Trailer 3: El Ascenso
Hola a todos! Aquí estoy devuelta para la actualización de este fic de Nathaniel. Después de más de un año de espera por fin se ha terminado el Trailer que mi maestro con tanto esfuerzo y percances ha podido terminarlo.
Aquí les presento el tercer trailer sobre el entrenamiento de Nathaniel con su maestro y su ascenso.
Todos los créditos le pertenecen a mi maestro ElMaestroMilenario (esta es su segunda cuenta) quien creó y planificó todo el último Trailer
Sin más que decir...que empiece el tercer Trailer!
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—Maestro, ¿usted tiene aliados?.
Ante la pregunta de su alumno, su maestro dejó de leer el libro que tenía en su mano y le respondió.
—No.
—¿En serio? ¿Por qué no? ¿No sería mejor tener aliados que...?.
—No, no y no —lo interrumpió de manera brusca—. Considero las alianzas como nada más que algo que usan las ratas para luego tratar de apuñalarte por la espalda.
Ante esa respuesta brusca, el Shadow se quedó en silencio unos segundos, hasta que volvió a hablar.
—Maestro, no exagere, ¿no tiene tan si quiera una? ¿Ni siquiera un amigo?.
—... Hmm, eso es diferente, verás, solo doce fueron los quienes califique como mejores amigos, no aliados, no somos aliados, sino amigos y eso es una gran diferencia lo veo yo, porque la amistad no es nada político. A diferencia de mi yo original que es solitista, los otros y yo apreciamos una amistad, supongo que puedes decir que de verdad somos su opuesto en ese aspecto. Mis amigos... lamentablemente, uno murió y dudo que vuelva, aunque tal vez en el futuro lejano resucite, pero en mi opinión esta muerto definitivamente. Tres me apuñalaron por la espalda, no literalmente, solo se fueron sin ninguna explicación y los otros... –suspira– son tres los únicos que aún mantengo el contacto y pasamos el rato, el otro es muy poco... poco hablador y es algo peculiar... tenía otros cuatro más pero no sé si están vivos realmente, pasaron eones desde la última vez que vi a uno.
Tal parece que su Maestro no tenía mucha suerte con las amistades, aunque era un logro ver que tenía bastantes, sabiendo como es y entonces, ¿qué opinaba de él?.
—Maestro, ¿y qué hay de mí?.
—Hmmmmmm no sé qué calificarte.
Nathaniel suspiro un poco triste.
—Pero... si te sirve de consuelo, me caes bien.
El Shadow sonríe satisfecho, sabiendo como es su Maestro, eso es un gran logro.
***
La ciudad estaba en ruinas, solo caminando Nathaniel y la chica Demonio que lo había dejado en coma un mes.
Todo estaba en oscuridad que solo aquellos con visión nocturna podían ver o los que se adaptan en aquellos ambientes.
—El Caos se puede usar de mucha maneras, tu puedes usarlo pero si te pones a pensarlo, no es nada comparado con aquellos que tienen un control propio de él, hay dos maneras de usarlo. La primera, es cuando el individuo es cuestión es un demente malevolo que corrompe todo y vuelve todo un revoltijo, ese sería el resumen más rápido. El segundo, son quiénes no tienen emociones y sin embargo, pueden usarlo de la misma manera como los primeros —lo mira—. Pero tu Nathaniel, trataste de usarlo aquella vez contra mi y ya ves como acabó.
El pelinegro gruñó ante eso mientras se tocaba la frente, un dolor agudo lo golpeó, como un mal recuerdo que amenazara a salir nuevamente pero en esta ocasión es solo un dolor que regresa en aquellas cicatrices, claro que no se ven pero si que están grabadas en todo su ser.
—No puedes usar “eso” contra alguien que es la reencarnación de eso, ¿me explico? Y dejarme decirte que hay muchos monstruos haya fuera que te dejarían sin aliento... en aquella ocasión solo te “anulé”, no hice nada más que eso, si quieres subir de nivel en ese aspecto, puedes hacerlo, pero te advierto que tu mente se hará añicos lentamente, así que piensalo bien —dijo calmadamente haciendo que el shadow se detuviera y ella siguiera avanzando un poco, pero se detuvo—. Eres más humano de lo que crees, caso curioso pues vienes de dos entes cósmicos, puede que subas a los siguientes niveles sin que tu mente se pierda... pero eso ya depende de muchas cosas, es complicado —se voltea mientras le sonríe amablemente—. Te enseñaré si quieres.
