Final Alternativo #2

ADVERTENCIA: Si no te gusta el TodoBaku, no leas esto. De verdad.

Ah, y también hay un poco de lemon.

[...]

—¿Te gusta... aquí? —la voz de cierto joven de cabello bicolor, mezclada con incontables gemidos, se podía escuchar en la habitación de aquel hotel—. O quizás... ¿en este otro lugar? —prosiguió al notar la reacción del contrario y cómo la indescriptible sensación de placer se podía ver en su rostro.

—Muévete de una puta vez... bastardo —respondió cierto rubio entre ahogados gemidos y frunciendo el ceño con la cara totalmente roja.

¿Cómo habían llegado a esa situación?

[...]

—Bakugou —una voz serena llamó la atención de todos y los puso en alerta roja al darse cuenta de quién era.

Todoroki estaba a punto de dar el primer paso.

—Bakugou —reiteró al ver cómo Katsuki no le estaba haciendo caso—. Bakugou —lo intentó una tercera vez provocando que aquel rubio perdiera la poca paciencia que le quedaba.

—¡¿QUÉ?! —gritó cansado de tanta insistencia.

Shouto suspiró para luego acercarse más y más hacia Katsuki y ponerse al frente para poder mirarle directamente a los ojos.

—Me gustas —sentenció dejando de piedra a absolutamente toda la clase, incluso al mismísimo Bakugou, el cual aún no procesaba tal información y tenía su rostro igual de rojo que el cabello de Kirishima—. ¿Quieres...

Pero Todoroki no pudo terminar de hablar al notar que el profesor Aizawa parecía el mismísimo diablo y le estaba mirando dándole a entender que regresase a su lugar.

El resto de alumnos no le quitaban el ojo a aquel joven con cara de póker que no tuvo más opción que abandonar el plan A de pedirle directamente una cita a Bakugou.

"Supongo que tendré que utilizar el plan B."

Por otro lado, Katsuki estuvo de un humor jodidamente peor que el de siempre y, al parecer, todos lo habían notado.

Tenían que hacerse a la idea de que, esta vez, estaban condenados a perder en el amor.

[...]

Las clases finalizaron y la mayoría no dejaban de seguir con la mirada al joven de cabello bicolor que serenamente estaba guardando sus cuadernos.

—¿Cuál será su plan...? —inquirían ciertas chicas aún con dudas.

Mientras tanto, Kirishima y Kaminari estaban menos preocupados al saber que Bakugou había aceptado, más o menos, ir a comer con ellos después de clase.

—¡Bakugou, te esperamos en la salida! —exclamó el pelirrojo con una sonrisa uniéndose a Denki y adelantándose.

Katsuki seguía guardando sus cosas bastante enfadado por lo que Shouto le había dicho. Pensaba que todo era una simple broma para burlarse de él y, obviamente, no iba a dejar que se saliera con la suya.

—Ese bastardo de Todoroki... —murmuraba para sí mientras apretaba los dientes y fruncía muchísimo su ceño.

Todos ya habían abandonado el aula y él era el último, así que se dispuso a largarse también de no ser porque algo extraño sucedió a continuación.

Cuando pasó por la puerta, sintió como unas manos rodeaban su cadera y rápidamente pasaban cierto pañuelo por su rostro. No tuvo tiempo de reaccionar porque a los pocos segundos le comenzaron a pesar los ojos y cayó en un profundo sueño.

A saber lo que Todoroki le había hecho esnifar.

[...]

—¿No está tardando demasiado? —se quejaba cierto rubio eléctrico al llevar esperando bastante tiempo en la salida.

—¿Nos habrá dejado plantados? —bromeó Kirishima con una sonrisa para luego quedarse en silencio y darse cuenta de que Katsuki no iba a aparecer.

Suspiraron al unísono; quizás esta vez no podían ganar su amor.

