VII

Jadeando con pesadez, el usuario del emperador dragón rojo, Issei Hyoudou, mi amigo, sentía que iba a morir. Pues él, el resto de la nobleza de Rias Gremory y yo, subíamos la colina empinada que nos llevaría a una casa perteneciente a la familia de la pelirroja. Aunque este cargaba una mochila más grande y pesado que él.

Ya que tienes un Rating Game contra Riser Phenex en diez días, no había tiempo que perder. Es por eso que estamos aquí.

Dante: Vamos, Issei, no seas flojo — dije caminando a su lado y sin cargar nada en mi espalda.

Issei: ¿Por qué… estás aquí… en primer lugar? — preguntó entre jadeos — No eres del grupo.

Dante: Le pedí a Gremory venir con ustedes para reírme de ti — respondí burlón mientras me adelantaba.

Issei: Que gran amigo tengo. No sé qué haría sin ti — dijo sarcásticamente.

Dante: Jajaja.

Seguí adelante, justo a unos metros detrás de Rias, Asia y Akeno, quienes al igual que yo, ellas no cargaban nada.

En eso, escuchamos el grito de Issei. Y en un segundo, éste ya estaba corriendo y pasando a lado de nosotros con gran velocidad.

Issei: ¡¡ORRRRAAAA!!

Dante: Oh. No sé qué te ha pasado, pero ese es el espíritu.

Siguiendo el rastro de polvo que dejó en el camino, llegamos a una vieja mansión de madera que estaba ubicada en la cima de la colina.

Rias: Ya hemos llegado. Empezaremos el campamento de fortalecimiento hoy mismo luego de asignarles sus habitaciones.

Al entrar Issei se tiró al suelo completamente sin energía y jadeando por respirar.

Rias: Nos vamos a cambiar — avisó mientras ella y las chicas subían las escaleras.

Issei: ¡Cambiarse! — exclamó poniéndose de pie y la energía llena — Tengo que ver.

Kiba: Issei-kun. Me voy a cambiar, pero… — se sonrojó y puso una pose tímida — Por favor no mires.

Issei: Yo te mataré desgraciado — amenazó enojado.

Dante: Bueno, dúo dinámico, yo me iré a dormir — dijo yéndome a la habitación — Diviértanse en su entrenamiento. Buenas noches.

Kiba: Espera. ¿No irás con nosotros? — preguntó confundido.

Dante: No. Ustedes necesitan entrenar para su pelea contra ese pollo broaster y su nobleza. Yo solo vine para burlarme de Issei, pero lo haré mañana.

Issei: Te mataré a ti también, chico pálido — dijo amenazante.

Dante: Yo también te quiero, amigo — dije antes de irme.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Desperté jadeando fuertemente y con el sudor cayendo por mi cuerpo tras tener la misma pesadilla que me atormenta cada vez que cierro los ojos.

Dante: Maldita sea — maldije en voz baja mientras pasaba mis dedos por mis párpados.

Abriendo los ojos y viendo por la ventana, me di cuenta que era de noche, lo que significa que dormí toda la tarde aunque lo sentí como unos minutos.

Dante: ¿Cuándo acabará esto? Agh — pregunté con la voz ronca debido a que tenía la garganta seca.

Sabiendo que no tendría respuestas, decidí calmar mi sed con algo de agua. Bajé las escaleras del segundo piso hacia la cocina, abrí el refrigerador y por suerte había una botella de agua.

Abriendo la botella, tomé un poco de ella y luego caminé hacia la sala, ya que extrañamente las luces estaban encendidas.

Si hay alguien ahí, podría charlar con él o ella.

Dante: Espero que sea Koneko. Ella es una gran conversadora — me reí para mí mismo.

Al llegar, no era Koneko la que estaba ahí. Era Rias usando un camisón y usando lentes de lectura.

Rias: Al fin despiertas — dijo al notarme en la sala — No te hemos visto en la cena.

Dante: Estaba muy cansado — respondí sentándose en el sofá frente a ella — No sabía que tenías mala vista — señalé sus lentes.

