17. Días grises
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El aire se mueve, la música dentro de mi suena a alto nivel, el forcejeó de mi pecho se hace más palpable y mis labios se mueven al son del baile.
Mis ojos se abren deslumbrando el rostro de la persona que hace que mi cuerpo aumente la música de mi interior, el mirar el azul de sus ojos dilatados hace que me sienta confiada de mi misma, nuestros rostro quedan cerca uno del otro ¿que es lo que me hace sentir esto? ¿Por que mi corazón palpita a gran velocidad? ¿por que mi piel tiembla solo de estar cerca de él?
—Sophia decidí acompaña...rte —comenta Tahira confundida mientras que Ibrahîm y yo nos separamos y hacemos como si nada hubiera sucedido.
—¿Interrumpo algo? —dice Tahira —. Mejor me voy.
—No te preocupes, no interrumpes nada importante —dice Ibrahîm.
Veo el auto de Ibrahîm acercarse y detrás en el que yo viajó, Ibrahîm no la piensa tanto y se monta él solo al detenerse el auto, después le sigue Tahira.
—Cariño quieres venir con nosotros —me pregunta Tahira.
—No se preoc... ¡ella ya tiene en que irse Tahira! —me interrumpe Ibrahîm serio.
Yo quedo confundida, ¿porque hablo de esa manera? no era necesario que lo dijera de ese modo tan ordinario.
—El señor Ibrahîm tiene razón señorita —digo amable y a la misma recalcando la palabra señor.
Dejo la conversación y me montó en el auto enojada y confundida, ¿porque se comportó así? ¡soy una estúpida! Como pude dejar que ese infeliz me besara de nuevo, nunca se le va a quitar lo cabron.
¡Cálmate Sophia!
Decido pensar en otra cosa, no quiero atormentar mi mente con mierdas así, el día estuvo muy agradable los chicos fueron muy amables conmigo, la señorita Tahira es una persona increíblemente agradable, siempre tuve esa imagen de pre suntuosidad hacia ella, pero la verdad es que me equivoqué, no es como los demás al igual que Rebecca, son personas extremadamente maravillosas.
Al llegar a casa me instalo en mi cuarto y lo primero en lo que pienso es en ducharme, me adentró al baño y enciendo la regadera a temperatura tibia dejo que el agua cubra cada parte de mi cuerpo, pienso en lo sucedido con Ibrahîm y la verdad que soy una grandísima idiota porque deje que sus cautivantes ojos me embobaran, sus labios un poco grueso y suaves tocarán mi boca, que su olor me dejará sin respiración. Mis manos se deslizan por encima de cuerpo sintiendo la calentura en mí.
Toco mi intimidad provocando en mi una reacción que nunca había experimentado.
Comienzo a masajear por encima de mi senos, mientras toca mi parte inferior, el pensar en él hace que mi parte se caliente con intensidad ¿porque mi cuarpo reacción de esta manera? ¿Porque hago esto?
Esa pregunta si la puedo contestar, hago esto porque es una fascinación increíble, frotar mis dedos con gran velocidad, casi para llegar al punto en el cual, cualquier mujer se deshace en su imaginación, es sin duda alguna explotante.
Limpio el líquido expulsado de mi cuerpo, siento que mi cuerpo está en el aire siento una relajación agradable, algo que necesito en este momento.
Seco mi cuerpo con una toalla y busco lo más cómodo para dormir, a lo que conlleva una camisa manga larga y un buzo de tela para dormir, acomodo la cama y me entierro entre las sábanas, creo que una buena siesta después de lo sucedido es lo mejor. Dejo que mis ojos se cansen y se cierren lentamente, hasta ya no sentir nada.
Mis ojos se abren al son de la claridad, me levanto sobandome el cuello, creo que dormí mal, miro el reloj de la mesita y me fijo que van hacer las 8: a.m.
—Las 8 son ya —digo con pesadez, siento como si algo se me olvidara, mis ojos se abren de par en par.
El trabajo, Ibrahîm me va a matar ya es tarde, me meto a la regadera, trata de bañarme lo más rápido posible, al salir visualizo el uniforme y me lo pongo, que bueno que tengo como 4 de estos.
Corro a la salida, cuando estoy por llegar miro despejado todo, esas son buenas noticias.
Me pongo en mi lugar de trabajó.
Espero a que mi jefe salga de su cuarto y no veo a nadie para preguntar si Ibrahîm ya salió, ojalá que haya salido temprano y regrese hasta muy tarde para poder quedar sola sin aguantar a nadie.
Espero un rato, la verdad es que ya es muy tarde y ese hombre no sale, que quiere que lo despierte, el pensarlo hace que me cause gracia, se ha de ver tierno verlo dormir, me fijo en el reloj y ya es medio día, mejor dentro a la habitación talvez ya se haya ido.
Al abrir la puerta de la habitación me sorprendo esta todo completamente patas arriba, la cama desordenada, veo el ramo de flores tirado en el suelo con el jarrón hecho pesados.
Me adentró y trato de levantar los pedazos de vidrios tirados en el suelo, me doy vuelta y doy brinco que hace que mi corazón salte, el señor Ibrahîm sentado en su escritorio, parece que estuviera dormido, no se mueve.