—Bueno... —murmuró Denki mientras miraba las entradas reservadas, que tenía en mano, para el restaurante al que pensaban llevar a Bakugou—. ¿No crees que es una pena desaprovecharlas? —inquirió con una sonrisa mostrándoselas a su amigo pelirrojo.

—Cierto —respondió devolviéndole la sonrisa y dispuestos a dirigirse hacia aquel restaurante.

[...]

Por otro lado, cierto joven de cabello verde aún estaba dentro de la escuela esperando en los casilleros; más específicamente, apoyado en el de Bakugou.

"¿Ya se habrá ido...?"

Izuku volvió a revisar el casillero, con cuidado de que no hubiese nadie alrededor, para asegurarse de que aún estaban las pertenencias de su amigo de la infancia; y ahí seguían.

"Qué extraño..."

—¡Midoriya-kun! —la voz de cierta persona le hizo reaccionar y cerró rápidamente el casillero tratando de no haber sido visto—. ¿Aún sigues aquí?

Era Iida, y Uraraka estaba a su lado.

—¡Deku-kun, vamos a celebrar en la sala común de los dormitorios! —animó la joven con una sonrisa optimista.

—¿C-Celebrar...? —Izuku no comprendía a qué se referían.

—¡Una fiesta! —explicó Tenya ajustándose sus lentes—. ¡Pero nada de música alta ni bailes muy expresivos! Además, como máximo nos quedaremos hasta las 20:30 y luego todos a dormir para estar descansados y...

—¡Es para superar a Bakugou-kun! —interrumpió la de cabello castaño a su aburrido amigo—. Hay que aceptar que al parecer... no tenemos oportunidad —prosiguió con una sonrisa un poco triste, para luego darse dos golpes con las manos en ambas mejillas y recuperar su alegre risa—. ¡La vida sigue!

Midoriya se limitó a sonreír también y a seguir a sus buenos amigos.

Al parecer, la rivalidad por ganarse a Katsuki ya no era necesaria.

[...]

Había anochecido y lo único que se podía contemplar en cierta sala de inmenso tamaño era una mesa circular cubierta por un mantel blanco y con cubiertos, platos y dos copas; además, un jarrón con flores alegraban el ambiente y un par de velas en el medio eran lo único que iluminaba todo.

—¿Cómo me veo? —inquiría Shouto mientras se ajustaba la corbata del traje negro, elegante y con capa que llevaba puesto.

—¡Está usted perfecto, señorito Todoroki! —comentó el mayordomo al que había sobornado con gran cantidad de dinero.

—Bueno, ahí voy —murmuró algo nervioso por la cita que tenía.

Secuestra a Bakugou y lo que le pone nervioso es la cena.

Abrió las puertas haciendo una entrada elegante de millonario y se dispuso a dirigirse lentamente hacia su pareja que estaba esperando sentada junto a la mesa.

Cabe decir que Katsuki estaba atado con cuerdas a la silla y con grilletes en las muñecas; además llevaba un bozal y no podía utilizar su quirk.

—Perdona, ¿llevas mucho esperando? —inquirió sentándose elegantemente en la silla y abriendo la carta para elegir el menú que comerían.

Obviamente no hubo respuesta a parte de verle sacudirse y unos ruidos raros que parecían proceder de dentro del bozal.

—Camarero —llamó haciendo un chasquido de dedos para que apareciera un señor mayor que se encargaría de atenderles.

—¿En qué puedo ayudarles?

—Una botella de vino, por favor —ordenó el joven de cabello bicolor.

—Señorito Todoroki, aún sois menores para consumir...

—Una botella de vino.

—De acuerdo —accedió después de haber visto cómo le miraba aquel joven—. ¿Algo más?

—Salsa picante —agregó para luego cerrar la carta y colocarla con elegancia en la mesa.

El viejo se fue y ambos jóvenes se quedaron en silencio mirándose el uno al otro, aunque en realidad Katsuki se veía demasiado enfadado.

—Bueno... —murmuró Shouto entrelazando los dedos de sus manos para apoyar su mentón en ellos—. Háblame de ti.