Dicho eso se volteó y siguió caminando.
«En verdad es impredecible... un día me quiere matar y al otro me ofrece enseñarme al manejar el Caos...», pensó Nathaniel con seriedad para luego comenzar a seguirla.
Para el pelinegro no tenía sentido las acciones de esa mujer. Primero él le regresa la paliza que le dió, sin embargo cuando la iba a matar, de repente se levantó y atrapó su puño de forma simple, luego como toda una psicópata le sonríe de forma sanguinaria y le dió un putiza peor que la anterior, dejándolo inconsciente por cuatro meses. Segundo, después de aquello, ella; como si fuera una colegiala inocente lo buscó, le habló amablemente y con inocencia, ofreciéndole entrenarlo para manejar el poder del Caos, shockeado y todo, obviamente se había negado pero ella lo secuestró. Y eso lleva a lo tercero, no sabía si aprovechar este momento para estrangularla o aprovecharlo, sinceramente para entrenar ¿qué tenía esa mujer en la cabeza?.
«En verdad quisiera saber con toda sinceridad ¡¿qué tiene en esa cabeza?!» fue su pensamiento de frustración mientras suspiraba.
***
En frente de Nathaniel, estaba aquel Demonio de cabello carmesí.
Ambos estaban en un planeta desavitado.
El Shadow llevaba su Gi de pelea habitual.
Mientras el Demonio del cabello carmesí, solo usaba unos pantalones negros ajustados con zapatos de vestir negros, no llevaba nada del torso para arriba dejando al descubierto su cuerpo musculoso bien marcado con cicatrices que lo cubrían, sobre todo una grande en su pectoral izquierdo que parecía ser de una gran espada. Su cabello carmesí desordenado llegaba hasta el hombro y tenía algo de barba, pero no exageradamente.
—En esta ocasión, niño, te enseñaré unas cuantas cosas, siguiendo la guía de entrenamiento de Él, pero a mi manera.
—Claro, señor Haise —El Shadow asintió—. Me sigo preguntando ¿cuándo fue el momento en que me hice tu estudiante?.
—En el momento que nos conocimos —se encogió de hombros—. Él te dejo conmigo en ese momento, ¿recuerdas?.
—Si... ya me había parecido extraño —contestó Nathaniel suspirando. Su Maestro siempre planeaba por adelantado.
—Comencemos. ¿Qué opinas de los seres que pueden ver el futuro? —pregunto el peli rojo mientras se cruzaba de brazos.
—Hmmmm —con una mano en barbilla se lo pensó unos minutos—. Bueno, no sabría decirlo... difíciles de vencer e incluso imposible ¿cómo se vence a alguien que ve todo tu futuro? ¿cómo se vence a alguien qué siempre ve cada movimiento tuyo antes que si quiera intentar tomar la postura de combate?.
—Buenas preguntas, literalmente la respuesta seria que es imposible vencerlos... no obstante, eso solo es para aquéllos que se han rendido y no han comenzado el camino para ser los más fuertes —lo señala con el dedo índice—. Tu Maestro me dejó a cargo de tu entrenamiento a mi —suspiro mientras hacía parecer de quien sabe donde una hoja en su mano izquierda, para luego verla—. He de decir que esto es más tortura que entrenamiento y eso que no está de mal humor, de hecho esta de muy buen humor... así que... me apiado de ti.
El Shadow se estremeció, su Maestro era torturador por naturaleza y sabía que sin hacer gran cosa, podía generar dolor, agonía y desesperación a cualquiera que tuviera una charla con él, eso claro dependería de su estado de ánimo. De hecho es por esa razón que no le hizo otra petición de dejarlo pelear con otros seres, se había irritado un poco por pedirle que lo dejara pelear con Malvazoa, por lo cual el castigo fue brutal, casi moría de forma permanente... ¡Jamás haría enfadar a su Maestro!. Aunque por palabras de su Maestro, solo lo irritó nada más, no era la gran cosa y que todavía no la había visto verdaderamente molesto.
Tragó saliva al solo imaginárselo verdaderamente molesto.
—Retomando el tema de ver el futuro —guardó la hoja que había doblado en su bolsillo izquierdo—. Tengo más de mil formas de lidiar con ese molesto poder. Por lo general deberías aprender esos métodos tú solo, pero morirías en el proceso.
—Hmmm, no creo que muera, soy inmortal y además me adapto rápido a mi oponente.
