I

Como maldecía su suerte.

Katsuki Bakugo —un adolescente de 15 años, pelo rubio y ojos rojos que siempre anda con una expresión de enojo—, arrastraba una gran bolsa con su mano derecha... No, no era una bolsa; se trataba de un saco de dormir de color verde oscuro con líneas blancas y grises recorriendo sus costados, y en el interior de este se encontraba otro adolescente durmiendo plácidamente sin notar o tal vez sin importarle que el rubio lo esté arrastrando por la acera (las ruedas instaladas en la parte inferior del saco ayudaban a su locomoción).

La gente caminaba tranquila a su alrededor como si la extraña escena fuese cosa de todos los días. Tal vez porque lo era.

Finalmente, después de tres tediosas horas de arrastrar peso extra, Katsuki llegó a su destino.

—¡Despierta de una maldita vez, vago de mierda! —gritó causando que varios adolescentes se voltearan a ver al dúo mientras pensaban en lo raros que eran—. Dije, ¡Despierta de una maldita vez! —Lanzó una de sus explosiones al rostro pecoso del adormilado adolescente; lo que pareció despertarlo.

—Ahhhhh. —El pecoso salió de su cómodo saco de dormir y estiró sus adormilados miembros sin notar las extrañas y confundidas miradas dirigidas a su persona—. Buenos días... Kacchan— dijo entre bostezos y con solo uno de sus ojos esmeraldas abiertos del todo.

—¡Qué buenos días y qué nada! —gritó Katsuki— ¡Por tu culpa apenas y logramos llegar!

Y era cierto. Por culpa de la pereza del pecoso, Katsuki tuvo que no solo levantarse varias horas antes, sino que también realizar todo el trayecto a pie ya que no permiten sacos de dormir móviles en el metro. ¡Tres putas horas cargando a un inútil dormilón! A veces lamentaba ser amigo de Midoriya Izuku.

—Pero llegamos —dijo Izuku de forma optimista, aunque su voz aún sonaba perezosa.

Una vena sobresalió de la frente de Katsuki al escuchar la declaración de Izuku. Apretó uno de sus puños deseoso de golpearlo, pero se les estaba haciendo tarde por lo que lo pospuso para más tarde.

—Solo vamos. Ya va a comenzar la introducción.

Con un asentimiento perezoso del pecoso, ambos entraron por una gran entrada donde se ubicaban dos grandes siglas: UA.

Tardaron más de lo esperado ya que a medio camino Izuku cayó dormido al suelo alarmando a todas las personas a su alrededor que corrieron en su auxilio desplazando a Katsuki en el proceso; estuvieron unos minutos hasta que el rubio se abrió paso entre la multitud y le propinó una explosión (más grande que la anterior) en la cara al pecoso para asombro y terror de los presentes que creyeron que era un loco que trataba de matarlo. Izuku despertó con su cara chamuscada y su cabello verde oscuro en punta justo a tiempo para evitar que unos profesores se llevasen a Katsuki a la estación de policía más cercana. En serio: ¿Por qué Katsuki era amigo de Izuku si lo metía en tantos problemas? Ni el mismo lo sabía, pero ya se había acostumbrado a ese estilo de vida, aunque jamás lo admitiría.

Ahora ambos se encontraban sentados en sus respectivos asientos —siendo Katsuki detrás de Izuku— mientras esperaban al héroe profesional que daría la introducción a los nuevos aspirantes. Katsuki trataba de despertar al cabello de brócoli moviéndolo en su sitio mientras trataba de ignorar la mirada penetrante que le estaba dando uno de los profesores; el rubio tuvo suerte de que no se le prohibiese hacer el examen para entrar en una de las mejores academias para preparar héroes profesionales del mundo o para cualquier otra academia por haber usado su quirk en contra de otro aspirante. Fue gracias a la vaga explicación que Izuku dio antes de volver a dormirse que esto sucedió, pero para asegurarse uno de los profesores los guío mientras cargaba el saco de dormir de Izuku en uno de sus hombros y al susodicho en el otro, y se mantendría con ellos hasta el comienzo de las pruebas. Katsuki, como de costumbre, maldecía el día en el que conoció a Midoriya Izuku.

