XIV
Se sintió como traición cuando mi invitación a jugar FIFA fue solo una mentira con el fin de venir a mi casa y explicarle sobre las Espadas Sagradas.
Créanme cuando les digo que no quise hacerlo. (Mentira, si lo quise hacer)
Nos reunimos todos en la sala y le contamos lo sucedido.
Kiba: Ya veo... Pero es una pena que esté recibiendo la aprobación para destruir una Excalibur de sus portadores - dijo con una mirada seria.
Xenovia: Tus palabras están llenas de desprecio. Oí que dejaste el Clan Gremory.
La mirada seria de Kiba se intensificó.
Xenovia: Si eres un Devil Stray, puedo matarte aquí - dijo mostrando levemente su arma de su túnica.
Kiba: Esa es una buena idea - dijo invocando un círculo mágico de su mano.
Issei: ¡Cálmense! - exclamó poniéndose en medio de los dos - ¡No peleemos antes de ni siquiera haber hecho algo!
Dante: Y tampoco quiero que se destruyan entre ustedes en mi propia casa - dije cruzado de brazos - No he terminado de pagar la hipoteca.
Xenovia: Umm - me miró antes de asentir y volver a mirar a Kiba - Su odio hacia el proyecto Espada Sagrada es comprensible. Es un asunto que incluso nosotras aborrecemos. Es por eso que el líder del proyecto fue considerado un hereje y fue exiliado.
Irina: Ahora está del lado de los Ángeles Caídos. Su nombre es Valper Galilei, también conocido como el 'Arzobispo de la masacre'.
Kiba: Si encuentro a los Ángeles Caídos, llegaré a él, ¿eh? - murmuró pensativo.
Xenovia: Él tenía un exorcista callejero como su asistente.
Dante: Déjame adivinar... es Freed Sellzen, ¿verdas? Un alto, cabello blanco, vestido como padre y tiene una actitud de loco sádico.
Xenovia: asintió - Es común para los exiliados el trabajar juntos. Hay una gran probabilidad de que Valper haya participado en este incidente.
Kiba: Ahora ya no tengo razón para negarme a cooperar con ustedes.
Irina: Eso resuelve nuestro trato, entonces.
Xenovia: Pónganse en contacto conmigo si pasa algo - comentó dándome un papel con su número en ella - Te devolveré algún día lo de la comida.
Dante: No te preocupes por ello. Es más... - saqué dos cajas de bento envueltos en una tela roja - Hay algo de comida para que puedan comer más tarde.
Irina: Te lo agradezco muchísimo, Dan-kun - dijo tomando las cajas de bento con una sonrisa - Que Dios te lo pague.
Y tomando lo que podría ser su cena, ambas dejaron mi casa hacia... alguna parte.
¿Al menos tienen un hotel o lugar donde dormir? Espero no verlas debajo de un puente.
Issei suspiró aliviado cuando ellas se fueron.
Issei: Esto resultó muy bien, ¿eh?
Saji: ¡'Muy bien' mi trasero! ¡Podríamos haber sido despedazados por haber empezado una guerra entre la Iglesia y los Demonios! - exclamó alterado y queriendo llorar.
Kiba: Dante-kun.
Giré mi mirada hacia él.
Kiba: ¿Por qué haciendo esto?
Dante: No me preguntes eso a mí. La idea es de Issei, no mía - dije mientras me recostaba en mi sofá.
Kiba: Issei-kun, las cosas solo empeorarán si te involucras en todo esto.
Issei: No me importa si es para un amigo. Además, tú me ayudaste antes, ¿o me equivoco?
Kiba: En parte sí, porque el rescate a Asia fue mayormente por Dan... - fue interrumpido cuando Issei puso sus manos sobre sus hombros.
Issei: No dejaré que un buen amigo mío se vuelva un Stray. No soy el único. ¡Estoy seguro que Buchou estaría molesta también! ¡¿Estás bien con eso?!
Dante: Definitivamente te matará si te pasa algo. Además, te debo una por ayudarme a rescatar a Asia - me puse de pie y volví a cruzar los brazos - Es momento de saldar mi deuda.
Kiba: Chicos.
Koneko también se acercó a Kiba y tiró suavemente de su chaqueta para llamar su atención.
Koneko: Me siento sola si Yuuto-senpai no está aquí. Te ayudaré. Así que por favor, no te alejes de mí - pidió con una mirada triste en su rostro.
Kiba: Ajajaja. Perdí después de todo. Si Koneko-chan lo pide, entonces no me comportaré irracional - dijo con una pequeña sonrisa - Haremos lo que sea para destruir las Espadas Sagradas... juntos.
