Capítulo 26. Wiene (Parte 2)
El tiempo pasa tan rápido jajaja.
Como ya paso un tiempo y este capítulo es la continuación directa voy a poner la última escena, como repaso:
Welf: ¿Por cierto quien es la persona detrás de ti?
Lili: No me diga que volvió a salvar a una chica sin pensar en los problemas que nos traerá, Bell-sama – Mirándolo con un poco de estrés.
Las miradas de los compañeros del chico se enfocaron en aquella silueta detrás suyo.
Miradas llenas de curiosidad, hicieron que aquella chica monstruo se sintiera incomoda.
Aquel salvador de su vida se había alejado un poco para calmar a sus compañeros, su débil coraje provoco que su cuerpo retrocediera en un instinto de supervivencia.
Pasos débiles y cautelosos, sin ver atrás continuo retrocediendo.
Para su mala suerte un guijarro sería el que provocaría la caída de su cuerpo.
Dejando su rostro al descubierto, los aventureros tomaron su papel, preparándose para el combate contra un "monstruo".
La espadachina preparo su desenvaine.
La Pallum preparo su ballesta.
El herrero desenfundo su espada.
Todos listos para el ataque.
La preocupación del chico hizo que su cuerpo se colocará frente al de la chica, ofreciendosé como escudo.
Tal acción provoco descontento en su grupo.
Welf: ¿¡Qué significa esto, Bell!?
Bell: ¡Esperen! Ella no es...
Lili: ¡Aléjate de ella! ¿¡En qué demonios estabas pensando!? ¿La trajiste porque es linda? ¡Es como si te excitaran los monstruos!
Bell: ¡No es eso!
Lili: ¡Los monstruos son monstruos! ¡Son enemigos de los aventureros, enemigos de las personas!
Welf: ¡Hazte a un lado, Bell!
Mikoto: ¡Ya reaccione Bell-dono!
Lili: ¡Bell-sama!
¿Qué debo hacer...?
Es cierto... Los monstruos son enemigos, pero ella... Ella... ¡Ella no me pareció que fuera una enemiga!
Ante mis ojos era una niña pidiendo auxilio.
Yo...
¡Yo...!
"¿Bell...?"
.
.
.
Ahora sí, espero que disfruten el capítulo jsjs.
"¿Bell...? Bell..."
El susurró llegó a nuestros oídos. Ellos quedaron absortos de inmediato, sorpresa era la única emoción reflejada en sus rostros.
Welf: ¿Hablo...? ¿¡El monstruo hablo!?
"Bell."
Bell: ¡S-Sí! Ese es mi nombre.
"Bell... Nombre. Nombre es Bell."
Mikoto: Un monstruo que habla...
Welf: Debe ser una broma.
La tensión volvió a subir de nuevo.
Era normal que no supieran como reaccionar, ni si quiera se como debo reaccionar yo.
Los ojos de Lili estaban incrédulos, mientras que Mikoto ejercía cada vez más presión en su empuñadura.
Haruhime: Bell-sama, ¿Qué le sucedió?
La mirada de Haruhime-san cambio a una de compasión, observaba con detenimiento las heridas en la pequeña niña monstruo.
Bell: La encontré en el piso diecinueve. La perseguían aventureros e incluso los monstruos de la zona la atacaban... Estaba llorando y temblando, es por eso que quiero ayudarla.
"¡No podemos!"
Gritó Lili con completa negación a mi propuesta.
Lili: Si descubren que la protegemos, la familia Hestia está acabada.
Bell: ¡Aún así, no quiero abandonarla!
Lili: ¿¡Acaso no puedes pensar por un segundo!? Absolutamente todo se acabará en cuanto se enteren que la ayudamos.
Bell: No pienso dejar que muera.
Lili: ¿No lo entiende? No solo nuestra reputación está en juego.
Welf: Bell, Lili tiene razón.
Ahogue un grito de frustración ante sus comentarios. Era más que consciente de a que se referían.
Bell: Lo sé, se que si se llegarán a enterar de esto, la reputación de Aiz... No, de toda la Familia Loki se vería envuelta.
Lili: Si lo entiende no debe dudar ¡Lo mejor sería matarla aquí y ahora!
No podía refutar lo que decía. Cierta parte de mí sabía que eran ciertas sus afirmaciones.