Bakugou comenzó a sacudirse como poseso una y otra vez dejándole en claro la situación en la que le había dejado.

—Oh —entró en razón después de algunos segundos.

Pero Todoroki no parecía querer desatarle.

—Te ves bien —agregó contemplando el buen traje negro que había escogido para vestir al rubio.

—Señoritos, aquí está su pedido —dijo aquel mayordomo después de haber aparecido con la botella de vino y la salsa picante, colocando ambas cosas en la mesa para a continuación alejarse rápidamente y cerrar la puerta dejándoles más privacidad.

Katsuki volvió a hacer ruidos y a sacudirse.

—Brindemos —continuó Shouto sirviendo vino en ambas copas y alzando la suya.

Pero Todoroki sabía que no podía continuar así mucho más tiempo; en realidad quería desatar a Bakugou.

—De acuerdo —suspiró levantándose y yendo hacia la silla en la que estaba su acompañante.

Quería hacerlo, pero sabía que Katsuki se iría y le dejaría solo porque no estaba obligado a quedarse a una cena totalmente forzada.

"Seguro que me odia."

Sacó ciertas llaves de su bolsillo y quitó los grilletes que cubrían las muñecas de Katsuki.

"Seguro que se irá."

Prosiguió con las cuerdas y finalizó con el bozal, tirando ambas cosas al suelo y luego regresando a su asiento para asimilar lo que sea que fuese a decir Bakugou.

"Supongo que no importa."

—¡¿CUÁL ES TU PUTO PROBLEMA?! —gritó aquel rubio dando un fuerte golpe en la mesa con ambas manos y mirando al de cabello bicolor con rabia.

—¿No te gusta el vino? —inquirió moviendo levemente su cabeza mientras alzaba una copa.

—Deja de bromear, bastardo de mierda —sentenció Bakugou apretando los dientes con frustración, dispuesto a largarse y abandonar a Todoroki en aquel lugar.

"Lo sabía."

—Pero... —murmuró al notar cómo Katsuki pasaba por su lado dirigiéndose hacia la salida—. No era una broma —aplicó levantándose y deteniéndole al haberle agarrado rápidamente de la muñeca—. De verdad me gustas —sentenció mirándole directamente a los ojos por unos segundos para luego bajar su rostro y mirar hacia otro lado con cierta tristeza—. Pero sabía que no ibas a aceptar.

Bakugou se detuvo y se quedó en silencio durante unos segundos.

Todoroki suspiró y decidió soltar aquel agarre.

—Puedes irte —murmuró aún con la mirada baja y preparado para que Katsuki abandonase el lugar.

Pero eso no ocurrió; Shouto no era consciente de que este era su Happy End.

—¿Esa mierda de ahí es salsa picante? —fue lo primero que aquel rubio dijo después de haberse quedado en silencio tanto tiempo.

—Sí...

Aún parecía difícil de creer.

Todoroki abrió los ojos como platos al contemplar cómo Katsuki regresaba a la mesa y se sentaba en su silla correspondiente para luego coger el bote de salsa picante, abrirlo y echar parte del contenido en su boca.

—¿Qué? —inquirió después de tragar y al notar cómo Shouto se había quedado atónito ante lo que estaba viendo.

—Nada... —murmuró el joven de cabello bicolor.

Quizás la felicidad que Todoroki estaba sintiendo no la podía expresar con una gran sonrisa como hacían otras personas.

Quizás no podía gritar y demostrarla mediante gestos de alegría.

Pero, sus ojos y una leve línea en sus labios que parecía formar una pequeña sonrisa se podían contemplar con gran claridad y expresaban toda esa emoción que estaba sintiendo.

—¡¿QUÉ ESPERAS, MIERDA?! —reclamó Katsuki.

—Oh —murmuró pestañeando varias veces seguidas todavía sin creérselo y acercándose para sentarse en su sitio correspondiente.

