✰ 31. UN PASEO POR LOS JARDINES

Algo en ti quiere volver
Y algo en mí te va a encontrar
Tú recuerdo no se va, no se va, no se va

No se va - Morat

12 de marzo.

Alicia y Celia habían desarrollado el hábito de salir las tardes, un día sí y un día no, a caminar por los Jardines del Turia. Desde su última confesión mutua, se habían propuesto pasar más tiempo juntas por dos motivos: Celia había descubierto que su hermana ya no era una niña y tenía opiniones tan válidas como las suyas propias, y Alicia ansiaba crear una relación entre las dos basada en la igualdad. Era su manera de demostrar que podía ayudarla tanto como había hecho Celia con ella durante los últimos dieciséis años.

Así que salían a caminar, vestidas en chándal y zapatillas de deporte, y aprovechaban para contarse cosas de la vida de cada una. La cuestión es que estaban más unidas que nunca y empezaban a verse la una a la otra como amigas además de hermanas.

—Quedan cuatro días para que empiece el Eras Tour —dijo Alicia dando saltitos sobre las baldosas del jardín. Tanto ella como Celia eran grandes admiradoras de la música de Taylor Swift—. ¡Qué ganas tengo!

—Si el tour es en Estados Unidos.

—Ya, pero Tiktok se va a llenar de vídeos del concierto y me pienso tirar horas frente al móvil viendo sus actuaciones —respondió impasible la pequeña—. ¡Dios, lo que daría por estar allí! Bueno, en otra época del año. Yo las Fallas no me las pierdo ni para cantar Lavender Haze a todo pulmón.

—Pues yo sí que lo haría...

Alicia se detuvo a mitad de camino para beber en una fuente y se salpicó el chándal con un poco de agua al presionar el botón del grifo.

—¿Parece que con Pablo va todo de lujo, no? —preguntó limpiándose el pantalón a sacudidas.

—Así es —afirmó Celia sonriendo—. El veintidós haremos dos meses.

—Vaya, no sabes cómo envidio tu cara de felicidad. —La pequeña suspiró y bebió de la fuente empapándose medio rostro al hacerlo—. A mí Juan no me hace ni caso, pero ya me estoy empezando a acostumbrar. Mireia Garrido le tiene enamorado. En fin, estoy supercontenta por ti. Me alegra mucho que hayas encontrado a alguien que te haga sentir tan especial.

—Yo también estoy alegre por eso. —Celia sacó una caja de pañuelos de su chaqueta y se la extendió—. Sécate la cara que pareces un payaso. Y siento lo de Juan, aunque ya sabes lo que pienso de él.

La verdad es que febrero había sido una especie de cuento de hadas para Celia. Desde la disputa tras la comida con los amigos de Iván y Pablo, la pareja había conseguido llegar a un nivel de amistad y profundidad nunca antes explorado. No había habido más discrepancias entre ambos. De hecho, Celia volvió a salir de comida con los amigos de él un par de veces más y no solo se sintió acogida por el grupo, sino que se lo pasó realmente bien. Al menos con los chicos; Marta seguía siendo un grano en el culo, sin embargo, ni siquiera esa estúpida podía hacerle dudar de su relación con Pablo. Le quería con todo su corazón.

—¿Así que el vecino ya está fuera de esta historia? ¿No más triángulos amorosos?

La facilidad con la que Alicia lanzó la pregunta puso en guardia el instinto protector de Celia. Había adquirido una extraña capacidad de alerta cada vez que oía algo parecido al nombre de Iván en el aire. No podía dejar que nada ni nadie descubriese la tensión que le provocaba.

La verdad es que no le había visto desde que él le confesó cómo se sentía. Ni coincidían en el ascensor, ni tampoco las veces que se había sumado a los planes de sus amigos del colegio. No le había visto al quedar con Marcos Díaz, ni en ninguna otra ocasión. Iván se había esfumado.

Honestamente, Celia lo prefería así. A veces no actuaba coherente cuando tenía a Iván cerca, y temía estropear su perfecta relación con Pablo por un calentón sin sentido. Sabía que su vecino merecía una respuesta a su declaración y si Celia se lo hubiera encontrado, se habría visto obligada a expresarla. Pero no tenía su número, ni sabía cómo dar con él además de llamando a la puerta de su casa, algo que no pensaba hacer. Qué vergüenza.

Así que, de una forma bastante cobarde, había seguido su vida con Pablo, como si Iván no existiera.

—Sí, el vecino está completamente fuera. —Asintió, tratando de aparentar seguridad—. Quiero a Pablo.