¿Un humano ayudando un monstruo? Eso solo era algo de fantasía. Una historia sacada de los libros que leía de pequeño, e incluso en aquellas historias, nunca se vio nada igual.
Se que lo correcto es acabar con el "enemigo" pero, ¿Realmente puedo llamar enemigo a alguien que tiembla y llora del miedo como nosotros?
Mi raciocinio me de dice que lo deje. Pero mi corazón me dice que siga con mis convicciones.
Hasta el momento no me he guiado por otra cosa más que mis anhelos. Confío en que aquella luz dorada lo comprenderá.
Bell: ...La voy a salvar.
Lili: ¡Bell-sama! ¿¡Comprende lo que conlleva esa decisión!?
Bell: Conozco los riesgos. Aún así pienso seguir adelante, lamento involucrarlos en esta decisión y si así lo desean, pueden retirarse de la ‹Familia›.
Welf: Bell...
Sus miradas fueron de impacto ante mis palabras.
Comprendo sus deseos, pero también soy consciente de los míos. Quiero poder ser un héroe para la chica detrás de mí.
Quiero poder ayudar a las personas, proteger a los que no pueden protegerse a si mismos. Aún si soy débil, mi voluntad no lo es.
Haruhime: Yo...
La voz de Haruhime irrumpió en el silencio que formamos. Nuestros ojos se dirigieron a los de ella. Expectantes ante sus palabras.
Haruhime: Yo hubiera muerto aquella noche. – Dijo con calma. – Si no hubiera sido por usted, yo no podría estar de pie frente a ustedes en este momento. No exagero al decir que salvó mi vida y es por ello que ahora mi vida le pertenece, sus deseos son los míos. Y no es precisamente por mi gratitud hacia usted, sino que francamente siento que compartimos mucho en común. Incluso ahora, yo también quiero ayudar a esta chica indefensa.
Bell: Haruhime...san.
Welf: Nos vas a llevar a otro problema pero, incluso yo también te debo la vida. ¿Recuerdas cuando me rompí la pierna en los pisos intermedios? Me llevaste en tu hombro, e incluso me diste un sitio donde pertenecer. No me gusta mucho tu ingenuidad, pero te respeto. Ah... No soy muy bueno en los discursos pero lo que quiero decir es que cuentas conmigo, Bell - Una enorme sonrisa se hizo presente en su rostro, mientras enfundaba su arma.
Mikoto: Confío en su corazón, Bell-dono. Cuente conmigo. – Enfundando su katana.
Bell: Gracias... En serio, aprecio mucho sus sentimientos.
El silencio permaneció junto con una pequeña sonrisa en nuestros rostros.
Nuestra atención no tardó en dirigirse a Lili. Quién se encontraba aún apuntando con su ballesta a la pequeña monstruo detrás mía.
Lili: ¡Muy bien, muy bien, ya entendí! – Grito mientras guardaba su ballesta. – Después de todo también le debo la vida, Bell-sama. Pero, les advierto que no estoy de acuerdo con...
"Sí, sí". – Interrumpió Welf.
Welf: Vayamos a casa.
Las sonrisas se hicieron presente en todos nosotros. La tensión que se había formado, por fin estaba disminuyendo.
Recorrimos el piso 18 hasta la entrada a la Dungeon, precavidos ante cualquier mirada.
La niña monstruo estaba envuelta en mi capa de salamandra, pero aún así parecía como si los monstruos pudieran verla.
Enloquecían a su lado. Seres completamente perdidos en deseo de sangre. De su sangre.
Pero, ¿Por qué...?
¿Por qué ella?
¿Por qué es el único monstruo con consciencia y razonamiento?
¿Por qué incluso los de su propia raza les dan caza?
Había más preguntas que respuestas.
Nuestros pasos nos llevaron al piso cinco.
Nuestras gargantas estaban secas, no por el cansancio, sino por la angustia en nuestros corazones.
Lentamente empezábamos a sudar de preocupación, el piso cuatro aumento la tensión.
Empuñábamos armas envueltas en la sangre de los de su raza para poder protegerla.
El piso tres no fue la excepción. Goblins corriendo en busca de su muerte. Aventureros novatos sorprendidos por la escena frente a ellos.
Todo se estaba complicando tan rápido.
Debíamos evitar la atención. El sonido de las campanas marcaban mi desesperación por terminar rápido.
Bell: 20 segundos serán suficientes...
