —. ¡Suplica Sophia! —hago que se retuerze.
Me introduzco lentamente en su cavidad, provocando que Sophia me grite de la ansiedad que desprende del deseo que esta sensación incomparable provoca. Ya dentro, no me muevo solo me acuesto encima suyo, desamarrando las cuerdas que atan sus manos. Ella me ve a los ojos —. Eres una de las mejores cosas que me han pasado —dice.
—¿No soy la mejor? —digo simulando indignación.
—¡Probablemente! —dice sonriendo.
—Yo me voy a encargar de cambiar esa respuesta —digo, poseyendo sus labios, para después moverme lentamente dentro de ella. Sus suaves gemidos se vuelven melodías que hacen que este momento se vuelva alucinante. Acelero el movimiento estando en posición misionera, besando su cuello dejando que el momento nos consuma.
—¡Ibrahîm! —escucho sus gemidos.
Mis movimientos se convierte en embestidas veloces, mi cuerpo siente que falta poco para acabar esto. Gruñidos salen de mi boca, el sudor recorre nuestros cuerpos haciendo que deslice nuestros ser.
—¡Te quiero Sophia! —digo acabando.
Nuestros ojos se conectan, y una sonrisa desprende de mi boca.
—¡Te quiero Ibrahîm! —dice haciendo que nuestros labios se unan, en un beso diferente a los demás, un beso lento lleno de cariño, deseo, calma. Es un beso único.
Me levanto de la cama, para después tomar a Sophia en mis brazos y llevarla al baño, estando dentro la bajo, encerrando nos en la regadera, lo enciendo y el agua comienza a caer. Nuestros cuerpos se unen en un abrazo con mucha necesidad, es un momento que si de mi dependiera, nunca acabaría.
Me ve a los ojos y une nuestros labios para después separarlos.
—¡Gracias! —dice mostrando una cara que nunca había visto en ella, una cara melancólica.
—¿Por que? —digo sin comprender.
—Por que tu has sido la persona que ha hecho que mi vida tuviera un cambio gigantesco, has hecho que todo cobrara sentido, que por primera vez entienda lo que es sentir algo muy profundo por alguien, te has convertido en esa luz que guía mi camino por la felicidad —dice, haciendo que mi rostro se nuble.
—¡Te quiero mucho Ibrahîm! —dice ella con las lágrimas por fuera.
Mi corazón bombea fuerte, mi cuerpo se ha congelado, no se que decir, estás han sido las palabras más dulces que me han dicho en toda mi vida.
Siento una lágrima recorrer mi mejilla.
—Tu eres mi luz, Sophia —digo con una enorme sonrisa en mi rostro.
Acerca su rostro al mío y sus labios se unen con los míos, se convierte en un beso tierno donde el sentimiento se siente en cada gota que nuestros ojos derraman.
—¡Gracias por estar conmigo! —dice.
Mi mente en ese momento se transformó en una maraca de emociones, esto que estoy sintiendo con Sophia se esta convirtiendo en una sensación que creo romperá límite. Ella ya no es mi sirvienta, ahora es la mujer que haré que cada día de su vida se recuerde que tendrá a alguien quien la apoye y la proteja.
¡Se ha convertido en mi chica!
♧◇♡♤
♧◇♡♤
Hola Chicos!!!
Nuevo capítulo, un poco subido de nivel, pero espero que les guste mucho.
Este capítulo me emocionó mucho hacerlo, no por el hecho del sexo, si no porque en este capítulo se van a encender emociones que toda vía estaban apagadas.
Los quiero mucho!!!
Hasta la próxima!!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top