—Disculpe señor, pensé que ya había salido —digo.
Pero de su parte no escucho ni su respiración, me preocupó y me acerco a él.
—¿Que hace aquí señorita? —dice pero no de la manera en que común mente reacciona.
—Lo lamento señor, ahorita me retiro —digo poniendo mi pie en marcha.
—No —dice de una manera adolorida.
Me detengo —. Por favor no se vaya —dice haciendo que mi corazón se estruje.
Me acerco a él y al estar enfrente mi corazón se quiebra en pedazos y mi nerviosismo aumenta cada segundo.
—¿Señor que le sucedió? —digo viendo la herida de su rostro y sus ojos completamente rojos.
Veo lágrimas caer de su rostro provocando que mis ojos se nublen, me acerco más a él.
—¿Señor dígame que sucede?
—Mi madre —dice cerrando sus ojos con fuerza —. Ella falleció.
Mis ojos se abren por completo, no se como reaccionar ante tal noticia, decido hacer lo que mi corazón me dicta. Extiendo mis brazos y los enrollo encima suyo —Lo lamento Ibrahîm.
A inicio no sabe como reaccionar pero después solo se deja llevar y él me abraza con fuerza.
—Gracias Sophia —dice y lo abrazo con más fuerza.
Veo sus ojos y hace que algo dentro de mi se rompa en montones, es tan doloroso verlo de esta manera.
—Yo siempre estaré aquí para ayudarlo señor —digo viendo como una sonrisa nostálgica se muestra en su rostro.
Nuestros ojos quedan fijos uno con el otro, acerco mi rostro lentamente y le doy un beso suave y tierno.
Le vuelvo haber y lo abrazo.
El transcurso de los días fueron grises, la muerte de la madre de Ibrahîm hizo que todos perdiéramos ánimos, aunque yo nunca la conocí se que tenía que ser una mujer excepcional.
A Ibrahîm no lo he visto, ya pasaron 5 día después de la muerte de su madre, no esta en la mansión, a saber donde se encuentra, solo espero que este mejor, verlo de aquella manera fue horrible, nunca había visto a alguien así.
A los muchachos(a) tampoco los he visto, seguramente están con Ibrahîm dándole su apoyo, ojalá yo estuviera también con él, abrazarlo hasta el punto en que se consuele en mis brazos.
Ahorita voy a su cuarto a revisar si todo se encuentra como debe, para cuando regrese que no se cuando, este todo impecable. Dentro en su habitación y doy una pequeña limpieza para que todo se vea más brilloso, mi vista se sitúa en el escritorio en donde lo encontré llorando yo siempre pensé que nunca tendría lástima por alguien como Ibrahîm pero ese día todo eso cambió.
Recuerdo el momento en el cual lo envolvía en mis brazos, fue muy agradable. Cuando sentí la necesidad de darle un beso pense que era algo que exigía con urgencia y al final resultó ser un inolvidable.
Claro, que esperanzas en mí no hay, solo que creí que era lo correcto.
¡que mejor que un beso!
—Sophia —mi piel se eriza solo en escuchar la voz. Volteo y miro a Ibrahîm con una cara que nunca pensé que vería, se le nota que no duerme desde entonces.
—Disculpe señor, solo revisaba —digo nerviosa.
—por favor, nada de disculpas.
Bajo la cara y pienso en retirarme seguro tiene mucho cansancio.
—Me retiro señor —digo movilizando mi paso. Siento que agarra mi mano y me queda viendo a los ojos.
—Sophia yo... —dice, como si le costara decir lo que quiere —. No quiero que se vaya —dice.
Mi cuerpo no reacciona a la petición de Ibrahîm.
—Señor es mejor que descanse un poco —digo porque creo que no es correcto que yo este con él.
—Por favor —dice matando mi esperanzas de escapar.
—Esta bien joven —digo.
—Gracias —dice mostrando su hermosa sonrisa.
Se sienta en la cama y yo solo me apresuro a llevarle un vaso con agua, seguro ha de tener sed. Le doy el agua y me queda viendo con una mirada que no conocía, la toma pone el vaso en la mesita de noche.
—Siéntate conmigo —dice y solo decido hacerlo, me acomodó algo separada de él.
—Tranquila yo no muerdo —dice, haciendo que la sangre subiera a mis cachetes.
—Sophia, ¿por que te preocupaste por mi? —suelta de una manera suave.
—¿Por que no lo haría? —digo.
—Por que he sido una mierda contigo.
—Eso no importa —digo haciendo que voltee a donde me encuentro. Me queda viendo directo a los ojos para después bajar a los labios. Pone su mano en mi mejilla.
—Eres maravillosa —dice.
Acerca su rostro al mío y yo solo dejo que el momento fluya. Sus labios pegan con los míos y solo puedo sentir la necesidad que tenia de esto, el sentir sus suaves labios junto a los míos.
Se separa de mí. Y me queda viendo.
—Ya no te dejaré sola, Sophia —dice y mi corazón explota.
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Espero les vaya gustando el transcurso de la historia.
Voten y comenten♤
Se les quiere mucho♡
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