Lili: ¡TODOS APARTENCE!
Bell: ¡‹FIREBOLT›!
Un fuego más intenso que las llamas de aquella batalla en el distrito rojo. Reduje hasta las cenizas a todos esos monstruos de bajo nivel.
Las piedras mágicas dropeadas en el suelo nos importo poco.
Corrimos lo más rápido posible hasta llegar a la superficie. El sudor empezó a recorrer nuestros rostros.
La verdadera misión acaba de empezar.
Caminábamos con temor, atentos a cada persona. Voltee a la niña, su mirada se encontraba en el suelo.
"De momento todo está yendo bien." - Fue lo que pensé.
Pero, no tardaron en hacerse presente aquellas miradas curiosas. No había duda, las miradas se encontraban puestas en mí.
Lili: El novio de la Princesa de Orario, el portador del récord de aumento de nivel y capitán de su ‹Familia›.
Puede que solo sea un level tres pero sin duda mi fama como aventurero había aumentado demasiado.
Lili: Será mejor que nos separemos, Bell-sama. Llama mucho la atención.
Bell: Pero...
No quería dejarla... Se que ellos la cuidarían, pero aún así no quería abandonarla. No quiero hacerlo pero es necesario para poder cuidarla.
Bell: Bien, los veo más tarde en la sede, intentaré llamar la atención de alguna forma.
Lili: Bien, déjenoslo a nosotros.
Solo asentí con una sonrisa, di media vuelta para emprender mi camino, pero de pronto pude sentir como mi polera era estirada.
"No te vayas... No me abandones..."
Lagrimas cristalinas salieron de sus ojos ámbar, viéndome con un gran pesar.
Y nuevamente nos dejaron sorprendidos sus palabras, parecía algo tan antinatural que un monstruo pueda hablar con completa normalidad.
Pero aquellas lágrimas no eran mentira, sus palabras al igual que su mirada eran genuinas, monstruo o no. En este momento solo es una niña normal.
Me agache hasta su altura, tome su mano con una gran delicadeza, como si se tratase de una flor, la acerque a la altura de mi pecho mientras apreciaba sus ojos.
Bell: No te preocupes, te prometo que nos volveremos a reunir.
Aún no sabía si podía entender mis palabras por completo.
Sin embargo, al ver la sonrisa en su rostro pude afirmar que mis sentimientos habían sido transmitidos.
Ellos se fueron primero.
Para mi suerte pude visualizar un rostro conocido entre la multitud del lugar.
Bell: ¡Moldo-san! – Grite con entusiasmo.
Moldo: ¿Little Rockie? ¿Vienes de la Dungeon? – Observando mi armadura.
Bell: S-Sí... Quise terminar rápido para regresar con Aiz jajaja...
Moldo: Jo, jo, tú pequeño pillo – Rápidamente rodeo su brazo por encima de mis hombros, apretando bruscamente mi cuello. – Me presumes a tu hermosa novia, ¿¡Eh!?
Bell: L-Lo siento.
Moldo: ¡Así que lo admites!
Las personas comenzaron a fijarse en nosotros, el plan estaba funcionando.
Moldo: P-Por cierto, Little Rockie-sama – Su voz cambio de pronto mientras sus mejillas se sonrojaban hasta el punto de dar repelús. – ¿Ya lo h-hicieron?
Pude ver como absolutamente todo Orario se paro ante mis ojos.
Los transeúntes no tardaron muchas en formar todo un gran grupo en nuestro alrededor.
Todos expectantes a mi respuesta.
Bell: B-Bueno... ¿A-A que se r-refieren?
Hacerme el tonto era inútil, no era bueno para mentir, mucho menos para evadir.
"¡YA SABES A QUE NOS REFERIMOS!" - Gritaron al unísono.
Bell: Yo... – Mi rostro se sonrojo enormemente mientras observaba los rostros impacientes de todos a mi alrededor. – ¡NO VOY A RESPONDER ESO!
Corrí completamente sonrojado, abandonando el lugar como una doncella.
No tarde mucho tiempo en llegar a la sede, pude ver a mis compañeros frente a ella.
Welf: Parece que llegamos al mismo tiempo.
Bell: Sí, ¿Tuvieron problemas?
Mikoto: No hubo ninguno, todo gracias a que pudo distraer a la gente alrededor.
Bell: Muy bien, debemos explicarle todo a Kami-sama.
