Aprender

Desperté por culpa de una pesadilla. ¿Cuándo podré tener un maldito día normal? Me incorporé en la cama hasta quedar sentada. Mi cabeza duele mucho; mi garganta también.

¡Oh no! Gripa.

—Buenos días ¿Cómo te sientes? —Marín sube por las escaleras de mi litera.

¿¡Como entro, si puse pasador!?

—Me siento fatal—Los eventos del día de ayer, me invaden la memoria—Me quedaré en cama. No tengo deseos de hacer nada—. Me refugié dentro de las cálidas sabanas.

Soy la feliz dueña de un caserón abandonado y, posiblemente embrujado.

Una propiedad en decadencia, cómo su nueva dueña.

—Pescaste un resfriado. Lo recomendable es que te quedes en cama. Eso te pasa por no quitarte las prendas húmedas.

Levanté la sabana, para comprobar que, no tengo puesta la ropa de ayer; en cambio, traigo un pijama limpio. Me sonrojo de la vergüenza.

—Alix te cambio de ropa—Marin responde sin darme tiempo a indagar más. Se da la vuelta y baja—. Tienes que comer, para tus medicinas y el antibiótico para la gripe.

—No quiero comer. Me quedaré en cama, en fin, que el descanso, también ayuda con los resfriados.

—Bien—¿Bien? Tan facil lo acepta—Voy a preparar unos panqueques ¿Dónde guardas las sartenes y espátulas?

—¡En la alacena! —No tengo porque quejarme. Marín me dejará en paz.

Ayer cuando Brid y yo salimos de la oficina de Agreste, le dimos tiempo suficiente para que ideara la forma de desquitar...

—¿Cuál alacena? En la cocina hay dos. Una rosa y otra blanca.

¡Ah! ¡Que fastidia!

—¡La alacena blanca, junto a la ventana!

—Bien, gracias—Abre la escotilla y baja. Guardé silencio unos segundos y al confirmar que estoy sola, retomo mi monolo...—¿Cuál es la sartén que usas para los panqueques?

¡Este hombre es insufrible!

—Te enseñaré dónde estan las cosas para los panqueques—Retiro el calentito cobertor y bajo de una por las gradas, echando humo, no sé si por la fiebre o por culpa de Marín—Así me dejarás quedarme en cama sin molestar.

—Gracias, Marinette—dice, con su gélida expresión.

¿Sonreír lo mataría? Le estoy haciendo un favor.

Marín me asiste para bajar, porque regresó la molestia de los cortes en las piernas. Parece que el tejido interno no a sanado del todo, a pesar de haber cicatrizado por fuera. En fin, llegamos a la cocina y ahí me doy a la tarea de rebuscar lo que necesita, sartenes, espátulas bol de mezcla, batidora, taza medidora.

—¡Listo! Acá tienes todo lo necesario. Me iré a dor...

—¿Cómo se prende la estufa? En Gales, son distintas.

¡Ah! ¿¡Qué estoy pagando!?

Antes de mostrarle cómo prender la estufa, le sugiero que comience con la mezcla, para hacer todo en orden y que no pregunte sandeces.

—¿Dónde estan los otros? —Me doy cuenta de que, estamos solos. Ayer vi que mis amigos estaban en la sala.

Me porté muy grosera con ellos.

—Están en sus trabajos. Vendrán a verte de uno en uno. Para no sofocarte—dice, mezclando los ingredientes—¿Qué te molestó ayer?

—¿Brid no te dijo? —Halé uno de los bancos de la isleta y tomé asiento. La pesadez de mi cuerpo no me deja estar de pie.

—Bridgette está en el ayuntamiento, al ser tú apoderada legal; está tramitando los documentos de propiedad.

—Mejor que desista. Ese caserón viejo, merece ser demolido. Así esos ositos serán liberados de estar purgando, frente a ese lugar.

¿Qué dices? Es tú premio de consuelo, a la mediocridad.

—Con esfuerzo y dedicación; puedes convertir un sitio horrible, en algo cómodo y habitable.

—Te olvidas de que, se necesita plata.

—Una buena limpieza no necesita de mucho, es un comienzo ¿Qué prefieres para los panqueques? ¿Chispas de chocolate o crema de maní?

—Chispas de chocolate. Aun con una simple limpieza, reparar pisos, alumbrado, paredes, ventanales... ¡Todo eso, cuesta un dineral! —Esa casa puede caerme encima, mientras limpio o, se incendia, por un corto circuito.