Rias: No. Los uso porque mientras pienso, tengo la sensación de que mi mente funciona mejor.

Dante: No creo que sea lógicamente posible, pero allá tú — dije antes de notar de notar papeles y libros en la mesa de sala — ¿Estás revisando tácticas de combate o son mangas hentai disfrazados con tapa de libros?

Rias: Olvidé esos en casa — no sé si está bromeando o no — Sinceramente estoy leyendo tácticas para sentirme más tranquila.

Dante: ¿Por qué? — pregunté bebiendo de mi botella.

Rias: Porque a quien vamos a enfrentarnos es un Phenex.

Dante: ¿Y eso qué tiene que ver?

Rias: ¡Mucho! El clan Phenex, que ostenta el título de duque, es uno de los setenta y dos pilares. E igual que la ave sagrada Fénix, comparten la misma habilidad… la inmortalidad.

Dante: Eso no es posible — niego con la cabeza — Nada es inmortal por más que parezca. Todos morimos, incluso los dioses tienden a morir — dije por experiencia propia.

Rias: Pero técnicamente lo es — dijo tras encogerse de hombros — Ocho victorias, dos derrotas. Esa es su reputación en los Rating Game.

Dante: ¿Dos derrotas?

Rias: Esas dos derrotas fueron un gesto de amabilidad a los clanes que son asociados a su familia.

Dante: Incluso si ignoramos eso, no creo que sea imposible que ganen.

Rias: Yo también creo lo mismo — dijo tomando su té que no sé de dónde sacó — Solo hay dos formas de derrotarlo. Uno, ya sea vencerlo con un poder aplastante. O dos, seguir golpeándolo hasta que su espíritu esté completamente destruido.

Dante: Si yo fuera ustedes, iría de frente con la segunda opción — dije hasta que tuve una duda en mente — Por cierto, rojita, hay algo que no entiendo.

Rias: ¿Qué cosa? Y no me llames 'rojita'.

Dante: ¿Por qué odias a Riser? — pregunté confundido — Es decir, sí, yo también lo odio con solo verlo a la cara y escuchar su petulante, pero… tú me entiendes.

Rias puso una cara triste.

Rias: Es porque soy una Gremory.

Dante: ¿Y? Lo dices como si no te gustara tu apellido. ¿Acaso lo odias?

Rias: Claro que no. Me siento orgullosa de ello, pero al mismo tiempo me disgusta — aclaró — Todo el mundo me ve como 'Rias Gremory', pero no me ven como Rias — dijo antes de suspirar — Tal parece que la idea del amor es solo un sueño mío.

Dios. Esta chica suena como una doncella sacada de un manga shounen.

¿Y saben qué? A la mierda.

Dante: ¿Sabes lo que opino sobre la nobleza y sus tradiciones? Es una mierda.

Rias: ¡Dante!

Dante: ¿Qué? Es la verdad — dije encogiéndome de hombros — No me importa el apellido de Rias, no me importa que seas la heredera Gremory. Me importa la Rias que conozco. La hermosa, la inteligente, la obsesionada con la cultura otaku japonesa…

Rias: ¡E-eso último no era necesario!

Dante: ¿Y sabes qué? Me gusta mucho esa Rias.

Rias: Dante — jadeó mi nombre mientras me mira en shock y con las mejillas rojas.

Dante: Bueno… — me pongo de pie — Espero que lo que te dije te haya tranquilizado. Ya me voy a dormir — dije caminando hacia las escaleras — Ah, y deberías hacer lo mismo también. Mañana seguirán entrenando a Issei, ¿no? Buenas noches.

Sin esperar su respuesta, subí las escaleras y me fui directo a su habitación, sabiendo que dejé sonrojada a Rias por lo que dije.

Tan solo espero que eso haya calmado la ansiedad de Rias.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

El entrenamiento tanto como de Issei, como de Asia, siguió bien como escuché. Y mientras pescaba tranquilamente, pude oír como Issei y Kiba estaban peleando en uno a uno.