Fue así como decidimos entrar a nuestra casa, pero a pesar de que sabíamos que Kami-sama probablemente nos entendería, no podíamos evitar preocuparnos.
Después de todo Kami-sama sigue siendo una diosa.
¿No será una falta de respeto mostrar un monstruo ante una deidad?
Comenzamos a dudar de nuestras acciones, pero mi convicción y resolución no cambiaban.
Respire hondo antes de entrar a la mansión.
Pero antes de poder abrir la puerta.
"Bienvenidos"
Sí...
La última persona que quería ver en estos momentos se encontraba frente a mí.
Recibiéndonos con su rostro usual, no... Tenía una pequeña sonrisa en sus labios.
Su ojos se habían vuelto más amigables.
Su comportamiento más sociable.
Aquella que relucía como una estrella era más brillante que nunca.
Esa famosa espadachina que quería evitar en este momento...
La persona a la que amo.
Bell: Aiz...
Aiz: Volvieron antes de lo que pensé, fueron hasta Rivera, ¿no?
Bell: S-Sí.
Aiz: ¿Uhm?, Luces pálido... ¿Estas bien?
Bell: Es solo que estoy cansado... Lo siento.
Aiz: Deberías descansar.
Bell: Eso haré... – Respondí con un gran desánimo, no sabía cómo verle a los ojos así que decidí apartar mi mirada.
"¿Qué pensaría de mi si le dijera lo que hice?" – Fue lo que pensé.
Aiz: ¿Quieres que durmamos juntos?
Bell: Me encantaría, pero... Hoy no...
Ella me tomo por las mejillas con ambas manos, lo hizo con una enorme delicadeza, dirigiendo mi mirada hacia esos bellos ojos dorados.
Aiz: ¿Realmente estas bien?
Quería decírselo, quien era la chica que se encontraba detrás de mí.
Quería decirle todo, pero...
En mi mente solo podía venir un único recuerdo.
Aquella vez que visitamos aquel pueblo, la primera vez que pude observar su odio hacia los monstruos.
— Flasback —
Aldeana: Es gracias a estás escamas que los monstruos no atacan esta aldea
Bell: ¿Las escamas? ¿A que se refiere?
Aldeano: La mayoría de los monstruos le temen a las escamas del Dragón Negro y es justa por esa razón que no se atreven a atacar a la aldea.
Aldeana: Es gracias a estas bellas escamas que podemos vivir en paz - Ella se arrodillo frente al altar semejante a una persona rezando a su deidad. - Aunque debe ser raro venerar a un monstruo.
Aldeano: Pero no son los dioses, ni los aventureros los que nos cuidan, sino que son las escamas las que nos han protegido todos estos años.
El dragón de un solo ojo de las historias.... El dragón que podría destruir el mundo, ¿Protege una aldea?
Aldeano: Pero si derrotan al Dragón, ¿Qué sería de nosotros?
Aldeana: Creo que aún lo veneraríamos.
Dirigí mi mirada hacia adelante, pude visualizar como Aiz se encontraba observando con gran detenimiento uno de los altares. Camine rápidamente hacia ella.
Bell: Es curioso, ¿no? Como si se tratara de un dios - Deje escapar una sonrisa junto con mi comentario.
Aiz: ¡Esto no es ningún Dios! - El tono de odio era evidente en su voz y expresión.
Al escuchar esa voz tan llena de odio voltee a verla...
Su mirada... En ella había desaprobación hacia las acciones de los aldeanos...
No... No solo desaprobación sino odio, venganza, muerte... Era todo lo que podía ver en su mirada.
Tomé su mano... Tenía miedo de que se perdiera en esas emociones.
Bell: ¿Aiz?
Aiz: Lo siento... ¿Regresamos?
El profundo odio que tiene Aiz hacia los monstruos.... ¿Realmente es bueno?
— Fin del Flashback –
En ese momento, me di cuenta de que Aiz tiene un profundo odio a los monstruos.
Sin embargo, ella misma me dijo la razón.
En el momento que decidí abrirme completamente a ella, cuando decidí darle mi corazón por completo.
Fue el día que me lo dijo.
La razón detrás de ese profundo odio hacia los monstruos.
— Flasback —
Bell: ¿Por qué odias tanto a los monstruos...?
Aiz: ¿Eh?