—Si, vi todos esos “ejercicios” que tu Maestro te dio, pero eso solo son ejercicios básicos. Si te hubieras enfrentado a los monstruos de haya afuera, los cuales no dudarían en matarte definitivamente sin dejarte tiempo a que puedas usar contramedidas, hubieras dejado viudas a tus esposas —sonrió amargadamente—. Por lo tanto, el Creador si bien te ha dejado al borde de la Muerte no te ha enviado (por ahora) a aquellos que puedan matar a inmortales, debo decirlo, él a sido muy muy blando contigo, lo cual es raro.
El Shadow casi le daba un ataque cardíaco ¿Ejercicios? ¿apenas ese entrenamiento eran ejercicios? ¿no lo había mandado con los que pueden matarlo de verdad porqué estaba siendo blando con él? ¿blando? ¿su Maestro blando? Esto tenía que ser una broma...
«Ahora que lo pienso... el rompecabezas comienza a encajar, he sobrevivido a esta ahora porqué Él así lo quiere... entonces, eso significa que... Oh por el Presence, el Maestro es más malvado de que lo pensé», pensó Nathaniel sad mientras sentía que sus ánimos bajaban.
—No te pongas así, si te ha dejado vivo es por que ve algo en ti, no sé que sera pero debe de ser bueno considerado que sigues vivo y además has pasado con éxito sus entrenamientos, así que yo diría que es que has progresado mucho.
Eso animó al Shadow, su Maestro vio algo en él, no sabía que era, pero se mantendría siempre así y estaba más animado al escuchar también que sus otros entrenamientos no fueron inútiles, que incluso progresó bastante lo contentaba.
—Ahora regresando a donde nos quedamos... si bien tengo más de mil formas de lidiar con ese poder, te enseñaré tres formas que son las efectivas.
—¡Genial! —exclamo el Shadow emocionado.
Haise negó con la cabeza por el entusiasmo del Shadow mientras se quitaba los zapatos junto a la medias y los lanzaba a quién sabe dónde.
Luego de eso tomó su postura de pie de “gato”. El Shadow en ese momento sintió una alarma de extremo peligro, sus instintos que fueron forjados gracias a los “ejercicios” de su Maestro le han servido para identificar el peligro extremo, fueron estos quienes le advirtieron cuando vieron a la Verdadera Demonio por primera vez, en ese momento no comprendía que pasaba pero ahora que sabe como usarlos mejor, ya le pueden avisar de cualquier peligro inminente y en este momento le decían que estaba en peligro.
«Esa postura...»
—[¡Nathaniel en guardia y has exactamente lo que diga si quieres estar de pie!] —exclamo Aurelion en su mente.
El Shadow así lo hizo, cada vez que su Maestro lo mandaba a un lugar peligroso en general siempre colocaba a sus hermanos en su mente si posibilidad de sacarlos incluso si él quería que salieron, a palabras de su Maestro es para que “esos vagos hagan algo útil”.
En los antebrazos de Haise aparecieron unas marcas extrañas que brillaban de color amarillo.
—Con esto he suprimido lo más que he podido mi poder, reduciéndolo lo suficiente como para que sobrevivas —explicó mientras levantaba su brazo hacia arriba—. Así que no tienes nada de que preocuparte. Solo usaré fuerza bruta, un poco de velocidad y algo de Karate, apuesto a que Aurelion lo reconoció con solo mi postura.
Nathaniel aunque quiso creerle, su cuerpo no dejaba de decirle que estaba ante un peligro inminente, no dejaba de sudar.
«A pesar de que dice eso... yo veo más...», pensó el Shadow que juraba ver detrás del peli rojo un gigante de oscuridad musculoso y el cual con sus ojos brillando de color morado lo miraba directamente a los ojos.
—[¡Nathaniel, muévete a la derecha ahora!] —gritó Aurelion en su mente y sin dudar el joven Nath se movió rápidamente en el justo cuándo el Demonio de cabello carmesí descendía su brazo derecho a una velocidad normal, hasta tocar el suelo con la punta de su dedo.
*Temblor*
*Temblor*
Nathaniel tragó saliva mientras veía que el suelo donde estaba antes había una gran línea de corte limpio perfectamente e iba rectó sin detenerse.
Pero eso no era lo que más le preocupaba, no, su Maestro le había enseñado volverse uno con el universo, todo el espacio-tiempo para así “sentir” lo que sentía el universo y él se había conectado en ese momento sabiendo lo que descubriría era aterrador. El universo “gemía de dolor”, él lo veía claramente, pasado, su presente y futuro, todo el espacio tiempo estaban cortados a la mitad limpiamente entre las dimensiones, pero no solo ese universo no señor, veía que también estaba cortados cientos de universos en el proceso abriéndose puentes dimensionales en todos ellos generando desastres apocalípticos.