—Estupendo. —Alicia le devolvió el paquete de pañuelos con una sonrisa burlona en la cara—. ¿Sin malos rollos, no?

—En absoluto.

—Genial. —Miró de reojo a Celia y reprimió el comentario ingenioso en el que la llamaba falsa indirectamente—. Me alegro de que tengas toda tu vida en orden.

—Si no te conociese, diría que intentas fastidiarme con las preguntitas —gruñó la de ojos claros con la vista en el suelo.

Alicia se encogió de hombros y sonrió de forma enigmática. Cuando hacía eso podía llegar a poner a Celia de los nervios. Era como si escondiera una verdad que solo ella conocía.

—¿Sabes algo que yo no sé? —preguntó la mayor, visiblemente molesta—. Mira que estábamos teniendo un paseo muy agradable y has tenido que sacar a Iván...

—Si te ha fastidiado el paseo será porque no está todo tan superado como dices —dijo la otra—. ¡No me pongas esa cara de asesina! Te lo digo por tu bien. Estás empezando una relación con un chico que está absolutamente enamorado de ti. Lo menos que puedes hacer es sincerarte contigo misma y saber qué sientes tú.

—¡Oye! Yo tengo clarísimo que quiero a Pablo. Ya te lo he dicho, pero...

Alicia se detuvo y cruzó los brazos. Luego le lanzó una de esas miradas juiciosas de pies a cabeza con la ceja alzada. Celia puso los ojos en blanco y los brazos en jarra. A veces se preguntaba por qué compartía su vida tan abiertamente con una adolescente en proceso de maduración. La conversación sobre Taylor Swift era mucho menos peligrosa.

—Ese 'pero' no ha sonado muy bien. —Rompió el silencio Alicia—. Celia, es obvio: a ti el vecino te encanta. ¿Vas a hacer como si eso no fuera verdad?

—Alicia, a lo mejor esto te suena un poco bruto porque hasta ahora no habíamos pasado la frontera entre contarnos algunas cosas y contarlas todas —espetó su hermana algo enfadada—. Hay dos formas en las que te puede gustar una persona. La puedes querer y tener sentimientos profundos por ella, que es mi caso con Pablo. O puede ser que solo exista una atracción física y puramente sexual, que es el caso de Iván. La primera opción es la que trae felicidad y estabilidad en la vida de una persona, mientras que la segunda, solo media hora de placer y, con suerte, un orgasmo.

Cuando terminó de hablar y se fijó en la cara de Alicia, la sorprendió haciendo un esfuerzo sobrehumano por evitar romperse en una carcajada. Estaba roja y posiblemente incómoda por ser la primera vez que escuchaba a su hermana hablar tan claramente sobre sexo. Asintió un par de veces, digiriendo la información, y al final esbozó una sonrisa traviesa.

—Esto ha sido lo mejor que me has dicho hasta la fecha. —Rio—. Qué fácil es sacarte de tus casillas.

—¡Ay, no seas cría, Ali...! —Suspiró la mayor y retomó el paseo con el ceño fruncido—. Es la verdad. Que una persona te atraiga no quiere decir que la quieras. Y yo no quiero a Iván, sino a Pablo.

—Está bien. —La menor de las Pedraza asintió vencida y levantó las manos al aire en señal de rendición—. Lo entiendo, de verdad.

Caminaron quince minutos más en silencio, donde cada una se internó en sus propios pensamientos.

Cuando llegaron a la altura de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un extraordinario y futurista complejo arquitectónico cultural y de entretenimiento diseñado por el arquitecto valenciano, Santiago Calatrava, Alicia se detuvo a tomar un millón de fotos con el móvil, abandonando a Celia en su propia reflexión. La joven protagonista del triángulo amoroso se sentó en la hierba a esperar a que su hermana terminara de subir historias al Instagram.

—¿Qué vas a hacer estas Fallas? —preguntó Ali.

Las Fallas eran —y son— las fiestas más populares y deseadas de Valencia que se celebran anualmente del 15 al 19 de marzo, aunque oficialmente se dan por iniciadas a partir del primer domingo de dicho mes, donde se realiza un acto llamado "La crida" en el que (se) da el pistoletazo de salida con un llamamiento a la ciudad, en especial a los falleros y falleras de Valencia, inaugurando el inicio de las festividad de ese año.

Sin embargo, de todas las exhibiciones que acarreaba esta celebración, la más importante por excelencia era la extraordinaria exposición de monumentos de cartón, plastilina, piedra y poliuretano, sostenidos sobre una base arquitectónica de madera, que ocupaban las calles de la ciudad como un tremendo laberinto de esculturas satíricas. Estos monumentos eran las fallas, y solía haber varias en cada barrio, diferenciando su tamaño y su diseño en función del presupuesto económico de cada barrio. Todas ellas eran quemadas simultáneamente el día 19 por la noche.