Bell: ¡A-Ah! ¡L-Lo siento! No tienes que responder...
Aiz: ...
Bell: Perdón...
Aiz: Mi madre...
Bell: ¿Eh?
Aiz: Mi madre fue aprisionada por un Monstruo...
Bell: ¿Tu madre...?
Aiz jamás ha hablado de sus padres.
Ni siquiera Riveria-san o Raúl-san han hablado de ellos, de hecho... Nadie habla jamás de ellos.
Aiz: Toda esa destrucción paso frente a mis ojos cuando era tan solo una niña... Desde entonces me jure a mi misma ser lo suficiente fuerte para acabar con todo ese "mal" y así poder rescatar a mi madre...
Bell: ¿Sigue prisionera?
Aiz: No lo puedo afirmar con certeza... Pero lo puedo sentir... Hay algo que me dice que ella aún sigue con vida.
— Fin del Flashback —
Conozco la razón de su odio...
Y aún así, no se que debería decir o hacer en este momento.
Aiz: ¿Uh? ¿Quién es la persona detrás tuyo?
Era evidente que se daría cuenta.
No podía ocultarlo más, confío en ella.
Sé que lo entenderá, se que su corazón es puro a pesar de que diga que ha sido consumido por la llama del odio.
Sé que Aiz lo comprenderá.
Bell: Aiz, de hecho...
"¡Aiz!"
Aquel grito detuvo mis palabras, fue un grito de preocupación y necesidad. Un grito proveniente de una voz familiar.
Aiz: ¿Riveria? – Dijo Aiz mientras aquella noble elfo caminaba lentamente entre nosotros.
Riveria: Lamento irrumpir en su sede así, pero tengo asuntos que hablar con Aiz.
Aiz: ¿Qué sucede?
Riveria: Se trata de Bete...
Su rostro cambio rápidamente de expresión, cambio a una mirada completamente seria.
No había duda de que se trataba de algo importante.
Bell: ¿Está todo bien?
Riveria: Lo siento Bell, no quiero que te veas envuelto.
Aiz: Perdón Bell, me debo retirar.
Bell: ¿Puedo ayudar en algo?
Ambas frenaron inminentemente.
Aiz: Bell, esto es peligroso.
Bell: ...Comprendo.
"Soy patético..."
Fue lo que me dije a mi mismo.
Aiz probablemente esta pasando por algo duro en este momento, pero solo puedo esperar a su regreso.
¿Qué puede hacer un level 3 como yo al lado de aventureros de Primera clase?
Aiz: Hablamos luego.
Con eso dicho ella desapareció junto con Riveria de nuestra vista.
¿Así de grande es la brecha?
Lili: Menos mal se fue.
Bell: Riveria-san lucía muy preocupada, me pregunto si paso alguna cosa.
Lili: Después nos preocuparemos por eso, de momento tenemos asuntos que resolver...
Lili miro fijamente a la niña en medio de nosotros.
Todos nos miramos mutuamente y asentimos con determinación. Atravesamos nuestra sala con pasos seguros.
Al llegar a la chimenea de nuestra sede pudimos visualizar a nuestra divinidad mirando las intensas llamas del fuego.
No había espectáculo más bello para nosotros sus ‹hijos›, nuestra diosa, aquella que rige la llama del hogar sentada frente a la chimenea de su ‹Familia›, su hogar.
Sus brillantes ojos azules nos observaron con detenimiento, mirando cada parte de nuestros cuerpos.
No había duda de que estaba buscando la más mínima herida en nuestra piel. Al asegurarse de que nos encontrábamos en perfecto estado entre cerro sus ojos y nos recibió con la más pura de sus sonrisas.
Hestia: Bienvenidos.
Todos nos pusimos rígidos y a una sola voz dijimos "estamos en casa".
Hestia: ¿Uh? – Fue el sonido que salió de sus labios al notar a aquella niña entre nosotros.
Bell: Verá... Kami-sama, hay algunas cosas que debo decirle.
Aquella niña salto hacia mi espalda con gran fuerza, abrazando mi cintura.
Era evidente que se había asustado ante la presencia de una diosa, sin embargo, aquel brusco movimiento hizo que se despojara de su capucha, dejando ver aquel cabello azul junto con esos brillantes ojos ámbar, una tes azul pálido y una brillante piedra roja en el centro de su frente.