—Imposible... ¿solo con fuerza física? No usó una espada ni siquiera un cuchillo —susurró el Shadow nervioso, no sentía poder demoníaco, ni Touki nada de nada, estaba seguro que solo uso su fuerza normal y corriente.
—Ponte en guardia chico, esto ni siquiera es un saludo.
Nathaniel volteó a verlo.
—Te permitiré que uses todas tus armas, técnicas, habilidades y tus dos transformaciones —proclamó mientras volvía a tomar su postura inicial—. No te contengas, porque tú Maestro me dejó estas palabras “Aplastalo, sin piedad”.
«¡¡Maestro malvado!!», pensó el Shadow sad mientras invoca su fiel espada
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Un año después.
Los ejercicios fueron infernales, todo un año sin parar, bueno, solo 1 segundo de descanso.
Y podía verse como el planeta estaba destrozado, con grandes hoyos y cortes en la superficie. De hecho se veía la lava salir.
Ahora en la superficie se veía a los dos pelear, si se le puede llamar pelear a lo que estaba sucediendo.
Nathaniel estaba de rodillas, toda su ropa estaba destrozada, apenas quedando su pantalón que ya parecía un short. Todo su cuerpo estaba herido pero las heridas iban sanando lentamente.
En su mano derecha llevaba su Katana partida a la mitad, no muy lejos de donde está, todas sus armas estaban destruidas e incluso su reloj Onnimatrix.
«Que bestia... uso todo mi arsenal y como si fuera cristal quedó inservible... pero no creí que el Onnimatrix fuera destruido... no entiendo ¿cómo no destruyó el multiverso?... —se quedó pensando viendo el suelo, hasta que recordó—. Ah... si, absorbió su poder cuando lo destruyó... No sé qué más hacer... mis transformaciones no sirvieron tampoco... piensa, piensa, piensa...». eran los pensamientos del Shadow con frustración.
Nathaniel levanto la cabeza, viendo como el peli rojo se acercaba lentamente hacia él.
«No puedo alcanzarlo», pensó Nathaniel, lleno de frustración y enojo... ¡No cuando sabe dónde voy a golpear antes que yo mismo!.
Haise estaba viendo el futuro en su último Raund, está era la última forma de poder obtener la capacidad de contrarrestar dicho poder molesto... lo cual... no a podido lograrlo.
Nathaniel se detuvo.
«Antes que yo...»
Haise se situó en un lugar cerca del centro, entonces piso fuerte el piso quebrando el suelo entero, con la neblina desparramándose en su mano, la mandíbula firme y los ojos oscuros.
«Sabe dónde voy a golpear antes que yo»
Nathaniel alzó la Yamasword rota. La sangre le manaba de la cara y el costado, los redobles resonaban ensordecedores en su cabeza. La neblina le llegaba casi a la barbilla.
Puso la mente en blanco. No planeó un ataque. No reaccionó a Haise cuando él echó a “correr” hacia él con su mano que parecía una daga. Aflojó los músculos y cerró los ojos, escuchando sus pasos. Sintió la nieve alzarse a su alrededor, agitada por la llegada del peli rojo.
Abrió los ojos. Él blandió su mano como si hubiera sido una daga; Nathaniel se preparó para atacar, pero no pensó en el siguiente golpe: simplemente, dejó que su cuerpo reaccionara.
Y observó a Haise con mucha, mucha atención.
Él se movió ligerísimamente a la izquierda, elevando la mano abierta como para agarrar algo.
«¡Ahí!», pensó el Shadow, volviéndose de inmediato a un lado, desviando su ataque instintivo de su trayectoria natural. Torció el brazo, y la Yamasword a mitad del golpe.
Estaba a punto de atacar por la izquierda, como la visión futura de Haise había anticipado.
Pero, al reaccionar, Haise le había mostrado lo que iba a hacer. Permitirle ver el futuro. Y, si podía verlo, podía cambiarlo.
Se encontraron. La mano de Haise la alcanzó en el hombro. Pero la hoja rota de Nathaniel lo alcanzó en el cuello. Su mano izquierda se cerró en el aire, agarrando una sombra que debería haberle dicho dónde estaría el brazo de él.