Saji: ¿Eh? ¿Yo también? - se señaló a sí mismo - No entiendo realmente esto, pero, ¿qué ocurre entre las Espadas Sagradas y tú, Kiba?
Kiba: Verás...
Kiba le explicó todo sobre su pasado. Siendo huérfano en la Iglesia, ser experimentado y torturado junto a sus amigos, hasta que estos murieron quedando solo él que fue rescatado por Rias.
Una historia triste si les soy honesto.
Saji: Uuu... ¡¡UWAAAHHH!! - rompió en un llanto dramático - ¡Kiba! ¡Eso fue demasiado duro, maldita sea! ¡Me siento tan lamentable! ¡No me importa lo que Kaicho me haga! ¡Haré todo lo que pueda para ayudar, Hyoudou!
Issei: ¿E-en serio? Gracias.
Saji: ¡Okey! ¡Esta es nuestra oportunidad! ¡Si vamos a formar nuestro frente de batalla, les voy a contar sobre mi objetivo! - se limpió los mocos con su brazo antes de continuar - Mi objetivo es... ¡casarme y embarazar a Sona! ¡La presidenta del Consejo estudiantil!
Dante: .........¿Qué?
Saji: ¡Sé que es difícil para los Demonios embarazar a otro Demonio, pero ese ha sido mi sueño desde que Kaicho me aceptó en su nobleza!
En serio, ¿qué ha fumado este chico?
Issei: ¡Compañero! - tomó a Saji de los hombros con lágrimas en las ojos - ¡Saji, escúchame! ¡Mi objetivo es chupar los pezones de Buchou?
Dante: Otra vez... ¿qué?
Koneko miraba a estos dos con una mirada estoica, pero repugnante, y Kiba solo sonrió incómodo por ello.
Issei: Puede que seas un 'peón' inferior a mí, Saji, ¡pero nada es imposible si estamos unidos! - exclamó antes de que ambos se tomaran de la mano amistosamente - ¡Podemos hacerlo! ¡Nosotros dos juntos! ¡Incluso si queremos, nos podríamos casar con ellas!
...
Tengo tantas cosas que decir sobre sus objetivos que jamás se cumplirán, pero mejor me quedo callado. Solo me alegro por ellos por hacerse amigos.
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Varios días después...
Mientras ellos buscaban a algún exorcista exiliado o a los Ángeles Caídos vistiendo como sacerdotes, yo me quedé en la oficina del Consejo estudiantil de la academia distrayendo a Rias y Sona. No es muy difícil si lo escuchas, pero es todo lo contrario.
Sona: Jaque mate.
Dante: ¡Maldición! - golpeé con frustración y mis puños el tablero de ajedrez - ¡Una vez más!
Sona: Aceptaría con mucho gusto otra partida más, pero lamentablemente ya tienes una racha de derrotas muuuuy larga. 157 para ser exactos - dijo con una pequeña sonrisa burlona.
Dante: Y no me importaría enfrentarte mil veces más con tal de ganarte - gruñí mientras volvía a acomodar las piezas.
Rias: Solo acéptalo, Dan-kun, eres malo para el ajedrez - dijo sentada a nuestro lado, viendo como su amiga me destruía en el juego de mesa.
Dante: Ugh.
Rias: Por otro lado... ¿por qué nos estás distrayendo?
Mi cuerpo se congeló al instante en que eso. También, sentí frío en la habitación a pesar de que hace unos segundos hacía calor.
Dante: ¿Distraerlas? No sé de qué hablas - desvié la mirada.
Sona: Dante... en estos momentos nuestras 'Reinas' están siguiendo a las chicas de la Iglesia.
Dante: Ugh.
Rias: Y es raro que durante estos días, Issei-kun, Koneko y Saji se vayan temprano de la escuela.
Dante: Ugh.
¡Sabía que mis habilidades de distracción eran un asco! ¡No sé por qué acepté el puesto!
Dante: Uhm... ¿Alguien les ha dicho que ustedes se ven muy hermosas este día? - reí nervioso - ¡Rias! Tu cabello se ve tan sedoso. ¡Y Sona! Tus lentes sí que resaltan tus ojos.
Sona: Tus palabras no servirán de nada contra nosotras - dijo a pesar de que ella y Rias estaban algo sonrojadas - ¿Dónde están...?
Dante: ¿Quiénes?
Sona: Dante... si sigues jugando con nosotras, prohibiré el helado de fresas del menú de la cafetería.
Dante: ¡Ah! - jadeé horrorizado - ¡Demonio!