—Terminé de mezclar. Puedes encender la estufa, por favor—¡Este hombre es imposible! Estamos teniendo una conversación y me salta con esto. Bajo del taburete y hago lo que pide—Gracias, Marinette. Con lo del dineral—retoma de pronto—No es problema. Todos podemos ayudarte—Abro mi boca—No importa el tiempo que tardemos, el resultado final, es la compensación de todo el esfuerzo.

—Aun así ¿Qué tal que no resulta? Ni poniendo el esfuerzo requerido, las cosas no salen cómo estaban planeadas.

—Se evalúa progreso y, se detectan las fallas para corregir ¿Leche, jugo, té? —Marín señala las bebidas en la alacena rosa.

—Jugo. ¿Por qué le vez lo bueno a todo? Me haces parecer que estoy quejándome sin sentido ¿Por qué insistes que hay una solución, para hacer las cosas? Soy una tonta por no reconocer cual es la opción correcta.

—No existe una forma correcta de hacer las cosas. Sin antes, haber pasado por el fracaso. Los errores, son parte importante del aprendizaje.

—A otros no les pasa. Resuelven todo tan facil, la suerte les favorece. Gente cómo yo, tenemos que poner el doble de esfuerzo para un misero resultado.

—Has dado la respuesta. El camino no es el mismo para todos. Inspirarte de lo que a otros les ha funcionado, está bien. Pero no te proyectes que pasará del mismo modo. Cada persona tiene su método y proceso, largo o corto. Pero el fin es el mismo. El aprendizaje y las recompensas lo valen.

Marín apaga la estufa, sirve la torre de panqueques. Reparte unos cuantos y deja un plato frente a mí. Me señala las opciones de acompañantes y elijo el jarabe de chocolate.

—Basado en lo que dices. Los malos tienen el camino fácil, pues siempre se salen con la suya.

—¿Es así?

—¿Qué?

—También afrontan perdidas. Que no dejen verlas, hace creer que tienen una vida perfecta. Con el tiempo, eso, es desgastante.

—Pero...

No encontré palabras para refutar. De hecho, he olvidado porque estaba molesta está mañana. Levantó la cabeza, Marín está viéndome con gélida expresión. Regreso la vista a mi plato, dónde ya no hay panqueques.

Bajé a la cocina, cuándo dije que no quería hacerlo. Desayuné, cuándo dije que no quería comer.

—No será facil—Bebió su café—Pero, te sorprenderá, de lo que eres capaz en el proceso.

Funciona su estrategia, conejita de indias.

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Tras aquella charla con Marin, sucumbí a los males de la gripa. Tuve que guardar cama por dos días. Una desventaja que ayudo a adaptarme a la nueva rutina de medicamentos y, ejercicios de relajación, dejados por la psiquíatra.

Pedí a mis amigos no me visitaran para no contagiarlos. Hacía mucho que no pescaba un resfriado y era un desastre. Aun con las limitaciones, ellos me enviaron mensajes, obsequios y tarjetas de buenos deseos. Terminé haciendo con estas, un bello collage en la pizarra de corchó junto a mi cama.

Sienten lastima de la desdichada Marinette y su caserón de consuelo.

—Hablar conmigo misma, no funcionó. Mi subconsciente no es...digamos...sociable conmigo. Siempre dice cosas horribles—narro los hechos a mi nueva psicóloga.

¿Cosas horribles? Te digo la verdad.

—¿Qué te dice? —Clémence, toma nota en su Tablet, acomoda sus gafas amplias de aro negro. Es bastante bonita, con su cabello negro y ojos aqua.

—Que hago las mismas cosas. Que los chicos que me atraen...son iguales a—Apreté mis labios. Soy incapaz de pronunciar su nombre—Que son iguales a mi ex. Ahora que lo mencionó. Cada que lo recuerdo, vienen escenas sexuales muy explicitas de cuando estábamos juntos ¡Me molestan mucho! Después viene mi subconsciente a burlarse. Me repite constantemente que acabe con todo, que atente contra mi vida.

—Has pasado por un periodo de estrés muy fuerte. Los pensamientos repetitivos invaden tú mente constantemente. La buena noticia Marinette, es que pueden ser controladas—explica con voz suave. Me hace sentir...en confianza. Nunca había mencionado estas cosas, ni a la anterior psicóloga o a Marín—Voy a darte unos consejos para que puedas salir de ese bucle de pensamientos intrusivos.

Anda Marinette, anota. Otra serie de actividades que no servirán de nada.

—¿Qué tal que no funcionen? Parece, que es más fuerte que mi autocontrol. No lo sé...Hay tanto que debo procesar.