Haise sonrió y al siguiente instante el resto de la hoja del peli negro se quebró y explotó en pequeños pedazos, dejándolo en shock.
«Ahora si... estoy acabado...», pensó desanimado al ver este terrible final.
Pero...
—Haha, bien terminamos con eso —dijo Haise con entusiasmo dándole palmaditas en el hombro—. Por fin entendiste.
El Shadow no lograba entender lo sucedido.
—Recuerda, que el entrenamiento originalmente era para que pudieras contrarrestar la visión futura —sonríe de forma irónica—. Con eso dicho, también sirvió para que aprendieras otras cosas que seguramente no entiendes ahora pero lo harás eventualmente —dió media vuelta, comenzó a caminar mientras metía las manos en los bolsillos del pantalón—. Luego te arreglo tus armas, por ahora descansa.
Dicho eso el pelirojo despareció en un parpadeo.
El Shadow quedó en silencio, en la misma posición de ataque, tratando de entender lo sucedido.
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El Shadow estaba sentado con las piernas extendidas y sus brazos sosteniendo su torso en la orilla de un lago y al lado de él estaba Grayfia también sentada con las piernas cruzadas sonriendo viendo el agua.
Nathaniel ya estaba curado pero no se había cambiado de ropa, por lo que seguía con su pantalón-short.
—Ya lo entendiste por fin, ¿eh?.
—Si... un año entero de palizas, agregando que perdí la cuenta las veces que morí, todas mis armas destruidas y solo dos segundos de descanso... —decía con sarcasmo mientras suspiraba—. No lo había pensado seriamente, solo me concentre en sobrevivir y perdí la vista del objetivo.
La peliplata se rió por eso.
—Por eso Otou-san te predominaba para que aprendieras que no es algo fácil de descubrir, solo fue entrenamiento, si hubiera sido una batalla real, ya estarías tres metros bajo tierra —dijo calmadamente para luego voltear a verlo—. Otou-san siempre ha dicho que siempre va a ver agujeros en las habilidades de alguien, siempre, incluso las e él mismo... lo mejor que puedes hacer es rellenar esos huecos sabiendo que están ahí pero sin dejar que tu enemigo se de cuenta de aquéllos huecos.
Ante lo dicho por su mejor amiga, no lo negaría, ya que descubrió las tres formas de contrarrestar la visión futura, la más fácil de las tres... es... El Nathaniel de la visión se había dividido en el último momento. Dos Nathaniels distintos, dos posibilidades. Él había atacado al Shadow equivocado. Nathaniel lo había engañado o mejor dicho, había engañado el futuro, como dice un viejo dicho “el futuro no está escrito”
—¿Cómo, Nathaniel? ¿qué existe exactamente?.
—Es algo bastante sencillo, de hecho.
—Entonces, ¿cómo?.
—Tener visión futura tiene una pega. Te permite ver el futuro.
—Eso... no me parece una pega, Nathaniel.
Grayfia rió animada.
—Cuando alguien ve unos instantes del futuro... y puedes cambiar lo que sucederá en ese futuro. Puedes atrapar una flecha que debería haber seguido volando. Puedes esquivar un golpe que debería haberte matado. Y puedes apartarte
para bloquear un ataque antes de que se produzca.
Grayfia no dijo nada, dejó que Shadow siguiera.
—Me mostró lo que yo iba a hacer —dijo Nathaniel—. Yo no podía cambiar el futuro, pero el señor Haise sí. Al reaccionar a mi ataque antes incluso de que yo supiera lo que iba a hacer, me mostró sin quererlo el futuro. Reaccioné contra él, y el señor Haise trató de bloquear un golpe que nunca fue. Eso me permitió contraatacar.
—Nath... —susurró Grayfia—. Eso es brillante.
—¡Estoy seguro de que no soy el primero a lo que se le ha ocurrido! —dijo Nathaniel, cansado—. Pero no es el tipo de secreto que se comparte. De todas formas, logré pasar y aprendí nuevas habilidades.
La peliplata asintió satisfecha con la respuesta su amigo, se levantó y se fue a una dirección en especifico, donde se encontraba una cabaña algo grande.
El Shadow se quedó viendo como aquellas nalgas se movían, ya sabía a estas alturas que ella lo provocaba y más obvio era cuando ella movía su cola de Demonio.
—Que mujer.
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En el Reino de la nada, había “algo” ahí, pero no era perteneciente de aquel lugar, era más bien algo que ni por asomo debería de estar, por lo tanto era obvio que alguien colocó eso ahí.