Lo sé, trágico, pero inevitable. Buscadlo en Google, os juro que no me lo invento.

No había ser humano en Valencia que viviera las Fallas con tanta intensidad como Alicia. Celia, por su parte, ni siquiera estaba inscrita a una. Era de las pocas valencianas que se abstenía de participar del espíritu fallero y se dedicaba a salir de fiesta las cuatro noches de esa semana seguidas, durmiendo por las mañanas y visitando la festiva ciudad por la tarde, con un vaso de chocolate caliente en una mano y churros recién freídos en la otra.

—Pues no lo sé. Imagino que saldré con Inés y Noe. Son las únicas amigas que tengo que no son falleras. —Se encogió de hombros—. Tú estarás muerta de ganas por que ya sea pasado mañana, ¿no?

Se refería al quince de marzo, la "Plantà". Era el día en que todas las Fallas debían estar terminadas y exhibidas por las calles de Valencia, dando comienzo a la celebración. A partir de ese momento, la ciudad se detenía por espacio de cinco días, donde todo lo que se decía, hacía o vivía estaba relacionado exclusivamente con la fiesta.

—No puedo esperar. —Aplaudió con emoción—. ¿Te he contado cuál es el tema de este año? La codicia humana, y la figura principal será el rey Midas, de la mitología griega, tocando a su hija Zoe con la punta de los dedos y convirtiéndola en oro. ¡Va a ser preciosa!

Celia dejó escapar una exclamación. Para una artista como ella, que disfrutaba dibujando y pintando a todas horas, Las Fallas eran todo lo que se podía querer y desear. Adoraba los paseos en esa época del año apreciando las exhibiciones y descubriendo lo que los talentosos artistas falleros habían hecho realidad de sus bocetos. Las Fallas le inspiraban.

—¡Me parece un tema alucinante! —exclamó—. Vi cómo llevaban algunas de las figuras en camión el otro día. Creo que una era un cuerpo de mujer, así que imagino que será Zoe.

—Sí, supongo que sí. Esta mañana me he acercado a la esquina en la que montarán el monumento y estaba casi acabado. ¡Creo que va a ser la Falla más bonita de toda Valencia!

Alicia dijo eso último con la mirada soñadora y un profundo suspiro. Si Celia estaba enamorada de Pablo, Alicia lo estaba de Las Fallas. La mayor de las hermanas rio y pasó un brazo por los hombros de la pequeña, atrayéndola hacía sí.

—Voy a proponerles a las chicas que pasemos una de las noches en tu falla, ¿vale?

—¿Una solo? —se quejó la otra—. ¿A dónde más queréis ir?

Celia soltó una carcajada y se encogió de hombros.

—Habrá conciertos en todas las fallas todos los días. ¿Cómo vamos a quedarnos solo en la tuya? ¡Hay que explorar Valencia, pequeña!

—La mía es perfecta. —Se cruzó de brazos muy digna—. Dudo que encontréis mejor música y exhibición en otra parte.

—Bueno, el diecinueve por la noche te lo confirmo. Ya sabes, cuando ya no me queden juergas por correr y lo hayamos visto todo. ¿Sabes qué haré? Un ranking de fallas, a ver cuál me impresiona más.

Alicia alzó una ceja pero no dijo nada. ¡Que nadie se atreviera a meterse con su falla! Lo era todo para ella.

Siguieron caminando y riendo, planificando unas fiestas que iban a ser muy inesperadas para una más que para la otra.


Me moría de ganas por llegar a este punto de la historia.

Me pareció una idea estupenda relatar parte de las aventuras sentimentales de Celia en una de las fiestas más famosas de Valencia (España). En este capítulo hago una pequeña introducción explicando en que consisten Las Fallas, pero iré dejando detalles y fotos al final de cada capítulo para que os sintáis más cercanos a la celebración aquellxs que no hayáis oído hablar de estas fiestas.

¿Qué pensáis que viene a continuación? Celia tiene una semana intensa por delante con cuatro noches seguidas de juerga y desmadre. ¡Se vienen mil cosas!

¿Especulaciones? Os leo 👀

Recordad la estrellita si os esta gustando!! ⭐️

PD: Aquí os dejó una foto de La Crida, que menciono durante el capítulo.

Y aquí otra de una falla, para que os hagáis una idea. Estos monumentos se queman a las 00:00h el día 19 de marzo :) ⬇️

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