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El tiempo había pasado, ambos terminaron de comer ya y estaban saliendo de aquel restaurante mientras hablaban entre ellos, al salir iban a ir hacia el coche de Jimin así para que éste llevase al rubio a casa pero lo que no se esperaban era que justo en la entrada de ese restaurante estaba el padre de Jimin hablando con su chofer.
Menos mal que él único que se dió cuenta era Jimin quien tomó la mano del pálido y giró rápidamente la calle por una esquina quedando fuera de la vista de aquel, Jimin nervioso por si los encontraba juntos ya que por órdenes de aquel él castaño tenía prohibido verse con él pálido; claramente no está cumpliendo tales órdenes y por eso se esconde, queriendo librarse de una paliza futura.
–¿Jimin? ¿Qué pasó? ¿Estas bien? Hey -Dice Yoongi bastante confundido por aquel repentino acto, él menor miraba a Jimin analizando la situación o intentándolo ya que le preocupaba el porqué de esconderse y de que Jimin estuviera tan nervioso, se había preocupado bastante pues Yoongi sabía que el mayor era bastante inexpresivo y ver el miedo en los ojos de aquel por primera vez, le preocupó.
Hasta hace poco Yoongi pensaba que Jimin sería el típico que solo con hacerte un halago pensaba que caerían todos o todas a sus pies, que sería bastante arrogante
e insoportable, claramente esas cosas las pensaba cuando recién lo vió en el trabajo, cuando se conocieron y a pesar de que hoy aún pensaba esas cosas un poco, se estaba dando cuenta de como es Jimin en realidad.
El pálido rubio analizaba a aquel, sabía que este sufría en casa o había sufrido por eso tenía un aire de frialdad y como si le pusiera un muro a sus emociones para que nadie pudiera descifrar lo que sentía. Yoongi estaba comenzando a ansiar conocer todo sobre él, sobre Jimin, quería saber porqué es así y porqué se fijó en alguien como Yoongi, en alguien tan simple como él.
–No pasa nada, bueno, ví a mi padre y ya sabes, yo lo siento mi niño, me dejé llevar por el miedo -Dice Jimin dejando su rostro escondido en el pálido cuello. El aroma que emanaba Yoongi estaba comenzando a calmarle, a hacerle saber que estaba acompañado y más, cuando sintió los pequeños brazos del pálido rodearlo para darle ánimos.
Tan adorable.
Jimin toda su vida había creído que conseguiría librarse de su padre alguna vez. Aún intentaba lo posible por conseguir su propio apartamento pero su padre, aún sin saber cómo, conseguía evitar todas esas cosas reteniendo a su hijo con él, pegándole si desobedece, ordenándole cosas y haciendo de la vida de Jimin algo muy estricto y que con un simple error a él castaño le caerían golpes, por eso él es así y aunque no quisiera, le costaba acostumbrarse a otra vida y socializar, pero ver a ese pálido.
El día que vió a ese pálido, tan hermoso y de tez tan blanca que le hacia ver tan delicado sintió sus ojos brillar, sintió que necesitaba a ese chico tan bonito en su vida porqué sabía que Yoongi sería el único que conseguiría que las sonrisas de Jimin fueran más frecuentes y que podrá salir por unos momentos, junto a él pálido, de esa vida que odia.
Ambos estaban abrazados, Yoongi dejaba un beso en la mejilla del mayor y se dejaba abrazar mientras acariciaba la espalda de éste. Quería verle sonreír, Yoongi quería ver a Jimin intentando ligar con él, quería verle sonreír porque le encantaba y se estaba dando cuenta ahora, se daba cuenta pero tenía miedo, mucho miedo pues algo le decía que la felicidad de ambos no sería así de fácil y Yoongi sentía que Jimin estaba mejor sin él, eran emociones revueltas sin saber que pensar o hacer.
–Calma Hyung, todo estará bien, déjame asomarme para ver si sigue ahí y así poder irnos, tranquilo -Dice el menor separándose de aquel, va hacia la esquina y con mucho cuidado observa alrededor, por todos lados pero no había nadie, así que sonríe y toma la mano del mayor sacándolo de allí ya que el paso estaba libre.
–Definitivamente eres tú -Dice Jimin mirando al pálido quien caminaba mirando confundido a él mayor por lo que recién le había oído decir. Algunas veces pensaba que Jimin era demasiado extraño.
–¿A qué te refieres? -Pregunta Yoongi mirando atentamente al de pelo castaño que se dejaba llevar por el bonito pálido, acariciando el dorso de la mano de él más menor se encogió de hombros sin decir nada haciendo que Yoongi le pegase en el hombro sacándole risas a Jimin, sí, Jimin sabía que definitivamente era él.
El padre de Jimin, Choi, había visto todo pero había decidido no actuar porque más tarde o algún día lo haría, sabía que le arrebataría a su hijo la felicidad, le arrebataría a Yoongi porque ese pálido tiene que ser de él, del padre de Jimin quien deseaba hacerle la vida imposible a su hijo con tal de hacer suyo a Min Yoongi. Era una forma graciosa para él, que haría infeliz a su propio hijo solamente para obtener a ese pálido a su lado, solo para tener a esa belleza con él.
¿Y cómo creéis que se tomará Jimin eso y que hará? Jimin está dispuesto a proteger con su vida a Yoongi, al chico que le estaba haciendo sonreír como nunca nadie más lo había conseguido y no permitiría que esa felicidad; la única que tenía y que sabía que crecía cada vez más, no permitiría que esa felicidad le fuera arrebatada.
Pues Jimin sabe que Min Yoongi es de su propiedad, él menor estaría protegido por él, para evitar que la bonita sonrisa de goma que tiene él bonito menor se borre porque Jimin quiere hacer de esas sonrisas más frecuentes. Al igual que Yoongi con Jimin.
Ambos querían lo mejor para el otro a pesar de las diferencias o dificultades que estaban comenzando a evitar que ambos se unan.
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