Dante: Aunque más parece que Kiba se divierte golpeándolo — me reí en voz baja hasta que sentí — Espera, ¿qué fue eso? ¡¡WAOHH!!

Antes de saberlo, algo me atacó por detrás y me arrastró con todo y lago.

[Pov. Narrador…]

Lo que ocurrió fue que durante la pelea, Issei usó el Boost de su Sacred Gear y lo combinó con su magia, lo que provocó que la magia fuera potenciada y expulsada como el Kame Hame Ha hacia el lago y hacia Dante.

Solo que nadie se dio cuenta de eso último.

Issei: ¡¡¿EEHH?!! — exclamó sorprendido de lo que acaba de hacer.

Rias: Eso es suficiente.

Issei: Ugh — cayó al suelo debido al gran gasto de energía y por el límite acabado en su Sacred Gear.

Rias: Buen trabajo. Yuuto, ¿cómo estuvo? — preguntó mientras Asia ayudaba a Issei a levantarse.

Kiba: Para ser honesto, me sorprendió. En realidad, yo quería terminar la batalla cuando bloqueó mi primer golpe. Pero fui incapaz de romper su defensa a pesar de que quería traspasarla. Y con mi segundo ataque, quería golpear su cabeza, pero se libró de ese ataque sin ningún daño — explicó antes de mostrar su espada de madera, la cual estaba un poco destruida — Incluso fortalecí mi espada de madera mediante el uso de magia, pero… — dio una pequeña sonrisa — Si hubiésemos seguido así, habría tenido que recurrir a escapar ya que hubiese perdido mi arma.

Rias: Bien hecho, Issei. Demostraste tu poder en un nuevo nivel completamente nuevo con el poder del Sacred Gear — dijo antes de mostrar el lago destruido que aún seguía husmeando — Tu golpe fue igual que el de un demonio de clase alta. Si hubieras golpeado a alguien con ese poder, volaría en pedazos.

Issei: ¡¿D-de verdad?! ¡¿En serio?! — exclamó sorprendido.

Rias: Sí. Todo ese entrenamiento dio sus frutos. Te has convertido en la carta ganadora para ganar el juego, ya que tu ataque puede cambiar dramáticamente la situación — dijo con una gran sonrisa de orgullo — Y como este es un juego en equipo, tendrás compañeros quienes te apoyarán mientras carga tu energía. Todos vamos a hacer más fuertes y vamos a ganar. ¡Vamos a demostrarles a Riser y su nobleza lo que Rias Gremory y su familia demoníaca puede hacer!

Todos: ¡Sí!

Rias: Dante, ¿qué te pareció…? — preguntó volteándose a verlo, pero no lo encontró — ¿Dónde está?

Asia: La última vez que lo vi, estaba pescando en el lago.

Koneko: ¿Te refieres a ese lago? — preguntó señalando la zona de destrucción y humo de lo que solía ser el lago.

Todos comenzaron a sudar de miedo.

Rias: No puede ser. ¡¡DANTE!!

Issei: ¡Ay no! ¡¿Qué he hecho?!

Pero antes de que empezaran a correr para buscar los restos de su amigo, vieron entre todo ese humo una mano escamosa de color negro verdoso extendida hacia ellos. Pero eso fue solo un breve segundo ya que desapareció en pequeñas chispas, siendo sustituida por una mano humana.

Pronto el resto del humo logró despejarse en su totalidad, revelando a Dante casi ileso ya que tenía ciertos raspones y con la ropa casi destruida en su totalidad excepto por la entrepierna.

Dante: Haa… haa… haa…

Su respiración era pesada, ya que por la postura en la que estaba, dedujeron que logró parar el gran ataque mágico solo con la mano, para sorpresa de todos.

Issei: Etto… ¿Dante? — preguntó temeroso.

Dante: Empieza a orar, Hyoudou — ordenó con frialdad.

Sabiendo que Dante lo llamó por su apellido y no por su nombre, Issei sabía que la había cagado, por lo que trago saliva y empezó a correr para salvar su vida.