—¿Parecen irrefrenables y te hacen dudar de tú moral, hasta meterte en un círculo vicioso? — Pregunta. Asiento enérgicamente—Aunque pasen en tú cabeza, no se convertirán en realidad—Me incorporó del diván para prestarle atención—Te explico: lo primero es que, tienes que aceptar que, no eres responsable de aquello que llega a tú mente, pero debes aceptar que llegaran pensamientos ingobernables. No tienes el control de todo. Ni tienes que estar batallando con tu mente, todo el tiempo.

—¿Cómo hago eso? Sobre pienso las cosas demasiado.

—Aceptando que no puedes averiguar que vendrá después. La vida está llena de giros inesperados; ocurrirán situaciones que se saldrán de tus manos, pero con la ayuda correcta, eventualmente pasarán.

—Estoy perdida.

—Tranquila, que he sido muy técnica. Te ayudaré un paso a la vez y verás que conseguirás entenderlo y aplicarlo a tú vida diaria—¡Cielos es tan amable! —¿Qué tal andas del resfriado?

—Un poco mejor ¿Pero, de qué va eso?

—Porque hoy, te dejaré una pequeña tarea. Saldrás por el vecindario, en compañía de uno de tus amigos. El tiempo que dure el paseo no tiene importancia. Aprecia el clima, paisaje, todo tu entorno.

¡Por favor! Salir a caminar ¿Te hará menos loca? ¡Muero por ver eso! ¿Entiendes, Marinette? M-O-R-I-R.

—Ok—No creo que funcione—Lo intentaré, está tarde.

—Toma un respiro y lo harás bien—animó. Sonreí por compromiso—Con el tema de tu ex. Por lo que comentas, estás en la etapa de duelo, no reprimas tus emociones. Cuéntame, cómo te hace sentir lo que estas viviendo, respecto a esto.

—¿Puede ser otro día? No estoy lista para hablar—Me causa una fea opresión en el pecho, pensar en eso.

—Comprendo, Marinette. Lo dejaremos para la siguiente sesión o cuando sientas que estás lista, me llamas o dejas un mensaje; te corresponderé en cuanto pueda.

No tiene tiempo para escuchar tus lloriqueos, a menos que le pagues.

—De acuerdo—Todo lo que está pasando, de por sí es demasiado, ahora, intentar callar a mi subconsciente, es peor—Nos veremos en otra sesión—Me despido y cuelgo la videollamada.

No puedes con tú vida, mucho menos conmigo.

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Al día siguiente, estaba completamente repuesta. Era un buen momento para salir a pasear, como dijo mi terapeuta. Ayer no había nadie disponible para acompañarme y, no estoy lista para salir sola.

—¡Estás lista, Mini bug—Cherry Hair salió temprano de su trabajo para acompañarme! Marín y Brid no estan en casa, se la pasan fuera, quién sabe dónde. Tal vez porque este domingo se marchan a Londres y Gales.

—Tengo todo listo—Señalo mi sudadera, mis tenis desgastados, un short percudido y una bandolera con agua, comida y mis drog...medicamentos.

—Iremos de compras a la tienda de ropa. Después iremos a un salón de belleza, para que te arregles el cabello y te hagas una manicura.

Cherry Hair estaba entusiasmada enumerando una serie de actividades del itinerario planeado para esta tarde noche. Eso que sería un simple paseo. Bajamos hasta el lobby de la casa y al abrir la puerta, un grito nos puso la piel de gallina.

—¡Marinette Dupai Cheng, está saliendo! —Una horda de reporteros corren hacia nosotras, del otro lado de la calle.

Cherry Hair cierra la puerta y pone seguro. Pronto, los golpes, gritos y flash de cámara, predominan.

¡Todo esto es horrible!

—Vamos a la segunda planta—Mi amiga me ayuda a subir. Me costaba avanzar; estaba aterrada, pensando en que esa gente iba a tirar la puerta—Tranquila, estás conmigo y no permitiré que se acerquen.

—¿Cómo dieron con la casa? —pregunto, paniqueada por los incesantes golpes a la puerta. Subimos a la segunda planta y cerramos bien.

—No lo sé. Han estado desde hace dos días, apostados afuera.

—¿¡Qué!? ¿Por qué no me dijeron?

—No pensaba que, al verte, actuarían cómo bestias.

—¡Grandioso!—Doy un fuerte pisotón a la alfombra—¡No podré salir a la calle, nunca más! Con esos... locos ahí, acechando.

¡Estaré prisionera en mi casa de por vida!

Sabes que hay una forma, para no lidiar con esto...