Las luces de la sala se apagaron a excepción de aquellas que daban a la gran plataforma de donde emergió un hombre con un gran penacho rubio de cacatúa, un pequeño bigote negro y una radiante sonrisa; vestía con pantalón y chaqueta de motociclista, unas botas negras, un aparato que se asemejaba a un parlante colgado en su cuello y unas gafas de sol que impedían ver sus ojos celestes claros. El hombre se presentó como el héroe Present Mic con un saludo que casi deja sordo a más de la mitad de los aspirantes que se encontraban en la sala.

Present Mic explicaba en qué consistía el examen práctico mientras la pantalla detrás de él ilustraba su explicación. Debían derribar robots que tenían un puntaje fijo según su dificultad. Y eso fue todo lo que Izuku escuchó antes de caer en los brazos de Morfeo sin presenciar como un aspirante alto y de cabello azul se levantaba de su sitio...

—... ¡Y tú! —El aspirante de cabello azul y gafas señalo acusadoramente al durmiente pecoso que apenas y lo había oído a pesar de su levantamiento de voz—. ¡Dormirse en medio de la explicación es una enorme falta de respeto al profesor encargado y a todos los presentes en esta sala! —Izuku volteó la cabeza con una expresión aburrida en dirección del otro adolescente. Katsuki solo veía, sabiendo que el extra de gafas solo gastaba saliva inútilmente— ¡La UA es una de las academias más prestigiosas del mundo en la formación de futuros héroes!¡Si vienes a jugar es mejor que te marches de este lugar!

Izuku miró confundido al de cabello azul. Sus ojeras colgaban como grandes bolsas de supermercado de sus cansados párpados. Luego de un bostezo, preguntó:

—¿Dijiste algo?

Aunque sinceras sus palabras, el de gafas no se lo tomó muy bien pero antes de que pudiese replicar Present Mic le pidió que se sentase y procedió a explicar sobre el cuarto robot —el cero puntos—, y luego de que sugiriera evitar enfrentarlo, dio inicio al examen escrito.

Y a pesar de lo que muchos pensaban al ver como el pecoso al instante de empezar el examen tomó una siesta, él aprobó con una puntuación de 98 puntos de 100 disponibles, aunque los resultados no se harían públicos hasta dentro de dos semanas (tiempo en el que se le dan las buenas o malas noticias a los aspirantes sobre su ingreso a la UA). Vaya sorpresa se llevarían si supieran que el más holgazán también es el más listo de su generación.

Izuku, después de cambiarse a unas ropas más cómodas para moverse libremente, se dirigió al campo de entrenamiento dónde se llevaría a cabo el examen físico. A Katsuki le tocó en un campo de entrenamiento diferente al de él; no sabía si era bueno o malo.

"Bueno, da igual —pensó mientras bostezaba—. Mientras más rápido haga esto, más rápido podré dormir". Dio un vistazo general a los demás adolescentes que aspiraban entrar a la UA. "¿Por qué me ven de esa manera?", se preguntó.

La mayoría lo veía de mala manera (en especial un chico con cabello azul) e Izuku se preguntaba por qué. ¿Quizás hizo algo malo? Eso era imposible: solo tomó un par de siestas; nada fuera de lo común. Bueno, no tenía importancia; debía enfocarse en pasar el examen. Tan solo esperaba tener suficiente energía para hacerlo y no dormirse en medio de una horda de robots.

Eso fue lo que sucedió. Luego de que Present Mic diese comienzo el examen escrito y los regañase por esperar una cuenta regresiva, todos los aspirantes entraron en tropel —a intentar ingresar en la mejor academia de héroes de Japón— siendo Izuku el último. La mayoría se preguntaba si en verdad se lo tomaba en serio al ver como el pecoso caminaba lentamente mientras bostezaba como si no le importase en lo más mínimo ingresar a la UA.

