Silver City
El jinete detuvo su montura frente a un letrero que se podía leer claramente a pesar de las lluvias y el mal tiempo
>Silver City a dos millas >
Silver City era una de las ciudades más importantes en el territorio de kansas manteniendo un cierto respeto por la ley, aunque en las diferencias de opiniones siempre se empleaba la del colt.
El problema que existía en estas ciudades era el no poder encontrar un hombre lo suficientemente valiente para hacerse cargo de la placa de cinco estrellas.
Cuando aparecía un hombre capaz de hacerle frente a los dueños de saloons y tugurios de la ciudad, que en realidad eran quienes manejaban al pueblo a su antojo, valiéndose de pistoleros o gunman que tenían a sus ordenes.
Aparecía muerto sin que nadie supiera lo sucedido. Los pobladores amedrentados por el miedo hacia los gunman, hacían de la vista gorda y seguían con sus vidas como si nada hubiera pasado.
Así era el salvajismo que reinaba en estas ciudades del oeste.
El jinete se detuvo en uno de los saloons, bajo de su montura que era un caballo negro con una mancha blanca en la frente de buena estampa, lo amarró en uno de los postes de la entrada y se encaminó hacia las puertas batientes.
Al entrar quedo asombrado por el lujo del lugar las paredes estaban tapizadas de un rosa pálido, los reservados muy lujosos adornados con un terciopelo de un rosa mucho más oscuro que el de las paredes. Sin retraso corrió a apoyarse en la barra.
El barman que estaba limpiando con un trapo algunos vasos lo quedo viendo con un deje de asombro ya que el hombre que acababa de entrar era muy alto, más que el promedio de los hombres del pueblo, sin embargo no era ese el motivo de su nerviosismo, si no los dos colt que sobresalían a su costado del cinto canana.
>>un whisky, de los buenos.
El barman se apresuró a cojer uno de los vasos que acababa de limpiar, pero fue interrumpido por alguien.
>>en mi casa servimos solo whisky bueno muchacho.
El la quedo viendo detenidamente con una sonrisa en los labios.
>>disculpa preciosa, no quise ofender tu casa, pero
la quedo viendo con una mirada pícara.
>>veremos si es tan bueno como dices.
Ahora fue ella la que sonrió con sutileza. Y dirigiéndose al barman que estaba atento le pidió el vaso que sostenía aun en su mano. Ella saco una botella de debajo de la barra y sirvió un poco del líquido claro en el vaso. Pero antes de dárselo le dijo:
>>mi whisky es fuerte muchacho, así que no te vayas a ser el valiente conmigo quieres.
>>ya veremos dijo el con autosuficiencia.
Bebió de un solo sorbo el líquido en el vaso, hizo una mueca y luego chasqueo la lengua un poco.
>>tienes razón preciosa, es el mejor whisky que he probado.
Ella sonrió. >>te dije que no te hicieras el valiente conmigo.
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