—Si podemos salir, hay una rejilla que da al callejón detrás de la casa. Es lo suficientemente espaciosa para que podamos pasar.

—¡Ya viste esa gente, está apostada en todos lados!

—Verás que lo conseguiremos.

Ella me condujo a mi habitación, cerró todas las persianas y después comenzó a hurgar en mi ropero, sacando las prendas que usaba antes de participar en el reality show. Me pidió que me pusiera el outfit que consiguió armar. Una falda short con estampado tartán morado, un suéter celeste con estampado de murciélagos blancos y medias negras que ocultaban las cicatrices de los cortes en mis piernas.

A regañadientes accedí no muy convencida de esto. Cherry Hair se cambió de ropa, usando algo opuesto a lo suyo, una sudadera amplia, pantalones holgados y su cabello rojo, atado en una coleta. Me hice una trenza al lado y Alix me maquillo cubriendo las imperfecciones.

—Qué me dices ahora.

—¿¡Está soy yo!? —Me paro frente al espejo y me quedé a cuadros al verme.

—Si, te vez hermosa ¡Vamos a ponerlo a prueba! —Me empuja fuera de la habitación, sin darme tiempo a procesar todo este cambio.

Los reporteros habían dejado de golpear la puerta del frente, así que bajamos a la primera planta, fuimos hacia la vieja cocina dónde estaba la rejilla que Cherry Hair mencionó. Salimos hacia el callejón oscuro, lleno de ratas y bichos. Aterradas, las dos corrimos nerviosas, más por las alimañas que por ser descubiertas por los reporteros. Aparecimos en una avenida atrás de la cuadra de la casa.

Que complicadas que son las calles y avenidas de Paris, parece que nos hubiéramos teletransportado, a una zona distinta.

¡La emoción que acabo de pasar con mi amiga, me hace querer más desafíos!

Sin moros en la costa, caminamos relajadas, mezclándonos entre los turistas y los transeúntes.

Así, ambas pasamos parte de la noche, comprando complementos para nuestros "disfraces" pupilentes verdes y morados, extensiones de colores, medias polares con diseños góticos y kawaii, gorras, sombreros, faldas ¡De todo! Invertí una parte del dinero que recibí, cómo compensación del juicio.

Me sentí libre, estaba disfrutando de mi vida.

Al final del día, regresamos a casa en taxi, cargando bolsas de compras. No quisimos arriesgarnos, así que...de nuevo ingresamos por la "rejilla secreta" aguantando los gritos y nervios, porque en la oscuridad de la noche, las alimañas parecían haberse multiplicado. Ya en la seguridad del interior de casa, reímos hasta más no poder.

¡El plan de Cherry Hair, dio resultado!

Adrien.

Ella hojea los folios que acabo de entregarle. No se lo esperaba.

—¿Quién te dio está información?

—Los mismos agresores que metiste a la cárcel—Me ve con recelo—Le dieron estos detalles a mi socia Winter. Ella fue está mañana a reunirse con ellos y sus molestos familiares.

—¿Por qué le dirían algo como esto, a ella?

—Intentaban negociar con Gabriel's. Porque nosotros los íbamos a demandar por daños a la infraestructura. Tras un acuerdo con mis abogados y socia, ellos decidieron hablar. Brindando esos datos tan importantes, que tienes en tus manos.

—Agradezco que me dieras este informe. Ellos dicen que recibieron indicaciones de un grupo en internet, liderado por un usuario anónimo. Que planeo todo lo ocurrido en la cafetería. Está gente estaba tan ciega que, pensaron que le hacían un bien a la empresa.

—Mis técnicos intentaron rastrear el móvil de la cuenta de ese usuario. Pero no dieron con una dirección en concreto, lo único que consiguieron fueron dos ubicaciones. Londres y Paris. Si damos pie a crear una hipotesis, no creo que se mueva tan rapido en dos ubicaciones tan lejanas, debe tener un aliado en Paris.

—Probablemente trabaje en Gabriel.

—Bridgette, eso te corresponde a ti averiguarlo. Tú clienta tiene enemigos hasta debajo de las piedras.

—Marinette dijo que sospechaba que alguien estaba organizando todo desde adentro. Porque actuaron con conocimiento. Así que, también te concierne a ti, este asunto.

—Si, en efecto estaban organizados. Pero, con la seguridad renovada, no tienen posibilidad de repetir una idiotez como la anterior. Aunque, no puedo decir lo mismo, si lo hacen afuera —Guardo silencio unos segundos, que sea su imaginación que le muestre lo que puede ocurrirle a la "rata Dupon"

—Comprendo—Guarda en su portafolio los informes—Si es todo, me marcho.