Esto no estaba dentro de su plan.

"Nunca había llegado tan lejos."

—¿Y bien? —inquirió aquel amargado girando levemente su rostro para evitar mirarle a los ojos.

Katsuki estaba empezando a arrepentirse de no haberse largado de aquel lugar por el simple hecho de sentirse jodidamente avergonzado en aquellos instantes; no podía evitar sonrojarse ante esa situación, sobre todo ante la penetrante mirada de aquel chico de cabello bicolor.

—No lo sé —murmuró Shouto; se había quedado sin ideas.

"Tuve que haber hecho un plan C."

¿Qué se suponía que había que hacer en una cita con Bakugou Katsuki?

Para su suerte, había cierto mayordomo mirando por la rendija y dispuesto a solucionar el incómodo silencio que se había formado. Bueno, para eso le pagan.

—¡Señoritos! —exclamó apareciéndose con una bandeja en la que habían dos copas con zumito de manzana—. ¿Por qué no brindan por esta maravillosa noche? —recomendó colocando cada copa en el lugar de la mesa correspondiente y sonriéndoles para luego alejarse rápidamente.

Shouto se quedó mirando el contenido de la copa durante bastante tiempo y supo a la perfección que aquel señor había echado algo ahí dentro, pero cuando se había vuelto a fijar en su acompañante pudo ver cómo este ya se había bebido todo el zumito de manzana.

—Sabe a mierda —sentenció colocando la copa en la mesa.

"Supongo que no puede pasar nada malo."

Y después de casi ni pensarlo, también cogió su copa y bebió todo el contenido que había.

El silencio incómodo continuó durante más de media hora. Katsuki no podía soportarlo más; era mucho más vergonzoso de lo que había imaginado. Se limitaba a evadir la mirada del contrario y a ocultar su rubor.

Todoroki, por otro lado, estaba pensando en algo de lo que pudieran hablar, pero eso era básicamente imposible.

Quizás era el momento de finalizar con aquella situación, de no ser porque algo imprevisto, o no tanto, comenzó a surgir efecto en Bakugou.

Shouto se dio cuenta al ver cómo su acompañante parecía más estresado de lo normal y su rostro comenzaba a ponerse cada vez más rojo. Además, parecía empezar a sentirse algo nervioso.

Tras unos minutos, lo pudo comprender a la perfección porque le estaba pasando exactamente lo mismo.

Al parecer, lo que aquel mayordomo había mezclado con el zumito de manzana era viagra.

¿Qué significaba? Básicamente que ahora ambos jóvenes tenían una erección que parecía no querer irse. Ni de coña.

—¿Dónde está el puto baño...? —inquirió Katsuki levantándose y tratando de controlar las ganas de hacerlo que tenía en aquellos momentos mientras daba parte de su espalda a Todoroki para que no se notase el obvio bulto en sus pantalones que comenzaba a producirle cierto dolor.

A Bakugou le urgía tratarlo de inmediato.

—Espera —murmuró Shouto levantándose también y dirigiéndose hacia su acompañante, el cual por instinto le dio la espalda para evitar que viese la situación en la que estaba—. Yo también... —agregó perdiendo el control que tenía y rodeando la cintura de Katsuki con sus brazos, acercándose más a él y haciéndole notar que también tenía un pequeño problema ahí abajo—. ¿Quieres... pasar al plato principal? —le susurró al oído mientras escuchaba la respiración tan repetitiva y agitada de Bakugou.

Bendita viagra.

[...]

Y por fin, ahí se encontraban.

Todoroki había reservado un hotel entero para su cena especial con Bakugou, por lo que gracias a la situación en la que se encontraron, no hubo problema alguno en conseguir una habitación privada para saciar esa necesidad tan básica.

—¿Te gusta... aquí? —la voz de cierto joven de cabello bicolor, mezclada con incontables gemidos, se podía escuchar en la habitación de aquel hotel—. O quizás... ¿en este otro lugar? —prosiguió al notar la reacción del contrario y cómo la indescriptible sensación de placer se podía ver en su rostro.