Sona: Lo soy - dijo con orgullo - Ahora confiesa.
Dante: Kugh. Bien... ellos están ayudando a Kiba en la búsqueda de los Ángeles Caídos y para destruir las Espadas Sagradas.
Rias/Sona: ¡¡¿QUÉ ELLOS QUÉ?!!
Lo siento, amigos... pero arrojaría a cualquiera por mi helado de fresas.
Soy solo un hombre después de todo.
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Ambas chicas, juntas con sus Reinas, encontraron a los miembros de su nobleza y... bueno, digamos que encontraron a Freed junto con Valper Galilei, quienes revelaron tener una Excalibur Rapidly para luego escapar de la escena. Kiba los persiguió junto con Irina y Xenovia. Issei y los demás fueron atrapados y castigados con mil azotes potenciados con magia.
¿Y yo? Digamos que mi castigo fue no tener más helados de fresa durante un mes. Lloré por ello. Lloré mucho. Y sigo llorando mientras Rias y yo volvíamos a casa.
Dante: Uuu... mi helado.
Rias: ¿Aún sigues llorando por eso? Es solo un helado de fresas.
Dante: ¡El helado de fresas es mi vida! - proclamé con orgullo - No te sorprendas si los traiciono por mi postre favorito.
Llegamos a casa cuando finalmente dejé de llorar por el helado. Sin embargo, justo cuando abrí la puerta, Asia, que llegó a casa temprano, la abrió y nos recibió.
Pero no como esperaba.
Asia: ¡Bienvenido a casa!
Dante: ¡¿Asia?!
Asia: Debes estar cansado después de perder tantas veces contra Kaicho en el ajedrez. Haré la cena ahora mismo.
Dante: Asia, ¿por qué estás usando solo un delantal? - pregunté antes de darme cuenta de que alguien de afuera podría verla - Ah.
Rápidamente metí a Asia adentro y cerré la puerta.
Rias: ¡¿Dante?!
Abrí la puerta y metí a Rias a la casa.
Dante: Ahora dime, ¿por qué estás usando únicamente un delantal?
Asia: Uhm... - hizo una pose pensativa - Mi compañera de clase, Aika Kiryuu-san me dijo que en Japón esta es la mejor manera de calmar a un hombre cansado.
Dante: ¿Aika Kiryuu? - miré hacia arriba, intentando recordar a esa persona - Ah, ¿la chica pervertida de gafas que por alguna razón miraba mi entrepierna constantemente?
La primera vez que la conocí se presentó así: 'Hola, Redgrave, soy Aika Kiryuu, pervertida abierta'. No sabía si era una broma lo que dijo. Y cuando miró mi entrepierna, tuvo un estallido de sangrado nasal y un desmayo. Al parecer sus gafas median la hombría de un hombre.
Desde entonces, algunos chicos me odiaban y las chicas se sonrojaban al verme.
Rias: ¡Ya veo! ¡Es una gran idea! - aplaudió en comprensión, lo que me hizo verla como si le hubiera crecido otra cabeza - Asia, tienes el potencial para convertirte en una súcubo. Eres muy seductora.
¿Acaso soy el único cuerdo aquí? ¿Habré entrado en un universo alternativo donde todo esto es normal?
Asia: ¡N-no quiero ser un Demonio seductor! - exclamó, pero Rias solo fue directo al segundo piso. Seguramente a mi habitación
Dante: Tal vez deba pedir una cita a un psiquiatra - murmuré para mí mismo - Todo esto no es normal.
Asia: Dan-san.
Dante: ¿Hm?
Asia: ¿Te estoy causando problemas? - preguntó angustiada.
Dante: ¿Qué? Para nada - negué con la cabeza - Solo siento que mis días se están volviendo más raro de lo que he tenido antes.
Asia: Y-ya veo.
Aún así, parecía triste. Tengo que consolarla.
Dante: Hey, no te pongas triste. Muéstrame esa sonrisa que siempre pones y que ilumina mis días, ¿si? - acaricié su cabeza - Recuerda que siempre estaré ahí para ti. Que siempre te protegeré de todos. Ya sea la Iglesia, Ángeles Caídos u otro ser que amenace con borrar tu sonrisa.
Asia: Dan-san - me miró con un pequeño rubor en sus mejillas - Sabes, no me arrepiento de haberme convertido en un Demonio. Aunque no puedo renunciar a mi fe, hay gente a quien amo más que a Dios. Buchou, Issei-san, todos los demás miembros, mis amigos en la escuela, y... tú, Dan-san. Todos son muy preciados para mí.