Ella abandona la oficina, giro mi silla para ver el ocaso por los ventanales.

Esa rata solo atrae problemas.

Marinette.

La mañana del sábado estoy en compañía de Cherry Hair. De nuevo, Bridgette y Marín estan ausentes. Pero, lo bueno es que mi amiga se quedó a dormir conmigo y, tuvimos una pijamada de maquillaje y organización de outfit y accesorios. Así no será difícil vestirme, para cuando tenga recaídas o deba cambiarme a las prisas.

—¿Hoy saldremos? —pregunto entusiasmada. Acomodé los pupilentes verdes que compramos el otro día.

Los periodistas aún siguen acechando, así que este atuendo y "La rejilla secreta" se convirtieron en mis aliados, para los paseos que recomendó la terapeuta.

—¡Si! Luka quedo de venir por nosotras. Deja te ayudo a ponerte las extensiones rojas ¡Perfecta! Me encanta tu look. Lo reafirmó, el pastel goth es tu estilo—Alaba mi outfit—El suéter rosa con estampado de huesitos, la falda roja tartán y las medias negras con patrón de telarañas, de dan un look adorable y llamativo.

—Gracias—Aun me cuesta un poco aceptar halagos, me avergüenzo—¿Ey? No piensas usar tú otra vestimenta.

—Me tomaré un descanso por hoy. Seré Alix, alias Cherry Hair—Posa orgullosa.

—¡Hola, chicas, estan lista...! —Luka asoma por la puerta de la sala, agitado. Parece que subió corriendo las escaleras—Buenos días—Se endereza cómo si nada—No nos han presentado—Recargó su brazo en el dintel de la puerta—Soy Luka ¿Y tú?

—Se quién eres—digo riendo, pero él no se rie—Deja de actuar como si Cherry Hair no te hubiera contado ¡Por favor! Soy Marinette, bañada y arreglada—bromeo.

—¡Marinette! —Casi se cae, cuando su brazo resbalo—¡Pero que...! —Sujeta su gorro refractario, viéndome de arriba abajo. Me incomoda su reacción y él lo nota—Te queda el cambio. Es tú look definitivo ¡Estás hecha para ser una chica dulce y diabólica!

—¡Luka! ¡No digas esas cosas! —Me sonrojo hasta las orejas.

—Digo la verdad, Marinette. Tienes una sonrisa que antes no había visto. Me has dejado impresionado.

—¡Basta! Tanta atención va a acabar con mis nervios—Oculto mi rostro entre mis manos, estoy lo que le sigue de avergonzada. No esperaba una reacción como esa.

—Ponle un alto a los halagos, galán—Alix me abraza y frota su mano en mi hombro—Consiguiendo calmarme—Un paso a la vez ¿Eh? Marinette no está acostumbrada a ser el foco de atención.

Le di las gracias en un susurro. Mi mente está en un conflicto de si merezco esas palabras o no.

Halagan el disfraz, no a quién lo porta.

—Perdóname por mi falta de consideración—La disculpa de Luka me sorprende. Él se acerca y me pone nerviosa.

Te dira que sin el disfraz eres una simplona.

—Es un simple disfraz para evitar a los reporteros. No hay gran cosa en ello—Oculto decir que, no hay nadie interesante bajo el atuendo.

—A mí me parece que es un capullo; que pronto mostrara a la verdadera tú.

Retiro mis manos, por lo que dijo. Su mirada serena de alguna forma me expresa que sus palabras son sinceras.

—Siempre sabes que decir.

—Con la inspiración correcta, las palabras sobran.

Su comentario me hace feliz, él también sonríe. Luka es un ser humano increíble.

—Si quieres, puedo irme. Regresó en una hora o dos—Alix me susurra al oído.

—¡No digas tonterías! —La tomé de la muñeca para salir de la casa. Con la cara roja como un tomate.

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Tras lo ocurrido, llegué a la conclusión que está ropa, la usaré para evadir a la prensa únicamente. Cuando regresé a Gabriel, será cómo Marinette. No me gustaría para nada, ser el centro de atención en ese lugar.

Íbamos en el auto de Luka, pasando por callejones que antes no vi. Deben ser atajos o algo así.

En un principio creí que el trayecto sería incomodo por lo que paso en la casa, pero nada de eso importo. Luka y Cherry Hair iban coreando las canciones que la radio local transmitía. Se ve que tienen una amistad de años, bromean y se la pasan bien.

Recuerdo Londres y el tiempo que disfrute en compañía de mi examiga.