Izuku caminaba en busca de algunos robots mientras veía algunas explosiones a la distancia y a varios adolescentes que pasaban junto a él usando sus quirks. Pudo distinguir a una chica con un corte de honguito y cabello castaño que destruía robots elevándolos al tocarlos para luego hacer que cayeran desde una gran altura destrozándolos en el proceso; también pudo ver a un chico rubio que disparaba láseres por su ombligo y que por alguna razón no paraba de alardear de su brillantez. Oh, y también vio como el chico de cabello azul destruía robots con patadas súper fuertes para luego desplazarse a una gran velocidad en busca de otro. Se preguntaba si ellos serían sus compañeros, pero primero debía aprobar y él era el único con cero puntos.

—Creo que ya es hora de empezar. —Pequeños rayos se manifestaron a su alrededor que rápidamente fueron absorbidos por su cuerpo y su piel adquirió un tono rojizo—. It's show time.

Un robot de dos puntos apareció en la intersección de una calle a unos metros del pecoso y se abalanzó en contra de este. Los labios de Izuku se curvaron hacia arriba.

En un momento se encontraba detrás del robot con su cabeza cercenada en su palma derecha. Izuku se marchó del lugar sin ver como el robot explotaba. Necesitaba muchos puntos para ingresar y el tiempo disminuía rápidamente al igual que los robots; la tenía difícil. La emoción invadió su cuerpo; esto era demasiado divertido.

Izuku se encontraba recostado en la azotea de un edificio contemplando las nubes. Tan pacifico: a veces deseaba ser una nube que se movía lentamente con las corrientes de viento y era libre en lo alto del firmamento. Una mariposa reposaba en su nariz tranquilamente. El sueño invadía lentamente todo su ser; emplear tanta energía en tan poco tiempo fue contraproducente con su cuerpo, pero al menos ahora tenía más que suficientes puntos para pasar (contó unos 54 o 55 puntos más o menos) y ahora se dedicaba a tratar de recuperar un poco de la energía gastada en destruir robots.

Tan solo le había tomado unos tres minutos en obtener una gran cantidad de puntos. Los demás aspirantes se quedaron con la boca hasta el piso al ver su destreza, fuerza y velocidad. ¿Acaso él era el chico que se la pasó durmiendo toda la introducción y armó una escena junto a un rubio en la entrada de la academia? Incluso los profesores que observaban todo en una sala de cámaras quedaron impresionados.

Izuku no aguantó más y se durmió.

Una gran explosión lo despertó. Por un momento pensó de que se trataba de Katsuki pero luego cayó en cuenta en que seguía en el examen por lo que eso era imposible. Escuchó el derrumbe de un edificio a lo lejos.

"Ahora, ¿qué pasa?"

Al abrir los ojos se encontró con que estaba rodeado de robots de dos y tres puntos que estaban listos para atacar.

—Mierda, justo ahora —musitó—. Ya no me quedan energías.

A lo lejos pudo observar a la heroína novata Mt Lady usando su quirk —que le permite volverse una gigante—, contra el cero puntos (que le doblaba el tamaño fácilmente) y con ayuda de otros héroes pudieron detener al enorme robot. Luego se enteraría que el robot tuvo una falla técnica por lo que se volvió loco y que, si no fuera por la UA que contrato héroes profesionales para asegurarse de la salud de los aspirantes, una chica hubiera muerto ese día.

Justo cuando la horda de robots se disponía a atacar al pecoso, una alarma sonó en todos los campos de entrenamiento indicando la finalización del examen físico; los robots se detuvieron al instante para su alivio.

—Por poco y no la cuento —dijo suspirando. Dirigió su vista hacia donde se encontraban reunido varios héroes profesionales—. Me pregunto qué habrá pasado —Se encogió en hombros—. Bueno, da igual. Tengo que ir con Kacchan.

Y sin más se dirigió hacia donde se encontraba su amigo; después de todo, no podía irse sin su medio de transporte.

***

—Deku, ¿estás despierto? —preguntó Katsuki.

El rubio arrastraba al pecoso dentro de la bolsa de dormir con ruedas incluidas. Las pruebas ya habían finalizado y les habían notificado que dentro de dos semanas llegarían los resultados de ambos exámenes.

La respuesta del chico de cabello verdoso fue un ronquido.