Hestia: ¿Eh? ¿¡Eh!? ¿¡EHHHHHHHHH!?
Su grito de confusión resonó por toda la mansión.
X.X.X.
Le explicamos toda la situación. Desde la misión de emergencia, hasta el momento en que encontré a la niña monstruo.
Su cara era una de sorpresa total pero, ¿Cómo culparla? Era la misma cara que habíamos puesto cada uno de nosotros.
Hestia: Bell.
Su voz se torno sería, aquella voz que solo usa en los momentos más críticos e importantes de nuestra Familia.
Bell: ¿Sí?
Respondí sin dudar, aceptaría cualquier castigo por mis acciones sin rechistar.
Hestia: ¿Estás realmente seguro y dispuesto a salvar a la niña a tu lado?
Voltee a ver a la niña monstruo a mi lado, sus ojos me miraron con nerviosismo, estaba completamente expectante a mi respuesta.
Se aferraba a mi brazo con fuerza, tenía el temor de que me apartará de su lado, verla tan sumergida en el miedo hizo que mi determinación incrementará.
El recuerdo del rostro de Aiz vino a mi mente antes de que las palabras empezarán a salir.
Bell: Lo estoy. – Afirmé.
Hestia: Ah... – Kami-sama había dejado escapar un suspiro antes de empezar a hablar. – No sé muy bien como asimilar esto, pero respetaré tu determinación, estoy consciente que pensaste en todo antes de tomar esa decisión.
Era evidente que se refería a mi relación con Aiz y nuestra alianza con la Familia Loki.
Bell: Sí...
Hestia: Además, al verla tan asustada es imposible que no quiera protegerla – Dijo con una sonrisa.
Bell: Muchas gracias, Kami-sama.
Ella se agachó hasta la altura de los ojos ámbar de la niña, observándola sin prejuicios o algún miedo, ignorando el hecho de ser un monstruo.
Hestia: Dime, ¿Tienes algún nombre?
"¿Nombre...? Bell". – Dijo con determinación, causando una sonrisa en nuestros rostros.
Bell: No jajaja, ese es mi nombre, ¿Cuál es el tuyo?
"¿Mi nombre...?" – Negó con la cabeza.
Hestia: Así que no tienes.
Mikoto: Es una Vouivre pero ese no es su nombre.
Welf: Bell, ¿Por qué no lo decides tú?
Bell: ¿¡Eh!? ¿¡Yo!?
Hestia: Si, Bell-kun. La trajiste tú, responsabilízate y ponle un nombre.
"Mi nombre..."
Tomo mi chaqueta acercándose cada vez más, mirándome con unos ojos llenos de curiosidad.
Bell: B-Bueno... Tal vez podamos llamarla Welusine.
Todos me miraron con una cara estupefacta, con ojos planos. Su decepción se apreciaba a través de sus expresiones.
Haruhime: Bell-sama, ese nombre es de una leyenda... – Haruhime-san sonrío levemente al notar a lo que me refería.
Bell: ¡Sí! ¿No les parece un buen nombre?
Mi cara se lleno de entusiasmo al darme cuenta que uno de los presentes conocía el significado detrás de ese nombre, mi corazón latió como el de un niño pequeño. Podía jurar que mis ojos se encontraban brillando.
Lili: N-No esta mal para habérsele ocurrido a usted.
Welf: Ah... Bueno ya que nadie quiere decirlo, Bell, es muy largo e incluso suena arrogante.
Mikoto: L-Lo siento, pero apoyo a Welf-dono.
Ugh... Pude sentir un golpe crítico.
Hestia: En ese caso... Y si lo acortamos a Wiene – Dijo Kami-sama alegremente.
Bell: ¿Wiene?
"¿Wie...ne? Mi nombre... Wiene".
Sus ojos se iluminaron como estrellas, deslumbrantes de inocencia y alegría.
Wiene: ¡Wiene! ¡Soy Wiene! – No podía ocultar la felicidad en su rostro expresada en esa tierna sonrisa.
De pronto el sonido de un aplauso hizo que dirigiéramos la atención a nuestra diosa, quien se encontraba observándonos con un rostro serio.
Hestia: Muy bien... Es evidente que Wiene es una niña monstruo, un monstruo con consciencia e incluso inocencia, es algo que nunca había pasado antes, es por eso que necesitaremos recopilar información. Salvo las ‹Familias› Hefesto, Miach y Takemikazuchi, nadie más debe enterarse de esto, Bell, eso incluye a la ‹Familia Loki›.