—¡De ninguna manera bajaré a ver ese caserón! —rezongo cómo una malcriada, de brazos cruzados en el asiento de atrás—Mejor vamos a otro lado.

—Bridgette legalizó los papeles. Tienes que ver la propiedad tú misma—Alix intenta convencerme.

—No.

—Marinette, organizamos una fiesta de despedida para Bridgette y Marín en el patio trasero de la casa. Recuerdas que ellos partirán mañana a Londres—Luka añadió. Esto era algo que estaba evitando; despedirme de mis amigos, dolia mucho.

—Ahora menos quiero bajar—Me planté.

—Marinette ¿Vas a dejar a nuestros amigos esperando? Ellos van a regresar, no se iran para siempre. La fiesta de despedida es en agradecimiento a todo lo que han hecho. Nada sería igual, sin su intervención.

Alix tiene razón, gracias a ellos, hoy puedo contar un día más aquí.

Suspiré, resignada a que esto tenía que pasar. Entré más rapido pase, dolerá menos. Bajé del auto y guiada por mis amigos, me condujeron por la parte de atrás de la propiedad, a una puerta mediana con rejas. Para lo vieja que es la edificación, está seguro es el área dónde entraba la servidumbre en el siglo pasado. Vi algo de eso en un documental.

Ojalá tenga mejor aspecto que la deplorable entrada de ultratumba del frente. Que no esté repleta tiernos ositos y ramos de flores marchitos, cómo tributo.

Un momento. La puerta esa, se ve demasiado bien ¿Es nueva?

—¿Qué esta mansión no estaba abandonada? Porque esa puerta luce muy...

—¡¡Sorpresa Marinette!!—Gritan, Bridgette, Max y Marín, detrás de la puerta.

Me quedo en blanco. Porque lo que está detrás de ellos se lleva toda mi atención.

—Es imposible...está propiedad estaba en ruinas.

—Si es la misma propiedad, Marinette—explica Max—Ven para que lo compruebes.

Él toma mi mano y me conduce por el hermoso jardín trasero, dónde hay unas mesas de metal forjado con bellas formas, grama nueva y arbustos con flores de temporada, la pared está pintada de blanco marfil. Max abre la puerta que da al interior de la residencia. Dónde está el área de cocina.

—La casa no está remodelada en su totalidad—Brid se adelantó a nosotros—Marinette, escuche tú terapia el otro día, sin querer y bueno, si agregamos el acoso de la prensa en casa de tus padres. Me hizo pensar en que necesitabas un nuevo ambiente de paz.

—Brid, la cocina es preciosa. Todo es nuevo... ¿Todo es nuevo? —Pasé mis dedos por la cerámica y granito verde que recubre los muebles—¿Tú pagaste por todo esto? —Esto es mucho—¡No puedo aceptar esto! Es demasiado.

—No fui yo—Niega divertida y no me hace gracia—Ven, tienes que ver el otro cuarto—Abre una puerta contigua a la alacena.

Me acerque siendo acompañada por el resto. Cubrí mi boca con mis manos, acallando un jadeo por la impresión.

—Tu pequeño atelier, está mejor distribuido. Podrás inspirarte con la vista de las ventanas que dan al jardín—Dice Marín.

No tengo palabras para describir cómo me siento.

El cuarto tiene todos mis implementos de costura, máquinas de coser, maniquís, incluso un estante con los rollos de tela nuevos. Abaniqué con mis manos mi rostro porque, estaba llorando de la emoción.

—Ahorra lagrimas para lo que viene a continuación—Alix me toma de las muñecas y me guía a otra puerta conectada al pequeño atelier—¡Bienvenida a sus aposentos, Hada de las Costuras!

—¡Cielos santo! ¡Es hermoso! —Alcé la voz porque me ganó la emoción—La alcoba tiene paredes celestes con un patrón de nubes blancas, abajo hay rosales pintados. Una cama con dosel de cortinas de seda rosa y cobertores celestes. Cerca de la ventana está una mesa profesional para trazar diseños ¡Esto es un sueño! —¡Es demasiado para mí! No puedo aceptarlo.

—¿Qué no? —Brid se para frente a mí, con una tarta de chocolate en sus manos—Pero si estarás más segura aquí, que, en la otra casa, rodeada de periodistas.

—Ese es un problema menor. Lo que quiero decir es que, es un lujo excesivo. Ustedes no deberían gastar en mí.

—No hemos gastado ni un centavo, Marinette—Marín se sitúa al lado de su hermana—Es mejor que hables con la persona que lo hizo—Extiende un celular. Lo veo con desconfianza—Marinette, no subestimes su paciencia, es mejor que contestes y salgas de dudas—Tomo el teléfono.