Lo que había era una plataforma de combate, como la de los torneos de Artes marciales antiguos.
Y dicha plataforma había tres individuos. Uno era Nathaniel y su actual Maestro, Haise.
El otro era un joven de unos 20 años, tiene la piel como porcelana con una complexión delgada y atlética, ojos rojos carmesí y cabello de color escarlata que siempre usa como una cola de caballo desordenada que se extiende hasta la mitad de la espalda. Viste un abrigo negro que está adornado con adornos y borlas dorados, que terminan con ribetes de piel de ébano, y usa pantalones negros que están adornados con cadenas en su muslo derecho, mientras que su Visión se establece en su muslo izquierdo. Él también usa guantes, que son negros en la parte superior, mientras que la parte inferior está teñida de rojo.
El pelinegro estaba al lado izquierdo de la plataforma y el peli rojo estaba en el lado derecho.
—Diluc —nombró el Shadow.
—Nathaniel —dijo el pelirojo inexpresivo.
Ambos se miraban sin decir nada porque era innecesario en este momento.
—Bien, es el momento —habló Haise con diversión—. Solo combate cuerpo a cuerpo, nada de armas blancas, cualquier habilidad y técnica está permitido... como ambos están en un punto de que es difícil de que mueran, no se contengan en nada y pueden ser tan brutales como quieran —dijo el pelirojo sonriendo.
Sin mediar palabra, ambos se colocaron en posición de combate listos.
—¡Comiencen!.
Los dos desaparecieron en un parpadeo y aparecieron en el medio de la plataforma, apretaron con fuerza sus respectivos puños y los chocaron.
Una onda de choque creó haciendo resbale toda la plataforma, agrietándose en el proceso por todas partes.
Eso obviamente solo era un saludo, lo siguiente sería una... tragedia.
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En el algún lugar del Multiverso.
El Shadow miraba con frialdad al Demonio sin tomarle mucha relevancia a su entorno.
El pelinegro exhaló un poco y dejo fluir su poder. Todos sintieron una fuerte presión por la liberación tan abrupta de poder.
—Uhg, ese es Nathaniel de verdad? —gruñó Saniel incrédulo y molesto.
Ahora si Nathaniel lo había superado, lo sentía por su aura, demasiado poderosa y para rematar sino hubiera vívido un infierno, hubiera sido afectado por aquella aura hostil. Era diferente a lo que ha sentido antes.
—Es impacte, ¿no?.. Imaginar que... Nathaniel llegaría... tan lejos.
Un comentario llegó a los oídos de Saniel, quién idéntico su voz inmediatamente, por lo que volteó hacia atrás para verlo.
—Aurelion... sigues vivo...
Su hermano mayor estaba siendo sostenido por Luxian. Ambos estaban graves, estaban empapados por su propia sangre y sus ropas apenas estaban lo suficientemente bien como para cubrirlos.
—Si no fuera por la intervención de Natha, ya lo estaríamos aquí.
—Tks, no pensé que la diferencia de nuestros poderes fuera tanta —dijo volviendo a ver a su hermano mayor y al enemigo—. Lo detesto.
Los tres vieron como el aura de su hermano se cambiaba a un negro negativo, a todos les pasó un escalofrío por la espalda al sentir su aura, si ya de por si Nathaniel usaba varias fuentes de energía diferentes, todas y cada una estaban corrompidas. Por eso la sintieron tan hostil.
El cabello de Nathaniel se volvió dorado platino y sus ojos eran de iris doradas con pupilas negras. Su musculatura había aumentado cuatro veces más.
El Demonio esperó pacientemente al Shadow, quería ver si Nathaniel podía darle una buena pelea, con los que luchó antes fueron todos una decepción.
El ambiente hostil alrededor del azabache se hizo más fuerte, logrando que los presentes quieran huir por tanta hostilidad proviniendo de una simple persona.
Sin pronunciar ninguna palabra, Nathaniel abalanzó hacia él. Sonriendo lo recibió con un puñetazo, de hecho ambos chocaron sus puños creando una onda de choque. Del choque de puños salían rayos de color morado por parte de Nathaniel y rojos por parte del Demonio.
La mirada que ambos tenían era tan diferente como el cielo y la tierra, mientras el Shadow tenía una mirada de odio, ira y sed de venganza y por otro lado el ser Demoníaco solo de diversión, arrogancia y unas ansias por pelear.
Y fin del trailer
Espero que les haya gustado a todos y me dicen en los comentarios qué tal les pareció.
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