Katsuki suspiró y sin más continuo su camino: primero dejaría al pecoso en su casa para luego marcharse a la suya a descansar un poco.

—Hola, okaa-san~ —saludó Izuku cuando ingresó a la residencia Midoriya siendo arrastrado por su amigo rubio.

—Oh. ¡Hola, sochi! —Inko Midoriya, la madre de Izuku, salió de la cocina a recibir a su hijo y a su amigo con una sonrisa—. Hola a ti también, Katsu-chan —dijo con una sonrisa amable.

Eso fastidio al rubio, pero supo ocultarlo bien. Le fastidiaba ese apodo que le había puesto su "tía" pero no podía decirle nada; la respetaba mucho como para hacerlo. Además, si su madre se enterase que había ofendido a su "tía" ... Un escalofrió recorrió su cuerpo; él no tentaría su suerte porque estaba seguro que era mala, muy mala idea hacerlo.

—Buenas tardes, tía Inko —correspondió el saludo lo más amable que pudo conteniendo las ganas de golpearse a sí mismo.

—Gracias de nuevo por hacer esto por Izuku-chan.

—No se preocupe. Después de todo no puedo dejar a ese vago solo; quién sabe lo que podría pasarle —dijo con una sonrisa que compartió con la Midoriya—. Bueno, yo me retiró. Adiós; tía Inko, Deku.

Izuku roncó.

—Nos vemos, Katsu-chan —dijo Inko.

Y sin más, Kastuki se marchó de la residencia de los Midoriya hacia su propio hogar. Inko, por su parte, se dirigió a la cocina a continuar preparando la cena no sin antes decirle a Izuku que vaya a tomarse una ducha porque estaba apestando.

Izuku bostezó.

—Está bien, okaa-san~.

***

Dos semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. O al menos para Izuku que la mayor parte del tiempo se la paso durmiendo o contemplando las nubes.

—¡Izuku! —El pecoso escuchó el llamado de su madre viniendo de la escalera— ¡Correo!

Y solo esa palabra fue suficiente para hacer que Izuku se levante de su cómoda cama y bajase por la escalera. Estaba seguro que había ingresado, pero igualmente se encontraba un poco nervioso.

Izuku tomó el sobre de las manos de su madre y fue a su habitación a leer su contenido. Inko solo lo vio irse, sabiendo que su pequeño había ingresado; su instinto de madre se lo decía.

El pecoso abrió el sobre y de él cayó un objeto metálico de forma circular. Cuando tocó el suelo, un holograma se proyectó en la habitación.

—¿Eraserhead? —se preguntó al ver la imagen del héroe borrador ser proyectada.

El héroe profesional iba vestido con un traje formal y tenía el cabello recogido. Era una imagen que no combinaba para nada con sus ojos rojos, ojeras permanentes, su barba crecida de un par de días y su expresión cansada y aburrida. El holograma empezó a reproducirse.

—Midoriya Izuku, debo decir que nos has impresionado —dijo con una voz cansada—. En tu examen escrito obtuviste la mayor puntuación siendo esta de 98 puntos sobre 100 disponibles. En cuanto a tu desempeño en el examen práctico; tu puntaje fue de 55 puntos dándote un total de 153 puntos...

Las estadísticas se proyectaron a un lado de Eraserhead al igual que sus acciones durante el examen físico (incluso la parte en la que se la pasó durmiendo en la azotea de un edificio).

"Eso significa que...", pensó Izuku con emoción y expectativa.

—... Más que suficiente para entrar en la UA. Felicidades —dijo el héroe—. Bienvenido. Esta es tu academia de héroes.

El holograma finalizó y la habitación volvió a estar oscura.

Los labios de Izuku se curvaron hacia arriba.

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¿Continuar alguno de mis otros fics?

Ja. Historia nueva porque sí.

Bueno, al fin vuelvo a publicar algo y quería que fuera un fic nuevo.

También quería avisar que a partir de ahora estaré siendo más activo en la plataforma.

Eso sería todo. Se despide su sensual autor de dudosa orientación sexual.

Bye, bye. ¡Nos vemos!

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