—¿Hola?

—Buen día, Marinette.

—¿Félix? —Pregunto confundida. Veo a Brid, que tranquila se encoje de hombros.

—Te informo que: el jardín trasero, las dos habitaciones y la cocina, son los únicos espacios habilitados. El resto de la renovación ira avanzando conforme los días y el buen tiempo lo permitan—Explica—Habrá ruido en exceso. Brid te dejará unos audifonos con cancelación de ruido...

—¡Espera! ¿Por qué haces esto? Mejor dicho, no tengo con que pagarte los cambios, los muebles, la...

—Remodelar la mansión, sin modificar la estructura original, sería algo imposible para alguien con tus ingresos—Siempre tan grosero—No me debes nada. Tengo mis razones y no te incumben.

Pero... ¡Si me hacen vivir en un lugar como este! ¿Cómo no me van a incumbir?

—Félix, necesito una expli...

—El jardinero llegará el lunes, para que elijas las flores que estarán en el jardín de atrás y el frente. Elije una flora a la altura de la residencia. No me decepciones—¿Este quién se cree dándome ordenes? —Lowell te manda saludos—Dicho eso, colgó.

—No me veas así Marinette—Brid niega con la cabeza—Félix hace cosas que no comprendo.

—Al menos una explicación he de tener para lo que está ocurriendo—Comienzo a abrumarme con la incertidumbre.

—A su debido tiempo, Félix dirá sus motivos. Lo que importa es que estarás tranquila en este sitio—Luka tiene razón. Por dónde lo vea, mientras el ataque sea tendencia, esos reporteros no me dejaran en paz

—Deja de quebrarte la cabeza con el tema—Marín trae un tubo sorpresa en sus manos, el cual destapó, esparciendo confeti por todo el cuarto.

—¿Por qué eres tan impaciente? Cubriste el pastel de papelitos de colores, te dije que iba darte una señal—Lo reprende Brid.

—Estábamos tardando para comenzar la fiesta—dice, sin prestar importancia a las quejas de Brid.

Ambos comienzan una discusión sin sentido. Alix y Luka intentan mediar, pero es inútil. Max aparta el pastel de manos de Brid.

Observo la escena y la melancolía me invade. Por momentos, siento que no merezco nada de lo que han hecho por mí. Pero viendo esta divertida escena. Me doy cuenta de que, soy muy dichosa por tener amigos como ellos.

—Voy a extrañarlos mucho—digo, limpiando las lágrimas con el dorso de mi mano—Me acostumbre a su presencia en esta semana.

—No digas esas cosas, Marinette. Me prometí no llorar en la despedida—Brid comienza a llorar—Me entró confeti en el ojo—Intenta excusarse—Pequeña Marinette, haré lo que este en mis manos para que sonrías por completo.

—Brid, eres un ángel...todos los son—Para este punto, estoy conmovida y mi llanto aumenta.

—Estamos para apoyarte, aun cuando estemos lejos, seguiremos ayudando. Saldremos de esto, Marinette—Pone su mano en mi hombro—Juntos cómo un equipo—Es la primera vez que veo a Marín llorar.

—Los quiero mucho—Digo y todos nos abrazamos. Llorando cuáles niños en su primer día de clases.

No es un adiós, es un hasta pronto.

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Domingo a la mañana. Después de un sábado ajetreado, trasladando algunas cosas de la otra casa a la mansión, para mi momentánea estadía.

Si, momentánea. No me veo viviendo en este caserón enorme, yo sola. Algo haré cuando esté completamente renovada. Conservando el atelier y mi habitación.

Está mañana fuimos a despedir a Marín y Brid en la estación. Les agradecí por todo. Ellos prometieron regresar pronto, porque había asuntos pendientes por resolver.

Tras su partida, nos separamos para disfrutar del día. Alix dijo que estaría viviendo conmigo, hasta ver mejoras en mi independencia. Acepté su proposición, con la condición de que, ella y Max, tuvieran una cita este día, que disfrutaran en pareja. Yo estaría bien, en el pequeño atelier, cortando los patrones para los nuevos diseños de la obra, del grupo de teatro de Lowell.

Ellos aceptaron y me quede tranquila. El tiempo paso, para cuando vi el reloj, eran las dos de la tarde. Tenía la música a todo volumen, para opacar al silencio. Hacia un tiempo despejado afuera. Así que, no vi nada de malo, en querer ir a dar la vuelta; la mansión tiene buena ubicación y el centro me queda cerca.