Bell: Pero... Puede que ellos lo entiendan.
Hestia: Loki ella... Ella es complicada incluso para nosotros los dioses, nunca sabemos lo que piensa ni lo que cree, no dudo en que pelea por las razones correctas pero, sobre todo pelea por sus hijos.
Lili: Hestia-sama tiene razón, Finn-sama, ‹El Valiente›, capitán de la ‹Familia Loki›. Solo le importa la fama de su Familia para poner en alto a nuestra raza. Protegerá hasta el último miembro de la Familia Loki y hará lo que sea para no perder prestigio.
Bell: Pero Aiz...
Hestia: Los dioses podemos ver a través de ustedes, Bell, Aiz-chan tiene un profundo odio por los monstruos, incluso en la aldea pude observar su rostro al ver los altares de las escamas.
Bell: Por favor, permítanme decirle. – Hice una reverencia enfrente de toda mi Familia, mi única intención es que aprobaran mis deseos.
Sus rostros se tensaron, pensando con detenimiento si era lo correcto.
Welf: Tú la conoces mejor que todos nosotros. Bell, toma la decisión que creas correcta.
Lili: ¡Espera, Welf-sama, es muy arries-!
"Pero".
Welf: Recuerda que la vida de Wiene y la de nosotros están sobre tus hombros.
Sus palabras resonaron en mi cabeza, apuñalaron en mi corazón con un dolor más intenso que el de cualquier garra o cuerno.
Bell: Lo tendré en cuenta... Gracias.
Hestia: Muy bien. Retomando el tema, debemos buscar todas las pistas posibles para descubrir el fondo de esto.
Todos: ¡Sí!
Hestia: Con eso dicho... ¡Demos el máximo esfuerzo, ‹Familia Hestia›!
"¡¡¡SÍ!!!"
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"Un relámpago carmesí al final de mi sueño".
A veces sueño... Sueño con aquella batalla que me hizo darme cuenta del significado de mis deseos.
El porque busco la fuerza.
Todo es por aquel que me erizo la piel.
Sueño con el valiente frente a mí, aquel que era inferior ante su contrincante, aquel que se aferro a su arma con la determinación de su corazón.
Sus llamas eran débiles pero al mismo tiempo más intensas que las del infierno mismo.
Sueño con ese enfrentamiento, una y otra y otra vez.
Y de pronto, el sueño interminable termino.
Mis ojos se abrieron.
Lo único en lo que podía pensar era en aquel muchacho de cabello blanco y ojos rojos.
"Oye... ¿Eres nuevo?"
Un monstruo, alguien de mi misma especie me pregunto.
"¿Puedes hablar? ¿Tienes nombre?"
¿Nombre...?
Necesitaba uno que me representara, pero lo único en lo que puedo pensar es en aquella batalla.
Un relámpago carmesí al final de mi sueño.
Un relámpago grabado en lo profundo de mi ser.
Un relámpago.
"Asterius... Ese es mi nombre".
— Fin del Capítulo —
Bueno, como pasa el tiempo jajaja.
Perdón por la tardanza, en serio que en un parpadeo había pasado tanto tiempo.
Bueno, cosas por comentar.
♦Mi forma de escritura cambio pero espero que se haya entendido todo.
♦Intentaré saltarme lo que ya se vio en el anime pero lastimosamente si no lo agrego no se entenderá la historia jajsjajs.
♦Con lo del Bete es guion y a la vez no, ya que en SO sucede cierta cosa pero intentaré no meter mucho de SO, aunque algunas cosas serán necesarias.
♦Me encanta Aiz de mi historia pero la verdad creo que la hice exageradamente dulce, era muy inexperto cuando cree el fic, además está es mi primera historia. Peroo, curiosamente me encanta que se haya hecho de esta manera ya que creo que será mucho más significativo para los sucesos del futuro.
No sé cuántos sigan esperando la actualización de esta historia pero yo seguiré actualizándola jsjs.
Sé que no lo parece pero le tengo mucho cariño.
¡Gracias por darme un poco de tu tiempo y leer este fic, en serio lo agradezco! Si te gusto por favor deja tu voto o algún comentario, eso anima mucho a seguir escribiendo, sin más que decir muchas gracias por leer.
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