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Jimin nunca había faltado al trabajo, siempre llegaba a tiempo y hacia lo que tenía que hacer pero este día era la excepción pues no aparecía por ninguna parte y eso a todos los empleados de aquella gran empresa les estaba comenzando a preocupar. Él chico pálido acababa de llegar y estaba caminando feliz hacia su escritorio, había pasado una semana desde que su propio jefe le había chantajeado invitándole a una cena a cambio de un pequeño ascenso o adelanto de su paga claramente Yoongi después de haberse ido y negado rotundamente a esa propuesta de cena que no veía nada bien, desde ese acontecimiento no vió a su jefe, a Jimin lo había visto en el escritorio frente a el suyo pero nada más y ahora, cuando llegó a su lugar ve que no está se preocupa pues el mayor suele llegar siempre antes, con sus típicas bromas de chico creído y arrogante pero no, hoy no está.

Min Yoongi decide ponerse a trabajar en lo que tiene pendiente de anteriores días, piensa que Jimin va a llegar más tarde de lo normal y mientras trabaja se pone a esperar. Pero todos los trabajadores y trabajadoras ven como las horas pasan y el hijo del jefe no aparece por ninguna parte o rincón de la empresa ni por esas oficinas que contienen todos los escritorios donde se debe trabajar, ahí es cuando el pálido se pone tenso y comienza a trabajar mal, desconcentrado por la desaparición de su compañero.

Cuando llega la hora de irse se levanta recogiendo todas sus cosas, justo cuando va a irse casi corriendo a buscar a Jimin le llega una llamada al teléfono del escritorio donde recibe las llamadas de trabajo, suspira pensando en que odiaba que le llamen cuando su turno ya a acabado, lo agarra desanimado contestando la llamada y se queda helado al escuchar la voz de Jimin al otro lado de la línea con una voz débil y como si estuviera llorando, Yoongi siente como se preocupa más pensando lo peor comienza a temblar preguntándole a Jimin donde está en esos momentos.

Cuando recibe la respuesta cuelga el teléfono y corre rápidamente hacia el lugar que su mayor le a mencionado, estaba en la azotea de un edificio, tal vez es su apartamento, cuando llega sube en el ascensor y sale a la dichosa azotea recibiendo el aire en su rostro, le golpea tan fuerte que nota lo frío del día haciendo que tiemble, su vista capta un cuerpo tumbado mirando el anochecer y Yoongi corre hacia él. Se queda muy sorprendido cuando ve su rostro golpeado, su cuerpo también golpeado y sus manos vendadas, el pálido comienza a llorar sorprendiendo a Jimin quien abraza la cintura del pequeño.

–¿Qué mierda te ha pasado? LLevo todo el día pensando lo peor porque no has venido a trabajar y... -No terminó de hablar cuando Jimin le pegó a su cuerpo y unió sus labios con los del pálido haciendo que Yoongi y él se fundan en un hermoso beso que hace que ambos dejan de llorar inmediatamente, separándose cuando a ambos les falta el aire, viendo como Yoongi estaba más que sonrojado.

–Sabes que me ha pasado y todo esto porque es idiota, piensa que conseguirá lo que quiere pero lo que no sabe es que lo he conseguido yo y lucharé por ello si hace falta -Dice el mayor refiriéndose a Yoongi pero este último no se daba cuenta así que simplemente asiente, dejando su cabeza en el hombro de aquel aunque la levanta mirándole con el ceño muy fruncido haciendo saber a Jimin lo que viene ahora, así que comienza a reír.

–¡No me beses! ¿Quién te ha dicho que me podías besar? Nadie, sigues cayéndome mal -Dice haciendo reír a un Jimin herido quien agarra más suavemente la cintura de su pálido debido a la risa, sabía que a Yoongi le había gustado el beso y que ya no le caía mal que es lo que pretende Yoongi hacerle pensar a el mayor pero es lo contrario, ambos saben que están cayendo en la tentación de estar al lado del otro y de sus corazones deseando que se junten y se dejen ambos de tonterías pero aún falta la confianza, la fuerza y la valentía.

Yoongi no podía creer que el padre de Jimin le haga eso a su propio hijo, pegarle de esa manera, estaba preocupado ya que quería como fuera ayudar a su mayor por el que estaba comenzando a sentir algo aunque no llegue a admitirlo. Tenía que hacer que su jefe, pare de golpear a Jimin sea como sea, arriesgándose a lo que se por Jimin, el chico al que estaba comenzando a amar aunque sea solo un poco, tal vez más.

–Al menos no has negado que te gustó -Dice el mayor abrazando a este, Yoongi suspira rodando los ojos mientras se da la vuelta, mientra el mayor le abraza por detrás ambos miran el anochecer. Yoongi mientras lo miran intenta convencer con palabras suaves a Jimin de que se vaya de su casa, que no se acerque más a ese hombre pero es imposible pues el mayor no quiere irse, aunque le haga eso es su padre y tiene que aguantarlo hasta que tenga el dinero suficiente para irse, hasta que tenga el corazón de Yoongi por completo, quién sabe que va a deparar el destino para ellos, ambos chicos mirando un anochecer con el pálido entre sus brazos Jimin sentía que no necesitaba nada más para ser completamente feliz, ambos se completan.

Luchar, eso es lo que estaba haciendo Jimin pues le daba igual recibir golpes pero él no iba a dejar que su estúpido padre le hiciera algo a Yoongi, pues es suyo y nadie ni nada puede dañar al pálido en su presencia. La felicidad y el corazón de Yoongi son su prioridad y aunque tenga golpes, sean pocos o muchos si o si iba a seguir luchando para ganare el afecto y amor del chico al que sabía que amaba desde el primer momento que vió.

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