Fui a la recamara a cambiarme de ropa. Usaría pupilentes verdes, un short rojo, botas de suela baja con cintas, medias con estampado de gatitos y un suéter celeste con patrón de murciélagos blancos. Me hice una coleta de lado, con extensiones purpura claro.

Apliqué maquillaje para complementar mi outfit y estaba hecha para salir a la calle. Tome mi cartera y tras llegar al patio, al haber cerrado las puertas. El miedo me invadió.

Algo me rogaba quedarme en la seguridad de casa, por que salir tendría resultados nefastos.

Di dos pasos atrás. Tome impulso y de un salto, estaba del lado de afuera. Cerré la reja deprisa, porque si lo pensaba más, iba a arrepentirme.

Necesito despejar la mente, cómo recomendó la terapeuta, dar un paseo era lo mejor. Solo iría por los alrededores, para no alejarme demasiado.

Tengo que aprender a enfrentar mis propias batallas.

Adrien

¡Muero de aburrimiento! No puedo salir cómo antes, me limito a ir de la casa a la empresa y viceversa. La prensa no deja de acosarme en cada sitio que voy.

Cambio de canal en la televisión de mala gana. Aparece un comercial de perfumes, con Chloe y Sabrina de protagonistas. La actuación de la última está para darse un tiro, de lo mala que es. Se le ve incomoda en ese vestido con estampado de girasoles, en cambio Chloe se desenvuelve segura, sin problema.

Qué bueno que se distrae en esa basura, así no llama como loca, pidiendo explicaciones.

Aunque buena parte de que no me hostigue, debe ser porque Audrey ha solicitado una reunion extraordinaria de accionistas en Gabriel's.

¡Tengo que salir!

Me arrepiento de no aceptar el trio que Winter propuso con la inversionista pelirroja, esa de la que nunca me acuerdo del nombre. Veo el cielo despejado por el enorme ventanal.

Los días avanzan y con ello la fecha real de mi cumpleaños se aproxima. El día que mi madre arruino todo.

Apago la televisión, no aguanto un minuto más en encerrado. Subo a mi habitación y abro el walking closet, voy directo hacia la maleta dónde guardo las cámaras de video y drones que usaba para mi pasatiempo. Llevo mucho sin practicarlo. Reviso baterías y lentes, además de incluir otros implementos necesarios para hacer urbex.

Tengo que desconectarme de esta mierda de situación.

De la parte del fondo, saco ropa básica y pasada de moda; planeaba tirarla a la basura,

Qué bueno que no lo hice.

Me vestí y apliqué gel en mi cabello para desordenarlo, sin que se vea descuidado. Cogí unas gafas oscuras especiales que permiten ver incluso de noche.

Son de mucha utilidad en lugares abandonados.

Con mis cosas listas, me cuestiono ¿Por qué dejé este pasatiempo? Me invade la emoción de explorar sitios desolados, las historias tras sus paredes, narradas por los objetos que se han quedado congelados en el tiempo.

—Hora de cambiar de ambiente y desconectarme de todo—Agarré mi maleta y fui al garaje a sacar una de las motocicletas más simples que tengo. No quiero ser descubierto ni llamar la atención. No está demás que use acento alemán, así la gente no reconocerá mi voz.

Subí a la moto y programé el GPS con la opción de búsqueda de sitios abandonados. Las coordenadas me son brindadas y emprendo la marcha, hacia el centro de Paris.



Nota de la autora:

Hola, invocadoras e invocadores. Gracias por su paciencia.

Hasta aquí, sin duda escuchó los gritos de emoción. Les dije que la escena del ascensor tenía mucho de spoiler. Por eso constantemente hacia la pregunta. ¿Cómo un hada y un demonio pueden enamorarse?

Van notando lo difícil que es para Marinette el cambio, sus inseguridades y su desaprobación a su propia conducta, positiva y negativa. Una lucha constante consigo misma.

Adrien afrontará por segunda vez, estar en Paris en la fecha real de su cumpleaños. La primera vez, fue cuando su madre tomó la decisión de atentar con su vida. Atormentado por lo que está ocurriendo con la empresa y evitando a toda costa, mencionar el tema de su madre a otros.

Dos almas perdidas ¿Encontraran un rumbo o se extraviaran en su caos?

Hay tanto por esclarecer, temas en el tintero que desglosar.

Todo esto está siendo posible con la ayuda de mi beta reader, gracias a él, Bridgette y Marín, tiene una voz de peso dentro de la trama.

Muchas gracias por su apoyo y paciencia, gracias por sus testimonios, son muy valiosos.

Sin más, nos leemos en una próxima actualización. 

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