Dante: Oh.
Asia: ¡No quiero decir adiós! ¡No quiero estar sola otra vez! - declaró antes de sorprenderme con un abrazo y lágrimas en sus ojos - Me alegra haberte conocido, Dan-san.
Dante: Yo también, Asia. Yo también - volví a acariciar su cabeza y usaba todo mi autocontrol para ignorar el hecho de que ella estaba desnuda.
Rias: ¡Dante...! - me llamó mientras ella bajaba por las escaleras.
Dante: Hey, Rias, creo... ¡¿qué?!
Rias: ¿Cómo me veo? - preguntó luciendo su delantal.
Dante: Yo... no diré nada. Solo renunciaré a toda racionalidad, aceptaré esto y seguiré adelante - dije con un suspiro cansado.
Rias: Muy bien. Nosotras haremos la cena - dijo yendo a la cocina con Asia - Como ya es tarde, haremos algo rápido y fácil.
Asia: ¡Sí!
Dante: Bien por ustedes. Estaré dándome una ducha helada. Muy helada - avisé mientras abría el congelador para sacar una bolsa enorme de hielo y dirigirme al baño.
Rias: Tomas muchos baños helados, Dante.
Dante: ¡¿Y de quién crees que es la culpa?! - grité mientras subía a mi habitación.
Por suerte espero que mañana sea un día tranquilo cuando me reúna con alguien que puede ayudarme.
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Contacté a alguien en el bosque en las afueras de la ciudad de Kuoh, alguien que tal vez pueda ayudarme. No sé quien podría ser, pero estaba su número en los antiguos contactos de Nero y parece ser su ayudante, ya que aparte de su antigua novia, esa persona era la única a quien llamaba.
Últimamente mi Devil Bringer está actuando extraño. Como si... hubiera algo o alguien dentro.
Todo comenzó cuando Issei y yo chocamos los puños tras ganar en los videojuegos en el Arcade. Una chispa emergió tras el contacto y nuestros 'guantes' se activaron de repente y sin haberlos invocado. Por suerte no había nadie cerca y estábamos en el punto ciego de las cámaras de seguridad, así que nadie nos vio. Sin embargo, fue extraño lo ocurrido, por eso llamé a esa persona a que viniera.
De repente, escuché el ruido de un ruido de entre los árboles. Y de ahí, salió una casa rodante emergió a toda prisa con intención de atropellarme. O eso parecía ya que frenó en secó, justo a unos centímetros de mí.
La puerta del vehículo se abrió y de ella salió una mujer de piel bronceada, cabello negro ondulado y con ropa algo sureña de los Estados Unidos.
¿¿??: Wow - dijo sorprendida de verme mientras caminaba lentamente hacia mí - ¡Wow! ¡Tú... eres el famoso Dante! - dijo antes de ponerse nerviosa - Ahm... ujum... soy Nicoletta Goldstein. ¿Te suena?
La chica, a quien llamaré Nico ya que su nombre es muy largo, me extendió la mano la estreché y ella lo aceptó con entusiasmo.
¿Cómo sabe quien soy?
Nico: Mi abuela es Nell Goldstein. La armera que te hizo todas esas relucientes armas que llevas atadas... a la cintura.
Dante: ¿Nell Goldstein? - murmuré mientras sacaba a Ebony y Ivory.
¿Cómo no olvidarla? Fue por ella que comencé mi negocio de cazar demonios y que tengo estas armas que me ayudaron mucho.
Ahora veo como Nico me conoce y me ve como un ídolo.
Nico: ¡Sí, ahí la tienes! - exclamó señalando la foto que había en el mango de las pistolas.
Miré la foto y luego a Nico, quien hizo una pose de perfil para compararla. Lamentablemente no encuentro similitud alguna.
Dante: Ahm... No te pareces mucho a ella - dije mientras guardaba mis armas.
Nico: Sí, me parezco a mi padre. El parecido es todo lo que saqué de él - dijo con algo de pesar - Pero gracias a su investigación... con-conseguí esto.
De su espalda sacó un sombrero opaco que no parecía nada especial.
Nico: Eh... es... es... ¡considéralo un regalo! ¡Por habernos conocido! Ejem... conocido - dijo nerviosa.
Dante: Amigo está bien - dije tomando el sombrero.
Nico: Oh my God... Dante me permitió llamarlo su amigo - chilló sin poder creerlo - ¡Debo comprarme un diario para no olvidar este día tan importante de mi vida!
Uh, ¿debería darle mi autógrafo?
CONTINUARÁ
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