Issei: ¡Perdóname, Dante! — suplicó casi queriendo llorar.

Dante: ¡No te voy a hacer daño! ¡Solo te cortaré el cabello con mi espada! — exclamó persiguiéndolo.

Detrás de ellos, Asia los seguía con tal de evitar que Dante lastime a Issei.

Mientras ocurría la graciosa persecución, Rias suspiró de alivio al ver que Dante estaba bien. Sin embargo, ese alivio duró poco ya que había visto esa mano escamosa de Dante antes de que pudiera desaparecer.

Rias: ¿Han visto lo mismo que yo? — preguntó al resto de su nobleza, quienes asintieron — Se parecía al brazo de un dragón.

Kiba: ¿Un Sacred Gear quizás, Buchou?

Rias: Tal vez — dijo antes de mirar a su Torre — ¿Oliste algo en Dante, Koneko?

Koneko: negó con la cabeza — No olí a ningún dragón en él. Solo percibí a un demonio. Lo cual es raro porque todo este tiempo olía a humano.

Rias: Hmm… tendré que preguntarle sobre ese brazo después.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

[Pov. Dante…]

Los días de entrenamiento terminaron finalmente y hoy sería el día en que Rias y su nobleza se enfrentarían a Riser y sus sirvientas.

El encuentro sería cerca a la medianoche, así que queda una hora para que Issei recoja a Asia y vayan juntos al club.

Aunque tengo una sola queja sobre el encuentro.

Dante: ¿Por qué no puedo ir? — pregunté esperando a Asia en la sala de mi casa — Solo voy a darle un puñetazo a ese pollo frito antes de su pelea.

¿¿??: Es por eso que no puedes ir, Dante-san. Causarás problemas a los demás.

Escuchando pasos que venían de las escaleras, me levanté del sofá y me di la vuelta, viendo a Asia vestida con su traje de monja.

Dante: Oh, Asia. Usando el traje de monja, ¿eh?

Asia: Ellos me dijeron que podía usar lo que quisiera, por lo que elegí este — respondió mientras seguía bajando las escaleras — Yo no estaba segura al principio, pero luego de pensarlo, pensé que esto me haría sentir mejor — explicó hasta que se puso frente a mí — Puede que sea un demonio, pero no he perdido mi fe.

Dante: Sip. Aún recuerdo cuando nos conocimos. Tú eras una monja y yo el príncipe encantador — dije para luego acariciar su cabeza — Te ves bien.

Asia: Gracias — dijo tímidamente linda — Um, Dante-san. ¿Puedo quedarme… así? — preguntó mientras abrazaba mi brazo.

Dante: ¿Asia?

Pronto noté como Asia temblaba de miedo y apretaba mi brazo.

Asia: Cuando pienso en la batalla que nos espera, me da miedo. No puedo dejar de temblar.

Volví a acariciar su cabello para calmarla. Pero cuando hice eso, ella se lanzó hacia mí, sorprendiéndome con una abrazo completo.

Asia: Jejeje. Como lo imaginaba. Cada vez que estoy cerca de ti, no tengo miedo en lo absoluto — dijo adorablemente feliz — ¿Me puedo quedar así… hasta que tenga que irme?

Dante: Por supuesto que sí — sonreí mientras volvía a acariciar su cabeza por tercera vez — Recarga tu medidor Dante.

Asia: Gracias. A partir de ahora, ¿puedo quedarme siempre a tu lado? — preguntó ocultando su rostro en mi pecho.

Dante: Por supuesto que sí — dije ahora rodeándola con mis brazos — Incluso si no estoy ahí contigo, siempre vendré a ti para darte ese apoyo que necesitas.

Asia: Estoy tan contenta — suspiró cerrando sus ojos y relajándose en mi abrazo.

Disfrutamos el momento por unos minutos más hasta que Issei vino por ella.

Sé que regresarán vencedores en su Rating Game, estoy seguro.

Aunque… muy dentro de mí sentía que tal vez esté equivocado.

CONTINUARÁ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top