—Muévete de una puta vez... bastardo —respondió cierto rubio entre ahogados gemidos y frunciendo el ceño con la cara totalmente roja.

Shouto estaba cumpliendo el mayor de sus sueños: tener a Katsuki para él solo y poder contemplar de tan cerca todas sus expresiones.

No habían perdido ni un solo minuto desde que pisaron el cuarto en el que se ocuparían de aquellas erecciones.

Todoroki quiso disfrutar todo lo posible de Katsuki. Se aprovechó del momento desesperado por urgencia de satisfacción placentera y le torturó lentamente mientras introducía su miembro dentro de él cada vez más despacio y retirándolo a una velocidad tan lenta, que Bakugou había comenzado a perder toda esa poca paciencia que tenía.

—Joder... —gruñía mientras se cubría el rostro con su brazo; estaba desesperado como nunca.

—¿Se siente bien? —le susurró Shouto al oído mientras volvía a introducirse esta vez más profundo, logrando que todo su miembro entrase por completo y produciéndole un placer indescriptible.

—Mierda... —murmuró al sentir como Todoroki comenzaba a moverse lentamente, entrando y saliendo por completo y tocando aquel punto que hacía que Bakugou no pudiera reprimir pequeños gemidos y gruñidos.

—Bakugou —sujetó el brazo con el que se cubría el rostro aquel rubio para poder contemplar sus verdaderas expresiones—, me... gustas —completó con la respiración cada vez más agitada y al ver lo rojo que estaba la cara de Katsuki, cómo fruncía el ceño y entreabría la boca soltando los insultos y maldiciones que tanto amaba.

—Eres un bastardo... demasiado lento —sentenció dándole a entender claramente que estaba desesperado por sentirle moverse a gran velocidad dentro de él.

Y Shouto también ya había soportado lo suficiente, por lo que después de escucharle decir aquello comenzó el vaivén cada vez más rápido y sin poder evitar soltar leves gemidos.

Los gruñidos placenteros que podían oírse en aquella habitación fueron prueba suficiente para saber que lo habían gozado como nunca.

Y todo gracias al mayordomo de Todoroki.

[...]

[Querido Diario #29]

Al parecer, de un día a otro, Todoroki confirmó a toda la clase que estaba saliendo con Bakugou y este explotó media aula negándolo sonrojado.

Desde que dio el primer paso, ya lo veíamos venir.

—Jirou.

[Querido Diario #30]

Después de que la relación entre Bakugou y Todoroki se confirmase, en todos los recreos siempre les veo meterse al baño juntos y salir también juntos... veinte minutos después.

—Kaminari.

[Querido Diario #31]

Ese día en el que me follé a Bakugou por primera vez, olvidé utilizar condón y me corrí dentro.

Nunca podré olvidar su expresión, es demasiado adorable.

—Todoroki.

[Querido Diario #32]

Sigo encerrado y tengo hambre y sed.

Shouto, ¿dónde estás?

—Endeavor.

[Querido Diario #33]

El señorito Todoroki me dio una paga extra por haberle ayudado a contraer relaciones sexuales con el señorito Bakugou. Creo que debería dedicarme más a esto.

—Mayordomo del señorito Todoroki.

[...]

Solo vengo a decir que las votaciones resultaron todo lo contrario de lo que me esperaba. Creí que Midoriya ganaría, Todoroki quedaría segundo, y Kirishima y Kaminari terceros.

Todoroki ganó en votos brutalmente, menuda paliza al resto xDDD

Kirishima y Kaminari quedaron segundos y el pobre Midoriya último (aunque aquí no hubo tanta diferencia de votos como en Todoroki).

¿Quién debería ser el segundo en quedarse con Bakugou?

—Midoriya.

—Kirishima y Kaminari.

...

esperoquenosehayanotadoelkirikamiperdónsoydébilnomematen

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